Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

miércoles, 24 de julio de 2019

MONSTRUOS TRUJILLANOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 21 DE JULIO)



La venida de amigos de otras latitudes nos permite refrescar situaciones comunes entre nosotros, pero que no serían toleradas en otras partes, incluidos nuestros vecinos del Norte o del Sur. Incluso en algunas ciudades del Perú. Los errores de gestiones y gobiernos anteriores; más el sentido de impunidad, escaso o nulo respeto por el otro y la deficiente educación cívica han hecho que muchas ciudades peruanas se hayan convirtiendo en lugares insufribles e, incluso, con pocas esperanzas de mejora. Lentamente, Trujillo va convirtiéndose en una ciudad dentro de este rango.
Tanto sus habitantes como autoridades elegidas por nuestros votos en democracia formal hemos generado situaciones de deterioro que nos hacen ver con pesimismo la disposición de la ciudad para las próximas fiestas de independencia tanto de Trujillo como la del país. En un pasado artículo mío publicado en este medio hablaba del deterioro de la calidad de vida del trujillano, en el caso concreto del manejo del ruido en nuestra ciudad. Ha cesado un poco el escándalo generado por diversas empresas de ventas de artículos eléctricos en diversos puntos de la ciudad, pero bandas escolares, polladas y discotecas son los nuevos elementos perturbadores. Pero se yerguen otros monstruos que deterioran la ciudad: la violencia, comercio informal, el tráfico y la manipulación de la basura son verdaderas pesadillas. De la violencia y la informalidad se ha vertido mucha tinta y están estrechamente vinculados con los otros dos.
El incremento exponencial del tráfico privado y público se da por la significativa presencia de vehículos nuevos, pero también por el nulo control para retirar vehículos en estado lamentable y de alto riesgo para la población. La crisis se acentuó con el populismo del fujimorismo que permitió el ingreso de autos usados o no aptos para circulación urbana, menos para uso público. Así aparecen los ticos, los colectivos y los mototaxis. Lo que en un momento fue una rápida solución para los miles de desempleados públicos, se convirtió ahora en una franca pesadilla compleja de solucionar. Un solo gran bus acoplado sustituiría a varios micros y combis, gran parte del gran problema. Pero generaría el desempleo de muchas personas (varios informales) que viven de esto. El retiro masivo de estos vehículos menores significaría una solución con dos rostros.
El problema de la basura tiene un amplio espectro: desde el económico (negocio redondo y mafias) hasta la escasa educación cívica. Se habla de un nuevo relleno sanitario, pero no hay plan global para la solución integral, incluido lo educativo, que pueda generar muchas oportunidades como energía, por ejemplo. El cobro de bolsas plásticas es algo. El sueño de una planta de residuos sólidos se aleja más de una ciudad que bota 330 toneladas diarias y es benevolente con sus agentes que ensucian más, tipo La Hermelinda o las compañías constructoras.
¿Quién le pone el cascabel al gato?

No hay comentarios: