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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 25 de septiembre de 2022

LAS PESADILLAS TRUJILLANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 25 DE SEPTIEMBRE

 


Desde que mi familia y, posteriormente, yo nos instalásemos en esta ciudad para hacerla nuestra casa, he sido testigo de varios grandes temas que han circulado por todos los medios como oportunidades y convertidos paulatinamente en grandes amenazas (pesadillas diría yo), estas ya confabuladas con uno que crece tenazmente día a día, año a año: el cambio climático. Son temas parcialmente o escasamente abordados en los planes de gobierno por candidatos a la alcaldía provincial, esa que tiene que coordinar estos problemas que agravan las condiciones básicas de nuestra ciudad afectando a todos los ciudadanos de una manera u otra.

El primero es la erosión costera, esa que se ha ido agravando año a año. La principal causa, el molón de Salaverry, es una realidad que no quiere ser tocada por ser ya una fuente de intereses comerciales poderosos por lo que hay la necesidad de encontrar otras soluciones coordinadas con los demás alcaldes de nuestro castigado litoral y la gobernación regional. El problema es tan complejo y politizado que dudo haya una intención de convertir una propuesta colectiva que involucre todas las partes, Salaverry incluido, que se convierta en una política regional de largo plazo. Hay que tomar en cuenta situaciones agravantes como el incremento paulatino del nivel del mar, situación que parece cada vez más irreversible. Trujillo pareciera ver a su mar no como una oportunidad y lo ve cada vez más como una amenaza. Quizás sea por eso que cada día se lanzan una buena cantidad de aguas servidas al mar. El segundo son los cambios generados por Chavimochic. Esta obra cambió la fisonomía de nuestra ciudad, tanto en lo social como en lo físico. En el último rubro está las condiciones climáticas como la pluviosidad y la humedad. En los años 80, Trujillo era una ciudad de clima seco, con pocas situaciones extremas. Ahora las lluvias veraniegas son cada vez más frecuentes. Esta situación se agrava con la regularidad con la que ahora vienen los Niños. Esta realidad pluvial no se toma en cuenta para el deficiente sistema vial que tenemos, sin drenajes y con rompemuelles que acumulan aguas que terminan por destruir la precaria pista inundada. El plan de desviación de aguas (ojalá funcione) es para ciertas zonas, pero la lluvia cae para todos. Una lluvia como la de ese fatídico marzo del 2017 que inundó diversos sectores de nuestra ciudad debe servir como modelo de lo que podría pasar en nuestra ciudad con un nuevo Niño, que ahora parecen ser cada vez más frecuentes. Hay otros temas graves como la contaminación y el tratamiento de la basura, poco abordados también.

Escuchaba comentarios de periodistas sobre la cantidad de candidatos que tienen diversos problemas judiciales y también haber visto un debate electoral en el que se dedicaron más a pullas y diatribas que planes concretos; ¿estarán los candidatos en la capacidad de ofrecer algo por el bien común? En fin, eso es lo que tenemos delante de nosotros. Sombrío panorama.


domingo, 9 de febrero de 2020

A QUIEN CORRESPONDA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 09 DE FEBRERO)

