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domingo, 15 de mayo de 2016

DEBATES PRESIDENCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 15 DE MAYO)

Estamos a menos a tres semanas de nuestra prueba de nervios como electores peruanos. Por ahora vayamos a las cifras, ya que estas nos ayudarán a dar un panorama interesante y a entender el porqué de algunas acciones que los dos candidatos están realizando y que posiblemente hagan en lo que resta de este periodo preelectoral.
Según los datos de la ONPE, en las últimas elecciones del 10 de abril, hubo 22’901,954 electores hábiles para ejercer su voto; de esta cantidad, lo ejercimos el 81.8 %; esto es, 18’734,130 electores. Sigamos con las cifras. Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta recibieron: Keiko Fujimori, 6’115,073; y Pedro Pablo Kuczynski, 3’228,661. Si sumamos los votos de ambos tenemos: 9’343,734. Resta, pues, una gran masa electora de 9’390,396. Si agregásemos los electores hábiles que no votaron en la primera vuelta (4´167,824), hace en conjunto la envidiable masa electoral de 13’558,220. Esta es la cantidad de peruanos que no votaron por ninguno de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta. Casi un 65 % de los ciudadanos no optó por ninguna de las dos propuestas de gobierno que se parecen tanto y, con las cuales, muchos peruanos no comulgan. Es más, casi tres millones de peruanos, entre blancos y viciados, no optaron por ninguno de los diez candidatos de la primera contienda. Entonces quedan unos diez millones de votantes a los cuales tratarán de atraer a su redil y captar algunos de los totalmente escépticos
Con las cifras frías que tenemos, comienza el peligroso juego de captar votos a través de promesas insostenibles y golpes sucios entre candidatos que se apoyaron mutuamente ante el “monstruo” Ollanta Humala en 2011. Entramos al campo de la demagogia pura, en la que la pena de muerte, la compra de un millón de patrulleros, limpieza de delincuencia en un año u otras vanas promesas han surgido y surgirán en boca de los candidatos para atraer a su tienda a electores casi nihilistas, cansados de indiferencia y algunos al borde de la insurgencia y beligerancia, como se ha visto en algunos resultados de la primera vuelta. En las giras que hacen los candidatos vemos anuncios como revisión de leyes mineras, acercamiento a la minería ilegal, relectura de las ideas de Gregorio Santos, baja del impuesto a la renta, son peligrosos cantos sibilinos que dejarían a una sociedad peruana bastante convulsionada. El torpe centralismo de los candidatos no les permite leer lo que pasa en el resto del país, pese a los trabajos de dirección política que han hecho algunos partidos como el fujimorismo.
Queda como una opción de aclarar las cosas para ese gran público a través de un buen debate en el que aclaren las ideas y que muestren claramente las diferencias entre uno y otro candidato. El hecho de que uno de ellos sea la hija de uno de los gobernantes más corruptos del planeta no es impedimento para que varios peruanos puedan votar por ella. 
Demos paso a las ideas.