Hablaba con un amigo sobre cine y tocamos el género western que me hizo evocar esas imágenes de un Medio Oeste norteamericano de calles polvorientas y con una ley rampante del más fuerte y con predominancia de pistoleros, asaltantes y autoridades corruptas. Caí en cuenta de que, a medida que iba imaginando escenarios urbanos y sus habitantes, hallaba muchas similitudes entre nuestra ciudad, sucia y polvorosa, con esas imágenes cinematográficas. He venido comentando a través de esta columna sobre el sostenido deterioro de nuestra calidad de vida. Me viene a la memoria una teoría planteada por los científicos sociales James Q. Wilson y George L. Kellinge para explicar el deterioro social, el incremento de la violencia y un amplio espectro de anomias sociales, la Teoría de las Ventanas Rotas. A través de diversas observaciones en la que las condiciones físicas urbanas (una de ellas, el ornato) de un lugar ayudan al “relajamiento” peligroso del respeto de las reglas. Otro científico social, Philip Zimpardo, realizó otro experimento hecho con dos vehículos abandonados en dos barrios de condiciones sociales diferentes, Bronx de Nueva York y la residencial Palo Alto en California. Los resultados fueron interesantes: “[..] Cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del automóvil de Palo Alto. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre. [..] No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional [..]”. Extrapolemos esta descripción con lo que nuestra ciudad ofrece a sus habitantes; mejor dicho, lo que ofrecemos a nosotros mismos. Daniel Eskibel resume lo siguiente: “[..] Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja) y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves [..]” Interesante observación en la que Trujillo tiene todas las de perder. Eskibel concluye: “[..] Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana, como la que no tenemos ahora.” Parte de nosotros, ciudadanos, ver qué ciudad queremos para vivir.
Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
domingo, 19 de diciembre de 2021
TRUJILLO, NUEVO FAR WEST (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 19 DE DICIEMBRE)
Hablaba con un amigo sobre cine y tocamos el género western que me hizo evocar esas imágenes de un Medio Oeste norteamericano de calles polvorientas y con una ley rampante del más fuerte y con predominancia de pistoleros, asaltantes y autoridades corruptas. Caí en cuenta de que, a medida que iba imaginando escenarios urbanos y sus habitantes, hallaba muchas similitudes entre nuestra ciudad, sucia y polvorosa, con esas imágenes cinematográficas. He venido comentando a través de esta columna sobre el sostenido deterioro de nuestra calidad de vida. Me viene a la memoria una teoría planteada por los científicos sociales James Q. Wilson y George L. Kellinge para explicar el deterioro social, el incremento de la violencia y un amplio espectro de anomias sociales, la Teoría de las Ventanas Rotas. A través de diversas observaciones en la que las condiciones físicas urbanas (una de ellas, el ornato) de un lugar ayudan al “relajamiento” peligroso del respeto de las reglas. Otro científico social, Philip Zimpardo, realizó otro experimento hecho con dos vehículos abandonados en dos barrios de condiciones sociales diferentes, Bronx de Nueva York y la residencial Palo Alto en California. Los resultados fueron interesantes: “[..] Cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del automóvil de Palo Alto. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre. [..] No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional [..]”. Extrapolemos esta descripción con lo que nuestra ciudad ofrece a sus habitantes; mejor dicho, lo que ofrecemos a nosotros mismos. Daniel Eskibel resume lo siguiente: “[..] Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja) y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves [..]” Interesante observación en la que Trujillo tiene todas las de perder. Eskibel concluye: “[..] Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana, como la que no tenemos ahora.” Parte de nosotros, ciudadanos, ver qué ciudad queremos para vivir.
domingo, 5 de diciembre de 2021
CAVILACIONES TRUJILLANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 DE DICIEMBRE)
Visitas inesperadas de amigos de antaño son siempre una verdadera cajita de sorpresas y un gran regalo para nuestras abrumadas vidas cotidianas. Así sucedió el pasado fin de semana con la visita de un amigo de tiempos universitarios con el que nos fuimos alejando por el tráfago de nuestras vidas en particular. El reencuentro inicial fue bastante simpático y entrañable, pues miraba en él un optimismo y alegría no sólo por el encuentro, sino por sus planes personales que habían empezado a caminar prácticamente con esta visita. No quiero ahondar detalles en sus planes de vida, pero sí reflexionar sobre las circunstancias que fueron rodeando este reencuentro.