Como todos los días, desde la ventana de mi casa veo el Parque de los músicos en la Urb. Primavera. Un parque que tiene un bonito árbol, un alto pino, y otros más que acompañan a este. El parque cuenta con veredas circundantes y unos senderos que fueron pavimentados para la circulación de personas con el fin de que no dañen las plantas que se encuentran en el mismo. Un día de junio del año pasado, apareció gente y camiones del SEGAT comentando a los vecinos que iban a restaurar las veredas, pues algunas ya habían colapsado. Lo primero que hicieron fue romper a combazos todo el complejo pavimentado e, incluso, introdujeron algunas unidades móviles pequeñas con el fin de recoger el desmonte. Luego de un par de semanas de intensa labor, el parque de pronto fue abandonado en plena faena; los trabajadores aducían que no les pagaban. De pronto, todo el vecindario se encontró con varios montículos de arena, cascajo y piedras que fueron transportados al lugar. La obra quedó inconclusa, las esquinas de las veredas no se sellaron y el parque quedó al abandono. Se nos informó que se reparaba las veredas que estaban deterioradas, imagino para evitar posibles accidentes de ancianos o niños, pues las grietas habían generado algunos huecos riesgosos. Debido a la situación de abandono en la que quedó el parque, me apersoné a presentar una serie de reclamos de hechos que han ido deteriorando la calidad de vida de los residentes de la urbanización. Fui por tres motivos: el abandono del parque por la misma institución, la bulla generada por la banda de guerra (o lo que parece ser) del colegio Liceo y la presencia de un vehículo abandonado por más de dos años en el que se acumula la basura frente a una de las puertas del mismo colegio. Como únicas respuestas obtuvimos una limpieza parcial del parque, pero sin concluir las obras y los montículos permanecen en el lugar; y un intento de reducción del horario de prácticas de la estruendosa banda. Los senderos del parque son, gracias a su ineficiencia, ahora un peligro mayor para cualquier persona, fuera de que todos los días tenemos polvo obsequiado graciosamente por ellos.
La situación previamente descrita evidencia, en síntesis, el abandono en el que ha caído la ciudad. No solo pistas dañadas, no concluidas o parcialmente restauradas; sino un sinfín de hechos que muestran el marcado abandono citadino y el debilitamiento del sentido de autoridad tan venido a menos en el manejo, por ejemplo, del tránsito, los ambulantes y la basura y desmontes. Incluso los policías que llegaron con bríos para controlar a cuanto imprudente conduce por calles o avenidas han caído en la abulia. En un principio, querían poner en vereda a micros y combis en el tema de paraderos informales; ahora ya se han rendido. Una total ausencia de autoridad.
Se dice que el infierno está empedrado de buenas intenciones; todo parece indicar que, más o menos, nos ha tocado el infierno.

domingo, 1 de julio de 2018

EN CARRERA ELECTORAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 01 DE JULIO)

Trujillo y la Región comenzarán a ver pronto una nueva carrera electoral que culminará en las elecciones de octubre para renovar cuadros municipales y regionales en el 2019 por un periodo de cuatro años y que recibirán dos celebraciones importantes para la ciudad y el país: el bicentenario del primer grito libertario de la Intendencia de Trujillo en el 2020 y la proclamación de la independencia del país en 2021. Estas dos fechas esperan tener las autoridades en sendos sillones que estén a la altura de las circunstancias.
¿Cómo estaremos para esas fechas? Ambos espacios geográficos y sociales, ciudad y región, están en un estado recesivo debido al fenómeno del Niño del año pasado, la inoperancia de las autoridades municipales o regionales, la fuerte corrupción evidenciada que atraviesa todos los estamentos sociales y la marcada indiferencia de muchos ciudadanos por cumplir reglas y compromisos. Por otro lado, hay logros que deben de ser destacados como el avance silencioso de la lucha contra la violencia, a veces entorpecido por la corrupción del Poder Judicial o la policía misma; la creación de organismos ciudadanos que luchan por sus derechos y los de los demás; proyectos educativos y culturales generados en diversos espacios públicos o privados; avances para convertir a la ciudad en Patrimonio de la Humanidad. Este es un grueso panorama que puede, por un lado, mejorar y afianzar los avances logrados y, por el otro, revertir paulatinamente los problemas que aquejan a los casi dos millones de personas que habitan en la Región La Libertad y su capital. Hay problemas álgidos que podrían resolverse de haber una articulación entre todas las autoridades de la Región como es, por ejemplo, la infraestructura de comunicaciones con tres puntos a destacar: carreteras de penetración a la sierra correctamente hechas, radar para el aeropuerto concesionado desde el 2006 (¡12 años!) y un proceso transparente en la privatización del puerto de Salaverry (incluida erosión costera). Por otro lado, es de necesidad que la sociedad civil ejerza un verdadero monitoreo de las acciones que se ejecuten en las gestiones futuras: un vicio a erradicarse es el hecho de que las plazas laborales públicas sean los pagos a promesas electorales. Todos somos testigos de las cargas que reciben las nuevas gestiones de un personal nada competente y anquilosado que, incluso, boicotea cualquier acción de las nuevas autoridades. Es un lastre de décadas y que engrosan las formas de corrupción en nuestras ciudades. Además, en Trujillo, el problema no es carencia de reglas o leyes; el problema es la debilidad pública para aplicarlas.
¿Qué prometen los siguientes meses hasta octubre en política? Quizá una carrera electoral en la cual oigamos absurdas promesas formuladas como cantos de sirena para una gran parte de población acostumbrada al táper o el kilo de arroz, una población inducida bajo la estrategia de Pavlov: promesa-táper -voto

