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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 19 de diciembre de 2021

TRUJILLO, NUEVO FAR WEST (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 19 DE DICIEMBRE)


Hablaba con un amigo sobre cine y tocamos el género western que me hizo evocar esas imágenes de un Medio Oeste norteamericano de calles polvorientas y con una ley rampante del más fuerte y con predominancia de pistoleros, asaltantes y autoridades corruptas. Caí en cuenta de que, a medida que iba imaginando escenarios urbanos y sus habitantes, hallaba muchas similitudes entre nuestra ciudad, sucia y polvorosa, con esas imágenes cinematográficas. He venido comentando a través de esta columna sobre el sostenido deterioro de nuestra calidad de vida. Me viene a la memoria una teoría planteada por los científicos sociales James Q. Wilson y George L. Kellinge para explicar el deterioro social, el incremento de la violencia y un amplio espectro de anomias sociales, la Teoría de las Ventanas Rotas.
 A través de diversas observaciones en la que las condiciones físicas urbanas (una de ellas, el ornato) de un lugar ayudan al “relajamiento” peligroso del respeto de las reglas. Otro científico social, Philip Zimpardo, realizó otro experimento hecho con dos vehículos abandonados en dos barrios de condiciones sociales diferentes, Bronx de Nueva York y la residencial Palo Alto en California. Los resultados fueron interesantes: “[..] Cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores rompieron un vidrio del automóvil de Palo Alto. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre. [..] No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que vale todo. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional [..]”. Extrapolemos esta descripción con lo que nuestra ciudad ofrece a sus habitantes; mejor dicho, lo que ofrecemos a nosotros mismos. Daniel Eskibel resume lo siguiente: “[..] Si una comunidad exhibe signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja) y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas mayores y luego delitos cada vez más graves [..]” Interesante observación en la que Trujillo tiene todas las de perder. Eskibel concluye: “[..] Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana, como la que no tenemos ahora.” Parte de nosotros, ciudadanos, ver qué ciudad queremos para vivir.

domingo, 5 de diciembre de 2021

CAVILACIONES TRUJILLANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 05 DE DICIEMBRE)



Visitas inesperadas de amigos de antaño son siempre una verdadera cajita de sorpresas y un gran regalo para nuestras abrumadas vidas cotidianas. Así sucedió el pasado fin de semana con la visita de un amigo de tiempos universitarios con el que nos fuimos alejando por el tráfago de nuestras vidas en particular. El reencuentro inicial fue bastante simpático y entrañable, pues miraba en él un optimismo y alegría no sólo por el encuentro, sino por sus planes personales que habían empezado a caminar prácticamente con esta visita. No quiero ahondar detalles en sus planes de vida, pero sí reflexionar sobre las circunstancias que fueron rodeando este reencuentro.

Su entusiasmo y admiración por la ciudad que lo acogió momentáneamente fueron decantándose y desvaneciéndose por una serie de eventos que me permitieron entender más, a través de su experiencia, nuestra propia decadencia. Trujillo no sólo son bellas casas solariegas, “las Huacas del Sol y la Luna o el coloso Chan Chan”. En su estancia inicial, hizo un viaje a nuestros patrimonios arqueológicos, visitas en las que pudo constatar el deplorable mantenimiento de nuestro sistema vial. Al final de su visita, ya no le causaba sorpresa hallar una calle o avenida en la que haya encontrado numerosos huecos, rompemuelles de irregulares dimensiones o escasa o nula señalética. Su capacidad de tolerancia a “mínimos” detalles le permitía aceptar hasta ese entonces que seguíamos siendo la segunda ciudad peruana y con una buena calidad de vida. Tras su retorno de una breve ausencia de nuestra ciudad y hospedado en un céntrico hotel, de pronto se vio abrumado por la clausura de la plaza de armas, el tráfico endemoniado generado por esta medida, el desorden de nuestras calles, la mendicidad de todo tipo y la violencia que se respira entre las personas. Lo llevé a Huanchaco para “relajarnos” y terminar encontrándonos con desorden y basura. Lo llevé por la ex Vía de Evitamiento para ver las “espaldas” de Chan Chan para encontrarnos con un nuevo relleno sanitario de la ciudad; en realidad, es una vía que hay que tratar de evitar. Por eso, “evitamiento”. Mi amigo trabajó un buen tiempo en el área de comunicaciones de PromPerú. Sus observaciones reflexivas tuvieron un buen fundamento: no era sólo para el visitante, sino también para el residente. Él está pensando pasar una larga temporada fuera de Lima, sea en Arequipa o Trujillo. El viaje le aclaró más la situación. Trujillo ve un marcado deterioro en el cual todos los ciudadanos hemos contribuido con nuestro grano de arena: desde permitir que personas o empresas intervengan nuestro espacio sin respeto a normas mínimas de vecindad, hasta elegir autoridades incompetentes y corruptas; desde trasgresiones arquitectónicas y físicas (ruido y tratamiento de basura, por ejemplo) hasta el mantenimiento de nuestras vías, erosión costera o el criminal tráfico de terrenos. Trujillo. Ay… Y el cadáver siguió muriendo.

domingo, 28 de noviembre de 2021

¿TRUJILLO SIN REMEDIO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO 28 DE NOVIEMBRE)


Viernes por la madruga una lluvia cae sobre Trujillo. Una lluvia que desnuda cada vez más a una ciudad que se va hundiendo en una suerte de espiral de caos y abandono. Y una lluvia que reaviva muchos temores y que amenaza nuestra seguridad y, también, nuestros bolsillos. Y retornan palabras como “huaico” o “quebradas”.

Ya hace varios años (no sólo desde 2017), se ha hablado de planes de protección para una ciudad que creció en un espacio de ríos y quebradas secos, los que se activan ante una copiosa actividad pluvial como lo es cualquier Fenómeno de El Niño. Pobladores previos a su fundación española sufrieron duros embates e, incluso, fueron casi extinguidos ante la intensidad de algunos de estos Niños. Si uno visita espacios arqueológicos como la Huaca de la Luna, su historia encierra datos espeluznantes. Posteriormente, cronistas de la colonia describen los estragos causados a lo largo de este periodo histórico de nuestra ciudad. Cobra especial importancia la de Miguel de Feijóo quien, con lujo de detalles, describe el Mega Niño de 1728. ¿Qué narra Feijóo? En su obra Relación descriptiva de la ciudad, y provincia de Truxillo del Perú, reeditada en 1981, en el capítulo XII, habla de Mampuesto que fue el origen de un desborde con terribles consecuencias. Feijóo lo llama “Marapuesto” describiéndolo como un terraplén hecho por los indios gentiles que “[..] cerraba un gran espacio de una quebrada entre dos cerros, de lo que resultó se hiciese una profunda laguna; y humedecidas sus vasas, y cimientos, derrumbándose por lo más débil, precipitada la multitud de agua que se había recogido, corrió por los campos mediatos[..]”. Para suerte de Trujillo en ese entonces, las aguas no se dirigieron sobre la ciudad donde “[..] hubiera desbaratado parte de sus murallas [..]”, sino que se dirigieron al río Moche. En 1998, las aguas de Mampuesto inundaron a nuestra ciudad con cadáveres y ataúdes que flotaban por diversas calles y avenidas. En 2017, no hubo cadáveres, pero sí mucha agua enlodada y destrucción. La historia repite el mismo fenómeno. Con un grupo de amigos arquitectos fuimos a ver el territorio y esta zona había sido concesionada a una empresa para volver a hacer un cementerio. Este es uno de los tantos ejemplos en los que la desidia y la angurria humanas, juntas, generan grandes desastres, muy bien aprovechados por públicos y privados de manera criminal: tráfico de terrenos. Esta actividad ha permitido grandes ganancias a empresas de ventas de terrenos y construcción, así como votos a partidos políticos que promueven la titulación. Algunas soluciones plantean derivar las aguas de las quebradas hacia el río Moche, con la posibilidad de crear otro desastre. La ocupación “legalizada” de estos espacios conlleva a que el Estado instale todos los servicios básicos (electrificación, agua y desagüe), los que serán dañados en otra riada pluvial. Política y plata parecen enemigos de nuestra ciudad.


