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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 10 de abril de 2016

DÍA D (ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO CORREO DOMINGO 10 DE ABRIL)

El día decisivo llegó. Casi veintitrés millones de peruanos, y entre ellos casi tres millones de nuevos votantes jóvenes, iremos a las urnas para escoger entre los diez candidatos que postulan a la Presidencia a aquel que nos gobernará por los siguientes cinco años, acompañado de sus vicepresidentes; y, además, a los 130 congresistas que conformarán el nuevo Congreso que legislará durante un lustro a la sociedad peruana. En este acto electoral, los peruanos delegaremos a 138 personas que nos representen, legislen, protejan, eduquen, cuiden nuestra salud, actúen racionalmente, defiendan nuestros intereses y el bien común, culturicen, protejan nuestro medio ambiente, respeten nuestras ideas, faciliten nuestros proyectos; todo bajo la perspectiva de lograr una sociedad más justa, integrada, inclusiva y dirigida hacia la felicidad.  Esas son las promesas que los cientos de candidatos han estado difundiendo en diferentes medios a una sociedad bastante vapuleada y desencantada de mensajes positivos que se lanzan al aire y que vienen de personas cargadas de un pesado pasado que debe de ser tomado en cuenta.
Desde el inicio de la democracia formal en nuestro país, hemos tenido diversos presidentes electos y de facto que han intentado propuestas y modelos para poder desarrollar nuestra sociedad. Hubo 59 presidentes (algunos interinos y de transición) desde que nuestro país se declaró independiente de España. Todos ellos ascendieron al poder, de manera legal o subrepticia, con la responsabilidad de gobernar a una sociedad que tiene grandes carencias y profundas diferencias. Una sociedad en la cual muchas formas de escepticismo e indiferencia han ido ganando terreno gracias a que las grandes necesidades básicas no han sido satisfechas o son de mala calidad; necesidades convertidas en  promesas de diversos gobernantes de turno, los cuales las olvidaron o postergaron una vez ya en el poder. Una sociedad que ha visto a sus instituciones políticas debilitarse por el carácter caudillista de sus líderes, la escasa educación cívica de la ciudadanía y la carencia mortificante de una ideología tras un partido político. Y estas elecciones se han visto agravadas por haber tenido poco espacio para discutir planes concretos de gobierno y sí para defenestrar al oponente y crear un clima de zozobra y pánico que nada bien le hace a nuestra sociedad.
Quien suba al sillón presidencial este 28 de julio tiene la obligada misión de trabajar para la sociedad, que apunte hacia el desarrollo y no solo el crecimiento, el cual ha deslumbrado a un grupo de peruanos por haber contemplado solo lo económico sin ver los demás rubros importantes como salud, educación, integridad y bienestar, y que alcance a la mayoría de peruanos. Sino, todo esto, como de costumbre, volverá a ser promesa electoral en cinco años.  La pobreza e ignorancia son fuentes inagotables de réditos políticos.


sábado, 9 de abril de 2016

LA SOLEDAD DEL ELECTOR PUBLICADO EN CORREO DOMINGO 03 DE ABRIL

Cuando salga este artículo, estaremos a una semana de una de las elecciones más perturbadoras e irregulares que los peruanos hemos vivido en los últimos años en nuestro país. Esta anómala situación me hace evocar el film inglés, La soledad del corredor de fondo de Tony Richardson, en el que un joven marginal, descubre que es un buen fondista y comienza a especializarse. En su entrenamiento en solitario, recuerda su vida dura familiar, pero, sobre todo, lo cruel de un sistema que hizo todo lo posible por aislarlo y frustrarlo. Extrapolando este film con lo que se viene el próximo 10, cuando se esté en el cuarto secreto y delante de las urnas el dubitativo elector peruano tendrá que escoger entre 10 candidatos sobrevivientes de este proceso electoral, los cuales casi todos ofrecen lo mismo con escasa diferencia o matiz, y casi todos presentan un pasado escandaloso ligado a la corrupción. Son candidatos que se han transformado para bailar para nosotros, beber cerveza en vasos que en otras ocasiones no lo harían, comer potajes en platos que en su vida lo volverán a hacer. Para hacer el ridículo para nosotros. Incluso algunos han pasado a mostrar casos de abuso como el desembarco de todos los pasajeros de un vuelo interno para facilitar el desplazamiento de una candidata. Hemos sido testigos de gestos ligados al populismo del momento, cuya única intención es que demos nuestra fuerza, nuestro voto a personajes que nos ven como un número más o como parte del porcentaje por el cual están perdiendo la cabeza.
Además, estaremos con nuestra duda recordando lo anómalo que ha sido este periodo electoral. El votante ha sido remecido por acontecimientos que han enturbiado esta campaña y, peor aún, tanto el JNE como JEE han colaborado en ello tomando decisiones que han generado malestar en la sociedad peruana por un escandaloso favoritismo. Son situaciones que han mostrado poco respeto por reglas y personas.

