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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 24 de junio de 2018

¿CORDURA? (ARTÍCULO DE OPINIÓN EN EL DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 24 DE JUNIO) A PROPÓSITO DEL EQUIPO PERUANO Y NUESTRA SOCIEDAD EN RUSIA 2018


El fugaz paso de la Selección peruana por el Mundial de Fútbol Rusia 2018 ha llegado a su fin. La locura previamente desatada, sobre todo, en los medios de comunicación comenzará a moderarse o comenzar a apuntar sus baterías hacia las próximas elecciones municipales y regionales. Aunque aún es muy pronto para obtener observaciones de esta vivencia, me atrevo a lanzar algunas en base a lo visto y vivido en estos meses.
La primera está en el desborde económico, social y familiar que ha significado para cientos o miles de peruanos que han hecho una serie de acciones poco coherentes, cuyas consecuencias no están del todo claras y, personalmente, no se vislumbran de manera positiva. Personas que hayan vendido muchas de sus propiedades o renunciado a sus centros de trabajo por asistir a un evento dan indicios de una situación un poco insana de nuestra psique social. A todo esto, los medios de comunicación y todo tipo de publicidad azuzaron a los débiles consumidores a hacer gastos más allá de sus posibilidades. La justificación está dada, de primera mano, en costumbres del libre mercado; una forma para distanciarse de cualquier responsabilidad de la locura desatada en sectores resentidos económicamente. Sería interesante tener un porcentaje o una cantidad para saber cuánta gente ha adquirido deudas de largo plazo por esta celebración que los compromete a ellos o, peor aún, a sus familias. El hecho de que varias de estas personas hayan sido entrevistadas y puestas en escena como “modelo de hincha” generó una absurda envidia comentada por diversas personas de diversos estratos sociales: lo importante era estar allí sin tomar en cuenta medida alguna. Solo vivir el momento, el mañana ya se verá. Quizá varias personas no retornen al país y engrosen las filas de emigrantes ilegales que pululan por las calles de Europa; aquí las condiciones laborales no son óptimas habida cuenta que ahora hay inmigrantes extranjeros, sobre todo, venezolanos calificados que pueden suplir esos puestos. A menos que sus empresas les hayan otorgado unas generosas vacaciones, como parece ser se las han dado a los congresistas que decidieron estar presentes en el evento deportivo.
La otra es la desproporción para juzgarnos y juzgar a estos jugadores endiosados y perdonados por la gente. Se le pide a una persona que gana un sueldo mínimo de 950 soles a hacer bien su trabajo, so pena de despido, ¿y no exigirles la misma responsabilidad exigida a los demás a una persona que gana igual cantidad, pero, por hora, que es de dedicación profesional exclusiva en ese rubro, que gana mucho dinero extra en aparecer en TV o en cualquier publicidad deportiva, de bebidas, de Cajas Municipales o Bancos, de televisores, de campañas políticas? Indudablemente nuestra autoestima está modulada por la voluntad comercial detrás de ellos. Sino no se entendería que la gente llore y cante a gritos el Himno nacional en un partido y no en lo trascendente. Pan y circo.