Su entusiasmo y admiración por
la ciudad que lo acogió momentáneamente fueron decantándose y desvaneciéndose por
una serie de eventos que me permitieron entender más, a través de su
experiencia, nuestra propia decadencia. Trujillo no sólo son bellas casas
solariegas, “las Huacas del Sol y la Luna o el coloso Chan Chan”. En su
estancia inicial, hizo un viaje a nuestros patrimonios arqueológicos, visitas
en las que pudo constatar el deplorable mantenimiento de nuestro sistema vial. Al
final de su visita, ya no le causaba sorpresa hallar una calle o avenida en la
que haya encontrado numerosos huecos, rompemuelles de irregulares dimensiones o
escasa o nula señalética. Su capacidad de tolerancia a “mínimos” detalles le
permitía aceptar hasta ese entonces que seguíamos siendo la segunda ciudad
peruana y con una buena calidad de vida. Tras su retorno de una breve ausencia
de nuestra ciudad y hospedado en un céntrico hotel, de pronto se vio abrumado
por la clausura de la plaza de armas, el tráfico endemoniado generado por esta
medida, el desorden de nuestras calles, la mendicidad de todo tipo y la
violencia que se respira entre las personas. Lo llevé a Huanchaco para
“relajarnos” y terminar encontrándonos con desorden y basura. Lo llevé por
la ex Vía de Evitamiento para ver las “espaldas” de Chan Chan para encontrarnos
con un nuevo relleno sanitario de la ciudad; en realidad, es una vía que hay
que tratar de evitar. Por eso, “evitamiento”. Mi amigo trabajó un buen tiempo
en el área de comunicaciones de PromPerú. Sus observaciones reflexivas tuvieron
un buen fundamento: no era sólo para el visitante, sino también para el
residente. Él está pensando pasar una larga temporada fuera de Lima, sea en
Arequipa o Trujillo. El viaje le aclaró más la situación. Trujillo ve un
marcado deterioro en el cual todos los ciudadanos hemos contribuido con nuestro
grano de arena: desde permitir que personas o empresas intervengan nuestro
espacio sin respeto a normas mínimas de vecindad, hasta elegir autoridades
incompetentes y corruptas; desde trasgresiones arquitectónicas y físicas (ruido
y tratamiento de basura, por ejemplo) hasta el mantenimiento de nuestras vías,
erosión costera o el criminal tráfico de terrenos. Trujillo. Ay… Y el cadáver
siguió muriendo.
domingo, 28 de noviembre de 2021
¿TRUJILLO SIN REMEDIO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO 28 DE NOVIEMBRE)
Viernes por la madruga una lluvia cae sobre Trujillo. Una lluvia que desnuda cada vez más a una ciudad que se va hundiendo en una suerte de espiral de caos y abandono. Y una lluvia que reaviva muchos temores y que amenaza nuestra seguridad y, también, nuestros bolsillos. Y retornan palabras como “huaico” o “quebradas”.
Ya hace varios años (no sólo
desde 2017), se ha hablado de planes de protección para una ciudad que creció
en un espacio de ríos y quebradas secos, los que se activan ante una copiosa
actividad pluvial como lo es cualquier Fenómeno de El Niño. Pobladores previos
a su fundación española sufrieron duros embates e, incluso, fueron casi
extinguidos ante la intensidad de algunos de estos Niños. Si uno visita
espacios arqueológicos como la Huaca de la Luna, su historia encierra datos espeluznantes.
Posteriormente, cronistas de la colonia describen los estragos causados a lo
largo de este periodo histórico de nuestra ciudad. Cobra especial importancia
la de Miguel de Feijóo quien, con lujo de detalles, describe el Mega Niño de
1728. ¿Qué narra Feijóo? En su obra Relación descriptiva de la ciudad, y
provincia de Truxillo del Perú, reeditada en 1981, en el capítulo XII,
habla de Mampuesto que fue el origen de un desborde con terribles
consecuencias. Feijóo lo llama “Marapuesto” describiéndolo como un terraplén
hecho por los indios gentiles que “[..] cerraba un gran espacio de una
quebrada entre dos cerros, de lo que resultó se hiciese una profunda laguna; y
humedecidas sus vasas, y cimientos, derrumbándose por lo más débil, precipitada
la multitud de agua que se había recogido, corrió por los campos mediatos[..]”.
Para suerte de Trujillo en ese entonces, las aguas no se dirigieron sobre la
ciudad donde “[..] hubiera desbaratado parte de sus murallas [..]”, sino
que se dirigieron al río Moche. En 1998, las aguas de Mampuesto inundaron a
nuestra ciudad con cadáveres y ataúdes que flotaban por diversas calles y
avenidas. En 2017, no hubo cadáveres, pero sí mucha agua enlodada y
destrucción. La historia repite el mismo fenómeno. Con un grupo de amigos
arquitectos fuimos a ver el territorio y esta zona había sido concesionada a
una empresa para volver a hacer un cementerio. Este es uno de los tantos
ejemplos en los que la desidia y la angurria humanas, juntas, generan grandes
desastres, muy bien aprovechados por públicos y privados de manera criminal:
tráfico de terrenos. Esta actividad ha permitido grandes ganancias a empresas
de ventas de terrenos y construcción, así como votos a partidos políticos que
promueven la titulación. Algunas soluciones plantean derivar las aguas de las quebradas
hacia el río Moche, con la posibilidad de crear otro desastre. La ocupación
“legalizada” de estos espacios conlleva a que el Estado instale todos los
servicios básicos (electrificación, agua y desagüe), los que serán dañados en
otra riada pluvial. Política y plata parecen enemigos de nuestra ciudad.