PD. Al colgar este texto, un fuerte sismo ha asolado una parte de la selva alta de nuestro país. Las ondas nos levantaron a las 5:55 am. Y esta situación nos expone en nuestras pobrezas y también fortalezas como ciudadanía. Mucha fuerza para los amazoneses y todos los que hayan sido afectados por este desastre.

domingo, 31 de octubre de 2021

SOLEDAD DEL CIUDADANO DE A PIE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 31 DE OCTUBRE)


1. Semana de la Canción Criolla. “La jarana va a empezar al golpe de un buen cajón” y, luego, una parada de burro por las idas y venidas para autorizar eventos artísticos relacionados a la fecha. 2. La Reforma Política Electoral, ¡ay! Siguió muriendo en un espectáculo desfachatado en Cajamarca, burlándose de la ciudadanía al evitar el control positivo de esas entidades llamadas partidos políticos. 3. Nuestro alcalde es acusado de actos fraudulentos en su gestión en Huanchaco por lo que entramos en otra espiral de escándalos que dejarán a la ciudad en ascuas ante las urgencias en seguridad, infraestructura vial y otros baches citadinos. En todos estos casos, el gran perdedor es el ciudadano de a pie.

En el primer caso, las indecisiones gubernamentales y la falta de coordinación entre sus ministerios (en este caso, Interior, Salud y Cultura) han dado cuenta de una situación lamentable impidiendo a muchas personas del sector musical poder trabajar en momentos tan críticos como los que están pasando. Y peor aún al ver que otras actividades masivas, incluidas fiestas con vigilancia policial incluida, se vienen realizando en diversos espacios públicos en nuestra y otras ciudades. Una gota más que rebalsa el vaso de la indignación y frustración. En el segundo caso, el Congreso está actuando en contra de los intereses de los ciudadanos. Vemos la mediocridad en la que se han convertido los partidos políticos, a los cuales podríamos llamar bandas organizadas: el dinero y el interés de clanes de poder hacen que estas instituciones, la base del sistema democrático, hayan caído en manos de personas que crean partidos de última hora en torno a grupos familiares o económicos. No se puede tapar el sol con un dedo ante las escandalosas evidencias que tenemos. Vargas Llosa dice que no sabemos elegir bien; creo que debería de empezar por ver los partidos políticos que son los que nos dan una lamentable lista de personas cuestionadas que han de dirigir los destinos de nuestras ciudades, regiones o país. Y son los mismos candidatos electos (congresistas) los llamados a hacer esa reforma que atentaría contra sus propios intereses. Estos son los cuestionamientos de una democracia enclenque que han crecido en una ciudadanía incrédula, desarraigada políticamente y encerrada en la cápsula de descrédito creada en las últimas décadas intencionalmente. Y lo último se desprende de la mediocridad de dichos partidos políticos que ponen a candidatos que arrastran problemas de diversa índole. Los cuestionamientos ya venían desde la gestión edil en Huanchaco, pero se hizo caso omiso a estos. Los ciudadanos se están organizando para exigir la función principal de estos políticos: servir a la ciudadanía. Ni el partido gobernante, ni los que se hallan en diversos puestos públicos están a la altura de las funciones que les compete. ¿Las elecciones del año entrante nos volverán a mostrar la mediocridad de siempre?

domingo, 10 de octubre de 2021

FECIT: LOGROS Y RECONOCIMIENTO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 10 DE OCTUBRE)


Llegamos a nuestra octava versión. El Octavo Festival de Cine Peruano a partir de este lunes 11 de octubre y se extenderá hasta el domingo 17.

De aquella reunión amical ya hace 8 años, se ha logrado obtener un sólido reconocimiento y un gran paso para fortalecer nuestra presencia en las diversas actividades culturales de nuestra ciudad y del país. Se ha reconocido la tenacidad de haber remado contra corriente en momentos que diversas situaciones podrían haber hecho naufragar esta empresa sostenida por la buena disposición de los integrantes y el apoyo incondicional de diversas personas, autoridades e instituciones sea en Trujillo u otras ciudades, regiones e, incluso, del exterior; apostaron por nuestro proyecto de desarrollar actividad cultural cinematográfica en provincia contra una serie de prejuicios que arrastramos por décadas contra todo tipo de creación y productos hechos por autores peruanos: somos enemigos consumados de nosotros mismos. Mucha gente aún no tiene fe en sí misma y es autodestructiva en sus críticas. Contra esos duros prejuicios hemos apostado. Nuestra apuesta ha sido y será siempre ser ese espacio en el que se muestre la producción hecha por compatriotas residentes en el país o en el exterior, de todas las regiones. Nos queda en el recuerdo nuestra primera versión en la que hubo diversos filmes e invitados, sin tener aún un carácter competitivo. Reunimos a directores, actores, gente que trabaja en el cine en iluminación, sonido, edición, etc. Y un público en general entusiasta. Fue una buena oportunidad para que nuestra ciudad viera cine que no llegaría por circuitos comerciales. Hasta la sexta edición, que fue presencial, pudimos ver filmes como Sigo Siendo, Viaje a Tombuctú, El mudo, NN, Wiñaypacha, La última tarde, entre otros, tanto largos como cortos. Además, se aprovechó para homenajear a hombres y mujeres de cine con cuya obra, el cine peruano es una realidad: Federico García, Tatiana Astengo, Nora de Izcue, Francisco Adrianzén, Gustavo Bueno. Incluso estuvieron personalidades como Francisco Lombardi, ya de raigambre internacional, u otras muy reconocidas como Patricia Pereyra (Jazmín) y el recientemente fallecido Juan Manuel Ochoa, más conocido como Jaguar. La séptima versión se hizo en contexto de la pandemia; la virtualidad fue la respuesta a esta coyuntura. Tuvimos grandes aliados como SOLTV que nos permitió no solo difundir noticias del festival, sino proyectar filmes que fueron exhibidos en versiones anteriores; uno de los grandes logros de esa modalidad fue la ampliación de un público que podría estar en Trujillo. Un éxito.

El tesón ha sido recompensado. Tanto el MINCUL como el Gobierno Regional han reconocido nuestra labor y, en el caso de este último, nuestro proyecto ha sido declarado de Interés Público para nuestra ciudad y Región.  Nuestra octava versión traerá muchas novedades a sus pantallas y móviles.

