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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 1 de julio de 2018

EN CARRERA ELECTORAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 01 DE JULIO)

Trujillo y la Región comenzarán a ver pronto una nueva carrera electoral que culminará en las elecciones de octubre para renovar cuadros municipales y regionales en el 2019 por un periodo de cuatro años y que recibirán dos celebraciones importantes para la ciudad y el país: el bicentenario del primer grito libertario de la Intendencia de Trujillo en el 2020 y la proclamación de la independencia del país en 2021. Estas dos fechas esperan tener las autoridades en sendos sillones que estén a la altura de las circunstancias.
¿Cómo estaremos para esas fechas? Ambos espacios geográficos y sociales, ciudad y región, están en un estado recesivo debido al fenómeno del Niño del año pasado, la inoperancia de las autoridades municipales o regionales, la fuerte corrupción evidenciada que atraviesa todos los estamentos sociales y la marcada indiferencia de muchos ciudadanos por cumplir reglas y compromisos. Por otro lado, hay logros que deben de ser destacados como el avance silencioso de la lucha contra la violencia, a veces entorpecido por la corrupción del Poder Judicial o la policía misma; la creación de organismos ciudadanos que luchan por sus derechos y los de los demás; proyectos educativos y culturales generados en diversos espacios públicos o privados; avances para convertir a la ciudad en Patrimonio de la Humanidad. Este es un grueso panorama que puede, por un lado, mejorar y afianzar los avances logrados y, por el otro, revertir paulatinamente los problemas que aquejan a los casi dos millones de personas que habitan en la Región La Libertad y su capital. Hay problemas álgidos que podrían resolverse de haber una articulación entre todas las autoridades de la Región como es, por ejemplo, la infraestructura de comunicaciones con tres puntos a destacar: carreteras de penetración a la sierra correctamente hechas, radar para el aeropuerto concesionado desde el 2006 (¡12 años!) y un proceso transparente en la privatización del puerto de Salaverry (incluida erosión costera). Por otro lado, es de necesidad que la sociedad civil ejerza un verdadero monitoreo de las acciones que se ejecuten en las gestiones futuras: un vicio a erradicarse es el hecho de que las plazas laborales públicas sean los pagos a promesas electorales. Todos somos testigos de las cargas que reciben las nuevas gestiones de un personal nada competente y anquilosado que, incluso, boicotea cualquier acción de las nuevas autoridades. Es un lastre de décadas y que engrosan las formas de corrupción en nuestras ciudades. Además, en Trujillo, el problema no es carencia de reglas o leyes; el problema es la debilidad pública para aplicarlas.
¿Qué prometen los siguientes meses hasta octubre en política? Quizá una carrera electoral en la cual oigamos absurdas promesas formuladas como cantos de sirena para una gran parte de población acostumbrada al táper o el kilo de arroz, una población inducida bajo la estrategia de Pavlov: promesa-táper -voto

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