PD. Al colgar este texto, un fuerte sismo ha asolado una parte de la selva alta de nuestro país. Las ondas nos levantaron a las 5:55 am. Y esta situación nos expone en nuestras pobrezas y también fortalezas como ciudadanía. Mucha fuerza para los amazoneses y todos los que hayan sido afectados por este desastre.
domingo, 31 de octubre de 2021
SOLEDAD DEL CIUDADANO DE A PIE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 31 DE OCTUBRE)
1. Semana de la Canción Criolla. “La jarana va a empezar al golpe de un buen cajón” y, luego, una parada de burro por las idas y venidas para autorizar eventos artísticos relacionados a la fecha. 2. La Reforma Política Electoral, ¡ay! Siguió muriendo en un espectáculo desfachatado en Cajamarca, burlándose de la ciudadanía al evitar el control positivo de esas entidades llamadas partidos políticos. 3. Nuestro alcalde es acusado de actos fraudulentos en su gestión en Huanchaco por lo que entramos en otra espiral de escándalos que dejarán a la ciudad en ascuas ante las urgencias en seguridad, infraestructura vial y otros baches citadinos. En todos estos casos, el gran perdedor es el ciudadano de a pie.
En el primer caso, las
indecisiones gubernamentales y la falta de coordinación entre sus ministerios
(en este caso, Interior, Salud y Cultura) han dado cuenta de una situación
lamentable impidiendo a muchas personas del sector musical poder trabajar en
momentos tan críticos como los que están pasando. Y peor aún al ver que otras
actividades masivas, incluidas fiestas con vigilancia policial incluida, se
vienen realizando en diversos espacios públicos en nuestra y otras ciudades.
Una gota más que rebalsa el vaso de la indignación y frustración. En el segundo
caso, el Congreso está actuando en contra de los intereses de los ciudadanos.
Vemos la mediocridad en la que se han convertido los partidos políticos, a los
cuales podríamos llamar bandas organizadas: el dinero y el interés de clanes de
poder hacen que estas instituciones, la base del sistema democrático, hayan
caído en manos de personas que crean partidos de última hora en torno a grupos
familiares o económicos. No se puede tapar el sol con un dedo ante las
escandalosas evidencias que tenemos. Vargas Llosa dice que no sabemos elegir
bien; creo que debería de empezar por ver los partidos políticos que son los
que nos dan una lamentable lista de personas cuestionadas que han de dirigir
los destinos de nuestras ciudades, regiones o país. Y son los mismos candidatos
electos (congresistas) los llamados a hacer esa reforma que atentaría contra
sus propios intereses. Estos son los cuestionamientos de una democracia
enclenque que han crecido en una ciudadanía incrédula, desarraigada políticamente
y encerrada en la cápsula de descrédito creada en las últimas décadas
intencionalmente. Y lo último se desprende de la mediocridad de dichos partidos
políticos que ponen a candidatos que arrastran problemas de diversa índole. Los
cuestionamientos ya venían desde la gestión edil en Huanchaco, pero se hizo
caso omiso a estos. Los ciudadanos se están organizando para exigir la función
principal de estos políticos: servir a la ciudadanía. Ni el partido gobernante,
ni los que se hallan en diversos puestos públicos están a la altura de las
funciones que les compete. ¿Las elecciones del año entrante nos volverán a
mostrar la mediocridad de siempre?
domingo, 10 de octubre de 2021
FECIT: LOGROS Y RECONOCIMIENTO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 10 DE OCTUBRE)
Llegamos a nuestra octava versión. El Octavo Festival de Cine Peruano a partir de este lunes 11 de octubre y se extenderá hasta el domingo 17.
