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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 23 de octubre de 2016

EL VALOR DE LA VIDA EN EL PERÚ (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE OCTUBRE)

En lo que va de esta semana una serie de acontecimientos ha permitido ver cuánto valor otorga nuestra sociedad a la vida humana en general. Hechos luctuosos como la muerte de un comunero en Las Bambas o la de tres bomberos en un misterioso incendio en Lima; así como la letanía de la pena de muerte como solución a la violencia en nuestro país o la posible presencia de escuadrones de la muerte en varias ciudades del mismo, incluida Trujillo; o el tratamiento de un posible brote de una epidemia infantil en nuestra Región; cada una de estas situaciones nos pone en jaque y es interesante ver cómo reaccionamos ante ellas, ya que es una radiografía de nuestra psique social de cuánto valoramos la vida humana en situaciones de riesgo. Y más contradictorio aún es el informe emitido por un estudio realizado por William Chopik de la Universidad Estatal de Michigan (https://www.indy100.com/article/psychopaths-countries-map-world-empathy-least-seven-lowest-7363926), estudio en el cual ubica a la sociedad peruana como la tercera más empática a nivel mundial. La reflexión sobre este estudio es pensar en qué criterio de empatía se está tomando (cognitivo o afectivo) como lo plantea un interesante  artículo de Irene Fernández-Pinto, Belén López-Pérez y María Márquez de la Universidad Autónoma de Madrid (http://www.um.es/analesps/v24/v24_2/12-24_2.pdf) sobre la perspectiva de la empatía, el “ponerse en los talones del otro”.
Las situaciones presentadas al inicio de este artículo han provocado respuestas diversas y contradictorias a lo largo del país, sobre todo en las redes sociales. Las cargas emotivas descargadas son actos solidarios, pero con tintes políticos, raciales, económicos, entre otros tamices. El asesinato de un joven travesti en mayo de este año en La Esperanza no es igual a la muerte de los tres bomberos caídos este último miércoles, pero quizá tenga más en común con el comunero muerto el viernes 14 en Las Bambas. Ambos se asemejan más por su marginalidad y escaso interés para el grueso de nuestra sociedad. Estas personas muertas en los Andes lejanos o en una cantina de un populoso distrito son semejantes a los miles de peatones anónimos que intentan cruzar una transitada avenida poblada de combis o microbuses, o un usuario que pide cualquier prestación de una entidad pública (Seguro Social, por ejemplo); o una fuerza laboral juvenil barata disponible a aceptar cualquier trabajo hasta límites humillantes. Así también podemos entender los “negociazos” en la salud y otros rubros sociales, la sobreexplotación laboral, el crecimiento del sicariato, la aplicación de la pena de muerte; en todas estas acciones reales o potenciales vemos respuestas en la que la condición de vida no es relevante para el que las ejerce o las desea como solución. Hemos tomado una marcada distancia entre mi persona y aquel que es “medido” con ese barómetro.

Tenemos un camino largo a discutir al respecto. Pero algo se ha andado.

domingo, 16 de octubre de 2016

ARTE Y CENSURA: AGUDO DILEMA (ARTÍCULO PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA DE TRUJILLO)

Los recientes sucesos acaecidos en nuestra ciudad ponen sobre el tapete sobre la censura y la actividad artística de una sociedad. La censura es, según la RAE, “la intervención que practica el censor en el contenido o en la forma de una obra, atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas”. Esta definición debe de ir acompañada de criterios que te permitan establecer qué es censurable, puesto que la ideología, la política e incluso los criterios morales van cambiando. Un desnudo puede ser objeto de censura en el siglo XIII medieval o en una sociedad religiosa extrema. El arte, la expresión más compleja del ser humano, le otorga diversas oportunidades para su acercamiento: por placer estético y lúdico, por hallar evasión, para conocer su realidad y coyuntura; y para “leer” la abierta denuncia sobre algo injusto que atenta contra la esencia del ser humano. Es muy difícil que la obra artística, de por sí polisémica, postergue una u otra de estas funciones que suele tener el arte en una sociedad. El Quijote, por ejemplo, es una obra que produce placer estético, que me permite conocer la España retratada en la misma, que la puedo utilizar como distracción, pero que también denuncia una serie de injusticias e irregularidades que pasaban en ese entonces en la boca de los personajes creados. Tanto así que la censura le había puesto el ojo por las observaciones que se emitían en dicha novela; se salvó del Santo Oficio al haberse entendido que el personaje era un hombre “que se le había secado el seso” por muchas lecturas inadecuadas. A lo largo de la historia el arte ha sido un tema bastante complejo de cómo tratarlo. Aunque muchos artistas usaron su ingenio para sobrevivir ante el poder político, religioso o económico de su época; varios de ellos o su obra terminaron siendo pasto de llamas o enviados al exilio e incluso ostracismo. La Italia renacentista conoció a un personaje oscuro como lo fue Savonarola, quien no solo persiguió a artistas, sino que quemó sus obras de arte. La Alemania de Hitler vio grandes piras conformadas por libros de autores y escritores judíos, comunistas o socialistas; así como condenó a la oscuridad a músicos judíos, demócratas o comunistas como Kurt Weill, Thomas Mann o Bertold Brecht. Stalin avasalló a músicos como Shostakovitch o cineastas como Serguei Eisenstein. La Argentina de los militares y su ala secreta, la triple A, condenó al exilio a personas como Mercedes Sosa o Quino con su Mafalda, la niña inconformista que molestaba mucho a los militares. El Chile de Pinochet mató a Víctor Jara y mandó al exilio a muchos artistas, algunos de los cuales continuaron su obra en otros países como el nuestro; así tenemos a la famosa bailarina y coreógrafa Hilda Riveros, quien elevó la calidad del grupo de danza moderna de Lima; o el maestro Mario Baeza quien elevó el nivel musical del Conservatorio Regional de Trujillo.
La censura económica y la política en una democracia formal son las más discretas: la decisión de poner una exposición o no publicar un libro de calidad puede tener algunos argumentos descabellados. Pero es una censura real y que impide que el arte y sus diversas propuestas no prosperen o se borren, como lo que hizo Castañeda con varios murales en Lima. Y todo apunta a que lo sucedido en Trujillo con la exposición de Álvaro Portales está en este nivel, pues raros argumentos han surgido para evitar armar una exposición de arte gráfico, cuyo contenido ya había sido difundido y socializado. A veces el desconocimiento de la obra global hace que algunas decisiones sean bastante burdas y que desdibujan a las personas que la ejercen. Esto pasó con diversas exposiciones como “20 años de historia en el Perú” o el documental sueco Tempestad en los Andes, absurdamente censurado al pensar que era una apología de Sendero, cuando en realidad era un documento que desnudaba la crueldad y falsedad de los principales líderes de este nefasto movimiento. La ignorancia es supina. 
Sin embargo, muchas veces también se han presentado ciertas irregularidades que se convierten en un abuso por parte de autores que presentan obras de menor calidad, irregulares o inconclusas, y que por razones obvias no son recibidas. A veces las reacciones son inadecuadas, pues culpan de proceder de manera unilateral (censura) por parte de los organizadores cuando quieren mantener un trabajo serio y respetuoso al público en general. Este problema se ha presentado en galerías, editoriales o salas de arte, teatro y música. Esto obedece también a la poca profesionalización, preparación y compromiso personal hacia su obra que cunde entre personas que se dedican a este complejo quehacer. 

