Este espacio ha sido creado por Gerardo Cailloma con el fin de difundir mis ideas y poder compartir con el que esté interesado temas sobre cine, música, educación, viajes, literatura y todo aquella diletancia que produzca placer estético (como el buen comer)
Datos personales
- Gerardo Cailloma
- Trujillo, La Libertad, Peru
- Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
domingo, 8 de septiembre de 2024
OSCURIDADES PERUANAS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 08 DE SEPTIEMBRE)
domingo, 4 de febrero de 2024
Y SI ARDIERA LA CIUDAD (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 04 DE FEBRERO)
Comentaba con varios amigos sobre lo inclemente que se ha tornado el clima en nuestra ciudad en las últimas décadas. Con temperaturas cada vez más extremas, fenómenos climáticos que se vuelven cada vez más frecuentes y con políticas erradas con las que se maneja no sólo la ciudad, sino casi el país entero que incrementan estas situaciones intensas que vivimos cada día; Trujillo ha ido perdiendo su condición de “ciudad primaveral” para ir convirtiéndose en “ciudad infernal” en verano y una suerte de “ciudad glacial” en invierno. Y no hay visos de que esto cambie para bien, salvo que haya acciones por parte nuestra de contener esta realidad (¿alguien la niega?) y de ir atenuando puntos críticos para mejorar la calidad de vida de todos los trujillanos. Debemos comenzar por reconocer que los dramáticos cambios que vivimos en nuestros días son dados por grandes obras hechas por la mano del hombre: Chavimochic y el molón de Salaverry. El primero ha influido dramáticamente en toda la región: mayor humedad que incrementa los extremos de sensación climática, así como una actividad pluviosa más frecuente anualmente; napa freática alta en muchas regiones que daña las bases de diversas construcciones y terrenos de cultivo, y con algunas consecuencias peligrosas como la propagación de enfermedades y pestes volviéndose algunas endémicas. En el caso del segundo, para todos es sabido que dicho molón es el principal causante del problema de la erosión costera que afecta desde Las Delicias hasta Huanchaco. Lo justo sería tener representantes de estas entidades con roles muy activos en las mesas técnicas que ven estos problemas que afectan a más de un millón de personas. Además, está el problema de la planificación urbana: muchos arquitectos son conscientes de la escasez de áreas verdes en una ciudad que bordea el millón de habitantes; más dramático lo es en barrios más populosos. La corrupción y el tráfico de terrenos han generado un grave problema al haber “habilitado” zonas de áreas verdes para convertirlos en espacios de construcción de viviendas. Las áreas verdes no son meramente decorativas; son áreas de integración social y mitigación climática, tan urgente en momentos que Trujillo va a tener fuertes olas de calor. Como áreas de integración, las áreas verdes integran más a diversos grupos etarios que una losa deportiva, centros que lastimosamente se han convertido en espacios de pandillaje y violencia verbal. En el caso de mitigación climática, las grandes ciudades del primer mundo han comenzado a reducir la presencia de autopistas para dar más cabida a áreas verdes, grandes árboles y jardines temáticos. Trujillo necesita, por lo menos, 10 jardines botánicos en sus barrios y un gran parque de la ciudad por el que los ciudadanos podamos disfrutar de grandes áreas verdes. Cada vez hay más ciudadanos que no tienen espacios vivos en sus casas. ¿Nuestras autoridades estarán a nivel de promover estos cambios?
domingo, 12 de marzo de 2023
DESASTRES HUMANOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 DE MARZO)
¿Qué
habremos hecho los peruanos como sociedad que nos merecemos los desastres
físicos y sociales que estamos padeciendo? Como sociedad vemos eternos déjà-vu,
esos que causan destrozos en nuestra propiedad y credibilidad, así como la rampante
corrupción que existe en todos los estamentos del aparato público, coludidos
con varias empresas y personas privadas obviamente.
Cuando
escribo este artículo, estamos a la espera de una segunda riada de agua tan
fuerte como la que sufrimos el viernes por la noche. Espero que no sea así.
Ojalá. Pero también es posible que sea más fuerte y que, incluso, la
información sea solamente virtual vía videos de Tik Tok que pueblan las redes
sociales, pues afecte a la distribución de diarios en soporte papel. Hay muchas
cosas que pueden decirse sobre las desgracias que nos están pasando, muchas de ellas ya
reiterativas. Corrupción, ineptitud, estafa electoral, demagogia, escasa
sensibilidad social; lo mismo. Pero hay puntos que sí deben de tomarse en
cuenta, elementos que han cambiado la fisonomía de nuestra sociedad. Comencemos
por aceptar que el cambio climático ya es un hecho poderoso con el cual tenemos
que convivir. Los negacionistas deberían de explicar a la ciudadanía por qué un
fenómeno (ciclón) visto en aguas adentro o en países de Oceanía o Lejano
Oriente (tifón) aparece frente a nuestras costas: ¿es casual o ya va a ser un
elemento regular que debemos de tener en cuenta con el otro fenómeno irregular,
a estas alturas, como lo es El Niño? De ser así, ¿movemos nuestras ciudades
como en la antigüedad o hacemos sacrificios humanos para “aplacar su ira”? El sistema de alcantarillado ya es una obligación, no un lujo. Desde el Niño del 97/98 se
pedía uno. Este gobierno regional debe ir creando un plan que abarque el mayor
número de ciudades de la Región; lo de Pacasmayo y Chepén ha sido contundente.
El otro tema tabú en Trujillo es el molón de Salaverry. Desde que vivo aquí,
todos reconocen que el cambio de dirección de la corriente marina es causa de
este y seguirá golpeando a Las Delicias, Buenos Aires y Huanchaco. No hay voluntad
política de quitarlo: es un asunto económico. Pero este factor es el que ha
exigido que, como parte de la protección costera, se haya construido un sistema
de enrocado que fue todo un gran problema en el Niño costero del 2017. El cauce
“natural” de casi todos los huaicos de esa hecatombe es hacia el océano y no pudieron desembocar al
mar por el enrocado, generándose una desgracia triple para los residentes:
lluvia, huaicos y empozamiento de agua (inundación). ¿Sabrán los residentes
propietarios de esa zona cuánto ya han perdido por la degradación de su
patrimonio inmueble? ¿Ha surgido alguna demanda legal por esto?
Este nuevo escenario debe de ser esclarecido por las personas y organismos pertinentes para ver el futuro de nuestra ciudad. ¿Veremos los consabidos parches en las novísimas calles y avenidas recientemente asfaltadas para la foto? Academia y sensatez para Trujillo.