De aquella reunión amical ya
hace 8 años, se ha logrado obtener un sólido reconocimiento y un gran paso para
fortalecer nuestra presencia en las diversas actividades culturales de nuestra
ciudad y del país. Se ha reconocido la tenacidad de haber remado contra
corriente en momentos que diversas situaciones podrían haber hecho naufragar
esta empresa sostenida por la buena disposición de los integrantes y el apoyo
incondicional de diversas personas, autoridades e instituciones sea en Trujillo
u otras ciudades, regiones e, incluso, del exterior; apostaron por nuestro
proyecto de desarrollar actividad cultural cinematográfica en provincia contra
una serie de prejuicios que arrastramos por décadas contra todo tipo de
creación y productos hechos por autores peruanos: somos enemigos consumados de
nosotros mismos. Mucha gente aún no tiene fe en sí misma y es autodestructiva
en sus críticas. Contra esos duros prejuicios hemos apostado. Nuestra apuesta
ha sido y será siempre ser ese espacio en el que se muestre la producción hecha
por compatriotas residentes en el país o en el exterior, de todas las regiones.
Nos queda en el recuerdo nuestra primera versión en la que hubo diversos filmes
e invitados, sin tener aún un carácter competitivo. Reunimos a directores,
actores, gente que trabaja en el cine en iluminación, sonido, edición, etc. Y
un público en general entusiasta. Fue una buena oportunidad para que nuestra
ciudad viera cine que no llegaría por circuitos comerciales. Hasta la sexta
edición, que fue presencial, pudimos ver filmes como Sigo Siendo, Viaje a
Tombuctú, El mudo, NN, Wiñaypacha, La última tarde, entre otros, tanto largos
como cortos. Además, se aprovechó para homenajear a hombres y mujeres de cine
con cuya obra, el cine peruano es una realidad: Federico García, Tatiana Astengo,
Nora de Izcue, Francisco Adrianzén, Gustavo Bueno. Incluso estuvieron
personalidades como Francisco Lombardi, ya de raigambre internacional, u otras muy
reconocidas como Patricia Pereyra (Jazmín) y el recientemente fallecido Juan
Manuel Ochoa, más conocido como Jaguar. La séptima versión se hizo en contexto
de la pandemia; la virtualidad fue la respuesta a esta coyuntura. Tuvimos
grandes aliados como SOLTV que nos permitió no solo difundir noticias del
festival, sino proyectar filmes que fueron exhibidos en versiones anteriores;
uno de los grandes logros de esa modalidad fue la ampliación de un público que
podría estar en Trujillo. Un éxito.
El tesón ha sido recompensado.
Tanto el MINCUL como el Gobierno Regional han reconocido nuestra labor y, en el
caso de este último, nuestro proyecto ha sido declarado de Interés Público para
nuestra ciudad y Región. Nuestra octava
versión traerá muchas novedades a sus pantallas y móviles.
Están, pues, cordialmente
invitados.
domingo, 19 de septiembre de 2021
TOTORALES Y RÍO MOCHE, FIN DE NUESTROS RECURSOS NATURALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 19 SEPTIEMBRE)
En las últimas semanas participé en diversas actividades que han abordado dos puntos álgidos: la situación crítica del río Moche y los totorales de Huanchaco. Ambos recursos, vitales para la población trujillana, están al borde de una calamidad ecológica que tendrán, obviamente, repercusiones negativas para la ciudadanía. Y, en cierta manera, esta desconoce el alcance de esta gravedad, sea por indiferencia, ignorancia o complicidad.
El Moche es, literalmente, un
río muerto. La cantidad de elementos contaminantes que lleva en sus aguas o
están en su cauce lo hacen un peligro, pues sus aguas son usadas para cultivar
sembríos de panllevar que hay en los mercados de nuestra ciudad. A lo largo de
su extensión hay minas en actividad o abandonadas que han usado sus aguas como
lugar de desecho: sus orillas son repositorios de relaves, muchos de los cuales
pueden verse a simple vista. Toda forma de vida ha sido eliminada por este tipo
de contaminación, agravada en las cercanías de nuestra ciudad, pues sus orillas
son vertederos de basura de todo tipo o de desechos de construcción. Al igual
que algunas zonas del litoral costero entre Buenos Aires y Huanchaquito, el
Moche es un “relleno sanitario” más. Por otro lado, los totorales son un
espacio natural cuya existencia permite la construcción de la identidad
huanchaquera y, como todos lo sabemos ahora, es la que ha generado toda la
industria turística alrededor de los caballitos de totora que usan estos
totorales en riesgo. Parte de un gran conjunto ecológico que incluye al cerro
Campana, este espacio ha sufrido invasiones, intervenciones funestas y, como el
Moche, tiene desmontes en su territorio. La desaparición de estos significará
la extinción del espíritu de un espacio geográfico apreciado por su historia
viva y sus aparejos históricos que llaman la atención a foráneos y locales. Su extinción
significará, a la larga, la muerte lenta de un balneario que ya tiene graves
problemas con la erosión que va acabando con sus playas. Huanchaco está cavando
así su tumba. Ambos recursos han tenido diversas propuestas de solución;
algunas viables, otras no. Sin embargo, algunas medidas fueron tomadas más por
criterios políticos o económicos que científicos. Hay realidades inevitables,
pero hay otras posibles que podrían abordar estos problemas con más
transparencia y eficiencia. Pero depende, también, del criterio político. Las
propuestas chocan, también, con fuertes intereses económicos, los que usan
todas las estrategias posibles para comprar conciencias ciudadanas y, sobre
todo, a algunos políticos cuyas billeteras están ávidas de ser engordadas.
