De tumbo en tumbo, Boluarte intenta sobrevivir en la mediocridad de su gobierno. Llena de desatinos y marcados exabruptos, se va ganando cada más antipatía e impopularidad y nos hacen ver a todas luces que sobrevive en el sillón presidencial por la gracia de la abierta complicidad de grupos congresales en las que abundan todo personaje ligado a la ilegalidad e, incluso, la delincuencia. Ambos poderes se sostienen como un trípode enclenque que sobrevive por la ausencia de un fuerte viento que se lo tire abajo; extrapolando, por la inacción ciudadana de muchas partes de nuestro país. Los recientes incendios forestales y la fuerte sequía en nuestra Amazonía, y la respuesta tardía de los diversos organismos ejecutivos del Estado, sumado al show mediático de la presidente en la región Amazonas y su destemplada contestación a un periodista, todo ha sumado para incrementar el gran descrédito de este gobierno, plagado de ministros ausentes, incapaces y matonescos, como el ministro del interior, cada vez más embarrado en su laberinto. Dina nos ha demostrado ser una mujer que ha mantenido un rostro oculto durante la campaña electoral y que, por circunstancias maquiavélicas, ha logrado un puesto de poder sin ningún mérito propio. Vemos una mujer frívola, preocupada por su imagen física (rinoplastia), ufana de un nuevo poder económico (Rolex y alhajas), negacionista y aprovechada (como el escandaloso caso de su hermano y sus waikis). Su argumento de ser la primera mujer que gobierna nuestro país ha caído en desgracia y tiene una suerte de nuevo eslogan: tenemos que dejar los odios de lado. Es sintomático escuchar esa nueva muletilla en sus discursos durante una inauguración o una visita en otro (si es que la dejan); pero sus desbarros son tan frecuentes que borran de sopetón todas sus buenas intenciones, si es que las hubiera. Por otro lado está el impopular Congreso, plagado de siniestros personajes quienes han facilitado el incremento del desgobierno de la sociedad civil con sus cuestionadas leyes que amparan todo tipo de hampa, la del lumpen y la de corbata. Sin embargo, la acción de muchas instituciones civiles ha sido encomiable ante la incapacidad gubernamental y la ausencia de sus representantes políticos cuando es labor de estos velar por el bienestar de sus votantes. La sociedad civil se está organizando ante la mediocridad. Se puede decir que, ad portas de la próxima campaña electoral 2026, hay algunos distanciamientos y resquebrajamientos en los partidos soporte de la presidente. La negación del permiso es una pequeña muestra de que ellos están comenzando a tomar cierta distancia. Les urge, son impopulares. La campaña empieza por darse una buena maquillada para una cara con el fin de que el lobo luzca como cordero y comiencen a cantar a sus votantes las mismas promesas que nunca lograron cumplir, salvo que estos comiencen con el saqueo populista del presupuesto público como pretenden hacerlo ahora.
3 comentarios:
Esa es la verdad de este extraño país que nos tocó nacer, pero hay mucho que rescatar, sigamos adelante.
Una triste verdad con nuestro país, con la esperanza de ver nuevos tiempos, vamos haciendo nuestra parte!! Saludos!!
Una valiosa oportunidad para reivindicar la faceta política y estatista de la mujer, que se pierde
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