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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 5 de enero de 2020

NUESTROS BICENTENARIOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 05 DE ENERO 2020 TRUJILLO)


Los que ya pasamos de los 60, recordaremos algunas celebraciones importantes que hubo para la conmemoración del sesquicentenario de la Independencia del Perú, la cual se extendió desde 1970 y culminó en 1974, con la inauguración del gran obelisco de 44 metros en la Pampa de la Quinua en Ayacucho, con la presencia de muchos gobernantes, siendo el más relevante el presidente de Venezuela, ya que dicho monumento se construyó con aportes de ese gobierno. Los 44 metros simbolizan los 44 años que le tomó a nuestro país, desde la revolución de Túpac Amaru II en 1780 hasta la batalla de Ayacucho en 1824, para lograr su independencia política de España. En 1971, hubo una serie de conmemoraciones académicas, culturales, artísticas y urbanísticas. Se preparó una extensa investigación, ordenada en tomos, sobre la independencia de nuestro país dirigida por historiadores, sociólogos, juristas, antropólogos y demás académicos, y se revitalizó la figura olvidada de Túpac Amaru II. Varios monumentos se edificaron en diversas partes, siendo los más notables el obelisco en homenaje a la expedición libertadora de San Martín de 1820, erigido como una vela en Paracas; y el parque de Matamula, que se convirtió en el Parque de los Héroes de la Independencia, amenazado en la actualidad por la reducción de sus áreas verdes; y el mencionado obelisco construido en Ayacucho.
Ni qué decir del Centenario que le correspondió a Augusto B. Leguía y que fue una muestra interesante del agradecimiento de muchas colonias extranjeras residentes en Lima: la estatua de Manco Cápac fue regalo de la colonia japonesa; la torre del reloj del Parque Universitario, de la alemana; el Museo de Arte Italiano de la referida colonia; el arco morisco que daba inicio a la av. Arequipa (hoy demolido), de la española; el complejo del Estadio Nacional, de la británica; la Plaza Francia, de la referida colonia; también lo hicieron la belga, la norteamericana, la ecuatoriana, la china y la argentina. Todas embellecen Lima.
La Comisión del Bicentenario nacional ya está trabajando en diversas partes del Perú y proyecta construir algunas obras relevantes; en sus planes está recuperar la belleza original de los grandes regalos a nuestra patria; pero también hacer museos, colegios emblemáticos, ciudades culturales, actividades integradoras y que reduzcan la brecha social, cultural y económica.
Nuestro Bicentenario ya está aquí. No se ha preparado una obra notable para fecha tan importante. No hay obras emblemáticas que nos distinga como ciudad bicentenaria. Quizás haber pensado en un plan integral de saneamiento (sistema de drenaje, agua y desagüe global y articulado) que hubiera hecho a nuestra ciudad un modelo en el país hubiese sido lo ideal, pero hubieran empezado tras el desastre del Niño 98-99 que inundó la ciudad de cadáveres y ataúdes de Mampuesto. Nunca hubo intención de hacer una gran obra que hubiera sido, ahora, el mejor emblema de Trujillo.

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