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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 3 de octubre de 2021

TERRORISMO(S) (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 03 DE OCTUBRE)




RAE: 1. m. Dominación por el terror. 2. m. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. 3. m. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos. (
https://dle.rae.es/terrorismo?m=form).

Por mucho tiempo, los mensajes que tenían contenido específico sobre el terrorismo en nuestro país se habían circunscrito a un movimiento sedicioso que causó toda una serie de acontecimientos luctuosos contra la sociedad peruana. Este terrorismo ligado a dos movimientos políticos, el MRTA y, sobre todo, Sendero Luminoso (SL), generó una serie de cambios en nuestra sociedad, socavando el orden político de entonces y generando pérdidas económicas y, peor, humanas. La sociedad los fue denominando y masificando gracias a los medios de comunicación con cierta terminología: terrucos, terruqueo, terruquear. El terrorismo ejercido por SL caló en el imaginario de nuestras generaciones; esto fue hábilmente manipulado posteriormente de tal manera que la palabra en sí se delimitó a SL y sus seguidores, y se extendieron aviesamente hacia otras formas sociales y políticas como la protesta o las luchas reivindicativas que realiza cualquier sociedad. Craso error. La historia nos ha demostrado que el terrorismo se abraza a aquellas manifestaciones que explotan temores sociales, se enquista en la ignorancia de la gente y se vale de la democracia para usar sus mecanismos, avanzar en estas reglas de juego y, posteriormente, socavarla desde sus raíces. El caso del nazismo es un lamentable ejemplo: fue un movimiento político de extrema derecha, xenófobo, populista, violento, nacionalista hasta llegar al chauvinismo; llegó al poder y el resto es historia. Así pululan estos extremismos que cubren el espectro político desde la izquierda hasta la derecha políticas. Se convierten en partidos políticos, buscan adeptos y hacen alianzas: el Movadef es tan peligroso como esa alianza de Fuerza Popular con Vox. Como decía Robert Muchembled en su libro “Historia del diablo”: “todas las formas de monopolio del pensamiento rechazan completamente al adversario, no sin atribuirle un carácter diabólico de paso”. Explica cómo se construye la imagen de lo diabólico, construcción que puede aplicarse tranquilamente a cualquier ideología extremista en su visión de los otros; él lo explica como “un fenómeno colectivo muy real producido por los múltiples canales culturales”. Más aún: “es una suerte de maquinaria oculta bajo la superficie de las cosas, poderosamente activa, porque crea sistemas de explicación y motiva tanto las acciones individuales como los comportamientos de grupo”. Así para los terroristas, los demás somos una suerte de diablo que hay que atacar, derrotar y extinguir. Por eso, se recurre a toda suerte de estrategias en las que los mismos medios de comunicación sesgados ayudan a construir demonios donde no los hay. Ahora, sobre todo, hay que estar atentos.

domingo, 7 de octubre de 2018

TURBIAS ELECCIONES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 07 DE OCTUBRE TRUJILLO)


Hoy es un día decisivo para nuestro país. Millones de peruanos nos vamos a las urnas a depositar nuestros votos para elegir cientos de alcaldes municipales y distritales a lo largo de la nación, de los cuales 83 distritos electorales corresponden a la Región La Libertad representando igual número de plazas a ser copadas este domingo.
A lo largo del siglo XX y el actual, los procesos electorales han experimentado entornos interesantes. Por ejemplo, durante el siglo XX, hemos tenido 15 gobiernos centrales elegidos por votación popular; 5, por el Congreso; y 11, por golpe de estado. Durante la presencia de gobiernos irregulares (golpe de estado) de larga duración, los procesos electorales municipales se suspendieron hasta el retorno de la democracia formal en 1980. Desde entonces, estas elecciones han tenido diversos contextos históricos. Para los mayores de 40, aún se recuerdan las masacres de autoridades electas en pequeños y medianos poblados de la sierra peruana en manos de Sendero Luminoso, o en la selva por acciones del MRTA. Incluso en la locura que fueron los años 80, hubo más de una autoridad electa que fue torturada o desaparecida por las fuerzas del orden por errada asociación de estos mandos ediles con los movimientos sediciosos. Ser autoridad, (alcalde, prefecto) en esos lejanos pueblos significaba una muerte segura. La aparición rampante de nuevas variables ha transformado el rostro edil en muchas ciudades peruanas en las que el narcotráfico operaba y opera de manera abierta, ejerciendo diversas formas de control, entre ellas las alcaldías y regidurías. Fuera de esto, el retorno a la democracia formal desde los 80 experimenta cambios que alterarán paulatinamente estos procesos, por ejemplos, las campañas de los candidatos: muchas de estas se vuelven una verdadera muestra de clientelaje abierto con regalos (sobre todo, alimentos de primera necesidad) acompañados de promesas (muchas de las cuales, como de costumbre, no se cumplen) para las personas o sus comunidades, como carreteras, postas médicas, hospitales y, las más de las veces, plazas de toros o losas deportivas. Pan y circo. Los cierres de campaña se han ido convirtiendo en una fiesta ramplona y estruendosa en la que desfilan grupos musicales, vedettes, futbolistas, personajes de la farándula. Circo puro. El pan viene en táper.
Las elecciones 2018, aunque no han variado en su accionar, sí se han visto afectadas por todos los destapes suscitados desde julio de este año. La deshonestidad y cinismo político han generado una ola de escepticismo entre muchas personas que ven a muchos candidatos más ocupados por sus intereses personales que de los de la comuna. Una campaña suntuosa genera muchas dudas y conclusiones lapidarias: el candidato entra para recuperar su inversión y robar a mano libre. Los candidatos no han podido distanciarse de los políticos que pueblan el Congreso peruano, tan venido a menos en las últimas semanas. Tenemos la palabra y también el poder.

lunes, 11 de septiembre de 2017

MALOS EJEMPLOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DOMINGO 10 DE SETIEMBRE EN DIARIO CORREO DE TRUJILLO)

Culminada la huelga docente, uno comienza a sacar conclusiones de errores y aciertos de la misma. Uno puede pensar que estos cambios tendrán repercusión en nuestra sociedad. Sin embargo, otros hechos tienen más alcance en la sociedad, muchos de los cuales no se les da el verdadero valor de la profunda influencia que va a tener sobre una población tan sensible como la juvenil o la infantil. Cierto es que la huelga docente va a repercutir en estos segmentos, pero otros eventos están causando más impacto sobre ellos. Y no positivos, por cierto.
El primero se vincula a la situación extrañamente privilegiada de la joven mediática venezolana Korina Rivadeneira, a la que muchos medios de farándula la convirtieron en su comidilla y heroína. Esta circunstancia ha sido una ofensa a muchos de sus compatriotas y al público en general por la forma cómo la misma ha aprovechado su condición. El desarrollo de los acontecimientos ha dado al trasto con todo aquello que se quiere forjar en una juventud y niñez cada vez más carente de ideales y de metas positivas. La situación mediática tiene más impacto que planes anuales, sesiones de aprendizaje, capacitaciones docentes, el largo etcétera del proceso educativo. Aún los medios no asumen (o no quieren hacerlo) la responsabilidad de este pilar neurálgico de cualquier sociedad.
El segundo está ligado a la última semana bastante movida con la liberación de Maritza Garrido Lecca, una bailarina de la sociedad limeña, que fue enviada a prisión por su apoyo y acogimiento a Abimael Guzmán y varios cabecillas de Sendero Luminoso. Para muchos jóvenes y menos para los niños, los nombres de los personajes y movimientos de esta lúgubre historia les son completamente desconocidos. La juventud y niñez actual, movida por el consumo, la inmediatez y la frivolidad, desconocen la aciaga historia que nos tocó vivir. En su inmadurez gratuita, producto de los años 90 y de este siglo, no se permiten crear espacios de reflexión de los momentos que, pese al desarrollo económico, no han cambiado mucho en su esencia. De ahí se puede entender movimientos como Movadef en la sociedad peruana. El sentido “práctico” de la educación que se quiere impartir ha creado a niños y jóvenes prácticos, egoístas, aislados, frívolos, incultos y sobreprotegidos con derechos de clientes y nada de responsabilidades de estudiantes. Los valores para ellos son personajes cuestionables de farándula o del deporte más ligados al escándalo que a actividades edificantes. Y todo ello con el apoyo mediático creado en los 90 bajo el fujimorato de la prensa amarilla, los medios chichas y las cortinas de humo televisivas.
Así, con esta realidad cotidiana, buenos padres de familia que inculcan deberes a sus hijos o buenos profesores que tratan de desarrollar el espíritu crítico en sus estudiantes chocan con una gran muralla de intereses torcidos en la que se ha convertido la sociedad peruana de las últimas décadas