AMÉRICA, TRUMP, MIGRACIÓN (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 16 OCTUBRE)

En lo que va de esta semana pasada, hemos tenido varios momentos interesantes que son la fuente de inspiración de este artículo, siendo los más relevantes: la celebración del Descubrimiento de América o el Encuentro de Dos Mundos, de acuerdo a la perspectiva; y el debate presidencial norteamericano y algunos comentarios actualizados del candidato Donald Trump.  El elemento vinculante entre ambos es el delicado tema de la migración,  actividad humana realizada por diversas razones.
La migración en escala obedece más a factores externos que internos de una sociedad, un núcleo familiar o persona. Una guerra, una hambruna o debacle económica en escala, un deseo de expansión como plan estratégico estatal, han sido generalmente los principales móviles que han  hecho que grandes grupos humanos se hayan desplazado a lo largo de la historia y que cambian la fisonomía geográfica social de los lugares emisores y receptores. El 12 de octubre de 1492 se inició un proceso de poblamiento y despoblamiento en ambos lados del Atlántico.  En los inicios del siglo XX una gran masa de pobladores europeos y asiáticos hallaron en toda América, sobre todo en los Estados Unidos, un espacio de oportunidades para mejorar sus calidades de vida. Después de ambas guerras mundiales, fue sobretodo Europa la mayor aportante de una población deseosa de hallar un territorio libre, fértil y pleno de oportunidades. 
Pero la migración masiva tiene en el trasfondo orígenes y consecuencias traumáticas. Un desplazamiento masivo implica un fuerte choque cultural, económico y político, vivenciado por la sociedad receptora al tener nuevos miembros que no han crecido en el tejido social que los acoge. Hemos visto esta situación  internamente cuando una fuerte cantidad de compatriotas tuvo que desplazarse de la sierra o selva en los 50 y 60 por la promesa de una vida mejor en las ciudades costeras gracias a la industrialización incipiente de entonces y las carreteras de penetración; y en los 80, por la violencia terrorista o el desarrollo del narcotráfico. La “recepción” no era del nada positiva, puesto que la gran mayoría de estos emigrantes fue a conformar los cinturones informales de las grandes ciudades, Lima a la cabeza, creándose los Pueblos Jóvenes. Hay que leer los trabajos de José Matos Mar y Rolando Arellano para entender este doloroso proceso que deviene en el Perú actual. Las crisis vividas en los 80 y 90 también creó una gran masa desplazada: muchos peruanos migraban hacia el exterior para buscar a una vida mejor. En un dato del 2012 (OIM) hay casi dos millones quinientos mil peruanos en el exterior: un poco menos del 10 % de la población peruana actual; muchos de ellos en situación vulnerable frente a posiciones radicales en los países que migraron. Posturas xenófobas como las de Trump sintetizan lo que muchos de los pobladores piensan del emigrante, muchas veces forzado de serlo por tristes circunstancias de la vida. Una triste radiografía de una respuesta a este susceptible problema.
  

domingo, 9 de octubre de 2016

LAS GENERACIONES DEL VELASCATO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 09 DE OCTUBRE)

Este pasado 03 de octubre hubo por las redes sociales un interesante intercambio de ideas, opiniones y memes sobre lo sucedido hace 47 años: el golpe de Velasco Alvarado que sacó del poder al Presidente Belaunde Terry. Entre odios y amores, el periodo histórico llamado la primera Fase del Gobierno Revolucionario o Velascato marcó la sociedad peruana por sus cambios estructurales; todos los que éramos bastante jóvenes tuvimos una propia experiencia que hasta la fecha no ha podido ser del todo bien cotejada, ya que los estudios académicos aún carecen de una objetividad necesaria para ver el docenio militar de manera desapasionada. Las generaciones de académicos más jóvenes lo abordan con menos prejuicios para entender la etapa que transformó la estructura social peruana en crisis en los 60 y contuvo la violencia social y política que se nos vino encima en los 80, con Sendero y MRTA; estos estudios complementan los de Julio Cotler, Luis Pásara o de Henry Pease, además de las reflexiones de Matos Mar y Alberto Flores Galindo hechas en sendos libros publicados en los 80 también; las investigaciones del historiador y columnista Antonio Zapata, y el trabajo académico que realizan diversos profesores de Historia y Economía en el blog del PUCP (http://blog.pucp.edu.pe/blog/historiamaestros/2014/02/10/el-gobierno-revolucionario-de-la-fuerza-armada-1968-1980/) tienen que ser leídas con detenimiento.
Las condiciones dadas para el golpe nos traen a la memoria la ingobernabilidad propiciada por el inefable pacto APRA-UNO y el incumplimiento con la IPC, agravado con el famoso extravío de la famosa Página 11, situación por la cual Belaunde perdió el apoyo hasta de su propio partido. La nación le dio las espaldas; el ambiente social y político en muchas partes del Perú era violento; solo basta recordar los movimientos guerrilleros de Mesa Pelada y nos viene a la mente Luis de la Puente Uceda; o el sur y evocamos a Hugo Blanco. Un año antes del golpe el Sol sufrió una fuerte devaluación. Velasco, como todos los militares que lo acompañaron en su proyecto, era egresado del CAEM, centro de estudios militar, cuyas promociones idearon estrategias de prevención de conflictos y focos inestables en el país. El gobierno militar quitó el discurso de las izquierdas al nacionalizar Talara y aplicar diversas reformas, como la agraria; algunas con resultados económicos desastrosos. Sin embargo, bajo la política de compensación agraria va a surgir una de las familias más ricas del Perú: el clan Romero. Su nacionalismo lo llevó a intentar crear una industria nacional que no estuvo a la altura y muchos industriales se escudaron en el proteccionismo aprovechándose de la limitada importación que había en ese entonces. 
Quedan por verse temas como la extraña muerte de Banchero Rossi; la interesante y boicoteada Reforma Educativa liderada por Augusto Salazar Bondy; el mal manejo de la minería, aunque dos grandes proyectos se empezaron entonces (uno de ellos, Cuajone); la crisis dolorosa que devino en suicidio de José María Arguedas y la oficialización del mundo quechua y las minorías étnicas (Perú Negro, por ejemplo); el origen de una casta militar; el agresivo liderazgo diplomático de la época como nunca lo tuvimos con Mercado Jarrín a la cabeza de la Cancillería. Tras varios años, el Perú tuvo rostro diferente, para bien o para mal.