Están, pues, cordialmente invitados.

domingo, 19 de septiembre de 2021

TOTORALES Y RÍO MOCHE, FIN DE NUESTROS RECURSOS NATURALES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 19 SEPTIEMBRE)



En las últimas semanas participé en diversas actividades que han abordado dos puntos álgidos: la situación crítica del río Moche y los totorales de Huanchaco. Ambos recursos, vitales para la población trujillana, están al borde de una calamidad ecológica que tendrán, obviamente, repercusiones negativas para la ciudadanía. Y, en cierta manera, esta desconoce el alcance de esta gravedad, sea por indiferencia, ignorancia o complicidad.

El Moche es, literalmente, un río muerto. La cantidad de elementos contaminantes que lleva en sus aguas o están en su cauce lo hacen un peligro, pues sus aguas son usadas para cultivar sembríos de panllevar que hay en los mercados de nuestra ciudad. A lo largo de su extensión hay minas en actividad o abandonadas que han usado sus aguas como lugar de desecho: sus orillas son repositorios de relaves, muchos de los cuales pueden verse a simple vista. Toda forma de vida ha sido eliminada por este tipo de contaminación, agravada en las cercanías de nuestra ciudad, pues sus orillas son vertederos de basura de todo tipo o de desechos de construcción. Al igual que algunas zonas del litoral costero entre Buenos Aires y Huanchaquito, el Moche es un “relleno sanitario” más. Por otro lado, los totorales son un espacio natural cuya existencia permite la construcción de la identidad huanchaquera y, como todos lo sabemos ahora, es la que ha generado toda la industria turística alrededor de los caballitos de totora que usan estos totorales en riesgo. Parte de un gran conjunto ecológico que incluye al cerro Campana, este espacio ha sufrido invasiones, intervenciones funestas y, como el Moche, tiene desmontes en su territorio. La desaparición de estos significará la extinción del espíritu de un espacio geográfico apreciado por su historia viva y sus aparejos históricos que llaman la atención a foráneos y locales. Su extinción significará, a la larga, la muerte lenta de un balneario que ya tiene graves problemas con la erosión que va acabando con sus playas. Huanchaco está cavando así su tumba. Ambos recursos han tenido diversas propuestas de solución; algunas viables, otras no. Sin embargo, algunas medidas fueron tomadas más por criterios políticos o económicos que científicos. Hay realidades inevitables, pero hay otras posibles que podrían abordar estos problemas con más transparencia y eficiencia. Pero depende, también, del criterio político. Las propuestas chocan, también, con fuertes intereses económicos, los que usan todas las estrategias posibles para comprar conciencias ciudadanas y, sobre todo, a algunos políticos cuyas billeteras están ávidas de ser engordadas.

En 2022 tendremos elecciones municipales y regionales. Cantos de sirena empezarán a sonar para que los ciudadanos dirijan su voto: ¿estos serán al “mejor postor”? Hemos visto cuán frágil es la memoria ciudadana al votar. “Grandes” soluciones ahora, grandes problemas del mañana.

domingo, 12 de septiembre de 2021

¿UNA CIUDAD CANGREJO? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 SEPTIEMBRE)




T
rujillo tiene, según datos del 2020, una población metropolitana de 1´110,220. En los últimos años, el panorama social ha cambiado sustancialmente. Las migraciones internas y externas han sido un factor decisivo en su crecimiento poblacional. Por ejemplo, según datos del 2017, había una población de 148,992 ciudadanos venezolanos residentes. Casi un 11% de la población total. La coyuntura ha cambiado en algo estos datos, no mucho. La pandemia hizo que muchas personas hayan regresado a su sitio de residencia por la modalidad del trabajo remoto, sobre todo aquellos que residían en pensiones o casa de parientes en otras ciudades como Lima. Eso ha generado otras condiciones especiales, fuera del hecho de que muchos han establecido pequeños y medianos negocios de servicios de todo tipo. La posibilidad de una migración masiva hacia el exterior no será significativa para la presión poblacional que la ciudad tiene. Al igual que otras ciudades de la costa, Trujillo tiene un fuerte déficit de infraestructura en muchos rubros: agua y desagüe, sistema vial, electricidad, interconectividad, reciclaje y manejo de residuos sólidos, sistema de sanidad y salud mental, macroproyectos de impacto ambiental, erosión costera. Un largo etcétera que se ha ido agudizando por diversas razones, muchas de ellas por incompetencia de autoridades pertinentes, así como una acentuada corrupción que afecta todo quehacer de nuestra ciudad. La planificación urbana en Trujillo deja mucho por desear: la reiterada edificación de construcciones, incluso de material noble, en zonas prohibidas son el producto de una extensa mafia de terrenos que incluye no sólo a autoridades, sino al aparato judicial y un grupo de empresarios inescrupulosos que fomentan acaparamiento de terrenos, invasiones o actividades ilegítimas en el Poder Judicial sobre títulos de propiedad. Por falta de control y por la misma corrupción, muchas áreas destinadas a parques y zonas de recreo terminaron convirtiéndose en viviendas; nuestras ciudades ofrecen pocos m2 de áreas verdes por cada uno de nosotros. Sin embargo, algunos municipios han comenzado a desarrollar planes interesantes en pro de sus ciudadanos. Moche, por ejemplo, tiene un plan de acopio para uno de los residuos más contaminantes: pilas de cadmio. Esperemos que estos desechos sean correctamente tratados para tener un plan global. Muchas buenas ideas ecológicas, como clasificar la basura, terminan en sólo buenas intenciones al terminar dichos desechos en un relleno sanitario en el que pululan recicladores y negociantes. Las iniciativas ciudadanas de participar activamente en las políticas urbanas deben de ser apoyadas y promovidas para invitar a más personas a sumarse a estas causas.

PD. Jean-Paul Belmondo ha muerto. Para los cinéfilos, este díscolo actor marcó una época que nos preparó para la Nueva Ola y el Mayo del 68 francés. Feo pero guapo, tuvo una ceremonia digna a su memoria. Bon voyage.

domingo, 7 de febrero de 2021

ROMPECABEZAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 07 DE FEBRERO)

Vacunas. Comunicados de farmacéuticas. Oxígeno. Confinamiento. ONP. El laberinto de palabras con los que estamos construyendo las realidades cotidianas de todos los peruanos. Cuarentena rígida. Huanchaco. Pozas de oxidación. Ciclovías. Gestiones municipales. Son otras palabras que conforman el imaginario de nuestra vida citadina, local. Palabras que han estado dando vueltas en los medios de comunicación y en las murmuraciones de los vecinos en medio de arranques de populismo y especulaciones.

Las ansiadas vacunas se acercan cada vez más a nuestro país, mientras que el laboratorio creador y dueño la patente de Ivermectina ha sacado un comunicado que ha dejado pasmadas a muchas personas que la ingieren o promueven su consumo. Desde que empezó esta pandemia, desesperados ciudadanos buscaban formas de prevención o cura contra este mal, desde la lejía, cloro hasta este medicamento; personas de toda condición social y académica son declarados seguidores y hasta fanáticos (se ha llegado hasta el insulto y el agravio en medios contra personas que descalificaban su consumo). Han surgido especulaciones, como siempre; pero los hechos ahí están y no creo que un laboratorio envíe un mensaje con el fin de desprestigiar su producto: es solo una aclaración y un deslinde de responsabilidades a complicaciones que puedan surgir en cualquier momento. La segunda ola motivada por las lamentables reuniones masivas en las fiestas de fin de año del 2020 ha creado el colapso, nuevamente, del sistema sanitario e incremento del consumo de oxígeno. Hay iniciativas positivas de ciudadanos honestos, sensibles y empáticos ante este drama social; pero, como siempre, los grandes especuladores han visto en esta necesidad (al igual que el gas doméstico) una fuente rápida de enriquecimiento. En cada tragedia, siempre hay grandes oportunidades de negocios y oportunismos. Y de esto tenemos como clara evidencia la trasnochada idea del uso de los recursos de la ONP para emplear dichos recursos de manera inconsciente, una expectativa digna de políticos populacheros que solo aspiran a buscar votos entre una población deprimida por salud y economía.

