Hasta los años 90, ingresar a la universidad era todo un reto. Implicaba una fuerte inversión en academias preuniversitarias, amanecidas y frustraciones. Además, nuestro país mantiene un defecto en el sistema educativo escolar: el de graduar alumnos muy jóvenes, con grandes escaseces de herramientas académicas y habilidades blandas. Desde ese entonces, se liberalizaron varios campos de la vida cotidiana de los peruanos; entre ellas, la educación. Así fueron surgiendo varios proyectos educativos de todo nivel en diversas partes del país para suplir las carencias educativas de calidad por un lado e incrementar, por el otro, la oferta que podría generar una sana competencia en un rubro que presentaba serias limitaciones por no ser cubiertas correctamente por el Estado. El Fujimorismo debilitó el Estado hasta donde pudo y dejó un “laissez- faire” a la iniciativa privada para suplir estas necesidades. Así fueron surgiendo centros educativos en todos los niveles, pues la creación de estos contaba con beneficios tributarios y otras facilidades para la inversión. El boom educativo devino prontamente en un franco desorden que permitió, incluso, la apertura de numerosas instituciones en situación precaria no sólo en sus planes curriculares, sino en sus mismas instalaciones. Además, esta insana proliferación se tornó en un evidente deterioro de la calidad educativa, pues ante un mercado que se iba reduciendo de postulantes y el abaratamiento de costos, muchas universidades privadas comenzaron a bajar todos sus niveles en pro de la rentabilidad, palabra que resultó toda una amenaza contra la educación en sí. La retención de estudiantes a toda costa y el relajado control de las instituciones educativas superiores permitieron que gente inescrupulosa abriese aulas, incluso, en cocheras de casas particulares. La creación de la SUNEDU obedece, precisamente, a detener esta incontrolable orgía de las máquinas de títulos en las que se han convertido casi todas las universidades. Desde entonces, ha habido una confrontación abierta contra esta y muchos oscuros lobbies se convirtieron en partidos políticos. Así vemos cómo diversos personajes han ido ascendiendo a nuestro lamentable congreso para buscar sólo los intereses más torcidos contra la calidad educativa. La exigencia de estándares mínimos las obligó a tener que adecuarse a un perfil básico de lo que es una universidad. Pero un perfil básico, con el que no se aspira a estar entre las mejores de Latinoamérica, ni de lejos. El objetivo es evitar el mayor número de situaciones irregulares como la creación de carreras sin ningún plan de estudios, ni una idea de la proyección sobre la comunidad: se las creaba puesto que los nombres de dichas carreras eran bastante “marketeros”. Y hay muchos puntos más de observación. De debilitarse la SUNEDU, la espiral de descenso de la universidad peruana será inevitable; nuestro sistema será un paria en el mundo académico mundial.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 8 de mayo de 2022
viernes, 17 de marzo de 2017
¿PREPARADOS PARA LA ADVERSIDAD? (ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA CONSTRUYENDO 13 DE NOVIEMBRE 1998, HACE 19 AÑOS). SIGUE VIGENTE.
Artículo publicado el 13 de noviembre 1998, Revista Construyendo Diario
La industria
Los últimos acontecimientos que
abatieron a nuestro país deben de invitarnos a una reflexión sobre nuestra
actitud y planificación de todas las actividades que desarrollamos, empezando
por una de las más básicas y prioritarias: la educación.
Hemos sido testigos de un cambio
de actitud general hacia muchos cursos escolares, desplazados unos por otros,
los últimos magnificados por una serie de cambios que han venido sucediendo en
los últimos años. Esta actitud, sin embargo, no solo es ajena a los PPFF o
estudiantes, sino a los mismos docentes de los cursos en cuestión, lo que
agrava esa dejadez traslucida en poca innovación, escasa motivación y débil
capacitación que se da los docentes de esas áreas. Me estoy refiriendo a los
cursos de Geografía, Historia y Educación Cívica.
Vamos paso por paso. El reciente
fenómeno del Niño (1998) es un acontecimiento evidentemente geográfico, cuya
repercusión se hará sentir por varios años, en un principio, negativos; y, de
ser bien canalizados, en positivos. Este acontecimiento ha sido estudiado por
mucho tiempo por los científicos especializados en geografía física y
climatología. Los instrumentos cada vez más sofisticados permiten obtener datos
más exactos, corroborando o corrigiendo observaciones hechas hace varios años e
incluso siglos.
Es, también, un fenómeno histórico, de marcada preocupación
por todos aquellos que han sido, son y serán afectados por este acontecimiento
de envergadura que causó, incluso, la desaparición o casi extinción de culturas
ancestrales. Por lo tanto, las preocupaciones centradas en la visión real de
que dicho fenómeno es inevitable han desarrollado, a lo largo de la historia,
respuesta para poder sobrellevarlo. En algunos casos, los antiguos peruanos
lograron armonizar y sobrevivir al fenómeno; en otros, significó la extinción
de esa civilización.