domingo, 2 de octubre de 2016

LA VEJEZ Y LA SOCIEDAD MODERNA

La Humanidad es muy vieja, Colás, y más sabe el diablo por viejo que por diablo» (Ramón Pérez de Ayala, El curandero de su honra).  Este viejo refrán ha sintetizado la visión que da la edad con la experiencia de las cosas prácticas. Es una visión que implica respeto y admiración hacia las personas que con la edad suelen sortear con más herramientas los problemas habituales o fortuitos. En antiguas culturas, la persona anciana era una fuente del saber, de la experiencia y la de toma de decisiones agudas y reflexivas frente a una crisis u otra situación álgida que comprometía a una familia, un clan, una sociedad. El gobierno de los ancianos o gerontocracia no era mal vista, aunque con el tiempo podía devenir en una oligarquía. Esto se daba en un mundo en que el conocimiento no era tan cambiante, las formas de aprendizaje eran más lentas y evoluciones sociales lentas.
Pero, desde el inicio de la segunda revolución industrial, muchas cosas se trastocaron. Los núcleos familiares cambiaron y las fuerzas laborales frente a una máquina no eran tan diferenciadas, puesto que la fuerza bruta se reemplazó por destrezas manuales y con rapidez de aprendizaje. Esto se va a ir acentuando cada vez más en los siglos venideros. La industrialización va a exigir a la humanidad aprendizajes y adecuaciones rápidos. Esta va a ser la primera gran brecha que se va a generar entre los adultos y los jóvenes. La exacerbación de la misma es la que estamos viviendo con el desarrollo de internet que ha creado un sutil concepto de “viejo” y “nuevo”: migrante y nativo digitales.
Las sociedades ricas, además, van a estar muy ligadas a los núcleos familiares pequeños que incluso van a ver reducidas sus tasas de natalidad y que van a tener una fuerte influencia negativa en la generación de recursos para las pensiones de retiro laboral: la jubilación. Las sociedades latinas tienden a ser más, dizque, protectoras de sus ancianos, pero como sociedad es incapaz de dar una buena calidad de vida a sus millones de adultos mayores. En las sociedades ricas, esta satisfacción sí se ve de manera más mayoritaria, pese a que se puedan mostrar, a nuestros ojos, como más frías e “inhumanas”. Sin embargo, son las sociedades ricas que la van mostrando una fuerte tendencia hacia el envejecimiento social, ya que cada vez hay menos jóvenes que aporten a los seguros sociales de sus países y generen crisis en dicho sistema. Alguna vez un ministro japonés de finanzas, Taro Aso, en 2013 pidió a los ancianos de su país que “se den prisa en morir” por el gasto que ocasionaba al Estado sus tratamientos (http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/22/internacional/1358870209.html). En países como el nuestro, ante la mediocridad de nuestro sistema social, se creó una propuesta para asegurar nuestro futuro individual. Se desarrolló la codicia, aunque todo apunta a que está haciendo agua por todos lados.
En un mundo con estas características, ser viejo ha ampliado su “radio de acción”: ante un modelo económico bastante salvaje, la madurez ya puede entrar en esta categoría. Una persona entre 40 y 50 años tiene escasas probabilidades de hallar un trabajo dependiente por diversas razones, las mayorías económicas. Conozco a varias personas de manera personal cuyas perspectivas laborales son sombrías y que lo condenan al rincón de los “descartables”. Así como los objetos perecibles y desechables, se está convirtiendo una gran porción de la humanidad.
Esa visión es aprendida directa e indirectamente por una nueva sociedad que ya va viendo a sus adultos como lastras, cargas pesadas. Hay una comedia negra argentina llamada Esperando la carroza la que nos retrata de cuerpo entero.

Y para entrar en mayor contradicción de la situación, gracias al desarrollo de la medicina y otros factores, la gente tiende a ser más longeva. La pregunta está en identificar dónde se halla el error: ¿en la persona o en el sistema? 

PAZ A LA COLOMBIANA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 02 DE OCTUBRE)

Hoy, 02 de octubre, millones de colombianos pueden dar un paso transcendental en su historia: aceptar las condiciones de un cese al fuego definitivo entre el Gobierno colombiano y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) iniciado este 26 de agosto al cesar las hostilidades de manera unilateral; y de manera global a partir del 29 del mismo mes. Aunque hay fuerte oposición, de ser aceptado, vía plebiscito, Colombia entraría en un proceso de paz bastante interesante y no carente de riesgos, ya que el movimiento guerrillero más antiguo de América entrará en los procesos civiles y democráticos de esa nación con ciertas y estrictas condiciones para su reincorporación.
Las diversas etapas históricas de la violencia sistemática de Colombia surgen desde los años 30 del siglo pasado. Es el 09 de abril de 1948 con el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaytán que la situación recrudece los fuertes enfrentamientos entre los dos partidos principales: liberales y conservadores. El famoso Bogotazo inicia prácticamente una guerra civil que termina en 1957 con el acuerdo llamado Frente Nacional formando una coalición bipartidista para ocupar el sillón presidencial. Hubo una cierta estabilidad política, pero negar el acceso a las elecciones presidenciales a otros partidos y la acentuación de las brechas económicas serán el caldo de cultivo de diversos movimientos guerrilleros como ELN, EPL, M-19 y sobre todo las FARC durante los 60. Surgen movimientos conservadores que darán origen a los paramilitares. En los 70 entra un nuevo componente y del cual hay mucho de qué hablar: el narcotráfico. Como sucedió en el Perú, los movimientos sediciosos hallan su financiamiento en crímenes focalizados como el secuestro y posteriormente una lucha frontal con los narcotraficantes de las regiones amazónicas de nuestros países. Con el tiempo terminan por hacer arreglos y mantienen una buena convivencia postergando sus verdaderos ideales (tanto en Perú como Colombia la historia es similar).
Colombia ha realizado diversos procesos de paz como lo hizo el presidente Barco y el M-19; o las negociaciones bastante turbias hechas por Álvaro Uribe con los paramilitares (AUC).  Pero el contexto colombiano se volvió tan insostenible que en 1997 se ideó un plan norteamericano para invadir este país. Los EE.UU. esperaban el apoyo de las FFAA de Perú, Ecuador y Brasil. Interesante saber que esta tentativa fue dada a conocer por Vladimiro Montesinos a Genaro Delgado Parker en 1999.

De ganar el sí, hay puntos interesantes en sus casi 200 páginas que nos conciernen, todos vinculados al narcotráfico. Uno de ellos: el Gobierno de Colombia se compromete a apoyar a sus campesinos desplazados que retornen en reemplazar el cultivo de coca. ¿Adónde irán todos los narcotraficantes? Basta leer al periodista Jorge Colombo para entender ese raro futuro que nos puede esperar a todos los peruanos. (http://blogs.elespectador.com/ladrograycolombia/2011/01/17/historia-de-violencia/)

domingo, 25 de septiembre de 2016

EL AMAZONISMO (DE LA SELVA, SU MOVIMIENTO DE IDENTIDAD) ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 25 DE SEPTIEMBRE

La reciente visita a Trujillo de Gino Ceccarelli y Christian Bendayán, dos personalidades destacadas en el mundo del arte peruano contemporáneo e iquiteños ambos, y la reciente lectura de diversos fragmentos del ensayo sobre el problema del indio de José Carlos Mariátegui con mis alumnos de colegio son los referentes que motivan este artículo.
En las discusiones realizadas sobre el arte amazónico y su coyuntura es inevitable evocar la aguda y vigente reflexión escrita por Mariátegui en su obra 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. El problema indígena, tema álgido en las primeras décadas del siglo pasado, es abordado de manera sistemática y global, y es una realidad aún no superada por la sociedad peruana ya entrado el siglo XXI. Pero en las últimas décadas  hemos comenzado a conocer esa gran porción de nuestro territorio aún lejano tanto geográfica como mentalmente de los peruanos costeños y de la oficialidad centralista: la Amazonía (739.676 km², que representa el 57,6% del territorio peruano).  Si para el limeño de inicios del siglo pasado el indígena cuzqueño era un ser tan lejano y exótico como un watusi o un berebere; para el costeño actual lo es un huitoto, ashaninka o bora. Nuestro desconocimiento sobre ese mar verde es el motivo por el cual aún no lo sentimos como parte de nuestra compleja identidad. El vasto territorio amazónico es ocupado, según datos de 2011, por 332,975 habitantes. En su vastedad es salpicada por algunas poblaciones notables como Iquitos, la ciudad más grande del mundo sin acceso terrestre. La selva es descomunal, pero las ideas erradas de civilización la han hecho lugar de barbaridades, narradas a través del alucinado Roger Casement, recreado por Mario Vargas Llosa en su obra El sueño del celta; o por los ojos trastornados del español Lope de Aguirre y el irlandés Brian Fitzgerald (Fitzcarraldo), ambos retratados por el cine del alemán Werner Herzog. Pero son visiones occidentales. Como reclamaba Mariátegui en su propuesta sobre el indio peruano, se necesitan voces desde adentro para interpretar ese mundo aún ignoto para los demás, esa cosmogonía no entendida por la mayoría de nosotros, que se documente todo el imaginario que lo abordamos con ojos y actitud de exotismo antes que respeto y admiración. La selva sigue siendo un territorio ferozmente agredido, escenario de matanzas (Bagua) y de luchas pendientes del Estado peruano por la seguridad (VRAE), de gente desplazada por intereses mercantilistas (tala, minería, petróleo).
El lenguaje de los artistas, de pobladores nativos que acceden a estudios académicos y de los investigadores sociales han abierto esa ventana que nos permitirá acercarnos a ella con respeto; que sus mitos no queden solo como anécdotas de la rica tradición oral; que nos unamos a la defensa de sus intereses y que no volvamos a escuchar frases indignantes como la dicha por un exmandatario al llamarlos “ciudadanos de segunda”.