Mientras en nuestra ciudad, hay movidas para que la Municipalidad tome la iniciativa de importar vacunas para la población. Si vemos el manejo que existe en la actualidad con las demás actividades y gestiones que compete a cualquier municipio, uno puede hacerse la pregunta cómo podrían manejar recursos de esta magnitud que implican una infraestructura y una logística que necesariamente tendrían que coordinar con el Gobierno central. El infierno está empedrado de buenas intenciones. La ciudad tiene diversos asuntos que atender para su buen funcionamiento desde el mantenimiento de un sistema vial adecuado (ver intento fallido de ciclovías), de comunicación asertiva sobre la basura y el manejo de esta (el tema de Huanchaco y las aguas servidas, situación colateral, está pendiente). Que empiece a hacer bien lo que compete ahora.

domingo, 3 de enero de 2021

RESPONSABILIDADES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 03 DE ENERO)

 2021. Bicentenario de la Independencia política de nuestro país. Elecciones generales. En este año nuevo, los peruanos tenemos dos eventos relevantes con los que debemos de estar a la altura.

Abril será un mes en el que iremos a urnas para elegir el nuevo lustro gubernamental con un nuevo Congreso que asuma funciones legislativas. El lustro anterior ha visto 4 presidentes: inició PPK y culminará la misión presidencial Fernando Sagasti, si es que no hay algún exabrupto más parecido al que generaron la caída de Martín Vizcarra y el fugaz periodo de Manuel Merino. Tendremos que escoger un nuevo parlamento conformado por 130 congresistas entre los que son propuestos por una veintena de partidos. Las recientes inscripciones y observaciones han dado muchas sorpresas tanto en cuanto planchas presidenciales como cuadros de congresistas. Los partidos políticos nuevos y tradicionales, responsables del panorama que atravesamos en la actualidad, pusieron a un grupo de personas que, según las políticas internas de cada organización, era el más idóneo para poder asumir cargos tanto legislativos como los cuadros ejecutivos aparentes para que nuestra vida nacional continúe y mejore. Hemos visto los dos recientes congresos; los resultados son deplorables, salvo pocas excepciones. Personas incapaces, egoístas, individualistas, oportunistas y demagogas han poblado nuestros congresos hace décadas; pero las últimas versiones de este periodo gubernamental han sido un lamentable panorama de lo mal que está el sistema político de nuestra nación. Aunque es un mal común que se ve en muchas democracias formales alrededor del mundo, nuestros congresos han sido un conjunto de personas que pocas veces han velado por el país asumiendo posturas que no les competen, proponiendo leyes de lo más populistas e insostenibles y velando por intereses más que reñidos con lo ético y lo social. Muchos partidos no han dejado de ser meros clanes familiares y algunos orígenes de muchos de los que están en competencia son muy oscuros, vinculados a situaciones de corrupción, lavado de dinero y otras pesadas herencias. Estuve leyendo la biografía de Pablo Escobar y la serie recreada en la biografía de Juan “Chapo” Guzmán. Los hilos del narcotráfico siguen ejerciendo su poder y las diversas formas de lavado de activos apuntan a fortalecer candidaturas de todo tipo como se ha visto a lo largo de nuestra historia y la de muchos países sudamericanos.  

2021 es nuestro Bicentenario nacional. El de Trujillo nos tocó bastante deslucido por la pandemia y otros problemas de organización. Como ciudad y región no tuvimos una gran obra que hubiera dado un realce a nuestra ciudad. Un gran sistema vial y drenaje, por ejemplo, proyectado y planificado tras los destrozos del Niño del 97-98, hubiese sido un gran regalo para la actual urbe en la que hemos convertido. Faltó visión, liderazgo. Oportunidad perdida. Trujillo es una gran ciudad. Pues, hora de despegar.

domingo, 13 de diciembre de 2020

NEUROSIS BICENTENARIA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DICIEMBRE)

Calles y avenidas cerradas, tráfico sin rutas alternativas. Choques entre ambulantes y la policía municipal. Vecindarios con pistas destrozadas. Hospitales que colapsan. Radiografía diaria de una ciudad neurótica.

Este es el retrato de una urbe que, de pronto, se ha visto sometida a situaciones caóticas que atormentan a los preocupados y sufridos trujillanos. En medio de la crisis sanitaria y económica que muchos estamos pasando, hemos sido testigos de fuertes reacciones como lo fueron las protestas sociales contra la asonada provocada por congresistas de móviles oscuros y, por otro lado, el problema agrario que causó zozobra en la ciudadanía al haber mucha población laboral involucrada en esta modalidad. Cada vez es más frecuente ver negocios que se ven forzados a cerrar sus puertas o ver por muchas partes carteles que alquilan o venden inmuebles. Los intentos de retornar a una suerte de resurgimiento económico chocan con otras veleidades del mundo político que genera desconfianza e incertidumbre. Las acciones populistas y ramplonas, y el doble lenguaje empleado por parlamentarios y líderes de partidos políticos han generado un fuerte resentimiento en la población que va a ser difícil de ser olvidado; y esperemos que así sea, pues hay tristes evidencias de amnesia colectiva política como lo podemos ver a lo largo de nuestra historia electoral. En cuanto al panorama sanitario, no deja de causar grandes temores. Se habla de una segunda ola, mientras muchos ciudadanos se vuelcan a las calles para satisfacer sus ansias de consumo o para disipar las tensiones vividas en nuestro forzado encierro. Mucha gente clama por libertades individuales y exigen libre circulación. Tras la amarga experiencia que vivimos entre los meses de junio a septiembre nos debería invitar a la reflexión y no convertirnos en portadores de la desgracia para sus familiares o para uno mismo.

En este complicado escenario, surgen acciones desatinadas que obedecen a un prurito proselitista más que el bien cívico. De haber pensado en este último, no nos veríamos en la estresante situación que ahora estamos viviendo: mientras cientos de ciudadanos reclaman el asfaltado de calles que fueron abandonadas por la gestión edil (otro caos que raya con la hilaridad), se abocan a romper otras sin haber generado rutas alternativas y causando molestias en momentos como estos. El desatino cunde por la ciudad que pareciera ser golpeada por diversas plagas, muchas de ellas evitables si hubiera la coordinación correcta, el criterio técnico más que el político, una visión más global de la ciudad y una comunicación más efectiva; realidades bastante escasas por las evidencias que estamos sufriendo.