domingo, 4 de septiembre de 2016

RESTAÑANDO HERIDAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 04 DE SEPTIEMBRE)

Esta última semana fui testigo de dos eventos que se enmarcan en esas décadas de guerra interna (1980 – 2000): la presentación del libro Señor Cioran de Luis Eduardo García y la sentencia dictada a los autores de la masacre de Accomarca hace 31 años.
Luego del retorno de la democracia formal en nuestro país con  la elección de Fernando Belaunde, un movimiento sedicioso llamado Sendero Luminoso hacía pública su presencia ante la comunidad peruana con la famosa  quema de ánforas en un pequeño pueblo llamado Chuschi un 17 de mayo de 1980. Para los que íbamos, por esos años, a diversas universidades nacionales o privadas en diferentes partes del país, este movimiento clandestino ya era conocido en los pasadizos y en las elecciones de Centros Federados o de representantes por aula. Lo digo por experiencia propia. Pero nadie les dio la debida importancia sobre sus oscuras intenciones: dar el gran salto. Diversos autores intelectuales, entre historiadores, antropólogos, sociólogos y periodistas, han tratado de hallar explicaciones para este movimiento al cual Simon Strong denominó “el movimiento subversivo más letal del mundo” (HarperCollins Publishers, 1992); los trabajos de Carlos Iván Degregori (El surgimiento de Sendero Luminoso, 1990) y Gustavo Gorriti (Sendero, historia de la guerrilla milenaria en el Perú, 1990) son libros obligados que todo peruano debe de leer y debe de incluirse como tema a ser estudiado en las aulas por nuestra niñez y juventud a pedido de muchos educadores. No solo la academia abordó este periodo oscuro de nuestra historia; el arte ha ido más lejos. Muchos artistas, por su vena social, fueron confundidos como terroristas. Cuando Juan Acevedo y su famoso Cuy aparecían entonces en el Diario Marka, o los diversos dibujantes y escritores bajo la batuta de Nicolás Yerovi publicaban Monos y Monadas, solo esperábamos que la censura o la prisión no fuesen el destino de alguno de ellos. O quizá una bomba. Dura fue la experiencia de Francisco Lombardi y toda su gente para filmar La boca del lobo; tuvieron todas las trabas posibles en un año tan duro (1987) para que sea rodada en las sierras de Tacna. Los excesos se cometían por todos los frentes

No hubo peruano o familia que no haya sido tocado por este periodo. Muertos, exiliados, clandestinos, desterrados, aterrados por coches bombas y por una inflación galopante, corrupción y desgobierno. La mayoría tenía sed de venganza; por eso se aceptó todo lo que vino con el Fujimorato, el cáncer que destruyó instituciones íntegras que se tenían por sólidas e impolutas. Muchas personas canalizaron inadecuadamente esos demonios que los peruanos aún no hemos exorcizado. La CVR presidida por Salomón Lerner dio pautas y líneas para que el Perú oficial y su sociedad comiencen a abordarlos con criterios de justicia para que en cada uno de nosotros comience a restañarse esas heridas que quedan en nuestra psique social.