Pero, volviendo al film, el solitario corredor se da cuenta paulatinamente del poder que tiene para cambiar su vida. Siguiendo con la extrapolación, el elector en su soledad debe de ser consciente que estará tomando una trascendental decisión para un país que necesita propuestas concretas, despojadas de prejuicios y que apunten a defender los derechos de los peruanos sin excepción. Estará delegando su fuerza, como lo dijo Rousseau en su Contrato Social, a una persona que recibe ese encargo del elector. Luego de las elecciones, gane quien gane, el elector debe de continuar con su actitud crítica hacia los personajes que vayan a gobernarlo a partir de julio del 2016. Es hora de organizar la sociedad civil para evitar que aquellos que reciben la designación popular no se olviden rápidamente de la gente que le otorgó su voto. Esa es la democracia y eso es lo que pregonan los candidatos a todos los poderes.

martes, 29 de marzo de 2016

TEATRO Y SU FUNCIÓN EN NUESTRA SOCIEDAD (LA INDUSTRIA DOMINGO 27)

Teatro, una de las grandes artes clásicas de la humanidad, tiene entre sus funciones las de enseñar, sensibilizar y divertir a los hombres. Acompaña a la humanidad desde tiempos ancestrales y estuvo muy ligada a los ritos litúrgicos de los antiguos pueblos hasta las primeras manifestaciones en su propio lenguaje en la Grecia clásica con la que comienza a “caminar solo”.  El teatro ha sido además un instrumento poderoso de comunicación de grupos interesados que, como lo será el cine después, buscaban en este el medio para desarrollar una ideología, un mensaje, una enseñanza e, incluso, una amenaza. Por siglos, el teatro fue un arte masiva, capacidad que va a ser “asumida” por el cine como bien lo había vislumbrado Lenin y los grandes creadores de las escuelas del cine mudo (Chaplin, Eisenstein, Griffith). El teatro era popular, la gente conocía a los actores y asistían a diversas presentaciones en diversos escenarios o corrales de comedia. España tuvo un siglo esplendoroso con hombres de la talla de Lope de Vega o Calderón de la Barca. Inglaterra con Shakespeare o Marlowe; Francia, con Racine o Molière. Las cortes reales mantenían un séquito de artistas, entre ellos a los mejores dramaturgos. Las revoluciones posteriores cambiarán el sentido del teatro, pero no deja de ser masivo. Toda ciudad tiene su escenario oficial, como los tuvieron los griegos y romanos. En pleno era de la tecnología, los escenarios se han sofisticado, pero siguen vigentes y, en países de gran desarrollo cultural, sus carteleras son frondosas. Muchas ciudades del mundo, para llamarse tales, sostienen incluso compañías de teatro con las cuales miden sus estándares de calidad de vida. No necesariamente una ciudad con mucho dinero signifique una ciudad desarrollada, puesto que la cultura es un barómetro importante y, de eso, nuestro país aún tiene grandes carencias y deficiencias.