Si todo esto obedece como parte de una campaña electoral de un debilitado líder identificado como mendaz y traicionero, dudo que la población se sienta agradecida por esto. Salvo que el lema “Sufre, peruano, sufre” sea parte de nuestra compleja identidad.

domingo, 20 de septiembre de 2020

CULTURA, PESE A TODO

6 meses de pandemia declarada en nuestro país. Crisis sanitaria y caos económico a consecuencia de las medidas de aislamiento obligatorio para la mayoría de la población peruana. Medidas estrictas que afectaron a todos los sectores de nuestra sociedad que comenzó a buscar formas de cómo salir adelante. Ayudas más, ayudas menos del aparato estatal no ha sido suficiente para paliar la crisis de muchos hogares que súbitamente vieron sus ingresos recortados o sus trabajos cancelados. Como en todo el mundo, hombres y mujeres comenzaron a buscar nuevas propuestas para poder paliar en algo esta hecatombe.

En medio de esta desgracia surgen algunas respuestas que, obviamente, no deben de ser pasajeras. La informalidad y el trabajo individual han sido los primeros estilos laborales que han entrado en total crisis. El surgimiento del espíritu gremial y la efectividad de este han sido casi una respuesta automática no solo en el mundo artístico, sino en otros campos laborales. Estos sistemas, de pronto, se han visto como un modo efectivo tanto de protección, seguridad y proyección que puede permitir a artistas, artesanos y otras profesiones poder plantear respuestas y suplir carencias que no se hallan en otros sistemas, el estatal incluido. Las asociaciones y gremios existentes han sido expuestos de manera activa y están funcionando como puentes entre entidades de apoyo y sus asociados. Además, la necesidad de trabajar de manera sinérgica y colaborativa es otra modalidad que debe de ir incorporándose en las estrategias que queramos desarrollar en el futuro. Es por eso por lo que, mientras el mundo político vive lamentables realidades circenses absurdas que ofenden a la sociedad peruana (lo que hemos visto esta semana es una muestra de ello), artistas y gestores culturales se han movilizado para dar respuestas no solo para ellos mismos, sino a la sociedad en su conjunto. Se espera que los puentes tendidos con el MINCUL sean efectivos para las personas involucradas; pero estas últimas han seguido en la búsqueda de más opciones con otros sectores para generar más oportunidades. Alianzas y nuevos espacios han comenzado a surgir que puedan idear proyectos que involucren al mayor número de artistas. Pero, también es necesario que todo esto se difunda con el fin de que esas propuestas múltiples se conviertan en potenciales servicios de sectores vitales de nuestra sociedad como lo son la Educación y la Salud por el momento. El arte es potente paliativo para miles de peruanos que viven bajo un estrés sin igual. Algunas empresas privadas se suman tímidamente a estas causas que, son a la larga, soluciones que estarán en la recordación de muchas personas. Se las identificará como solidarias en momentos tensos que nos tocó vivir.

Festivales, conciertos y performances llenan las pantallas y escenarios nuevos surgen. Contra todo pronóstico, la cultura sigue viva y hay que apoyar toda iniciativa por el bienestar común.

domingo, 23 de agosto de 2020

CIUDAD DIGNA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE AGOSTO)

En octubre de 1994, gracias a una beca de DANKS AFS, tuve la oportunidad de hacer una residencia laboral en Dinamarca por cuatro meses. Llegar a un país reconocido por su alta calidad de vida fue un interesante aprendizaje para desaprender muchos vicios y malos hábitos adquiridos a lo largo de nuestra vida ciudadana. Uno de ellos fue la cultura de la bicicleta. No bien llegué con los responsables de mi estadía a mi primera reunión pude constatar mi desconocimiento de reglas de tránsito sistémicas que hacen que en una ciudad con más de dos millones de habitantes en ese entonces y sin ningún servicio de subterráneo las cosas marchen puntualmente como un cronómetro: al momento del descender del taxi, abrí la puerta por el lado equivocado, pues esta daba directamente a una ciclovía intensamente transitada; felizmente, no causé desgracia alguna salvo el fastidio de un ciclista el cual casi choca con la puerta que había abierto de manera intempestiva; tanto el chofer como la señora que acompañaban me llamaron la atención por lo que cerré la puerta súbitamente. Copenhague tiene todo un sistema ordenado, pulcro, preservado y respetado por toda esta sociedad que convirtió a la bicicleta en un medio de locomoción masivo e incluido en cualquier planificación urbana como lo vi no solo en esta ciudad, sino en otras ciudades grandes de este y otros países europeos. La señalización y semaforización para las bicicletas son respetadas por todos: autos, tranvías, buses e incluso los peatones. Los daneses, como los neerlandeses, muestran respeto por las reglas, que es respeto de los demás ciudadanos para tener una buena vida comunitaria y un sentido arraigado del cuidado social y ecológico como nunca lo había visto. El uso de la bicicleta ha hecho, a la larga, de este país un modelo de sostenibilidad, respeto al medio ambiente. También uno de los países con mejor calidad de vida y uno de los más felices.

¿Y Trujillo? ¿Podemos atrevernos? Muchas personas dicen que es nuestra idiosincrasia lo que impediría ese logro. Ecuador y Colombia son países que rebaten esa insostenible justificación. Sin ir muy lejos, Cuenca en Ecuador es una ciudad que nos podría servir como referencia. O Medellín, una ciudad que es 4 veces más grande que Trujillo. Pero demanda, eso sí, dos voluntades que trabajen en conjunto: ciudadanía y autoridades. La primera en ir desaprendiendo diversos errores aprendidos en la jungla que es nuestra ciudad; no solo a los conductores de transporte público, sino para aquellos que han crecido con la idea de que el espacio es suyo y no respeta a los demás: como no cuidar a los vehículos denominados menores. Por el lado de las autoridades es fajarse con este compromiso que tendrá que ejecutar acciones que serán impopulares: reglamentar, por ejemplo, el transporte público plagado de mafias que están en contra de cualquier alternativa que ponga en peligro sus monopolios privados. Veamos cuánto podemos hacer.

domingo, 2 de agosto de 2020

ZOZOBRA EDIL ( ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 02 DE AGOSTO)

Turbulentas fiestas patrias para los trujillanos. La pandemia se está ensañando con nuestra Región que ha visto reactivar varios sectores económicos a la par de la expansión del COVID-19. El respeto de los protocolos no está muy internalizado en la gente y muchos ciudadanos prefieren lanzarse a las calles a buscar trabajo o generar ingresos descuidando todas las medidas de seguridad sanitaria. A uno le basta salir a la calle darse una vuelta por los mercados o las interminables colas de bancos para darse cuenta de que esto no funciona, fuera del comercio ambulatorio que crece desmesuradamente ante la débil autoridad ejercida. Además, la gestión sanitaria presenta falencias que nos hacen temer que la realidad termine por agravarse a niveles insospechados. Las acciones hechas por el Gobierno central de actuar sobre Arequipa han generado clamor en otras regiones como Huánuco, Puno y, también, La Libertad.
En medio de este contexto, el jueves circulaba por redes sociales la credencial otorgada por el Jurado Nacional de Elecciones a Jorge Ruiz Vega, exalcalde de Huanchaco y hasta el último miércoles teniente alcalde de Trujillo, tras confirmarse la suspensión de Daniel Marcelo a la alcaldía por el mismo JNE. Aunque esta licencia es, teóricamente, temporal hasta que se resuelva el estado legal de Daniel Marcelo, la ciudadanía se halla desconcertada en estos momentos en los cuales, pese a todo, había una dirigencia que ya se encontraba empapada en protocolos para la emergencia que estamos viviendo. La remoción de algunos gerentes y asesores, comenzando por la gerente general, en la MPT causa una razonable preocupación en la ciudadanía. Aunque se estila este tipo de procedimientos, en momentos como estos, el aprendizaje durante una pandemia genera justificados temores, pese a que hay una suerte de carrusel de funcionarios que retornan a otras plazas. Pero, lo más lamentable de toda esta desconcertante situación es que nuestro nuevo alcalde no viene libre de un pasado muy tortuoso: sobre él pesa una resolución fiscal de apertura de investigación preliminar por delitos como falsedad, concusión, abuso de autoridad, enriquecimiento ilícito, peculado, etc. Se lo vinculó a tráfico de tierras y, en 2018, fue denunciado penalmente por el presunto delito de falsedad genérica por el ciudadano Augusto Goicochea Larco por querer apropiarse de una casona en Huanchaco, cuando Ruiz Vega era el alcalde distrital de ese conocido balneario. Muchos habitantes huanchaqueros lo tienen en una ingrata recordación por algunas obras que resultaron un fiasco y generaron dudas de peculado. Para coronar la cereza de este pastel, en los primeros días de confinamiento riguroso Ruiz fue intervenido en su hogar por haber realizado una reunión con varias personas. En fin, un sombrío historial de nuestra futura autoridad edil.
APP está cavando su tumba política. Esperemos que la ciudadanía no siga jugando a ser cómplice de sus actores.