En 2022 tendremos elecciones
municipales y regionales. Cantos de sirena empezarán a sonar para que los
ciudadanos dirijan su voto: ¿estos serán al “mejor postor”? Hemos visto cuán
frágil es la memoria ciudadana al votar. “Grandes” soluciones ahora, grandes
problemas del mañana.
domingo, 12 de septiembre de 2021
¿UNA CIUDAD CANGREJO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 SEPTIEMBRE)
Trujillo tiene, según datos del 2020, una población metropolitana de 1´110,220. En los últimos años, el panorama social ha cambiado sustancialmente. Las migraciones internas y externas han sido un factor decisivo en su crecimiento poblacional. Por ejemplo, según datos del 2017, había una población de 148,992 ciudadanos venezolanos residentes. Casi un 11% de la población total. La coyuntura ha cambiado en algo estos datos, no mucho. La pandemia hizo que muchas personas hayan regresado a su sitio de residencia por la modalidad del trabajo remoto, sobre todo aquellos que residían en pensiones o casa de parientes en otras ciudades como Lima. Eso ha generado otras condiciones especiales, fuera del hecho de que muchos han establecido pequeños y medianos negocios de servicios de todo tipo. La posibilidad de una migración masiva hacia el exterior no será significativa para la presión poblacional que la ciudad tiene. Al igual que otras ciudades de la costa, Trujillo tiene un fuerte déficit de infraestructura en muchos rubros: agua y desagüe, sistema vial, electricidad, interconectividad, reciclaje y manejo de residuos sólidos, sistema de sanidad y salud mental, macroproyectos de impacto ambiental, erosión costera. Un largo etcétera que se ha ido agudizando por diversas razones, muchas de ellas por incompetencia de autoridades pertinentes, así como una acentuada corrupción que afecta todo quehacer de nuestra ciudad. La planificación urbana en Trujillo deja mucho por desear: la reiterada edificación de construcciones, incluso de material noble, en zonas prohibidas son el producto de una extensa mafia de terrenos que incluye no sólo a autoridades, sino al aparato judicial y un grupo de empresarios inescrupulosos que fomentan acaparamiento de terrenos, invasiones o actividades ilegítimas en el Poder Judicial sobre títulos de propiedad. Por falta de control y por la misma corrupción, muchas áreas destinadas a parques y zonas de recreo terminaron convirtiéndose en viviendas; nuestras ciudades ofrecen pocos m2 de áreas verdes por cada uno de nosotros. Sin embargo, algunos municipios han comenzado a desarrollar planes interesantes en pro de sus ciudadanos. Moche, por ejemplo, tiene un plan de acopio para uno de los residuos más contaminantes: pilas de cadmio. Esperemos que estos desechos sean correctamente tratados para tener un plan global. Muchas buenas ideas ecológicas, como clasificar la basura, terminan en sólo buenas intenciones al terminar dichos desechos en un relleno sanitario en el que pululan recicladores y negociantes. Las iniciativas ciudadanas de participar activamente en las políticas urbanas deben de ser apoyadas y promovidas para invitar a más personas a sumarse a estas causas.
PD. Jean-Paul Belmondo ha
muerto. Para los cinéfilos, este díscolo actor marcó una época que nos preparó
para la Nueva Ola y el Mayo del 68 francés. Feo pero guapo, tuvo una ceremonia
digna a su memoria. Bon voyage.
domingo, 7 de febrero de 2021
ROMPECABEZAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 07 DE FEBRERO)
Vacunas. Comunicados de farmacéuticas. Oxígeno. Confinamiento. ONP. El laberinto de palabras con los que estamos construyendo las realidades cotidianas de todos los peruanos. Cuarentena rígida. Huanchaco. Pozas de oxidación. Ciclovías. Gestiones municipales. Son otras palabras que conforman el imaginario de nuestra vida citadina, local. Palabras que han estado dando vueltas en los medios de comunicación y en las murmuraciones de los vecinos en medio de arranques de populismo y especulaciones.
