Estamos ya en plena temporada electoral que debe terminar una semana antes de las elecciones generales el domingo 12 de abril del año entrante en el que cientos de candidatos pugnarán por la presidencia y la vicepresidencia de la República, y los 190 escaños del congreso bicameral que ahora tendremos, repartidos entre 60 senadores y 130 diputados en la nueva bicameralidad que es uno de los tantos cambios hechos durante este periodo gubernamental en desmedro de la Constitución del 1993, esa que tanto decían defender a rajatabla. Hasta el próximo 14 de octubre, todos los personajes que ocupan algún puesto público actualmente (gobernador, ministro, alcalde, etc..) tendrán que renunciar para oficializar su candidatura para algún escaño o sillón en el nuevo periodo gubernamental 2026-2031. Así estamos viendo la danza de renuncias de los eternos candidatos, los que prometieron ser fieles a sus electores hasta el final y, como de costumbre, los utilizaron como catapulta para ocupar alguna posición que les ha permitido obtener favores personales, las más de las veces, o partidarios para instalarse en diversos partidos políticos que funcionan como verdaderos vientres de alquiler. También, para escapar de la justicia, condición que quieren mantener en el siguiente periodo gubernamental. En ese sentido, no hemos visto un congreso tan descarado como este para legislar en favor de cualquier forma de delincuencia abierta o encubierta como lo ha sido este hemiciclo en el que toda forma ilegal ha llegado a ocupar algún o algunos representantes. Así de sencillo. Ya no sólo hemos tenido delincuentes de cuello y corbata; hemos tenido un verdadero caleidoscopio marginal legitimando cualquier forma de ilegalidad y censurando o penalizando toda forma de oposición o reclamo a sus desfachateces, como las declaraciones lamentables de Boluarte, sus ministros y diversos congresistas en contra de las protestas de jóvenes y transportistas en Lima y otras partes del país. El camino por delante para estos futuros candidatos se ha vuelto complicado, debido a la exorbitante cantidad de partidos y candidatos, situación que dispersará votos, y la intensa información independiente que ahora se están cruzando por otros medios al margen de los oficiales. El malestar generalizado, la decepción de diversos grupos socioeconómicos y la traición que muchos ciudadanos perciben de la actual casta política puede dar una verdadera sorpresa. El pacto entre este impopular gobierno y los partidos políticos que lo han sostenido en estos años no está pasando desapercibido. Las campañas para limpiar las caras a estos candidatos van a tener que ser muy creativas en zonas en las que su descrédito se refleja en el bajo índice de aprobación. Obviamente habrá gran campaña demagógica y populista por parte de cualquier candidato, pero el escepticismo es mucho mayor; ¿lograrán algo de apoyo si dejan caer a Boluarte? Es un pasivo muy pesado.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
domingo, 5 de octubre de 2025
domingo, 17 de septiembre de 2023
"ANARCODEMOCRACIA" (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE SEPTIEMBRE
Tenemos una nueva situación municipal a la usanza trujillana. El alcalde Arturo Fernández Bazán ha sido suspendido de sus funciones. De ahí, el camino de la revocatoria ha logrado forma, pero tomará su buen tiempo para culminar dicho proceso. Hemos vuelto una vez más a la incertidumbre, luego de todos los vaivenes de casi dos años en los que el alcalde ha dicho mucho y ha hecho poco. Todo parece indicar, además, que APP copará así las dos entidades políticas más importantes de la región: el Gobierno Regional y la Alcaldía Provincial. Este es el panorama que viven los trujillanos y que nos trae recuerdos de la breve gestión de Daniel Marcelo que permitió el ascenso de José Ruiz, su correligionario político; este aceleró el deterioro de nuestra ciudad en muchos de sus servicios y sistemas básicos, y hubo muchos visos de corrupción. Sin embargo, lo que estamos viendo es sólo la punta de un iceberg del acelerado proceso del deterioro político que vive nuestro país. Fernández es el típico outsider que militó en APP y de la que luego se distanció e, incluso, tomó posiciones destempladas como la de ir a botar basura a las puertas del local de dicho partido. Sus acciones discordantes atrajeron a una población hastiada del fracaso de los partidos políticos que acogen a varios personajes de talante delincuencial; para eso, basta ver a los congresistas en general, entre ellos, los de APP, en el cual se hallan varios “mochasueldos” y el cuestionado presidente del actual inefable Congreso. Parecieran todos cortados del mismo molde. Aquí radica el problema: los partidos políticos, esos que proponen a candidatos de todos los puestos políticos de nuestra nación: desde el regidor del poblado más pequeño de nuestro país hasta la Presidencia de la República. Marcelo, Ruiz, Fernández y los que vengan vienen de las canteras partidarias que acogen a candidatos cuestionables, como si era fuera parte del perfil de un candidato que puede tentar un puesto cualquiera en el servicio público. Esta es la pesadilla que tiene delante de sí la sociedad peruana. En un artículo de 2014, se informaba que, de los 1.841 alcaldes que teníamos a nivel nacional, 1.699 (¡92%!) estaban siendo investigados por diversos actos de corrupción vinculados a los delitos de peculado de uso, malversación de fondos, negociación incompatible y colusión, fuera de otros como violencia familiar, por ejemplo. Los responsables de haberlos colocados en el sillón municipal, no es la población, sino los cuestionados líderes que los aceptan por financiamiento (a veces oscuro, como el narcotráfico), vínculos familiares o amicales. Esta pesadilla deteriora la democracia, ya que no existen los adecuados candados y evitan el cumplimiento de la norma que impediría que estos personajes no participen en cualesquiera elecciones. Estamos atacando el problema por sus consecuencias, pero no por sus causas, esas que van destruyendo cada vez más a la sociedad peruana.