domingo, 18 de septiembre de 2016

DAÑOS IRREPARABLES (A PROPÓSITO DE NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL) ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 18 DE SEPTIEMBRE

El incendio de la iglesia de San Sebastián de Cuzco es una evidencia más de este largo muestrario de indiferencia y descuido hacia el patrimonio artístico, histórico, natural, geográfico y científico, que en su conjunto conforman el patrimonio cultural de nuestra nación encarnada en nosotros, sus habitantes. Es la actitud que muchos de nosotros tenemos ante tan vasta gama de potenciales, actitud en la que prima nuestra mediocridad e inmediatez antes que la proyección y el desarrollo planificado que puede generar más réditos que los vistos por personas de poco alcance y desmedida ambición. Es un fiel reflejo de lo que lentamente nos estamos convirtiendo: una sociedad desmemoriada, absurdamente práctica y con la visión de la inmediatez sucedánea que prima en todos, sobre todo en los jóvenes.
El patrimonio de una nación es “conjunto de bienes propios de [..] una institución, susceptibles de estimación económica” o ya en el plano individual, “conjunto de bienes que una persona adquiere por herencia familiar”. Para la UNESCO, el patrimonio cultural es “la herencia cultural propia del pasado de una comunidad con la que esta vive en la actualidad y que transmite a las generaciones presentes y futuras”. El tratamiento que los peruanos hemos dado a este material, tanto tangible como intangible, es por lo demás penoso, pese a los diversos intentos estatales o privados por querer desarrollar una conciencia en una población que muchas veces más ve un pilar de adobes antiguos e inútiles que el patrimonio que fortalece su identidad y su orgullo de pertenencia, o una posible gran fuente de ingreso económico permanente e inagotable. La escasa educación, la mezquindad y el afán de lucro desmedido de muchas personas e instituciones han jugado también un rol importante para permitir que el grueso de peruanos actúe con indiferencia frente a los cientos de atropellos contra nuestro patrimonio arqueológico o natural que ocurren a diario. No hay que ir muy lejos de nuestra ciudad para que veamos lo que pasa en Huanchaco y sus totorales, el complejo Cerro Campana o el complejo arqueológico Cerro La Virgen. Para muchas personas sería más atractivo demoler Chan Chan y convertirlo en un mall. El Centro Histórico está permanente amenazado no solo por la suciedad, sino por la galopante contaminación visual y sonora. Podemos dar más ejemplos de lo que sucede o sucedió con cientos de huacas o sitios arqueológicos como Mocollope o Marcahuamachuco.

La educación es la principal herramienta que permitirá desarrollar esa conciencia en la población: el fortalecimiento de los cursos de Humanidades y Arte serán los que guíen la formación de la misma. Complementarán los proyectos sostenibles que tanto necesita nuestra sociedad para hacerla más inclusiva, respetuosa de las diferencias y orgullosa de su pasado múltiple que conforman nuestra compleja identidad.   

domingo, 11 de septiembre de 2016

DOCENCIA: PROFESIÓN DE ALTO RIESGO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE)

Los cambios vividos en los últimos años, tanto desde la perspectiva tecnológica como la conciencia colectiva, han originado diversas transformaciones sustanciales en todas las áreas de la actividad humana. Las comunicaciones, las herramientas aplicadas en tal o cual labor y las concepciones del espacio han sufrido severas modificaciones que han hecho que actividades y profesiones hayan ido adecuándose a los nuevos retos o, finalmente, desapareciendo.
Una de estas ha sido la docencia. Fuera del hecho de que esta profesión tiene sus fundamentos en la vocación, fundamento que no se ha tomado en cuenta muchas veces en la profesionalización de esta actividad, la docencia ha venido experimentando una serie de cambios tanto en las herramientas que complementan su desarrollo, así como en el espacio físico, social e intelectual en el que se desenvuelve cotidianamente. Estas transformaciones son bastante vertiginosas y han creado incertidumbre en el mundo del profesorado, puesto que muchos de ellos han ido quedando rezagados por su escasa capacitación, sobrecarga laboral, o el desinterés o rechazo a cambios o perturbaciones que signifiquen salir de sus zonas de confort. En los últimos años, la masificación de la enseñanza ha dado paso a una más personalizada; sin embargo, cabe resaltar que de todas las profesiones, esta es la que tiene más interacción humana que cualquiera de las otras. Un docente se vuelve, fuera de dispensador de conocimiento, confidente, psicólogo, confesor, mediador, oyente, padre, hermano, policía, un sinfín de funciones a lo largo de sus ocho o más horas de trabajo. Y este despliegue de funciones se da no solo en el aula y para niños o jóvenes. No existe profesión en la que la interrelación humana tenga tanta intensidad como la del docente. Pese a la introducción de diversos recursos en el aula para complementar el proceso de enseñanza, la relación entre el docente y sus alumnos es vital y única. Y es por eso que amerita un tratamiento especial, el cual se ha visto entorpecido en varias oportunidades por una excesiva burocracia o por malas interpretaciones que tienden a hallar en el docente el responsable e, incluso, culpable inmediato. Para nadie es un secreto que el nuevo mundo jurídico de protección al niño o al adolescente ha creado una serie de recursos mal empleados por personas que hallan fácilmente vacíos en el accionar diario para obtener beneficios bastante discutibles. Muchos docentes trabajan atemorizados por el hecho de que una palabra o un gesto hecho por estos en el aula o durante una conversación puedan ser rápidamente tergiversados por su interlocutor. Los ejemplos y evidencias son varios, más aún en casos en los que los adultos tienden a sobreproteger a sus niños o jóvenes, justificándolos en desmedro de la autoridad del docente o del centro educativo.

Estas situaciones se han trasladado también a la universidad y paulatinamente se han generalizado al haberse convertido en un servicio más ofrecido al alumno, mal llamado cliente.

domingo, 4 de septiembre de 2016

RESTAÑANDO HERIDAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 04 DE SEPTIEMBRE)

Esta última semana fui testigo de dos eventos que se enmarcan en esas décadas de guerra interna (1980 – 2000): la presentación del libro Señor Cioran de Luis Eduardo García y la sentencia dictada a los autores de la masacre de Accomarca hace 31 años.
Luego del retorno de la democracia formal en nuestro país con  la elección de Fernando Belaunde, un movimiento sedicioso llamado Sendero Luminoso hacía pública su presencia ante la comunidad peruana con la famosa  quema de ánforas en un pequeño pueblo llamado Chuschi un 17 de mayo de 1980. Para los que íbamos, por esos años, a diversas universidades nacionales o privadas en diferentes partes del país, este movimiento clandestino ya era conocido en los pasadizos y en las elecciones de Centros Federados o de representantes por aula. Lo digo por experiencia propia. Pero nadie les dio la debida importancia sobre sus oscuras intenciones: dar el gran salto. Diversos autores intelectuales, entre historiadores, antropólogos, sociólogos y periodistas, han tratado de hallar explicaciones para este movimiento al cual Simon Strong denominó “el movimiento subversivo más letal del mundo” (HarperCollins Publishers, 1992); los trabajos de Carlos Iván Degregori (El surgimiento de Sendero Luminoso, 1990) y Gustavo Gorriti (Sendero, historia de la guerrilla milenaria en el Perú, 1990) son libros obligados que todo peruano debe de leer y debe de incluirse como tema a ser estudiado en las aulas por nuestra niñez y juventud a pedido de muchos educadores. No solo la academia abordó este periodo oscuro de nuestra historia; el arte ha ido más lejos. Muchos artistas, por su vena social, fueron confundidos como terroristas. Cuando Juan Acevedo y su famoso Cuy aparecían entonces en el Diario Marka, o los diversos dibujantes y escritores bajo la batuta de Nicolás Yerovi publicaban Monos y Monadas, solo esperábamos que la censura o la prisión no fuesen el destino de alguno de ellos. O quizá una bomba. Dura fue la experiencia de Francisco Lombardi y toda su gente para filmar La boca del lobo; tuvieron todas las trabas posibles en un año tan duro (1987) para que sea rodada en las sierras de Tacna. Los excesos se cometían por todos los frentes