domingo, 5 de abril de 2020

APRENDIZAJE POSITIVO, LIDERAZGO NEGATIVO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 05 DE ABRIL)


Tres semanas de aislamiento. Tres semanas de una experiencia que nadie quiso tener y que ahora la tenemos instalada en nuestras ciudades. Una epidemia que fue hasta menospreciada por muchos e, incluso, se la manipuló con una carga política desviando la verdadera dimensión de una pandemia, situación absurda y torcida por la que ahora se tienen que morder la lengua por su ignorancia, intransigencia, indolencia o estar contaminado sufriendo sus consecuencias. Esta tragedia ha puesto en prueba a todos los peruanos, latinoamericanos, a la humanidad en general. En esta anómala situación vamos viendo la educación que cada uno ha recibido y la capacidad de respuesta que cada uno tiene frente a la misma. Esta crisis, pues, ha desnudado muchas falencias sociales y esperemos que, así como la humanidad tiene que replantear muchos errores, nuestra sociedad reoriente sus ideales y objetivos, fortalezca nuestros logros y enmiende sus graves carencias.
Dos pilares sociales deben de ser motivo de reflexión y acción: educación y salud. La salud ya no será vista, espero, como se estuvo haciendo hasta antes de la pandemia. Buenos médicos y un eficiente sistema de salud público son bases para una sociedad sana. Sin embargo, las prioridades no se han enfocado precisamente en el sistema público, lo que ha hecho que mucha gente (trabajadores y usuarios) recurra al sistema privado, dejando en la vulnerabilidad a un gran segmento de la población de medianos y escasos recursos que vive en permanente riesgo. Replantear la salud pública tiene que ser la nueva prioridad de ahora en adelante. Debe de ser política estatal y todo nuevo gobierno debe de honrarla. Sino escenas futuras, como las actuales, se repetirán. Hay que el tema sensible de la corrupción, gran enemigo de nuestra sociedad. La salud debe de estar amarrada a políticas de prevención: lo importante es que la población sepa cómo prevenir enfermedades y cómo actuar frente a casos como estos. El otro pilar es la educación es el otro pilar fundamental y el que ha estado buscando respuestas a esta nueva realidad. La virtualidad es una herramienta útil que puede salvar la situación; pero las condiciones sociales distan de ser óptimas como para poder tener a millones de niños y jóvenes atendiendo clases virtuales por una u otra razón. Las numerosas capacitaciones hechas por años en materia de TIC deberían de salir a relucir en momentos como estos. Quizás la “caja boba” (como llamó De Gaulle a la televisión) pueda ayudar en estas actividades, quizás. Menos Esto es guerra, más Sucedió en el Perú.
Lo negativo viene del mundo político. Ver a autoridades ediles involucrados en escándalos (nuestro teniente alcalde en una juerga o el alcalde haciendo proselitismo durante entrega de alimentos) es demostrar una incapacidad de liderazgo en momentos que la población necesita de modelos positivos y asertivos a nuestra situación.
Son asuntos pendientes

domingo, 29 de marzo de 2020

REFLEXIONES II (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 29 DE MARZO)


15 días, una quincena. Tras la última semana cargada de muchas tensiones, también tenemos muchas lecciones. Muchas cosas por cambiar a futuro, un futuro que se vislumbra incierto. He visto y leído muchas buenas voluntades, ingenio y capacidad de respuesta ante la incertidumbre de lo nuevo que se vendrá; sin embargo, se han visto actos y reacciones censurables por personas de toda condición.
En mi artículo anterior, hablaba sobre las desmesuradas acciones ocurridas desde el inicio del evento. Muchos personajes públicos reaccionaron contra las medidas que se han dado; pero vemos que muchas naciones, en un principio reacias al aislamiento forzado, han comenzado a actuar de la misma manera. Siendo un virus de alto contagio, el aislamiento social es un principio inmediato. Estamos frente a medidas totalmente nuevas para nuestra sociedad. Son perfectibles, como cualquier respuesta que se dé; hay vacíos, los hay. Hay muchos casos desesperados, los hay y los habrá. Ante una situación como esta, con tanta población a la que se la ha impulsado a la iniciativa personal (emprendedor de micro y mediana empresa), el Estado busca los medios de poder proteger a una gran población vulnerable. Hay una gran población marginal, la cual tiene escasos o nulos medios para responder a esta situación. La actitud de romper el aislamiento se entiende por su necesidad de ganar el pan diario. Pero el hecho de que haya individuos que salen para festejar o reunirse para “celebrar” esta pandemia debe de ser sancionado drásticamente. Hubo un caso de exceso por parte de un militar con un ciudadano en Piura, acción censurada por la misma institución; pero, lamentablemente, hay casos de reincidencia. Llevar esta gente (quizá infectada por su irresponsabilidad) a la cárcel conlleva un peligro para la población penitenciaria, pues esta tiene nulos medios de protección. Y otro censurable caso es de los congresistas que, en plena expansión del virus, deciden hacer una sesión presencial para discutir la aprobación de una comisión multipartidaria que evalúe las acciones de este gobierno y la delegación de facultades a la Comisión Permanente. La angurria del poder sobre la ponderación.
PD. El viernes falleció Marcela García; una amiga comprometida con una participación más activa de la sociedad civil en el seguimiento del compromiso y comportamiento de políticos de diversos estamentos: alcaldías, gobiernos regionales u otras instituciones. Su aspiración fue la de convocar a todas las instituciones civiles (empresariales, culturales, educativas, etc..) a asumir un compromiso más activo para evitar el avance de lacras enquistadas en nuestra sociedad: la demagogia y la corrupción. Nuestra inacción ha permitido que muchas promesas electorales sean parte del catálogo de demagogos y la corrupción, íntimamente ligada, haya avanzado a niveles insospechados.
El sueño de Marcela debe de ser nuestro derrotero común como sociedad, ahora más que nunca.

domingo, 23 de febrero de 2020

TRUJILLO 2020 (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 23 DE FEBRERO 2020)