domingo, 2 de octubre de 2022
¿FIESTA O PESADILLA ELECTORAL? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 02 DE OCTUBRE)
Conversaba con una amiga sobre las características
de estas elecciones y los perfiles de los candidatos que supuestamente están
entre las primeras opciones que tenemos como electores para este nuevo proceso
por el cual tendremos nuevos alcaldes distritales y provincial, y un nuevo
gobernador regional. Y el panorama es totalmente desolador y con esta realidad
vamos todos los electores a las urnas hoy domingo.
Esta campaña ha sido una verdadera muestra de derroche económico y acciones ridículas (basta ver los numerosos candidatos haciendo campaña por Tiktok) con el fin de mostrar un rostro más “amable”, marketero, ante un gran número de indecisos, esos que han inflado los porcentajes de cuadros estadísticos electorales de los últimos días. Y este se incrementó a medida que diversos medios alternativos de comunicación destapaban hechos escandalosos de corrupción de numerosos candidatos con juicios pendientes, lavados de activos de diversos partidos políticos y amañes frecuentes entre los integrantes de las listas para los puestos en disputa como está pasando con las principales cabezas de listas de los partidos en contienda. Es difícil hallar un partido político que no arrastre personajes con pasado dudoso. El partido que se halla en la mayoría de gobiernos municipales y el regional, APP, es el segundo que tiene mayor número de postulantes con problemas legales. Esta situación se permite por el hastío y la desidia de muchos electores que piensan votar en blanco, viciado o no asistir a la votación. Rechazo velado. Así de debilitada está la democracia formal en nuestro país. Cuando oigo y leo a muchas personas en redes uno se pone a pensar qué pasaría si las votaciones no fuesen obligatorias, la deserción sería alta. Este es el gran temor de la realidad política de nuestro país y esta situación permite el ascenso de personajes díscolos y embaucadores que siguen destruyendo la democracia en sí. En esto los partidos políticos son los culpables: son estos los que colocan a los candidatos entre los cuales la sociedad debe elegir a un puñado para que nos gobiernen, aunque la percepción de muchos es de que lucren y saquen muchas ganancias personales y su argolla. Escepticismo peligroso. La ley de partidos es de necesidad pública para salvar con el tiempo la enclenque democracia peruana. Un ejemplo: en mi artículo del domingo 11 hablaba de la destrucción de mitos sobre tipos de postulantes en nuestro país. La creencia de estar frente a candidatos probos gracias a su posición económica ha sido desmentida por todo lo que hemos vivido en las últimas décadas. Ante esta realidad, queda que la sociedad civil se organice en faros ciudadanos: colegios profesionales, universidades y toda institución deben conformar un fuerte frente de control para monitorear a los electos; es la sociedad civil en su conjunto la que se verá más afectada de permitirse que la corrupción avance en todos los estamentos sociales.
domingo, 18 de septiembre de 2022
EXPLICACIONES NECESARIAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO SEPTIEMBRE 18)
Nos acercamos rápidamente
hacia el domingo electoral municipal y regional. A escasas dos semanas, los
candidatos a ambas plazas se preocupan del proselitismo ramplón, ese que está
“a la medida de la gente”, y hacer un permanente control de daños de todas las
anticampañas contra tal o cual candidato.
