Este pasado 03 de octubre hubo por las redes sociales un
interesante intercambio de ideas, opiniones y memes sobre lo sucedido hace 47
años: el golpe de Velasco Alvarado que sacó del poder al Presidente Belaunde
Terry. Entre odios y amores, el periodo histórico llamado la primera Fase del
Gobierno Revolucionario o Velascato marcó la sociedad peruana por sus cambios
estructurales; todos los que éramos bastante jóvenes tuvimos una propia
experiencia que hasta la fecha no ha podido ser del todo bien cotejada, ya que
los estudios académicos aún carecen de una objetividad necesaria para ver el
docenio militar de manera desapasionada. Las generaciones de académicos más
jóvenes lo abordan con menos prejuicios para entender la etapa que transformó
la estructura social peruana en crisis en los 60 y contuvo la violencia social
y política que se nos vino encima en los 80, con Sendero y MRTA; estos estudios complementan los de
Julio Cotler, Luis Pásara o de Henry Pease, además de las reflexiones de Matos
Mar y Alberto Flores Galindo hechas en sendos libros publicados en los 80 también; las investigaciones del historiador y columnista
Antonio Zapata, y el trabajo académico que realizan diversos profesores de
Historia y Economía en el blog del PUCP (http://blog.pucp.edu.pe/blog/historiamaestros/2014/02/10/el-gobierno-revolucionario-de-la-fuerza-armada-1968-1980/) tienen que ser leídas con
detenimiento.
Las condiciones dadas para el golpe nos traen a la memoria la
ingobernabilidad propiciada por el inefable pacto APRA-UNO y el incumplimiento con
la IPC, agravado con el famoso extravío de la famosa Página 11, situación por
la cual Belaunde perdió el apoyo hasta de su propio partido. La nación le dio las
espaldas; el ambiente social y político en muchas partes del Perú era violento;
solo basta recordar los movimientos guerrilleros de Mesa Pelada y nos viene a
la mente Luis de la Puente Uceda; o el sur y evocamos a Hugo Blanco. Un año
antes del golpe el Sol sufrió una fuerte devaluación. Velasco, como todos los
militares que lo acompañaron en su proyecto, era egresado del CAEM, centro de
estudios militar, cuyas promociones idearon estrategias de prevención de
conflictos y focos inestables en el país. El gobierno militar quitó el discurso
de las izquierdas al nacionalizar Talara y aplicar diversas reformas, como la
agraria; algunas con resultados económicos desastrosos. Sin embargo, bajo la política de
compensación agraria va a surgir una de las familias más ricas del Perú: el
clan Romero. Su nacionalismo lo llevó a intentar crear una industria nacional
que no estuvo a la altura y muchos industriales se escudaron en el
proteccionismo aprovechándose de la limitada importación que había en ese entonces.
Quedan por verse temas como la extraña muerte de Banchero Rossi;
la interesante y boicoteada Reforma Educativa liderada por Augusto Salazar
Bondy; el mal manejo de la minería, aunque dos grandes proyectos se empezaron entonces (uno de ellos, Cuajone); la crisis dolorosa que devino en suicidio de José María Arguedas y la
oficialización del mundo quechua y las minorías étnicas (Perú Negro, por ejemplo);
el origen de una casta militar; el agresivo liderazgo diplomático de la época
como nunca lo tuvimos con Mercado Jarrín a la cabeza de la Cancillería. Tras varios años, el Perú tuvo rostro diferente, para bien o para mal.
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