No hubo peruano o familia que no haya sido tocado por este periodo. Muertos, exiliados, clandestinos, desterrados, aterrados por coches bombas y por una inflación galopante, corrupción y desgobierno. La mayoría tenía sed de venganza; por eso se aceptó todo lo que vino con el Fujimorato, el cáncer que destruyó instituciones íntegras que se tenían por sólidas e impolutas. Muchas personas canalizaron inadecuadamente esos demonios que los peruanos aún no hemos exorcizado. La CVR presidida por Salomón Lerner dio pautas y líneas para que el Perú oficial y su sociedad comiencen a abordarlos con criterios de justicia para que en cada uno de nosotros comience a restañarse esas heridas que quedan en nuestra psique social. 

domingo, 28 de agosto de 2016

GASTOS ILÍCITOS (EN RELACIÓN A LAS TRANQUERAS DE NUESTRAS CALLES, ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 28 DE AGOSTO)

Hace unos días, coloqué en las redes sociales una opinión que generó cierta polémica y que me gustaría compartir por este medio, puesto que concierne a todos los ciudadanos y que es motivo de discusión entre todos ellos ante la acción dubitativa de las autoridades de nuestro país. El uso de tranqueras en casi todas las ciudades peruanas es una muestra de ese caos social en el que nuestra sociedad se ha sumido en las últimas décadas siendo el argumento principal el de la seguridad no otorgada por el Estado o los Gobiernos regionales o municipales de tal o cual ciudad. En la actualidad, ha surgido una nueva justificación para su uso: cortar el paso al transporte público que rompe la paz del vecindario.
Uno al leer el Artículo 2 del Capítulo I de  la Constitución Política del Perú se puede identificar cuántos derechos son vulnerados por el uso de esta medida: 1, 2, 11, 14, 15, 16, 22, 24 (a, b); en el Título II, Capítulo I, la debilidad o ausencia del Estado en cumplir el Artículo 44 hace que grupos ciudadanos trasgredan el Artículo 45. Además, las trasgresiones se amplían cuando vemos a muchos ciudadanos que se ven forzados a aceptar (hasta de manera unilateral) el empleo de estas en su calle o vecindario. Así tendríamos casi todos los artículos del Capítulo III de nuestra Constitución.
Pero vamos al sentido común. Debido a la debilidad de los organismos competentes a validar los derechos de todos, el uso de muchas calles y parques de diversas urbanizaciones de nuestra ciudad ya son de uso exclusivo de un grupo de vecinos e, incluso, de uno solo. Ante tal anomia social, ese espacio se vuelve privado. Una suerte de ley del Medio Oeste del siglo XIX o de Uti Possidetis iuris interno. Sin embargo, los organismos públicos se ven obligados a cumplir con otras responsabilidades sobre estos espacios a los cuales el grueso de ciudadanos está literalmente prohibido de acceder. Tal es la incertidumbre sobre estos espacios que ya muchas compañías de taxis o de servicio de entrega a domicilio han preferido rescindir sus responsabilidades en dichas zonas. No es nada raro que haya personas que son dejadas en las tranqueras para que caminen dos o tres cuadras para acceder a su objetivo final. Y ni imaginarse de lo que pueda pasar en una emergencia como un sismo o incendio.

Como ciudadano contribuyente exijo que mis impuestos sean derivados al bien común, no al bien de un privado o privados. ¿Por qué debe la comunidad de reparar o asfaltar una calle a la cual solo acceden 4 o 5 vehículos? Desde un punto de vista pragmático, estas son responsabilidades que le competen a los usurpadores que ejercen como dueños de tales espacios. En estos momentos en que se debe de ser cuidadoso con el buen uso de un erario público, cualquier ciudadano en su derecho puede exigir y demandar por gastos ilícitos o uso doloso de fondos públicos para beneficios de pocos. 

domingo, 21 de agosto de 2016

CONVIDADOS DE PIEDRA (NUESTRA PARTICIPACIÓN EN RÍO, ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 21 DE AGOSTO)

El día de hoy cae indefectible el telón de la trigésima primera versión de los Juegos Olímpicos de la era moderna. Es también la primera versión en tierras sudamericanas y que, pese a que se  han llevado a cabo en un periodo político y económico turbulentos en Brasil, la magia y alegría cariocas han sido parte condicionante del éxito de los mismos. Es también un escaparate fulgurante en el que tanto atletas como países muestran sus notables avances en tal o cual disciplina. Es también una buena oportunidad de ver una gran gama de deportes que se practican en diversas latitudes y que por la tiranía y mediocridad de nuestra pobreza periodística deportiva nunca los conoceríamos. Es también una forma de validar todo el dinero invertido en la organización de juegos anteriores para demostrar que lo gastado no fue en vano; así podemos entender el avance del deporte británico, chino, australiano, surcoreano y español, cuyos países fueron sede de versiones anteriores; el brasileño que es la actual sede; y el japonés, cuyo país los hará en el 2020. Es interesante ver que, aunque Rusia no esté entre los cinco primeros países, golpeado por el boicot contra sus atletas, de sumar todas las medallas de las anteriores repúblicas que conformaban al ex URSS, ocuparía el primer puesto del cuadro medallero.
El avance de muchos países latinoamericanos es de destacar. Anteriormente teníamos solo a Cuba y esporádicamente a Brasil en los cuadros medalleros. Además de estos, tenemos con medallas de oro a Colombia y Argentina,  este último con diversas disciplinas colectivas de calidad. Se suman a este cuadro, Venezuela, Puerto Rico, México y República Dominicana. ¿Y Perú? Veamos cifras. Perú envió 29 atletas y obtuvo 0 medallas; Bahréin 35, 2 medallas; Filipinas 13, 1 medalla;  Vietnam 23, 2 medallas; Kosovo 8, 1 medalla de oro. Lo mejor logrado por Perú en estos juegos: Julissa Diez Canseco que quedó en séptimo puesto en Taekwondo femenino (49 Kg) y Kimberly García en puesto 14 en Marcha de 20 km. Gladys Tejeda llegó en el puesto 15 en Maratón femenina. Cuando se escribe este artículo, queda pendiente la participación de tres maratonistas. Esperamos una actuación decorosa.

2019. El 26 de julio de ese año, la capital peruana será la sede de la décimo octava versión de los Juegos Panamericanos. Como país anfitrión, hay muchos retos por abordar; estos tres años que quedan obligan a una ciudad caótica y bastante desorganizada a tener claras sus metas. Pero, por el lado deportivo sí es preocupante. Como dueños de casa, es una obligación que estemos presente en cada una de las 48 disciplinas, en ambas ramas, que se realizarán entre el 26 de julio al 11 de agosto.  ¿Estamos a la altura? ¿Son conscientes los medios de comunicación deportivos de lo que se nos viene? Un  indicador para todos: el fútbol, rey en nuestros medios, tuvo una única participación notable en Berlín ¡en 1936! Tres años nos quedan para cambiar el “chip”. ¿Lo lograremos?