En Lima se realizó un debate en el que se expusieron las ideas para solucionar diversos problemas que aquejan a esa ciudad, muchos de los cuales se asemejan a la nuestra. Dicho debate, por su formato, exige exponer una serie de propuestas puntuales, a veces de manera precipitada, para tratar de resolver temas álgidos como la seguridad y el sistema vial en una ciudad tan desordenada, caótica y desarticulada como lo puede ser Lima. El debate fue una demostración del escaso nivel que muchos candidatos tienen, incapacidad de comunicación y el empleo facilón de hacer pullas o ataques arteros contra el contrincante. Mucha gente los ve para ver cuál es el candidato que tiene “más calle”. En eso se están convirtiendo estos espacios, alentado por muchos medios que tratan de resaltar más los equívocos y la sorna que las ideas, muchas de las cuales son irrealizables por lo extravagantes que son. La falta de objetividad de casi todos los medios de comunicación ha hecho perder el sentido de lo que debe de ser este espacio, en el cual la ciudadanía tiene la oportunidad de escuchar las propuestas electorales bajo una lupa más crítica por parte de expertos que las desmenucen y vean las posibilidades de realización. Hay la necesidad de promover un debate de candidatos que aborden dos temas álgidos y urgentes de nuestra ciudad: inseguridad y sistema vial. Creo que es más que evidente que el sistema vial, en su conjunto, está amarrado a graves problemas de inseguridad y a variadas formas de corrupción de nuestra ciudad: desde el otorgamiento de licencias para vías saturadas al control de seguridad de las múltiples unidades de transporte público que rebasan la logística del área responsable; desde la informalidad que crece cada día más hasta la extensión de licencias de vehículos de transporte público que deberían ser retirados de circulación. La no existencia de un plan de ordenamiento vial, de mantenimiento de vías, de expansión urbana (ojo, tráfico de terrenos), de un verdadero plan de prevención y sanciones, hacen de este punto uno de los más complicados. Trujillo, una ciudad con ya un millón de personas, entre residentes y flotantes, no cuenta con un plan de obras viales que ayuden a aligerar un tráfico contaminante y peligroso, no promueva verdaderos medios de transporte masivo o medios alternativos como las bicicletas, modalidad cada vez más extendida en otras ciudades. Basta ver en qué terminaron todas las ciclovías hechas rápidamente sin ninguna coordinación de las partes interesadas y cuyo material fue literalmente robado a vista y paciencia de los transeúntes. Bien, ¿qué proponen nuestros candidatos?
domingo, 11 de septiembre de 2022
MATANDO MITOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 11 DE SEPTIEMBRE)
Uno de los mitos más extendidos y utilizados
como argumento para la difusión entre el electorado es el de los candidatos
millonarios, los que poseen cuantiosa fortuna. Para muchos, esta condición es
válida para hacerlo un candidato idóneo al puesto. Sin embargo, los últimos
ejemplos de corrupción destapados por el caso Odebrecht involucraron a muchas personas
millonarias del poder político como el caso de PPK, quien tuvo que renunciar a la presidencia, el que mantenía un arresto domiciliario cambiado a comparecencia en la
actualidad. Grupos económicos poderosos cercanos a los diversos gobiernos, como el famoso Club
de la Construcción, también nos lo demuestran al ver las interesantes movidas y
fondos encubiertos destinados a tal o cual candidatura para su beneficio. Este
imaginario, el del hombre rico, es manipulado abiertamente desde otra
perspectiva al difundir la idea de que la riqueza obtenida es fruto del
esfuerzo de tal o cual candidato que se presenta como una suerte de mesías para
calmar las necesidades de pobladores de diversos estratos sociales,
generalmente los más deprimidos. “Él conoce la realidad de las personas
oprimidas, pues la ha vivido”, dixit. Un hombre de éxito que quiere compartir
el suyo con los demás. Esta imagen paternalista es la más empleada y difunden
profusamente fotos de personas en situación de precariedad que tienen su minuto
de fama gracias a la foto abrazando al candidato. Esta es uno de los recursos
más manidos por todos, es un buen gancho. Por otro lado, está la estrategia del
pobre, del humilde, del hombre o mujer de pueblo, comprometido por las causas
del pueblo, que utiliza la palabra “pueblo” cada cinco minutos; que dice estar
preocupado por sus connacionales, pues lo conmueve sus pesares y problemas.
Aunque la palabra “pueblo” no es sólo manipulada por este tipo de candidatos
(la usan todos), son estos últimos personajes los que terminan por prostituir
el sentido de esta palabra para darle un nuevo valor semántico: clan.
¿Qué demagogo nos toca?