El último día de 1973, toda mi familia se mudó de Arequipa a esta ciudad. Por razones laborales y sentimentales, mis padres decidieron levantar un negocio y nuestra residencia por estos lares. En ese entonces, Trujillo se recuperaba del fuerte sismo de 1970 que había dejado por los suelos casas, iglesias e instituciones diversas; un alumbrado público débil y el servicio de agua potable muy deficiente, pues las aguas subterráneas no daban abasto a una ciudad sea por los daños infligidos por el sismo o por el crecimiento un poco desordenado de este entonces.
Aunque no residía en esta ciudad, mi familia y amigos me contaban sobre la nueva ola migratoria que venía a Trujillo huyendo de la violencia terrorista o del galopante narcotráfico que hizo de nuestra ciudad un centro neurálgico del mismo. Diversos reportajes nos dieron una fama nada grata, habida cuenta que iban apareciendo extrañas fortunas las cuales nos siguen generando serias sospechas. También fue el inicio, desde el gobierno de AGP, de un éxodo de trujillanos y de peruanos que huían del descontrol, la inflación y la violencia sediciosa. Surge una alternativa desesperada al caos económico: el comercio informal masivo con La Hermelinda como máxima expresión. Hacia fines del gobierno de AGP, una nueva realidad cambiará nuestro rostro físico y social: Chavimochic. Este generará un boom en la agroexportación, como sucede en otras zonas de la Costa peruana, y acarreará dos cambios drásticos: el entorno físico (tropicalización y napa freática) y una gran movilidad social: surgen barrios itinerantes como Alto Trujillo, el cual ahora pugna por ser distrito. Un efecto lateral fue el incremento de la violencia. A fines de los 90 y la primera década de este siglo, nos convertimos en la capital de la violencia, cuyos rezagos seguimos arrastrando. Muchos posibles visitantes evitaron nuestra ciudad por la alarmante visión que se nos dio y nuestro silencio cómplice. Sin embargo, la inyección de dinero trajo muchos migrantes de todas partes del Perú e, incluso, países vecinos. Por la crisis del 2008 en el mundo y, sobre todo, España, algunos trujillanos intentaron el retorno, pero fue un proceso muy frustrante; la ciudad no era capaz de establecer reglas claras de convivencia. Grandes bandas de crimen organizado surgieron haciendo negocio con la extorsión, y “exportando” e “importando” delincuentes. Hubo gente en la policía y el Poder Judicial que actuaron de manera proba contra ellos. La última oleada es la venezolana. Hay buenas y malas personas, como cuando los peruanos “invadimos” Chile, Italia, España o Japón. Hay casi 1 venezolano en cada 10 residentes; han transformado nuestra ciudad. Pasará lo mismo como lo hicieron peruanos en USA, Argentina, Chile o Japón. Serán parte de nuestro acervo cultural y social. Se afincarán, tendrán familia; harán su futuro como lo han hecho nuestros familiares y amigos en otros lares. 
Así llegamos a nuestro Bicentenario.

domingo, 16 de febrero de 2020

LA CIUDAD QUE QUEREMOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 16 DE FEBRERO)


En recientes declaraciones de Hermes Escalante, presidente de la Cámara de Turismo de La Libertad, destacó la importancia del turismo como un motor vital del desarrollo económico de la Región, y como un factor integrador y articulador de otras actividades productivas y de servicios de Trujillo y sus alrededores. Es la actividad que moviliza a varios sectores vinculados directamente a este, pero a su vez repercute sobre otros de manera indirecta, pero efectiva. Un turista requiere de servicios básicos como alojamiento y alimentación, pero los vinculados a la cultura y al hedonismo son las atracciones de un lugar por el cual el turista se ha movilizado cientos o miles de kilómetros. Trujillo, como cualquier ciudad turística, atrae a una persona no solo por su gastronomía o sus espacios agradables para el bienestar, sino por su cultura, su historia y las facilidades para que uno pueda acceder a estas. Al crear estas condiciones y facilidades, muchas otras actividades se benefician indirectamente, como la educación, vital eje de desarrollo de cualquier sociedad. Buenos museos, una intensa investigación de nuestro pasado físico y social, y la adecuación de zonas naturales (bosques, cataratas, montañas) alimentan el desarrollo de una niñez que conoce su espacio físico e histórico.
Pero ¿qué cosas tenemos que mejorar? Varias. Se necesita un plan macro el que involucre y en el que participen muchos actores de la ciudad y Región. Ver planes educativos y de comunicación para sensibilizar a una población que conoce poco a su ciudad y sus alrededores. Comenzar a ocupar espacios culturales formales con propuestas que acerquen a los niños y los jóvenes que se sienten excluidos y no identificados con su entorno. Incorporar el lenguaje artístico de una juventud que tiene propuestas que los mayores no escuchamos y marcamos distancia en vez de tender puentes para sumar esfuerzos de un bien común. Necesitamos una marca que vele la calidad de todos los actores directos de la industria sin chimeneas. Hubo una que se ha quedado en la congeladora durmiendo el sueño de los justos. Velar por el ornato de la ciudad y su sistema vial. Estos dos puntos son álgidos, pues Trujillo se está volviendo en un gran basurero en el que encuentras autos abandonados y basura en calles y parques, lugar preferido por algunas constructoras para dejar sus desechos; o el lastimoso estado de sus calles plagadas de huecos y rompemuelles colapsados. Cuando redacto este texto, leo con escepticismo la noticia de que los transportistas privados del servicio público aceptan cambiar sus unidades; pero no solo eso es necesario, lo es también la necesidad de mejorar el trato hacia los pasajeros. Los transportistas los llaman clientes; creo que ninguna empresa trata a los mismos como ganado y son expuestos a tanto riesgo como la carrera de dos choferes energúmenos para captar más pasajeros. Cumplir reglas es vital. Educación cívica, eso falta.

domingo, 9 de febrero de 2020

A QUIEN CORRESPONDA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 09 DE FEBRERO)

Como todos los días, desde la ventana de mi casa veo el Parque de los músicos en la Urb. Primavera. Un parque que tiene un bonito árbol, un alto pino, y otros más que acompañan a este. El parque cuenta con veredas circundantes y unos senderos que fueron pavimentados para la circulación de personas con el fin de que no dañen las plantas que se encuentran en el mismo. Un día de junio del año pasado, apareció gente y camiones del SEGAT comentando a los vecinos que iban a restaurar las veredas, pues algunas ya habían colapsado. Lo primero que hicieron fue romper a combazos todo el complejo pavimentado e, incluso, introdujeron algunas unidades móviles pequeñas con el fin de recoger el desmonte. Luego de un par de semanas de intensa labor, el parque de pronto fue abandonado en plena faena; los trabajadores aducían que no les pagaban. De pronto, todo el vecindario se encontró con varios montículos de arena, cascajo y piedras que fueron transportados al lugar. La obra quedó inconclusa, las esquinas de las veredas no se sellaron y el parque quedó al abandono. Se nos informó que se reparaba las veredas que estaban deterioradas, imagino para evitar posibles accidentes de ancianos o niños, pues las grietas habían generado algunos huecos riesgosos. Debido a la situación de abandono en la que quedó el parque, me apersoné a presentar una serie de reclamos de hechos que han ido deteriorando la calidad de vida de los residentes de la urbanización. Fui por tres motivos: el abandono del parque por la misma institución, la bulla generada por la banda de guerra (o lo que parece ser) del colegio Liceo y la presencia de un vehículo abandonado por más de dos años en el que se acumula la basura frente a una de las puertas del mismo colegio. Como únicas respuestas obtuvimos una limpieza parcial del parque, pero sin concluir las obras y los montículos permanecen en el lugar; y un intento de reducción del horario de prácticas de la estruendosa banda. Los senderos del parque son, gracias a su ineficiencia, ahora un peligro mayor para cualquier persona, fuera de que todos los días tenemos polvo obsequiado graciosamente por ellos.
La situación previamente descrita evidencia, en síntesis, el abandono en el que ha caído la ciudad. No solo pistas dañadas, no concluidas o parcialmente restauradas; sino un sinfín de hechos que muestran el marcado abandono citadino y el debilitamiento del sentido de autoridad tan venido a menos en el manejo, por ejemplo, del tránsito, los ambulantes y la basura y desmontes. Incluso los policías que llegaron con bríos para controlar a cuanto imprudente conduce por calles o avenidas han caído en la abulia. En un principio, querían poner en vereda a micros y combis en el tema de paraderos informales; ahora ya se han rendido. Una total ausencia de autoridad.
Se dice que el infierno está empedrado de buenas intenciones; todo parece indicar que, más o menos, nos ha tocado el infierno.