EXPLOTACIÓN LABORAL INFANTIL (A RAÍZ DEL DÍA DEL NIÑO, ARTÍCULO PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA DE TRUJILLO)

El flagelo de la esclavitud no ha desaparecido. La explotación laboral de muchos niños de pobre condición envuelve una actitud esclavista en la actualidad. Se la empleó en épocas pasadas y actualmente tenemos formas cada vez más sofisticadas y justificadas de estas veleidades humanas. La esclavitud es la forma más barata de conseguir un recurso de trabajo casi gratuito y para eso se debe de degradar al ser humano a la condición de una bestia de carga o de una máquina, pues es una fuente de energía laboral que debe de generar muchos réditos y poco gasto. En otras palabras, una forma de alta rentabilidad.
En la antigüedad, la esclavitud logró sus formas de sofisticación durante el Imperio Romano, en el que se estableció un complejo sistema para comercialización y categorización de diversos grupos humanos (hombres, mujeres y niños), incluso con un intrincado aparato legal que permitía a una persona convertirse en un ciudadano libre o, por el contrario, en un esclavo. Los famosos gladiadores fueron, en muchos casos, esclavos que podían ganar su libertad; o, sino, una derrota de un ciudadano metido de gladiador significaba convertirse en un esclavo más. El cristianismo cuestionó este sistema y esta posición le permitió ser acogido masivamente por miles de personas en esa condición. Pero la cristianización no va a ser un impedimento de su difusión; las conquistas europeas desde el siglo XIV en adelante va a encontrar “carne fresca” en diversos continentes, sobre todo África. En América, las discusiones si los aborígenes contaban con alma o no, pese a las discrepancias o justificaciones por parte de hombres religiosos como Bartolomé de las Casas, solo van a generar atenuaciones en el trato duro y salvaje que tuvieron los conquistadores con los diversos pueblos sometidos. El nuevo sistema de esclavitud va a tener diversos nombres como obraje, encomienda u otras formas de usurpación sobre diversas etnias y culturas de la América precolombina. Lo interesante es que no solo trabajaban gratis, sino que además debían de pagar impuestos por su condición de avasallados sin importar la edad o sexo.
La expansión de los DDHH después de la Revolución Francesa ha sido un proceso largo de concientización. Y no acabará. Los últimos dos siglos han sido turbulentos con independencias violentas en antiguas colonias africanas (como Congo Belga o Argelia) o la macabra maquinaria del nazismo que clasificaba a muchas etnias como infrahumanos.  En realidad, los DD.HH. van en contra de la lógica de una obtención escandalosa de ganancias, que incluso tienen hasta legitimación (se crea un cuerpo legal para su justificación).  Las condiciones laborales de muchas empresas en el extranjero, como las famosas maquilas, no es sino una forma de explotación tan frecuente en la que se emplea a mano de obra más barata como lo son las mujeres y los niños. Y muchas empresas hacen la vista gorda ante esta cruda realidad. Es que es una ganancia redonda. Y los estratos más vulnerables, débiles e invisibles de la sociedad como lo es el niño es carne fácil de una pirámide de explotación que nace, en muchos casos, en hombres de corbata hasta padres Inescrupulosos que los emplean para obtener ganancias indebidas. Tapar el sol con un dedo.

domingo, 14 de agosto de 2016

EL ABUSO DEL DERECHO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO AGOSTO 21)

En los últimos años, gracias a un movimiento mundial centrado en el respeto de los derechos esenciales de la persona, la sociedad peruana ha ido experimentando una serie de cambios positivos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en la búsqueda de hacer respetar los derechos básicos y resarcir hechos errados en el pasado con el fin de lograr una sociedad más justa y digna. Diversos estados del mundo se han ido adhiriendo a propuestas filosófico-jurídicas para proteger a sus ciudadanos y darles la seguridad de poder cubrir sus necesidades básicas. Este es el ideal de todos los hombres y mujeres que pueblan el planeta. O, por lo menos, el de la mayoría.
Sin embargo, la realidad suele distar de esta suerte de aún entelequia por diversas razones. En su realización, vemos diversas situaciones por las cuales los derechos no son aplicados en su cabalidad. Las razones son muchas, siendo el principal condicionante, lo económico. Sería largo discutir esta causa en un espacio como este. Vayamos, eso sí, a una reflexión sobre lo cotidiano. El motivo del origen de muchos conflictos diarios se da por el escaso conocimiento o una información tergiversada que se ha impartido en las personas sobre la aplicación de tales derechos personales. La presencia de derechos individuales va acompañada de los colectivos, puesto que el reconocimiento y la aplicación de mi individualidad y mis derechos se dan en cuanto en interrelación con más individuos, con una colectividad. El equilibrio entre lo personal y lo colectivo es lo que debería de regir nuestras vidas, las relaciones armoniosas. Pero, la corrupción y el afán de lucro han ido distorsionando las mismas. De un desamparo permanente que tenían diversos sectores de la sociedad se ha pasado a una sobreprotección nada saludable que es explotada por cientos de personas inescrupulosas, creando entornos jurídicos para beneficiar a aquellos evidentes trasgresores de las más mínimas leyes de convivencia. No solo hay delincuentes probados que salen campantes e impunes a continuar con sus fechorías bajo raros y efectivos mantos legales, o choferes de transporte público que son unos verdaderos asesinos del volante y siguen manejando en una ciudad convertida en una jungla por sus bravuconadas; también hay una serie de ciudadanos simples que han hallado en estos vacíos formales la posibilidad de generar una renta permanente o justificar su accionar trasgresor con sus vecinos, sus círculos sociales o los círculos de otros. No es el sentido del derecho lo que persiguen las más de las veces, sino las pingües ganancias que obtendrán gracias a la colusión con personajes oscuros del mundo judicial.

La educación ciudadana debe de formar a los individuos para defender de sus derechos; también honrar sus obligaciones y ser consciente que sus acciones deben de tener una consecuencia; estas dos últimas son frecuentemente olvidadas. Una amnesia intencional, obviamente.

domingo, 7 de agosto de 2016

POR UNA MÁS (A RAÍZ DE LA MARCHA NI UNA MENOS) ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 07 DE AGOSTO

En torno a la marcha “Ni una menos”, han surgido comentarios positivos y negativos tanto desde afuera como en el interior del círculo de personas sobre las cuales recaerán los efectos de esta. Los cambios sociales que deben de ir surgiendo en cualquier sociedad son cambios lentos y difíciles; llevan su propio ritmo. Algunas veces estos cambios son acelerados por voluntad popular como la famosa Revolución Francesa o el Mayo del 68. El movimiento hippie de los 60 fue una reacción paulatina que devino en un cambio necesario en la sociedad norteamericana de entonces, en la que la guerra de Vietnam era uno de los detonantes principales que exigían un reacomodo urgente de diversos actores sociales. Los cambios deben de ir madurando en el grupo social para ir despojándose de paradigmas aprendidos por décadas y que se convierten en lastres enraizados en los entes sociales más insospechados. El término “machista”, por ejemplo, no es imputado solo al varón sino a muchas mujeres que enseñan, bajo ese filtro, a los demás miembros  de la sociedad; en este caso, a sus hijos. El desarrollo de la equidad de género ha tomado un largo camino y aún le falta mucho por recorrer, puesto que lo más difícil no va a ser crear leyes o condiciones para que estos derechos puedan prevalecer. Lo difícil va a estar en el cambio de la mentalidad de una sociedad que, quiérase o no, sí ha sido homogénea en considerar ciertos roles y posiciones estructurales como naturales e inalterables, incuestionables. Incluso desde diversas manifestaciones sociales, como la lengua, hay diversos ejemplos que muestran en su organización e interpretación un mundo orientado hacia lo masculino. Aún a las mujeres que trabajan se les reclama el hecho de que posterguen su maternidad u otros roles para las cuales fueron “creadas”, como algunos líderes religiosos sostienen muy sueltos de huesos. Para muchos historiadores, la segunda Revolución Industrial fue una partera de los movimientos feministas, los cuales surgieron con movimientos socialistas o comunistas, los que no veían con buenos ojos el despertar de las mujeres en el nuevo orden social. Peor aún fue en los sesenta cuando la mujer comenzó a controlar su fertilidad a través de la píldora anticonceptiva por la cual surgieron miles de detractores. Solo basta ver toda la turbulencia actual con la píldora del día siguiente. Y son, muchas veces, las mismas mujeres que “lanzan el grito al cielo” por haberles permitido acercarse más a su independencia.  
Esta marcha puede tener una repercusión poderosa en la sociedad urbana peruana, en el pensamiento colectivo, en la visión de nuestra sociedad. Se espera que esta no sea un evento social, ni un encuentro de amigos, ni la oportunidad para         que muchos fanáticos de la virtualidad se dediquen a cazar Pokemones durante esta. La posibilidad de estropear o debilitar sus objetivos radica en gestos de sus participantes. 
Y, sin embargo, se mueve.