domingo, 24 de julio de 2016

VOTO DE CONFIANZA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO JULIO 24)

Faltan pocos días para el cambio de gobierno. Este 28 de julio, millones de peruanos estaremos atentos a lo que Pedro Pablo Kuczynski nos anuncie en su discurso, pues ciframos esperanzas de una situación mejor y que se aborden temas cruciales con más entereza y definición de lo que se ha venido haciendo en las versiones gubernamentales de las últimas décadas. Temas fundamentales como seguridad y corrupción, educación de calidad y una efectiva reducción de la pobreza, las tres íntimamente relacionadas, no han sido del todo directamente abordados por haberse dado prioridad a otros intereses que no eran de todo fundamentales para la sociedad peruana, sino a grupos de poder determinados. Solo basta ver los ataques y posturas en contra de la ley universitaria propuesta por el congresista Daniel Mora con el fin de monitorear la fábrica de títulos en la que se han convertido muchas universidades tanto públicas como, sobre todo, privadas. Las enmiendas económicas necesarias para formar las bases de una distribución más equitativa y una economía más dinámica han sido boicoteadas permanentemente aduciendo temores sobre alteraciones del “exitoso” modelo económico de las últimas décadas que ya está haciendo agua por diversos frentes. Estas demoras han impedido un desarrollo equilibrado en pro de un crecimiento que ha acentuado diferencias sociales y ha ahondado injusticias a lo largo del territorio peruano. La fe ciega en una economía extractiva y la pronunciada centralización política, económica y cultural de nuestro país nos están pasando la factura por no haber actuado en el momento preciso y por solo haber escuchado a determinados grupos de poder que tienden a lavarse las manos con relativa facilidad. Asuntos pendientes como una profunda reforma del Estado y una verdadera lucha contra la corrupción y el narcotráfico han estado en los pendientes de los últimos tres gobiernos de la casa de Pizarro. Además queda reparar ese descrédito que ha generado la dinámica política en grandes sectores de la sociedad peruana, pues en campañas electorales se promete una cosa y luego se procede a hacer otra.

El panorama tiene algunos visos poco prometedores por el variopinto Congreso con el que le va a tocar gobernar. Ya algunos de los congresistas han declarado su intención de ser una oposición a rajatabla e incluso ya ha habido algunos contubernios como los que hubo ancestralmente cuando ciertas alianzas entre partidos hacían borrón y cuenta nueva del pasado generando escándalos memoriosos, todo en pro de desequilibrar al nuevo estadista elegido. Además, ya estas alturas con un equipo de ministros anunciados, algunos personajes del nuevo gabinete ministerial ya han sacado varias ronchas como el caso de Cayetana Aljovín o la excesiva presencia de tecnócratas que hace temer una continuidad de lo vivido en los últimos gobiernos.
Pese a todo, 8'591,802 de peruanos estamos poniendo nuestro voto de confianza por un país mejor.

domingo, 15 de mayo de 2016

DEBATES PRESIDENCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 15 DE MAYO)

Estamos a menos a tres semanas de nuestra prueba de nervios como electores peruanos. Por ahora vayamos a las cifras, ya que estas nos ayudarán a dar un panorama interesante y a entender el porqué de algunas acciones que los dos candidatos están realizando y que posiblemente hagan en lo que resta de este periodo preelectoral.
Según los datos de la ONPE, en las últimas elecciones del 10 de abril, hubo 22’901,954 electores hábiles para ejercer su voto; de esta cantidad, lo ejercimos el 81.8 %; esto es, 18’734,130 electores. Sigamos con las cifras. Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta recibieron: Keiko Fujimori, 6’115,073; y Pedro Pablo Kuczynski, 3’228,661. Si sumamos los votos de ambos tenemos: 9’343,734. Resta, pues, una gran masa electora de 9’390,396. Si agregásemos los electores hábiles que no votaron en la primera vuelta (4´167,824), hace en conjunto la envidiable masa electoral de 13’558,220. Esta es la cantidad de peruanos que no votaron por ninguno de los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta. Casi un 65 % de los ciudadanos no optó por ninguna de las dos propuestas de gobierno que se parecen tanto y, con las cuales, muchos peruanos no comulgan. Es más, casi tres millones de peruanos, entre blancos y viciados, no optaron por ninguno de los diez candidatos de la primera contienda. Entonces quedan unos diez millones de votantes a los cuales tratarán de atraer a su redil y captar algunos de los totalmente escépticos
Con las cifras frías que tenemos, comienza el peligroso juego de captar votos a través de promesas insostenibles y golpes sucios entre candidatos que se apoyaron mutuamente ante el “monstruo” Ollanta Humala en 2011. Entramos al campo de la demagogia pura, en la que la pena de muerte, la compra de un millón de patrulleros, limpieza de delincuencia en un año u otras vanas promesas han surgido y surgirán en boca de los candidatos para atraer a su tienda a electores casi nihilistas, cansados de indiferencia y algunos al borde de la insurgencia y beligerancia, como se ha visto en algunos resultados de la primera vuelta. En las giras que hacen los candidatos vemos anuncios como revisión de leyes mineras, acercamiento a la minería ilegal, relectura de las ideas de Gregorio Santos, baja del impuesto a la renta, son peligrosos cantos sibilinos que dejarían a una sociedad peruana bastante convulsionada. El torpe centralismo de los candidatos no les permite leer lo que pasa en el resto del país, pese a los trabajos de dirección política que han hecho algunos partidos como el fujimorismo.
Queda como una opción de aclarar las cosas para ese gran público a través de un buen debate en el que aclaren las ideas y que muestren claramente las diferencias entre uno y otro candidato. El hecho de que uno de ellos sea la hija de uno de los gobernantes más corruptos del planeta no es impedimento para que varios peruanos puedan votar por ella. 
Demos paso a las ideas.

domingo, 10 de abril de 2016

DÍA D (ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO CORREO DOMINGO 10 DE ABRIL)

El día decisivo llegó. Casi veintitrés millones de peruanos, y entre ellos casi tres millones de nuevos votantes jóvenes, iremos a las urnas para escoger entre los diez candidatos que postulan a la Presidencia a aquel que nos gobernará por los siguientes cinco años, acompañado de sus vicepresidentes; y, además, a los 130 congresistas que conformarán el nuevo Congreso que legislará durante un lustro a la sociedad peruana. En este acto electoral, los peruanos delegaremos a 138 personas que nos representen, legislen, protejan, eduquen, cuiden nuestra salud, actúen racionalmente, defiendan nuestros intereses y el bien común, culturicen, protejan nuestro medio ambiente, respeten nuestras ideas, faciliten nuestros proyectos; todo bajo la perspectiva de lograr una sociedad más justa, integrada, inclusiva y dirigida hacia la felicidad.  Esas son las promesas que los cientos de candidatos han estado difundiendo en diferentes medios a una sociedad bastante vapuleada y desencantada de mensajes positivos que se lanzan al aire y que vienen de personas cargadas de un pesado pasado que debe de ser tomado en cuenta.
Desde el inicio de la democracia formal en nuestro país, hemos tenido diversos presidentes electos y de facto que han intentado propuestas y modelos para poder desarrollar nuestra sociedad. Hubo 59 presidentes (algunos interinos y de transición) desde que nuestro país se declaró independiente de España. Todos ellos ascendieron al poder, de manera legal o subrepticia, con la responsabilidad de gobernar a una sociedad que tiene grandes carencias y profundas diferencias. Una sociedad en la cual muchas formas de escepticismo e indiferencia han ido ganando terreno gracias a que las grandes necesidades básicas no han sido satisfechas o son de mala calidad; necesidades convertidas en  promesas de diversos gobernantes de turno, los cuales las olvidaron o postergaron una vez ya en el poder. Una sociedad que ha visto a sus instituciones políticas debilitarse por el carácter caudillista de sus líderes, la escasa educación cívica de la ciudadanía y la carencia mortificante de una ideología tras un partido político. Y estas elecciones se han visto agravadas por haber tenido poco espacio para discutir planes concretos de gobierno y sí para defenestrar al oponente y crear un clima de zozobra y pánico que nada bien le hace a nuestra sociedad.
Quien suba al sillón presidencial este 28 de julio tiene la obligada misión de trabajar para la sociedad, que apunte hacia el desarrollo y no solo el crecimiento, el cual ha deslumbrado a un grupo de peruanos por haber contemplado solo lo económico sin ver los demás rubros importantes como salud, educación, integridad y bienestar, y que alcance a la mayoría de peruanos. Sino, todo esto, como de costumbre, volverá a ser promesa electoral en cinco años.  La pobreza e ignorancia son fuentes inagotables de réditos políticos.