En el Perú, el teatro incluso ha abierto venas económicas que hasta una década antes no se pensaba que se podía dar. También se ha visto el rico vínculo entre la educación y el teatro, el cual encierra un enorme potencial para el desarrollo sinérgico de ambos. Se apostó por una extraordinaria experiencia lograda entre varios grupos trujillanos de teatro y una universidad local, con resultados insospechados. La jefatura de un Departamento de la misma coordinaba con promotores culturales para preparar una agenda anual de obras que estuvieran vinculadas a un tema que la universidad tomaba en sentido transversal para los cursos que incluía este departamento. Hubo temas centrados en violencia, género, inclusión, identidad, entre otros. Los estudiantes asistían a diversos escenarios de nuestra ciudad. El teatro se movía. Un año se puso en escena a 14 obras desde clásicos hasta adaptaciones modernas. Se llegó a un momento en que no había escenario disponible o había dos obras en simultáneo.
La experiencia permitió que se generase una disciplina teatral para respetar tiempos y compromisos. Además, permitió la aparición de nuevos grupos para incrementar las propuestas. Otros apostaron por traer actores y grupos desde Lima, Chiclayo y Cajamarca. E incluso de Brasil y Colombia. La ciudad se enriqueció con una variada cartelera, pero el problema fue que los mismos grupos no apostaron a crear una temporada. Hubo varias personas con las que comentaba estas actividades y se sorprendían que no se haya habido difusión alguna para que el público en general asistiese. Se limitaron a hacer la obra para los estudiantes. De haber apostado a una temporada, el público hubiera respondido. Faltó audacia.
Ahora la universidad en cuestión ya no ve relevante esta experiencia para la educación de los jóvenes. Es inaudito que las casas de estudios superiores no hayan incorporado al teatro como una estrategia de aprendizaje que volvería a Trujillo en la ciudad cultural a la que aspira retornar. Cuando la ciudad tenía menos de cien mil habitantes había compañía de zarzuela, un teatro activo, una orquesta sinfónica de buen nivel, una compañía de ballet activa, un movimiento cultural promovido por la Universidad Nacional y otros centros culturales. Ahora la ciudad tiene casi un millón de habitantes y se habla de un sorprendente boom económico; tiene más de cinco grandes universidades y muchos colegios que se jactan de promover la cultura. Comparativamente hablando, no somos ni siquiera un pálido reflejo de lo que fue el boom cultural de los 60 y 70. ¿Qué se puede hacer para achicar esa honda brecha cuando las mismas autoridades académicas y económicas no apuestan por la cultura? No solo basta tener escenarios fastuosos o remodelados, sino políticas claras que demuestren que hay una intención clara de aportar en ese proyecto de volver a hacer la ciudad de Trujillo un foco de cultura en el Norte peruano. ¿Hay alguno? 

LA ESTRATEGIA DEL MIEDO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 27 DE MARZO)

Un lamentable suceso acaecido esta semana en Bélgica ha movilizado ciertos temores en ambos lados del continente y que suelen ser incorporados durante las campañas electorales como la que estamos viviendo los peruanos. La detonación de tres bombas en Bruselas ha repercutido en la memoria de varios peruanos a quienes los temores y recuerdos de los años 80 han retornado con temor. En situaciones como estas, la mayoría opta por la política de la verticalidad, el endurecimiento de las leyes, las acciones punitivas y la presencia de un Estado sancionador. En Europa las candidaturas de partidos de extrema derecha, muy racistas y aislacionistas, han tenido “un golpe de suerte” para seguir promoviendo este tipo de políticas, pese a que la sociedad europea tiene ya experiencias históricas que frenan “en seco”, todavía, algunas descabelladas propuestas legales para evitar repetir la última experiencia que originó una guerra mundial y costó 80 millones de vidas.
En el Perú, algunos de los candidatos peregrinan la idea de aplicar políticas fuertes para contrarrestar la violencia urbana así como la violencia de grupos sediciosos. Están aplicando la estrategia del miedo en el electorado. Esto se oye en entrevistas y las redes difunden estas insidiosas noticias. Se prometen leyes que serían difíciles de aplicar por una serie de “candados” constitucionales que, de romperlos, colocarían a nuestro país en una situación delicada internacionalmente hablando. Además, las propuestas chocan con una triste realidad: un Estado débil y golpeado por la corrupción en casi todas sus entidades que lo conforman. Uno de los candidatos recuerda la estabilidad generada en la última década del siglo pasado, pero esa estabilidad fue a coste de debilitar la presencia del Estado hasta volverla prácticamente nula en muchas partes de la nación y en diversos sectores de nuestra estructura social. Se lo degradó y se lo convirtió en una rémora. A esto hay que agregar la gangrena de la corrupción que infestó todos los niveles de los organismos y poderes estatales como sucedió con el Ejército y el Poder Judicial.  De querer aplicar medidas para la seguridad de la Nación, estas deben empezar con una reforma cabal del Estado para hacerlo sólido y eficaz,  y un combate cerrado contra la corrupción, la cual fue fomentada, precisamente, en los gobiernos anteriores de algunos partidos que están candidateando en esta contienda y que usan, contradictoriamente, argumentos basados en el miedo histórico.
Esta contienda dista de ofrecer debates serenos sobre estos dos puntos. Sus planes son inmediatistas y eso es peligroso. Ideas absurdas como política de “tierra arrasada” vieron su fracaso en la campaña contra SL, por ejemplo. Por eso, es bueno darse una vuelta por el libro Sendero de Gustavo Gorriti para comparar lo que se promete y lo que puede suceder de seguir con esas promesas ante estas realidades.


jueves, 24 de marzo de 2016

EL PODER DE LA NEGACIÓN (ARTÍCULO PUBLICADO EN DIARIO CORREO DOMINGO 20)

En 1972 estalla el famoso escándalo Watergate en los Estados Unidos. Una interesante campaña desinformativa se comenzó a desarrollar a través de los diversos canales manejados por las personas cercanas al entonces Presidente de esa nación, Richard Nixon. Esta campaña de la negación fue desmentida paulatinamente a lo largo de dos años, hasta que las evidencias mostradas por los periodistas Woodward y Bernstein del Washington Post derrumbaron toda la maraña legal y comunicativa que había desarrollado la administración Nixon. Ante tal insostenibilidad, Nixon tuvo que renunciar el 8 de agosto de 1974 para evitar ir a juicio y tener un final más penoso del que tuvo. Ahora todo esto es historia; sin embargo, estos hechos pasados nos permiten entender gestos y acciones actuales en diversas contiendas políticas como la que estamos viviendo.
En las democracias formales, como la que trata de mantener nuestra nación, muchas estrategias son retomadas de experiencias y ensayos hechos en diversos procesos electorales en esta y otras latitudes. El poder de la negación es una estrategia frecuentemente usada por candidatos de toda talla y talante que quieren ocultar algún dolo para aparentar que todo está dentro “del marco de la ley”. En la época Nixon, las presentaciones del entonces Presidente ante radio y televisión era una retahíla de negaciones ante las preguntas o dudas formuladas por los periodistas. Se acuñó esta frase cliché: “No se ha robado. Repito: no se ha robado”. Fue casi como la frase oficial que resonaba en los medios.
En los últimos años nuestra nación ha sido remecida por una serie de acontecimientos que afectan directamente a casi todos los actuales candidatos a la Presidencia o al Congreso. Estos hechos impedirían, en otras latitudes, el retorno o el ascenso en el mundo electoral de tal o cual candidato. Oscuros negociados, evidencias contundentes de corrupción, compra de jueces y autoridades, indultos escandalosos, visitas y convivencia con personajes corruptos; son algunos de los ejemplos que han originado que las estrategias de comunicación de muchos de los partidos en la actual contienda se aboquen a una intensa campaña de negación. Frases como “pesada mochila” o “se robó menos” encierran un mensaje ambiguo que ayuda a esta desinformación. Peor aún en un país cuyos medios de comunicación masivos no son del todo independientes y marcan un sesgo por tal o cual candidato al cual ayudan a destilar o borrar “su pasado”. Sin embargo, hay periodistas y personas que trabajan en el mundo de la información que mantienen fresca la memoria para una población que carga sobre sus espaldas haber sido gobernados por el sétimo presidente más corrupto de la historia mundial. Esa sí es una pesada mochila.