domingo, 31 de julio de 2016

NUEVOS AIRES DE MODERNIDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 31 DE JULIO)

El discurso emitido a toda la nación por el nuevo Presidente este 28 de julio aún resuena entre muchos peruanos y es motivo de comentarios de los más diversos. En los cuarenta minutos que duró el mensaje, se esbozaron algunas líneas troncales que serán el norte del nuevo Gobierno y que esperan el consenso de todos los peruanos, incluso de aquellos que dicen ser la oposición, pese a que tienen más puntos en común que de disentimiento. Las propuestas tuvieron que ser presentadas de manera general por ser un discurso que presenta lo que se quiere trabajar y sobre las que fundamentará su trabajo por este lustro.
Un punto de interés y que es vital para el país es el de la Educación. En su original Plan de Gobierno, se contempla una serie de detalles que abarcan a esta de manera global y articulada. Hay programas que se van a continuar con los afinamientos necesarios; pero la necesidad de retornar a ciertos cursos en el currículo escolar, importantes para la formación holística de un ser humano, es un buen anuncio. Un buen ejemplo es el caso del curso de Música. Para muchos, este curso no es más que un relleno en un plan curricular; sin embargo, además de incrementar la cultura y sensibilidad de cualquier niño o niña, es también una herramienta indirecta, pero efectiva,  para el aprendizaje de idiomas, uno de los puntos más débiles de nuestros proyectos educativos.  Un conocimiento básico de la tonalidad y la melodía aproxima a los jóvenes a nuevas lenguas con más ventajas que aquellos que tienen una pobre formación acústica. El sentido excesivamente utilitarista que prima en las personas e instituciones debe de dar un paso atrás para poder mejorar diversos índices educativos que nos avergüenzan continuamente. Otro curso que se debe de revalorar es Educación Cívica, curso vapuleado que, en muchos casos que conozco, su evaluación dependía de la participación de un alumno en marchas, ceremonias religiosas u otras actividades que exigían la presencia de este. Un curso como este debe de ser el constructor de la ciudadanía, por lo que debe de ser un cuestionador de los problemas sociales generados por la corrupción u otros defectos sociales. Su buena implementación va a permitir fortalecer el tejido social tan venido a menos en las últimas décadas; además de tener ciudadanos responsables y conocedores de sus derechos, permanentemente pisoteados en todos los campos sociales. Importante es haber oído sobre la necesidad de un retorno urgente de las humanidades en toda la educación de nuestro país. Estos cursos fortalecen la conciencia individual y colectiva de una sociedad. Hemos sido testigo cómo estos cursos han sido siendo desplazados paulatinamente de todos los currículos educativos, no solo escolares, sino en institutos y con mayor descaro en universidades.
Pero dicen que el infierno está empedrado de buenas intenciones. Espero que la voluntad nacional no sea que lo dicho quede en intenciones

domingo, 24 de julio de 2016

VOTO DE CONFIANZA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO JULIO 24)

Faltan pocos días para el cambio de gobierno. Este 28 de julio, millones de peruanos estaremos atentos a lo que Pedro Pablo Kuczynski nos anuncie en su discurso, pues ciframos esperanzas de una situación mejor y que se aborden temas cruciales con más entereza y definición de lo que se ha venido haciendo en las versiones gubernamentales de las últimas décadas. Temas fundamentales como seguridad y corrupción, educación de calidad y una efectiva reducción de la pobreza, las tres íntimamente relacionadas, no han sido del todo directamente abordados por haberse dado prioridad a otros intereses que no eran de todo fundamentales para la sociedad peruana, sino a grupos de poder determinados. Solo basta ver los ataques y posturas en contra de la ley universitaria propuesta por el congresista Daniel Mora con el fin de monitorear la fábrica de títulos en la que se han convertido muchas universidades tanto públicas como, sobre todo, privadas. Las enmiendas económicas necesarias para formar las bases de una distribución más equitativa y una economía más dinámica han sido boicoteadas permanentemente aduciendo temores sobre alteraciones del “exitoso” modelo económico de las últimas décadas que ya está haciendo agua por diversos frentes. Estas demoras han impedido un desarrollo equilibrado en pro de un crecimiento que ha acentuado diferencias sociales y ha ahondado injusticias a lo largo del territorio peruano. La fe ciega en una economía extractiva y la pronunciada centralización política, económica y cultural de nuestro país nos están pasando la factura por no haber actuado en el momento preciso y por solo haber escuchado a determinados grupos de poder que tienden a lavarse las manos con relativa facilidad. Asuntos pendientes como una profunda reforma del Estado y una verdadera lucha contra la corrupción y el narcotráfico han estado en los pendientes de los últimos tres gobiernos de la casa de Pizarro. Además queda reparar ese descrédito que ha generado la dinámica política en grandes sectores de la sociedad peruana, pues en campañas electorales se promete una cosa y luego se procede a hacer otra.

El panorama tiene algunos visos poco prometedores por el variopinto Congreso con el que le va a tocar gobernar. Ya algunos de los congresistas han declarado su intención de ser una oposición a rajatabla e incluso ya ha habido algunos contubernios como los que hubo ancestralmente cuando ciertas alianzas entre partidos hacían borrón y cuenta nueva del pasado generando escándalos memoriosos, todo en pro de desequilibrar al nuevo estadista elegido. Además, ya estas alturas con un equipo de ministros anunciados, algunos personajes del nuevo gabinete ministerial ya han sacado varias ronchas como el caso de Cayetana Aljovín o la excesiva presencia de tecnócratas que hace temer una continuidad de lo vivido en los últimos gobiernos.
Pese a todo, 8'591,802 de peruanos estamos poniendo nuestro voto de confianza por un país mejor.

domingo, 17 de julio de 2016

FANATISMO CALCULADO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE JULIO)

