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domingo, 31 de marzo de 2024

VÍA CRUCIS DE BOLUARTE

 



¿Estamos ante la caída definitiva de Dina Boluarte Zegarra? Desde el escándalo de los relojes Rolex, la cascada de acontecimientos se ha ido acelerando y, al escribir este artículo, tiene su corolario en los allanamientos de su domicilio civil en Surquillo y del Palacio de Gobierno, su lugar de labores. Circulan diversos tuits de congresistas de los partidos que apoyan (¿o apoyaban?) a la presidente que son sintomáticos, pues muestran un distanciamiento cínico con el fin de evitar que les salpique el cieno de la desgracia en la que está cayendo irremediablemente la Boluarte. La investigación sobre este tema fue bastante sostenida tras lo visto en el programa especial de La Encerrona en el que uno de sus integrantes, el periodista Ernesto Cabral, hace una descripción muy detallada de la investigación hecha por él en el caso de estos suntuosos relojes. Estos son una manifestación abierta, pública de súbito enriquecimiento desde la asunción de Dina Boluarte al poder. Ha habido muchas personas que han querido negar la relevancia de este asunto en relación a la investidura presidencial; pero ya, a estas alturas y circulando por los medios internacionales la gravedad de la situación, pocos son los ciudadanos que no advierten el agudo problema evidente de este grave incidente que se está convirtiendo en color hormiga para Boluarte. Desde el ascenso al sillón presidencial, Dina ha tenido un abierto apoyo de muchos congresistas que vieron en su situación la oportunidad de su supervivencia y mantener el incremento de sus arcas; los blindajes parlamentarios se complementaron con el gabinete a la medida que se armó para tejer los hilos necesarios para mantenerla en el poder. Tras los luctuosos sucesos en el Sur peruano, el lascivo ex premier Otárola desde sus diversas funciones fue creando una narrativa para justificar las violentas acciones que causaron la muerte de más un medio centenar de peruanos. Pese a todas las observaciones hechas, Dina siguió en el poder. En el camino hubo más situaciones cuestionables y allí estaban sus adalides para defenderla. Las argumentaciones eran disparatadas y, pese al apoyo de medios masivos de comunicación, su imagen iba cada vez más en picada. La pronta inauguración de grandes mega obras (nuevo aeropuerto y el puerto de Chancay) y la designación de Lima como sede de los JJ. Panamericanos 2027 serían la oportunidad para un baño de popularidad a favor de su desgastada imagen y la del poder político en su conjunto. Pero este problema no tiene visos de una solución positiva para Dina Boluarte. En estas semanas hemos visto a líderes como César Acuña y el presidente regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, salir en defensa de ella. Este último personaje abre las puertas del escándalo al verse como un verdadero pago de favores. ¿Volverán a poner sus manos en el fuego por ella? Sus joyas la alejan de ese pueblo que ella dice amar: “No solo hay que serlo, sino parecerlo”.