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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 4 de diciembre de 2022

¿OSCURO PANORAMA? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO 04 DICIEMBRE 2022)


Estamos ya terminando un año académico tanto a nivel escolar como el universitario con sus respectivos semestres; un año en que se volvió a la presencialidad, parcial o total, dependiendo las condiciones de cada centro educativo. En un año con muchas marchas y contramarchas por la latente crisis sanitaria y una zozobra política gracias a la inoperancia de toda la casta política peruana, vamos culminando un año de aprendizajes y reaprendizajes en todos los niveles. Un año que debe poner en alerta a todos los sectores de la sociedad peruana, pues las repercusiones de este sector se verán en todos los campos de las diversas actividades productivas, académicas, sanitarias, culturales e, incluso, recreativas. La educación es un pilar básico para cualquier sociedad y su cuidado o el descuido de esta pasa una pesada factura.

Tras dos años de educación virtual a trompicones agravada por las brechas sociales, económicas, geográficas, se comenzó el 2022 con cierta incertidumbre y esperanza en todos los niveles. La decisión de permitir la promoción de los escolares en riesgo académico por esta situación de emergencia genera preocupaciones en el ámbito universitario que se halla frente a un estudiantado de serias carencias, inmediatez en sus resultados y crecido en el mundo de facilismo y la queja como forma de negociación para lograr sus objetivos nada positivos. Dos promociones, la del 2020 y del 2021, pueblan numerosas universidades privadas en su mayoría. Estos estudiantes también tuvieron uno o dos años académicos virtuales con todas las deficiencias que pueden haberse generado por su rápida implementación. Las medidas de urgencia deben de ser descartadas para no incrementar la brecha que veremos crecer en los años entrantes. La debilidad de estos estudiantes frente a un rigor académico necesario se ha incrementado debido a la sobreprotección familiar, fuera del debilitamiento de la autoridad docente, incrementada por este retorno en el que muchos niños y jóvenes han perdido una serie de habilidades sociales por el aislamiento. Es un proceso de readaptación que exige la colaboración de todas las partes, algunas más preocupadas en censurar, criticar o sacar provecho en vez de construir soluciones en pro de todos. Muchos de los nuevos graduados poseen escasas herramientas y habilidades para enfrentar una real vida universitaria. En el caso de las universidades privadas, el panorama es sombrío; antes de la pandemia, estas habían comenzado a incrementar las horas de dictado a los docentes de tiempo completo; en muchos casos, los docentes universitarios tienen mucha más carga lectiva que uno escolar; peor aún el hecho de que las aulas virtuales han permitido incrementar el número de estudiantes (clientes en sus términos) a cargo de un docente. El retorno de la exigencia académica en todos niveles y otras medidas debe ser prioridad; así se comenzará a evitar el vertiginoso deterioro de nuestro tejido social.

domingo, 23 de octubre de 2022

TAPANDO EL SOL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 23 DE OCTUBRE)


Mientras la sociedad peruana es sacudida por un extraño caso hipotético de rapto y secuestro de una mujer e hija, y vemos escépticos el circo en el que se ha convertido la mediocre clase política que puebla el Ejecutivo y Legislativo, decidí escribir este artículo en respuesta a unas observaciones hechas por algunas personas sobre un evento que muestra el deterioro paulatino de nuestra sociedad: el descalabro del deporte peruano en los últimos Juegos Suramericanos en Asunción, Paraguay.