Las ansiadas vacunas se
acercan cada vez más a nuestro país, mientras que el laboratorio creador y
dueño la patente de Ivermectina ha sacado un comunicado que ha dejado pasmadas
a muchas personas que la ingieren o promueven su consumo. Desde que empezó esta
pandemia, desesperados ciudadanos buscaban formas de prevención o cura contra
este mal, desde la lejía, cloro hasta este medicamento; personas de toda
condición social y académica son declarados seguidores y hasta fanáticos (se ha
llegado hasta el insulto y el agravio en medios contra personas que
descalificaban su consumo). Han surgido especulaciones, como siempre; pero los
hechos ahí están y no creo que un laboratorio envíe un mensaje con el fin de
desprestigiar su producto: es solo una aclaración y un deslinde de
responsabilidades a complicaciones que puedan surgir en cualquier momento. La
segunda ola motivada por las lamentables reuniones masivas en las fiestas de
fin de año del 2020 ha creado el colapso, nuevamente, del sistema sanitario e
incremento del consumo de oxígeno. Hay iniciativas positivas de ciudadanos
honestos, sensibles y empáticos ante este drama social; pero, como siempre, los
grandes especuladores han visto en esta necesidad (al igual que el gas
doméstico) una fuente rápida de enriquecimiento. En cada tragedia, siempre hay
grandes oportunidades de negocios y oportunismos. Y de esto tenemos como clara
evidencia la trasnochada idea del uso de los recursos de la ONP para emplear dichos
recursos de manera inconsciente, una expectativa digna de políticos
populacheros que solo aspiran a buscar votos entre una población deprimida por
salud y economía.
Mientras en nuestra ciudad,
hay movidas para que la Municipalidad tome la iniciativa de importar vacunas
para la población. Si vemos el manejo que existe en la actualidad con las demás
actividades y gestiones que compete a cualquier municipio, uno puede hacerse la
pregunta cómo podrían manejar recursos de esta magnitud que implican una
infraestructura y una logística que necesariamente tendrían que coordinar con
el Gobierno central. El infierno está empedrado de buenas intenciones. La
ciudad tiene diversos asuntos que atender para su buen funcionamiento desde el
mantenimiento de un sistema vial adecuado (ver intento fallido de ciclovías),
de comunicación asertiva sobre la basura y el manejo de esta (el tema de
Huanchaco y las aguas servidas, situación colateral, está pendiente). Que
empiece a hacer bien lo que compete ahora.
domingo, 3 de enero de 2021
RESPONSABILIDADES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 03 DE ENERO)
2021. Bicentenario de la Independencia política de nuestro país. Elecciones generales. En este año nuevo, los peruanos tenemos dos eventos relevantes con los que debemos de estar a la altura.
Abril será un mes en el que iremos
a urnas para elegir el nuevo lustro gubernamental con un nuevo Congreso que
asuma funciones legislativas. El lustro anterior ha visto 4 presidentes: inició
PPK y culminará la misión presidencial Fernando Sagasti, si es que no hay algún exabrupto
más parecido al que generaron la caída de Martín Vizcarra y el fugaz periodo de
Manuel Merino. Tendremos que escoger un nuevo parlamento conformado por 130
congresistas entre los que son propuestos por una veintena de partidos. Las
recientes inscripciones y observaciones han dado muchas sorpresas tanto en
cuanto planchas presidenciales como cuadros de congresistas. Los partidos políticos
nuevos y tradicionales, responsables del panorama que atravesamos en la
actualidad, pusieron a un grupo de personas que, según las políticas internas
de cada organización, era el más idóneo para poder asumir cargos tanto
legislativos como los cuadros ejecutivos aparentes para que nuestra vida
nacional continúe y mejore. Hemos visto los dos recientes congresos; los
resultados son deplorables, salvo pocas excepciones. Personas incapaces,
egoístas, individualistas, oportunistas y demagogas han poblado nuestros
congresos hace décadas; pero las últimas versiones de este periodo
gubernamental han sido un lamentable panorama de lo mal que está el sistema
político de nuestra nación. Aunque es un mal común que se ve en muchas democracias
formales alrededor del mundo, nuestros congresos han sido un conjunto de
personas que pocas veces han velado por el país asumiendo posturas que no les
competen, proponiendo leyes de lo más populistas e insostenibles y velando por
intereses más que reñidos con lo ético y lo social. Muchos partidos no han
dejado de ser meros clanes familiares y algunos orígenes de muchos de los que
están en competencia son muy oscuros, vinculados a situaciones de corrupción,
lavado de dinero y otras pesadas herencias. Estuve leyendo la biografía de
Pablo Escobar y la serie recreada en la biografía de Juan “Chapo” Guzmán. Los
hilos del narcotráfico siguen ejerciendo su poder y las diversas formas de lavado
de activos apuntan a fortalecer candidaturas de todo tipo como se ha visto a lo
largo de nuestra historia y la de muchos países sudamericanos.