domingo, 19 de enero de 2020

AISLADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE ENERO TRUJILLO)


En un reciente artículo informativo difundido por las redes este último 13 de enero, da cuenta del buen número de turistas que visitaron el museo Tumbas Reales de Lambayeque. Datos varios que se dan en esta noticia deben llamarnos poderosamente a la reflexión.
Comencemos por la información de que dicho museo se considera entre los diez mejores del mundo; imagino en el ámbito de su especialidad, la arqueología. Veamos números: el Museo Egipcio de El Cairo recibió cinco millones; Museo de Antropología de México, un poco más de un millón; el Museo del Oro de Colombia, un poco más de setecientos mil. Museo Tumbas Reales, 176,337. Otro dato que preocupa es el hecho de que los siguientes museos que captaron buen número de visitantes no son de la zona ni de las regiones colindantes como La Libertad. Por ejemplo, los museos importantes de nuestra zona (Museo Cao, Museo de Sitio de Chan Chan y Museo Huacas de Moche) no figuran en la lista. Otro dato: del número de turistas visitantes a dicho museo, solo el 6 % son foráneos.
De los datos anteriores, podemos inferir muchas cosas. Primero, la necesidad de trabajar con los datos para partir de principios correctos y verídicos; la exaltación es buena por un momento, pero puede terminar por tergiversar los proyectos de un país que debe de apostar por el turismo. El segundo sí es grave, pues denota una falta de coordinación de todos los actores que trabajan en la aún incipiente industria sin chimeneas de la Región Norte. Las empresas y organismos estatales y regionales deben focalizar su trabajo en la coordinación y comunicación para poder hacer de esta una industria cuyos efectos se expandan por nuestras regiones. El último punto. Tomemos la cifra del museo, ancla para otros sitios turísticos: según los datos, solo 10,580 turistas foráneos llegaron al Museo citado. Si en agosto del año pasado, se daba la noticia de que Perú había recibido 2´177,142 (se recibió más de 4 millones); los datos del museo no representan ni el 1% de la cifra captada a nivel internacional.
La situación puede revertirse con un trabajo en equipo. La remodelación del aeropuerto de Chiclayo es una gran ventaja para no desperdiciarse. Kuelap, pese a sus limitaciones, es otra estrella que generará cada vez más valor a nuestras regiones. Por eso, la reparación de la infraestructura de nuestras ciudades es vital para no dar la imagen de ciudad arruinada que tiene Trujillo (por ejemplo) por el estado lamentable de sus calles. O la culminación de vías rápidas que permitan a viajeros terrestres ir a nuestras ciudades; pero la insufrible Autopista del Sol, plagada de desvíos y accidentes, aleja a los que gustan conocer al país de esa manera. Y la coordinación de todos los que trabajan directa e indirectamente en esta industria es necesario. Sector público y privado (hoteles, restaurantes, servicios, transporte) deben de articularse para un real trabajo en equipo. Sino esos magros porcentajes permanecerán.

domingo, 5 de enero de 2020

NUESTROS BICENTENARIOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 05 DE ENERO 2020 TRUJILLO)


Los que ya pasamos de los 60, recordaremos algunas celebraciones importantes que hubo para la conmemoración del sesquicentenario de la Independencia del Perú, la cual se extendió desde 1970 y culminó en 1974, con la inauguración del gran obelisco de 44 metros en la Pampa de la Quinua en Ayacucho, con la presencia de muchos gobernantes, siendo el más relevante el presidente de Venezuela, ya que dicho monumento se construyó con aportes de ese gobierno. Los 44 metros simbolizan los 44 años que le tomó a nuestro país, desde la revolución de Túpac Amaru II en 1780 hasta la batalla de Ayacucho en 1824, para lograr su independencia política de España. En 1971, hubo una serie de conmemoraciones académicas, culturales, artísticas y urbanísticas. Se preparó una extensa investigación, ordenada en tomos, sobre la independencia de nuestro país dirigida por historiadores, sociólogos, juristas, antropólogos y demás académicos, y se revitalizó la figura olvidada de Túpac Amaru II. Varios monumentos se edificaron en diversas partes, siendo los más notables el obelisco en homenaje a la expedición libertadora de San Martín de 1820, erigido como una vela en Paracas; y el parque de Matamula, que se convirtió en el Parque de los Héroes de la Independencia, amenazado en la actualidad por la reducción de sus áreas verdes; y el mencionado obelisco construido en Ayacucho.
Ni qué decir del Centenario que le correspondió a Augusto B. Leguía y que fue una muestra interesante del agradecimiento de muchas colonias extranjeras residentes en Lima: la estatua de Manco Cápac fue regalo de la colonia japonesa; la torre del reloj del Parque Universitario, de la alemana; el Museo de Arte Italiano de la referida colonia; el arco morisco que daba inicio a la av. Arequipa (hoy demolido), de la española; el complejo del Estadio Nacional, de la británica; la Plaza Francia, de la referida colonia; también lo hicieron la belga, la norteamericana, la ecuatoriana, la china y la argentina. Todas embellecen Lima.
La Comisión del Bicentenario nacional ya está trabajando en diversas partes del Perú y proyecta construir algunas obras relevantes; en sus planes está recuperar la belleza original de los grandes regalos a nuestra patria; pero también hacer museos, colegios emblemáticos, ciudades culturales, actividades integradoras y que reduzcan la brecha social, cultural y económica.
Nuestro Bicentenario ya está aquí. No se ha preparado una obra notable para fecha tan importante. No hay obras emblemáticas que nos distinga como ciudad bicentenaria. Quizás haber pensado en un plan integral de saneamiento (sistema de drenaje, agua y desagüe global y articulado) que hubiera hecho a nuestra ciudad un modelo en el país hubiese sido lo ideal, pero hubieran empezado tras el desastre del Niño 98-99 que inundó la ciudad de cadáveres y ataúdes de Mampuesto. Nunca hubo intención de hacer una gran obra que hubiera sido, ahora, el mejor emblema de Trujillo.