Un congresista cuestiona la capacidad de las mujeres para acceder a las ciencias. Un ministro arenga una condición especial y es aplaudido por su audiencia. Varios congresistas votan leyes cuestionables como la que avala, cínicamente, formas nepotistas en el Estado peruano. Una periodista confunde torpemente, con sus comentarios, la condición de género de una congresista. Declaraciones de nuestro líder regional que prioriza las preocupaciones de otra región por su interés proselitista, mientras hay balaceras en centros comerciales y la ciudad tiene un grave problema en su infraestructura tras una única lluvia. Cinco personas mueren y otras más están afectadas por un suero letal fabricado y distribuido por Medifarma sin un control sanitario adecuado. Nuevamente, un grupo de niños piuranos, al estilo Qali Warma – ahora Wasi Mikuna (la acaban de cerrar)-, cae intoxicado por latas malogradas de pescado en aceite. Un largo etcétera de barbaridades y atropellos contra los ciudadanos. Vacuidad y necedad rampante, amenazante que nos rodea como sociedad. Y como corolario de todo esto, Trump pone a nuestro país un impuesto arancel del 10%, despidiéndonos del famoso TLC por el que tanto lobby hicieron Toledo y Alan García. Nuestros productos “bandera” de la agroindustria y metales se verán afectados y se parecerá, un poco, a la crisis vivida en 2008 en cuanto a la producción peruana agroindustrial. Y puede ser un poco más fuerte si sucede, como comentan varios analistas económicos mundiales, una recesión mundial. Situación que podría saltar agudos impactos sociales contra un gobierno que se sostiene con mocos y babas, gracias a que ministros y congresistas, se cubren las espaldas en su mediocridad y saquean el Estado hasta donde les alcance su angurria. Es interesante el análisis que hace Joseph Dager en la entrevista que le hace la cadena alemana DW (https://www.youtube.com/watch?v=ejJiyHNMxQA) en la que describe la miseria en la que se ha convertido el mundo político peruano actual, ese que permite todas las aberraciones y carencias que enfrentamos los peruanos día a día, ese que ha convertido las próximas elecciones en un verdadero infierno electoral, infierno en el cual los actuales congresistas se han acomodado para seguir fagocitando las arcas públicas. Se viene un escenario bastante complicado para la sociedad peruana. Y peor aún, si las repercusiones económicas mundiales dan un impacto colateral fuerte en la economía de nuestros hogares que pueden incrementar la desazón hacia el sistema democrático, el cual cada día se pone en tela de juicio por el accionar de nuestros políticos. ¿Qué platearán los líderes de los partidos políticos tan cuestionados en esta nueva contienda, interesados en ganar adeptos al disfrazarse de campesinos o cerrando la boca con dinero y bolsas de comida a ciudadanos en un país en el que 1 de cada 3 peruanos está en segmento socioeconómico E? ¿Qué irán a prometer?