El desarrollo silencioso de la
Historia y Geografía permite entender mucho mejor por qué muchas culturas se
hubieron extinguido sin que haya mediado participación externa humana
(invasión, guerra). Algunos misterios comienzan a ser comprendidos en su real
magnitud gracias a la necesaria interrelación disciplinaria, acción aún no del
todo planteada en aulas escolares o universitarias, más por prejuicio o celos
desarrollados en las últimas generaciones. Este conocimiento es necesario para
cualquier sociedad, pues le permite buscar medidas preventivas y a desarrollar
estrategias que nos permitan continuar existiendo evitando el colapso. Y este
conocimiento, básico o profundo, se accede por la educación de toda la
población involucrada.
La población, de pronto, se
encontró sorprendida por aquello que ya estaba previamente anunciado. El diario
La Industria publicó mapas donde figuraban datos ya observados ¡hace siglos!,
datos que la arrogancia moderna jamás los tomó en cuenta. Calles céntricas del
viejo Trujillo son en realidad cauces secos. Se construyeron edificaciones
–hasta de material noble-en lechos de ríos secos, los cuales se colmataron (no
hay que ser un genio de ingeniería o de historia para saberlo, ¿o sí?) y
volvieron a su esencia natural. ¿Qué pasó con todos los sofisticados
conocimientos de ciencia y tecnología frente a lo de Mampuesto? ¿Se consultó a
los anales de la historia que fue un RESERVORIO creado para aprovechar las
aguas de las quebradas? Otros datos, desde el aire se ve cómo estuvieron
afectados, Huanchaco, Huanchaquito, Trujillo y sus numerosos barrios, el cauce
del río Moche, todos anegados; pero Chan Chan no muestra amenazas de este
desembalse.
¿Qué pasó con Defensa Civil, la
cual TODOS integramos? ¿Qué pasó con nuestro sentido de colaboración,
solidaridad y orden durante el desastre? ¿Por qué la gente se dedicaba a crear
sus propias protecciones sin orden y coordinación alguna para crear una suerte
de canal para canalizar las aguas que venían? ¿Dónde aprendemos esto? ¿Hay
cursos destinado para esto? ¿Matemáticas, Química, IT? De aquí vienen más
preguntas: ¿cuántas horas gastan nuestros estudiantes en marchar por las calles
de Trujillo, las cuales no saben proteger en caso de desastre? De haber
capacitado mejor a nuestros jóvenes, ¿hubiesen sido más efectivos en hallar
respuestas a padres desesperados ante una casa inundada? ¿Qué les estamos
negando, pues, a nuestros estudiantes en nuestros centros educativos?
De ahí vienen más dudas sobre las
universidades, ¿estas instituciones que forman a los futuros dirigentes (creo)
de su región, ciudad y barrio incluyen en sus estudios de la realidad, si es
que los hay, la presencia de este Fenómeno? Ingenieros civiles, arquitectos,
economistas, comunicadores, ¿saben lo que es el Niño y lo que debe de hacerse
para atenuar sus consecuencias? Entonces, ¿es el Fenómeno del Niño un acontecimiento
importante a tomar en cuenta o nos lo pasamos por alto?
En nosotros, como docentes, están
las respuestas.
domingo, 4 de diciembre de 2016
LA EDUCACIÓN EN TIERRA DE OTORONGOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 04 DE DICIEMBRE)
Que la educación es un negocio redondo, nadie lo puede negar.
Que el estudiante es un cliente, es un enunciado conocido y dicho por todos los
estamentos de una institución educativa superior desde la implementación de la
Ley 26549 que liberaliza y estimula la inversión en la educación universitaria en
el sector privado. Y bajo ese espíritu liberal apareció una palabra que va a
decidir el rumbo de muchas universidades: rentabilidad. Otras palabras fueron
acompañando a estas nuevas instituciones como lo son calidad, accesibilidad,
acreditación, entre otras; algunas se fueron quedando por diversas razones en
el camino en muchas de las más de ciento cuarenta universidades que funcionan
en nuestro país. Desde el 2014 el Estado se propone, con Jaime Saavedra a la
cabeza, enmendar esta distorsión que atenta en contra de la educación peruana.
La rentabilidad y la calidad se fueron distanciando por la
priorización de la primera, a tal grado que en la actualidad hay universidades
que funcionan en condiciones precarias otorgando títulos a nombre de la Nación a
personas que han sido engañadas y estafadas al haberles confiado su educación
superior. Con el fin de incrementar el lucro, se sujetaron al concepto de
mercado y bajo su nombre se engendraron propuestas poco académicas y más
ligadas al marketing: la aparición de nuevas carreras con títulos rimbombantes
obedece más a la creación de un concepto de mercado que a un estudio real y
académico de su propia creación. Se han creado carreras que tenían un nombre y
no un plan de estudio para satisfacer un reducido mercado laboral altamente
volátil. Las universidades se han dejado ganar por el sentido de la oportunidad
que por la proyección de una necesidad en el tiempo y en su espacio físico. El
sentido de lucro llega a distorsionar todo el quehacer universitario:
sobrecarga laboral; inestabilidad académica; escasa o nula investigación o
publicación; reducción de cursos más con criterios financieros que académicos;
abundancia de cursos masivos virtuales; redefinición del pensamiento crítico;
estandarización silábica con la anulación de cátedra docente; reducción
sistemática de la desaprobación de estudiantes no aptos para la vida
universitaria. Estos son los principales síntomas que evidencian el deterioro
de una universidad para convertirla en una máquina generadora de títulos con el
fin de satisfacer a los clientes que pueblan sus aulas. En muchos casos es
mejor tener a un graduado de un instituto más efectivo en procesos sencillos
que uno universitario de dudosa procedencia.
Es todo un logro el haber cancelado las propuestas académicas
universitarias de querer licenciar a personas en solo tres años. Pero los
congresistas otorongos que protegen sus predios de mediocridad y los comprables
quieren eliminar la Ley del 2014 y censurar a su principal gestor. Esperemos
que la sensatez y el compromiso por el bien nacional sean el verdadero
derrotero de la mayoría.
lunes, 4 de julio de 2016
NUEVOS VIENTOS Y DESAFÍOS SOCIALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN CORREO DOMINGO 03 DE JULIO)
Estamos ya a menos de un mes para que el nuevo Presidente
asuma el mando de la Nación peruana. El nuevo Gobierno ha de recibir los logros
del saliente y enmendar los varios errores generados y los que arrastramos de antaño.
Logros los hay, sobre todo en la rama educativa, en la que se
hizo una mayor inclusión de grupos sociales de limitados recursos que les
impedía acceder a una mejor opción en estudios superiores o, en muchos casos, a
ninguno. He participado en entrevistas a jóvenes a quienes las oportunidades de
poder realizar sus sueños académicos se han hecho realidad. Como proyecto hay
aún cosas y puntos pendientes, pero son para corregir y mejorar, no para descartarlo
o eliminarlo. Es también una opción de internacionalizar a nuestros jóvenes
que, de concretar todo el proceso, han de mejorar nuestra educación que se
halla aún rezagada; este sea quizá uno de los puntos que tendrá que abordarse y
afinar para que cuando esos jóvenes retornen puedan ejercer en campos laborales
adecuados y realicen labor académica en diversas universidades del país (no
solo Lima) y que puedan trabajar tanto en el mundo público como privado. Si se
ha “sembrado” en este gobierno esta interesante simiente, está en los posteriores
incorporar el proyecto, mejorarlo, complementarlo, hacerlo política de
estado.
Gobiernos anteriores han fracasado en el proceso de
repatriación de académicos e investigadores de diversas ramas por diversas
índoles: ineficiencia, corrupción y celos profesionales han sido las más de las
veces que han boicoteado estos proyectos que hubieran permitido a nuestro mundo
universitario mejorar con creces. Aparte del orgullo de ver a un académico
triunfar en otras latitudes, debería de ser una invitación a reflexionar a nuestra
sociedad que no ha sido capaz de darle los recursos y opciones para que
desarrolle su potencial en las ciencias exactas, puras o humanas. Reflexionemos
sobre algunos frecuentes escollos que han atentado contra la repatriación de
académicos: ineficiencia por la escasa o nula preparación para acogerlos a su
llegada y el proceso de adaptación. Hubo casos de peruanos que se habían ido
por más de tres décadas y venían con familia y casa. Tuvieron un frío
recibimiento, puesto que, más que una oportunidad de crecer, el recién llegado
se convertía en un grave riesgo para la zona de confort de los demás. La morbilidad
de la pereza está presente en todos los campos laborales. Pero, el más grave
sea, quizá, la corrupción, aquella que cala toda actividad humana y que
pareciera que se ha instalado definitivamente en nuestra sociedad, un mal
difícil de erradicar. Desde el hecho de que fondos destinados para sueldos o implementaciones de
laboratorios hayan sido dirigidos a otros intereses, hasta situaciones extremas
como robo de patentes o extorsiones han desalentado a muchos académicos.
Hay un gran desafío abierto para este Gobierno.
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