¡Qué mal está la justicia
peruana! Todos, en cierta manera, conocemos o intuimos los niveles de
corrupción en los que está inmerso el Poder Judicial; pero los audios emitidos
y la posterior reacción de la Fiscalía de querer actuar prontamente contra
IDL-Reporteros ya rozan con un nivel de cinismo que no sé si la sociedad
peruana tolerará. Personalmente, espero que no. Se han buscado todas las
excusas posibles a medida que las emisiones de los audios se realizaban, pues
los explosivos contenidos han ido estallando en las caras de políticos y
hombres de jurisprudencia, muchos con reacciones insospechadas; el hecho de
haberse enunciado a personajes, de manera directa e indirecta, de CNM abre otro
rubro interesante de investigación.
La débil credibilidad que
tiene el mundo jurídico ha encontrado un escollo o una evidencia más, depende
desde qué perspectiva se la mire; esta situación es parecida a la vivida por
todo el mundo político y empresarial con el caso Lava Jato, que hasta a un Presidente
de la República terminó desbancando de su investidura. Las secuelas se han ido sospechosamente
mitigando, precisamente por el intencional entorpecimiento de las
investigaciones pendientes, pues hay muchos peces excesivamente gordos que no
quieren verse más amenazados. Todo apunta que el mundo de los otorongos
judiciales hará todo lo posible que las investigaciones periodísticas en curso
se vean rápidamente acalladas, pues esta caja de Pandora ya está tocando el
mundo naranja. César Hinostroza, uno de los corruptos personajes, tiene en su
haber varias perlas que no hacen sino dudar de su burda intención corruptiva: solo
con el archivamiento del caso Joaquín Ramírez, el rechazo al pedido del tratamiento
en Lima del caso de agresión contra Arlette Contreras en Ayacucho, o las
opiniones vertidas sobre el caso de violación de una niña de 11 de años
bastarían para que una persona con estos antecedentes renunciase por presión
pública o decencia (si es que la tiene).
Los subterfugios que emplea el
mundo político (el Congreso) para desacreditar esta bomba acudirá a estrategias
legales de forma sin preocuparse, obviamente, del fondo. Esperemos que el
camino abierto por IDL-Reporteros no se cierre. Imagino los amedrentamientos
contra estos valientes periodistas por parte de líderes y lideresas que se
verán desnudos una vez más en estas investigaciones.