La exclusión de la candidatura de César Acuña a la
Presidencia causará una serie de repercusiones que ya se han venido sintiendo y cuyas
consecuencias no son del todo previsibles, aunque sí estimadas. Los impactos de
su nueva situación se pueden identificar en tres niveles: académico, ciudadano
y político.
Lo académico afectará más a un sinnúmero de instituciones,
docentes y estudiantes de las mismas. Acuña creó un emporio educativo a nivel
nacional que ha sido remecido por los últimos acontecimientos, pues este fue
empleado sin descaro por el candidato para su proselitismo. Además, en plena
campaña, las evidencias del plagio impactaron sobre otras universidades tanto
en el país como en el exterior. Estos impactos causaron una fuerte merma en la
imagen académica de las mismas y una gran duda en el imaginario de una
población que apuesta ciegamente en la educación superior, la cual ha sido el espacio para acciones
inescrupulosas que generan un fuerte engranaje no muy transparente en el mundo
de la profesionalización. El libre mercado en este campo ha generado
distorsiones y aberraciones que ahora estamos pagando. ¿Cómo quedará su
Universidad luego de su penosa campaña? Las aulas tienen su retrato y su nombre
aparece en la segunda estrofa del himno de la Universidad. ¿Cuánto está afectando
a sus estudiantes, docentes y graduados este escándalo? Y de paso, ¿cuál es la factura que se le puede
pasar a universidades como la Complutense con este ruido? El mundo académico es
muy estricto y, en diversos casos de plagios, no es nada indulgente. Casos
abundan y las respuestas son severas. Imagino que los jurados académicos
españoles habrán “puesto sus barbas en remojo”.
Lo ciudadano es un bumerán para Trujillo, ciudad que le
otorgó el derecho de gobernarnos por dos periodos ediles. Utilizó nuestros
votos al Gobierno Regional como trampolín para lanzarse a la Presidencia.
Durante su permanencia en el sillón edil fue sordo a diversas observaciones de
su gestión y hubo un manejo nada transparente de los recursos municipales. El
famoso video de “plata como cancha” durante su campaña para la reelección no
fue impedimento para que la masa electoral apostara por él. Hizo a toda una
población cómplice.
Y en lo político ha logrado el entierro de varios personajes
de nuestra política. Lo de Humberto Lay y Anel Townsend han sido los primeros
náufragos de este descalabro. Aunque, las cataduras morales no son prioridad en
este ambiente. Las llamadas “ñustas” de Acuña quizá vayan a sobrevivir como las
famosas geishas de Fujimori, quienes defendieron y defienden a ojos cerrados a
este personaje fuertemente cuestionado por la corrupción. En un país de escasa
memoria, todo puede pasar.
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