La sexualidad es uno de los temas más
controversiales en ser tratados en nuestra sociedad. Pese a ser un asunto que
tiene sus bases en lo biológico, es una entidad compleja por ser ya de carácter
cultural que ha devenido en el tiempo en un gran tabú. Los órganos sexuales no
son tratados idénticamente como los órganos respiratorios o de la vista. Han
sido valorados de manera distinta, puesto que se han vuelto referentes
culturales fuertemente ligados al poder, sobre todo cuando nos referimos a una
de sus funciones como lo es la reproducción. Tan solo la imagen de una persona
emasculada (varón que pierde su pene) frente a una persona que haya perdido un
ojo o lisiada de una pierna tiene un tratamiento cultural que va más allá de la
carencia física. Además, el mundo de la cultura visual ha utilizado el desnudo
humano, sea masculino o femenino, con otras intenciones más allá de lo que
significa enseñar la piel. Es un gran constructo que ha ido creando capas
invisibles para cubrir con un manto mental la sexualidad de cada una de las
personas y que, por diversos medios, se ha buscado cinceles para romper esa
pátina oscura que cubre nuestros cuerpos.
Ingresar la sexualidad dentro de la
educación ha sido uno de los procesos más complejos, mucho más de lo que fue la
teoría de la evolución en el siglo XIX. El tabú fue bastante fuerte en casi
todas las comunidades que recibieron formación judeocristiana en sus criterios
educativos. No hay que olvidar que los planes de educación obedecen a un
acercamiento de un niño o joven a su realidad; y en este acercamiento ha habido
muchos elementos que han intervenido para que dichos planes sean aplicados o
no. Factores políticos, sociales, religiosos, entre otros, han sido decisivos
para que ciertos contenidos sean aceptados o no. Muchos docentes vamos
aprendiendo en el camino cuándo se enfrenta a cierta censura tácita o explícita
a ciertos temas que quisiera abordar para enfrentar ciertas problemáticas que
aquejan nuestras sociedades. Incluso la educación sexual ha sido un tema que ha
“viajado” por diversos cursos para poder ser enseñada dentro de un plan. Es que
en realidad, este problema es un fiel reflejo de la sociedad que inspira
cualquier plan curricular. La sociedad peruana puede estar enfrentando un
acercamiento violento a este denso tema de forma irregular, trasgresora y con
tardíos mecanismos de respuesta. En los 60, bajo la revolución hippie, las
canciones de protesta y la aparición de la píldora que cambiaron súbitamente
arquetipos educativos comenzando a abordar temas más actuales como la
sexualidad, hubo posterior a estos movimientos respuestas conservadoras que
quebraron un posible diálogo franco entre los jóvenes de esa época y sus
mayores. La literatura y el cine comenzaban a romper los esquemas rígidos de
una realidad que impactaba con una nueva visión del mundo que se vio desde
Concilio Vaticano II, el Mayo francés y la moda unisex.
En pleno siglo XXI, con el internet
invadiendo cada rincón de miles de hogares urbanos, todavía se piensa que la
sexualidad no debe de ser tratada en un centro escolar. Increíblemente,
nuestros jóvenes son cada vez más activos sexualmente hablando a temprana edad.
El impresionante dato que en 2014, el Perú tuvo un incremento del 14 % más de
jóvenes adolescentes embarazadas es una cifra escalofriante que tiene hondas
repercusiones personales, sociales y económicas. Es interesante que ante esta
realidad, ya algunos colegios estén dando programas de inclusión a dichas niñas
o adolescentes para que frustren su carrera escolar como lo era antes. Tuve
oportunidad de ver un proyecto de inclusión para estas jóvenes en un pequeño
colegio de la sierra liberteña; este proyecto lo estaban ejecutando con una
compañera de colegio.
El sistema educativo intenta incorporar este tema,
pero las reacciones vienen de todos los frentes, sobre todo, de padres de
familia. Algunos argumentos son descabellados: alguna vez oí decir a un padre
que era darles herramientas para que los chicos comiencen a tener vida sexual
tempranamente. No se han puesto a pensar que la educación ayuda a la prevención
y esto se logra conociendo. Conocer es prevenir. Hay mucha gente, incluso mayor
que no conoce su cuerpo y menos el del otro. Sería bueno ya dar un vuelco al
respecto.
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