2021 es nuestro Bicentenario
nacional. El de Trujillo nos tocó bastante deslucido por la pandemia y otros problemas
de organización. Como ciudad y región no tuvimos una gran obra que hubiera dado
un realce a nuestra ciudad. Un gran sistema vial y drenaje, por ejemplo, proyectado
y planificado tras los destrozos del Niño del 97-98, hubiese sido un gran
regalo para la actual urbe en la que hemos convertido. Faltó visión, liderazgo.
Oportunidad perdida. Trujillo es una gran ciudad. Pues, hora de despegar.
domingo, 13 de diciembre de 2020
NEUROSIS BICENTENARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DICIEMBRE)
Calles y avenidas cerradas, tráfico sin rutas alternativas. Choques entre ambulantes y la policía municipal. Vecindarios con pistas destrozadas. Hospitales que colapsan. Radiografía diaria de una ciudad neurótica.
Este es el retrato de una urbe que,
de pronto, se ha visto sometida a situaciones caóticas que atormentan a los
preocupados y sufridos trujillanos. En medio de la crisis sanitaria y económica
que muchos estamos pasando, hemos sido testigos de fuertes reacciones como lo
fueron las protestas sociales contra la asonada provocada por congresistas de
móviles oscuros y, por otro lado, el problema agrario que causó zozobra en la
ciudadanía al haber mucha población laboral involucrada en esta modalidad. Cada
vez es más frecuente ver negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas o
ver por muchas partes carteles que alquilan o venden inmuebles. Los intentos de
retornar a una suerte de resurgimiento económico chocan con otras veleidades
del mundo político que genera desconfianza e incertidumbre. Las acciones
populistas y ramplonas, y el doble lenguaje empleado por parlamentarios y
líderes de partidos políticos han generado un fuerte resentimiento en la
población que va a ser difícil de ser olvidado; y esperemos que así sea, pues hay
tristes evidencias de amnesia colectiva política como lo podemos ver a lo largo
de nuestra historia electoral. En cuanto al panorama sanitario, no deja de
causar grandes temores. Se habla de una segunda ola, mientras muchos ciudadanos
se vuelcan a las calles para satisfacer sus ansias de consumo o para disipar
las tensiones vividas en nuestro forzado encierro. Mucha gente clama por
libertades individuales y exigen libre circulación. Tras la amarga experiencia
que vivimos entre los meses de junio a septiembre nos debería invitar a la
reflexión y no convertirnos en portadores de la desgracia para sus familiares o
para uno mismo.
En este complicado escenario,
surgen acciones desatinadas que obedecen a un prurito proselitista más que el
bien cívico. De haber pensado en este último, no nos veríamos en la estresante
situación que ahora estamos viviendo: mientras cientos de ciudadanos reclaman
el asfaltado de calles que fueron abandonadas por la gestión edil (otro caos
que raya con la hilaridad), se abocan a romper otras sin haber generado rutas
alternativas y causando molestias en momentos como estos. El desatino cunde por
la ciudad que pareciera ser golpeada por diversas plagas, muchas de ellas
evitables si hubiera la coordinación correcta, el criterio técnico más que el
político, una visión más global de la ciudad y una comunicación más efectiva;
realidades bastante escasas por las evidencias que estamos sufriendo.
Si todo esto obedece como parte de
una campaña electoral de un debilitado líder identificado como mendaz y
traicionero, dudo que la población se sienta agradecida por esto. Salvo que el
lema “Sufre, peruano, sufre” sea parte de nuestra compleja identidad.
domingo, 20 de septiembre de 2020
CULTURA, PESE A TODO
6 meses de pandemia declarada en nuestro país. Crisis sanitaria y caos económico a consecuencia de las medidas de aislamiento obligatorio para la mayoría de la población peruana. Medidas estrictas que afectaron a todos los sectores de nuestra sociedad que comenzó a buscar formas de cómo salir adelante. Ayudas más, ayudas menos del aparato estatal no ha sido suficiente para paliar la crisis de muchos hogares que súbitamente vieron sus ingresos recortados o sus trabajos cancelados. Como en todo el mundo, hombres y mujeres comenzaron a buscar nuevas propuestas para poder paliar en algo esta hecatombe.