El 14 de julio es una celebración simbólica para el desarrollo del concepto y las ideas de la democracia. Aunque se desató una vorágine sangrienta por casi una década, las ideas desarrolladas por un grupo de pensadores humanistas iban a ponerse en práctica en un continente que clamaba a gritos un cambio drástico en la estructura social y todo lo que surge en torno a ella. La Revolución Francesa, llamada también, la revolución burguesa, permitió un giro de 180 grados en cuanto a lo que el poder y el orden social significaban en ese entonces. Y la sociedad occidental se inclinó por ese cambio que va a gestar las democracias formales de muchos países de la actualidad; además va a iniciar una perspectiva nueva de la visión del individuo frente a toda manifestación de la construcción social como las ideologías y la cultura. Es el triunfo del concepto de hombre que unifica a la humanidad por encima de todas las manifestaciones que crean sus diferencias y sus exclusiones. Ese es el valor que una efeméride como la Toma de la Bastilla recibe por varios hombres y mujeres que luchan por ideales democráticos alrededor del planeta.
El ataque perpetrado en la ciudad balneario de Niza asume un peso ideológico más allá del acto criminal e insano cometido por un fanático de origen tunecino que ha causado la triste cifra de 84 víctimas. Se ha escogido una fecha para atacar los principios de los derechos fundamentales de la humanidad. Es el fanatismo, en cualquiera de sus versiones, el que halla a esta fecha como una razón antagónica a sus intereses. La acción, además de crear el caos y la zozobra, genera el repudio a un sistema y el cuestionamiento del propio, acentuando las diferencias y generando los recelos, caldo de cultivo muy bien aprovechado por extremistas y fanáticos de cualquiera índole. Los temores exacerbados atacan directamente al sistema democrático; lo debilita en su esencia, pues se lo identifica como un modelo gubernamental débil y excesivamente permisivo.
La raíz del problema no nace en la supuesta debilidad de la democracia; nace en la carencia de una adecuada educación ciudadana. Por eso los revolucionarios franceses entendieron que para que su sistema sobreviva debían apostar por la educación obligatoria, laica y universal. Lo que hemos visto estas últimas semanas son diversas manifestaciones que empañan la búsqueda del trabajo común. Así se pueden entender desde los fanatismos religiosos suicidas, la masacre de una discoteca gay en Florida, el famoso Brexit o intentonas golpistas como la de Turquía, hasta el acaparamiento del poder por diversas estrategias basadas en el miedo y la intolerancia en los juegos electorales que quieren poner en jaque la estabilidad de un gobierno o diversas instituciones que conforman el tejido social de una ciudad, región o país.

Queda un largo y tortuoso camino por recorrer.

domingo, 10 de julio de 2016

AVANCES AMENAZADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN EN EL DIARIO CORREO DE TRUJILLO)

La comunidad peruana ha visto el sábado 02 de julio una marcha en muchas de sus ciudades que ha removido varias conciencias, ha llamado la atención a diversos medios y ha perturbado la mente y la tranquilidad de ese extraño statu quo que atenta contra muchas minorías. La marcha de la comunidad LGBT por las calles de Trujillo el último sábado ha perturbado muchos pareceres de varios trujillanos sobre el problema de minorías. Quizá para muchos, algunas actitudes de los participantes no eran las adecuadas y trasgredían ciertos códigos de moral cotidiana, pero estas marchas ocurren porque algo no está marchando bien entre nosotros. Sin embargo, actividades como estas ya están calando en nuestra sociedad aún intolerante y anclada en zonas de confort que supuestamente reflejan el pensamiento de una mayoría. Estamos cambiando.
Pero mientras vemos a personas e instituciones que luchan por lograr una sociedad más tolerante y que se maneje con criterios de justicia y equidad, en otros lares de nuestro planeta hemos visto, conmovidos y aterrorizados,  cómo la intolerancia y la intransigencia están a flor de piel y se manifiestan de las maneras más cruentas e implacables. La absurda muerte de más de dos centenares de personas por una bomba asesina en la vieja Bagdad y la de dos ciudadanos afroamericanos y la masacre de una discoteca gay y la de cinco policías en Norteamérica, así como la silenciosa muerte de un joven travesti en un barrio de nuestra ciudad,  nos muestran que el camino aún es largo por recorrer. El hombre crea más instrumentos y referentes de segregación que de integración; y los extremos de estos son los fanatismos y dogmatismos. Son herramientas supuestamente prácticas e, incluso, incuestionables que usamos para “medir” al otro, para encasillarlo y clasificarlo, ubicarlo en un escalafón de una estructura social que queremos que sea inamovible. Hombres y mujeres tratan de hallar mecanismos de integración para lograr una sociedad menos violenta y más inclusiva, pero diversos motivos se hallan para que estos no se logren. Solo basta ver  todas estas herramientas que me permiten segregar: raciales, generacionales, lingüísticos, económicos, geográficos, culturales, físicos, de género, de opción sexual. 
El mundo jurídico e intelectual propone mecanismos y posturas que tratan de contrarrestar esta situación, pero las costumbres y los saberes adquiridos desde la niñez en el hogar y escuela enraizados en nosotros impiden su implementación. Es un proceso lento que parte desde la casa y las aulas. Muchas sociedades han comenzado a trabajar en propuestas inclusivas que han tenido muchas reacciones de animadversión, más por ignorancia que por planteamientos coherentes. Pero se ha avanzado. Y la peruana está en ese camino inexorablemente.

lunes, 4 de julio de 2016

NUEVOS VIENTOS Y DESAFÍOS SOCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN CORREO DOMINGO 03 DE JULIO)

Estamos ya a menos de un mes para que el nuevo Presidente asuma el mando de la Nación peruana. El nuevo Gobierno ha de recibir los logros del saliente y enmendar los varios errores generados y los que arrastramos de antaño.
Logros los hay, sobre todo en la rama educativa, en la que se hizo una mayor inclusión de grupos sociales de limitados recursos que les impedía acceder a una mejor opción en estudios superiores o, en muchos casos, a ninguno. He participado en entrevistas a jóvenes a quienes las oportunidades de poder realizar sus sueños académicos se han hecho realidad. Como proyecto hay aún cosas y puntos pendientes, pero son para corregir y mejorar, no para descartarlo o eliminarlo. Es también una opción de internacionalizar a nuestros jóvenes que, de concretar todo el proceso, han de mejorar nuestra educación que se halla aún rezagada; este sea quizá uno de los puntos que tendrá que abordarse y afinar para que cuando esos jóvenes retornen puedan ejercer en campos laborales adecuados y realicen labor académica en diversas universidades del país (no solo Lima) y que puedan trabajar tanto en el mundo público como privado. Si se ha “sembrado” en este gobierno esta interesante simiente, está en los posteriores incorporar el proyecto, mejorarlo, complementarlo, hacerlo política de estado. 

Gobiernos anteriores han fracasado en el proceso de repatriación de académicos e investigadores de diversas ramas por diversas índoles: ineficiencia, corrupción y celos profesionales han sido las más de las veces que han boicoteado estos proyectos que hubieran permitido a nuestro mundo universitario mejorar con creces. Aparte del orgullo de ver a un académico triunfar en otras latitudes, debería de ser una invitación a reflexionar a nuestra sociedad que no ha sido capaz de darle los recursos y opciones para que desarrolle su potencial en las ciencias exactas, puras o humanas. Reflexionemos sobre algunos frecuentes escollos que han atentado contra la repatriación de académicos: ineficiencia por la escasa o nula preparación para acogerlos a su llegada y el proceso de adaptación. Hubo casos de peruanos que se habían ido por más de tres décadas y venían con familia y casa. Tuvieron un frío recibimiento, puesto que, más que una oportunidad de crecer, el recién llegado se convertía en un grave riesgo para la zona de confort de los demás. La morbilidad de la pereza está presente en todos los campos laborales. Pero, el más grave sea, quizá, la corrupción, aquella que cala toda actividad humana y que pareciera que se ha instalado definitivamente en nuestra sociedad, un mal difícil de erradicar. Desde el hecho de que fondos destinados para sueldos o implementaciones de laboratorios hayan sido dirigidos a otros intereses, hasta situaciones extremas como robo de patentes o extorsiones han desalentado a muchos académicos.
Hay un gran desafío abierto para este Gobierno.