Para nadie es un secreto que el detrimento de los deportes individuales y colectivos va amarrado con los problemas educativos en general. Las canteras que alimentan los futuros deportistas en modalidades individuales (atletismo, por ejemplo) o colectivos (básquet, béisbol, fútbol, entre otros) son los colegios. De ahí el gran valor de los “Semilleros escolares”. Desde hace décadas, con el fin de “optimizar recursos humanos”, diversos gobiernos permitieron que plazas docentes de Educación Física (como también el curso de Arte, por ejemplo) hayan sido ocupadas por docentes de otras áreas, como matemáticas o lengua. Fatal error que nos está pasando una aplastante factura en la actualidad. Los dorados años 60 o 70 con atletas, nadadores, voleibolistas, boxeadores e, incluso, basquetbolistas que iban a Olimpiadas o acumulaban medallas en Panamericanos, Sudamericanos o Bolivarianos van quedando en la memoria de los que vivimos esos años. Los logros de las fondistas (sí, mujeres) de los últimos años es más la muestra de coraje, asombro y también abandono, que el hecho de haber surgido dentro de un plan de trabajo sistemático, ese que carecemos hace años. Son casi un milagro. Veamos cifras comparativas. Odiosas, pero contundentes. En nuestros Panamericanos, los de Lima 2019, Perú quedó en 9º lugar con 39 medallas (https://www.lima2019.pe/medallero-panamericanos). Tres años después, Sudamericanos de Asunción (sin USA, Cuba, Canadá, México o República Dominicana) Perú obtuvo 74 medallas (19 de oro) y quedamos en 7º lugar, nuevamente desplazados por Venezuela y Ecuador (https://olympics.com/es/noticias/medallero-juegos-suramericanos-asuncion-2022), que en los Panamericanos estuvieron por debajo de nosotros. En líneas generales, el deporte peruano ha tenido un retroceso mortificante. En los diarios, sólo mencionaron el triunfo del vóley femenino por la de oro y una que otra esporádica nota por los 19 oros obtenidos. En los Suramericanos de Cochabamba del 2018, Perú obtuvo 92 medallas, 22 de oro (https://www.futbolperuano.com/mas-deportes/portada/cochabamba-2018-asi-quedo-el-medallero-oficial-de-las-14-delegaciones-193496). El abandono hacia las demás disciplinas deportivas es más que evidente, no sólo por parte del Estado, sino de las empresas y medios de comunicación. Las secciones deportivas, por ejemplo, llenan sus páginas con notas insulsas sobre futbolistas hasta de clubes de segunda que focalizarse en resaltar a deportistas que pugnan por participar en un Mundial o Panamericano; sólo se narra la anécdota cuando las familias de algunos seleccionados organizan polladas con el fin de recabar dinero para cubrir los pasajes o estadía. Prioridades perversas en un país necesitado de modelos positivos juveniles.



domingo, 3 de abril de 2022

¿ADAPTÁNDONOS A GOLPES? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 03 DE ABRIL)

 



En medio de la latente amenaza del COVID que está enviando al encierro a millones de personas en otras latitudes y de los tambores de guerra cuyas consecuencias nos está pasando una dura factura que son parte del grave problema de una huelga de transporte que tiende a agravarse; el retorno a aulas sigue siendo un reto en el que todos debemos de hilar fino. La naturaleza de las clases virtuales del mundo escolar de estos dos últimos años ha generado cambios actitudinales que aparecen como una suerte de fractura insospechada que se está manifestando en las nuevas relaciones. El “restablecimiento” de estas relaciones de niños y adolescentes en sus salones de clases ha provocado ciertos comportamientos que hay que observar atentamente. El ansiado momento presencial está generando algo de desencanto y un complicado reacomodo entre todos los actores de la tríada educativa: alumnos, profesores y padres de familia. Siendo una de las pocas sociedades sin clases presenciales por dos años, los peruanos estamos en un lento proceso de aprendizaje en el que vemos muchos bemoles por los cuales debemos de estar alerta. Tanto la educación pública como privada están, pues, aprendiendo en el camino y con pautas que iremos entiendo, pues no existen referentes en otras sociedades.

Durante la primera semana en la que empezaron las clases presenciales en muchos colegios públicos, una niña declaró, muy sincera ella, a un entrevistador televisivo su desasosiego por retornar a aulas: el hecho de tener que lidiar con compañeros de clases que no “le caen bien” o estar en una clase aburrida se volvían momentos desagradables para esta alumna que añora la virtualidad. Me contaban diversos amigos que trabajan o tienen hijos en educación inicial ese duro proceso de socialización para niños que habían vivido prácticamente aislados o con escaso contacto con otros niños de su edad, pese a haber estado regularmente en sus momentos virtuales. Compartir un juguete u otro objeto para estos niños no es de su agrado y estos reaccionan negativamente a la socialización; esto exige a muchos docentes creatividad y perseverancia para crear en el niño la necesidad de compartir y aprender a convivir con los demás. Interesante panorama que para muchas personas ha pasado desapercibido. Y esta evolución no está exenta de varios momentos reactivos que generan malestar y frustración no sólo a los niños, sino a los profesores y a muchos padres desconcertados. Los colegios están viviendo toda una ebullición social en la que se ven muchas reglas quebrantadas, conflictos de convivencia y cuestionamientos ante el nuevo contexto. El retorno es para muchos también un espacio de expresión de tensiones vividas en sus hogares y en el mundo familiar, algunos incluso arrastrando duelos de personas queridas que partieron a la distancia. Es, pues, una realidad que exige la colaboración de todos para restañar las brechas emocionales, mentales y sociales.