En medio de esta desgracia
surgen algunas respuestas que, obviamente, no deben de ser pasajeras. La
informalidad y el trabajo individual han sido los primeros estilos laborales
que han entrado en total crisis. El surgimiento del espíritu gremial y la
efectividad de este han sido casi una respuesta automática no solo en el mundo
artístico, sino en otros campos laborales. Estos sistemas, de pronto, se han
visto como un modo efectivo tanto de protección, seguridad y proyección que
puede permitir a artistas, artesanos y otras profesiones poder plantear
respuestas y suplir carencias que no se hallan en otros sistemas, el estatal
incluido. Las asociaciones y gremios existentes han sido expuestos de manera
activa y están funcionando como puentes entre entidades de apoyo y sus
asociados. Además, la necesidad de trabajar de manera sinérgica y colaborativa
es otra modalidad que debe de ir incorporándose en las estrategias que queramos
desarrollar en el futuro. Es por eso por lo que, mientras el mundo político
vive lamentables realidades circenses absurdas que ofenden a la sociedad
peruana (lo que hemos visto esta semana es una muestra de ello), artistas y
gestores culturales se han movilizado para dar respuestas no solo para ellos
mismos, sino a la sociedad en su conjunto. Se espera que los puentes tendidos
con el MINCUL sean efectivos para las personas involucradas; pero estas últimas
han seguido en la búsqueda de más opciones con otros sectores para generar más
oportunidades. Alianzas y nuevos espacios han comenzado a surgir que puedan
idear proyectos que involucren al mayor número de artistas. Pero, también es
necesario que todo esto se difunda con el fin de que esas propuestas múltiples
se conviertan en potenciales servicios de sectores vitales de nuestra sociedad
como lo son la Educación y la Salud por el momento. El arte es potente paliativo
para miles de peruanos que viven bajo un estrés sin igual. Algunas empresas
privadas se suman tímidamente a estas causas que, son a la larga, soluciones
que estarán en la recordación de muchas personas. Se las identificará como
solidarias en momentos tensos que nos tocó vivir.
Festivales, conciertos y
performances llenan las pantallas y escenarios nuevos surgen. Contra todo
pronóstico, la cultura sigue viva y hay que apoyar toda iniciativa por el
bienestar común.
domingo, 23 de agosto de 2020
CIUDAD DIGNA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE AGOSTO)
En octubre de 1994, gracias a una beca de DANKS AFS, tuve la oportunidad de hacer una residencia laboral en Dinamarca por cuatro meses. Llegar a un país reconocido por su alta calidad de vida fue un interesante aprendizaje para desaprender muchos vicios y malos hábitos adquiridos a lo largo de nuestra vida ciudadana. Uno de ellos fue la cultura de la bicicleta. No bien llegué con los responsables de mi estadía a mi primera reunión pude constatar mi desconocimiento de reglas de tránsito sistémicas que hacen que en una ciudad con más de dos millones de habitantes en ese entonces y sin ningún servicio de subterráneo las cosas marchen puntualmente como un cronómetro: al momento del descender del taxi, abrí la puerta por el lado equivocado, pues esta daba directamente a una ciclovía intensamente transitada; felizmente, no causé desgracia alguna salvo el fastidio de un ciclista el cual casi choca con la puerta que había abierto de manera intempestiva; tanto el chofer como la señora que acompañaban me llamaron la atención por lo que cerré la puerta súbitamente. Copenhague tiene todo un sistema ordenado, pulcro, preservado y respetado por toda esta sociedad que convirtió a la bicicleta en un medio de locomoción masivo e incluido en cualquier planificación urbana como lo vi no solo en esta ciudad, sino en otras ciudades grandes de este y otros países europeos. La señalización y semaforización para las bicicletas son respetadas por todos: autos, tranvías, buses e incluso los peatones. Los daneses, como los neerlandeses, muestran respeto por las reglas, que es respeto de los demás ciudadanos para tener una buena vida comunitaria y un sentido arraigado del cuidado social y ecológico como nunca lo había visto. El uso de la bicicleta ha hecho, a la larga, de este país un modelo de sostenibilidad, respeto al medio ambiente. También uno de los países con mejor calidad de vida y uno de los más felices.
¿Y Trujillo? ¿Podemos atrevernos?
Muchas personas dicen que es nuestra idiosincrasia lo que impediría ese logro.
Ecuador y Colombia son países que rebaten esa insostenible justificación. Sin
ir muy lejos, Cuenca en Ecuador es una ciudad que nos podría servir como
referencia. O Medellín, una ciudad que es 4 veces más grande que Trujillo. Pero
demanda, eso sí, dos voluntades que trabajen en conjunto: ciudadanía y
autoridades. La primera en ir desaprendiendo diversos errores aprendidos en la
jungla que es nuestra ciudad; no solo a los conductores de transporte público,
sino para aquellos que han crecido con la idea de que el espacio es suyo y no
respeta a los demás: como no cuidar a los vehículos denominados menores. Por el
lado de las autoridades es fajarse con este compromiso que tendrá que ejecutar
acciones que serán impopulares: reglamentar, por ejemplo, el transporte público
plagado de mafias que están en contra de cualquier alternativa que ponga en
peligro sus monopolios privados. Veamos cuánto podemos hacer.