sábado, 9 de abril de 2016

LA SOLEDAD DEL ELECTOR PUBLICADO EN CORREO DOMINGO 03 DE ABRIL

Cuando salga este artículo, estaremos a una semana de una de las elecciones más perturbadoras e irregulares que los peruanos hemos vivido en los últimos años en nuestro país. Esta anómala situación me hace evocar el film inglés, La soledad del corredor de fondo de Tony Richardson, en el que un joven marginal, descubre que es un buen fondista y comienza a especializarse. En su entrenamiento en solitario, recuerda su vida dura familiar, pero, sobre todo, lo cruel de un sistema que hizo todo lo posible por aislarlo y frustrarlo. Extrapolando este film con lo que se viene el próximo 10, cuando se esté en el cuarto secreto y delante de las urnas el dubitativo elector peruano tendrá que escoger entre 10 candidatos sobrevivientes de este proceso electoral, los cuales casi todos ofrecen lo mismo con escasa diferencia o matiz, y casi todos presentan un pasado escandaloso ligado a la corrupción. Son candidatos que se han transformado para bailar para nosotros, beber cerveza en vasos que en otras ocasiones no lo harían, comer potajes en platos que en su vida lo volverán a hacer. Para hacer el ridículo para nosotros. Incluso algunos han pasado a mostrar casos de abuso como el desembarco de todos los pasajeros de un vuelo interno para facilitar el desplazamiento de una candidata. Hemos sido testigos de gestos ligados al populismo del momento, cuya única intención es que demos nuestra fuerza, nuestro voto a personajes que nos ven como un número más o como parte del porcentaje por el cual están perdiendo la cabeza.
Además, estaremos con nuestra duda recordando lo anómalo que ha sido este periodo electoral. El votante ha sido remecido por acontecimientos que han enturbiado esta campaña y, peor aún, tanto el JNE como JEE han colaborado en ello tomando decisiones que han generado malestar en la sociedad peruana por un escandaloso favoritismo. Son situaciones que han mostrado poco respeto por reglas y personas.

Pero, volviendo al film, el solitario corredor se da cuenta paulatinamente del poder que tiene para cambiar su vida. Siguiendo con la extrapolación, el elector en su soledad debe de ser consciente que estará tomando una trascendental decisión para un país que necesita propuestas concretas, despojadas de prejuicios y que apunten a defender los derechos de los peruanos sin excepción. Estará delegando su fuerza, como lo dijo Rousseau en su Contrato Social, a una persona que recibe ese encargo del elector. Luego de las elecciones, gane quien gane, el elector debe de continuar con su actitud crítica hacia los personajes que vayan a gobernarlo a partir de julio del 2016. Es hora de organizar la sociedad civil para evitar que aquellos que reciben la designación popular no se olviden rápidamente de la gente que le otorgó su voto. Esa es la democracia y eso es lo que pregonan los candidatos a todos los poderes.