domingo, 13 de marzo de 2016

EL PAÍS DE LA INCERTIDUMBRE

En los últimos días, el ambiente electoral ha pasado a ser una verdadera incógnita en la que el electorado peruano se encuentra sumido en el aturdimiento. A casi un mes de las elecciones presidenciales y congresales, la lista de 18 candidatos que iniciaron la carrera electoral ha quedado reducida a 14; uno por retiro voluntario, otro por decisiones gubernamentales, y otros dos por tachas a sus candidaturas. La primera es una sana ocurrencia que se da cuando un candidato pulsa la realidad y ve que sus oportunidades son bastante magras. En versiones anteriores, algunos candidatos han hecho lo mismo y lo más coherente es retirarse de unas justas en la que ya no vale la pena hacer una inversión de energías y dinero tanto para el candidato como para sus seguidores y partido. La de Urresti es una acción de sacrificio del candidato hecha para salvar la existencia del partido. Las otras tienen otra razón. Las tachas, salvo caso de gravedad evidenciada como puede ser esta coyuntura, suelen darse al inicio de cualquier periodo electoral para que esta situación no enturbie la transparencia institucional de un proceso bastante sensible en una sociedad que muestra bastante escepticismo con organismos públicos, como es el caso del Jurado Nacional de Elecciones. Ya esta entidad se ha visto involucrada en situaciones bastante escandalosas como las famosas reelecciones de Alberto Fujimori, la última bastante cuestionada por los organismos inspectores internacionales que supervisaron todo el proceso.
Estos acontecimientos están acentuando en nuestra sociedad una suerte de caos social y político heredado en las últimas décadas, generados por una “desorganización moral”. Las marchas y contramarchas de JNE y el JEE han dado la sensación de improvisación, de parcialización y dubitación que no hacen nada bien al periodo electoral. Nuestra madurez política es una utopía, estamos bastante lejanos a ello. Por lo contrario, nuestra sociedad manifiesta rasgos peligrosos desarrollados en las últimas décadas. La sensación de desorden está calando todos los niveles del tejido político hacia una anomia. Tomando como fuente al analista chileno Rodolfo Leiva, quien hace un estudio sobre la anomia política, esta se produce en condiciones de debilitamiento del aparato institucional y el alejamiento de la ciudadanía en la participación política originando “una escasa cohesión de la sociedad con baja integración de los individuos, sumado a la ilegitimidad, la corrupción y la escasa justicia. Lo que genera la llamada crisis de participación, de representación, la desafección política, la escasa ciudadanía y la consolidación del poder en  base a minorías. Es decir, una apatía política”. La coyuntura actual está alimentando esta situación tan generalizada en el electorado, inmaduro, volátil y manipulable por una serie de personajes que, lejos de consolidar principios políticos necesarios para cualquier sociedad, hacen de la masa votante un grupo de incondicionales nada leales e irresponsables de las decisiones que tomen (o no) una vez hayan sido elegidos. Los lamentables ejemplos de congresistas improvisados y tránsfugas validan.
Futuro nada auspicio para nuestra política nacional.

Gerardo Cailloma

(Publicado por extractos en el Diario La industria 13 de marzo)

¿LA MISMA VARA? ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DE MARZO

César Acuña y Julio Guzmán están fuera de la carrera a la Presidencia. La decisión tomada por el JEE el miércoles 9 cierra un capítulo más de esta contienda electoral. De más está decir que las repercusiones han comenzado para ambos, sobre todo para nuestro ex alcalde cuyas instituciones académicas han sufrido una remecida que está causando “muertos y heridos”.
Una de las razones esgrimidas para sacar a al ex candidato Acuña, fuera de las graves e irrefutables pruebas de plagio, es la de entrega de dádivas, acción prohibida durante cualquier proceso electoral.  Las gruesas evidencias de entrega de dinero en Piura y Chosica han sido la causa contundente de su exclusión. Lo realizado por los jefes de campaña del fallido candidato era práctica común de su partido, como lo mostraron antiguas campañas electorales para la Alcaldía o la Gubernatura regional; además de utilizar sus centros universitarios como cantera barata en la cual ejercía un proselitismo evidente bajo el cual sus estudiantes y profesores tienen que “alinearse”. Varias veces se han denunciado casos de docentes cuyos contratos eran condicionados por una velada lealtad exigida que trasgrede el concepto de universidad como tal. Todo esto ha sido siempre alimentado por un acentuado asistencialismo, el cual es justificado como la forma cómo ganar presencia (y votos) en diversos sectores sociales sensibles económicamente. Bolsas de arroz o azúcar equivalían a votos potenciales. Esta práctica viene desde los inicios del siglo XX desde Leguía hasta nuestros días.
La práctica asistencialista paternalista apunta precisamente a necesidades básicas descuidadas por el Estado o instituciones para las cuales fueron creadas.  Salud, alimentación o seguridad han sido cubiertas en diversas campañas electorales  por diversos candidatos (Acuña no es el único) que, en cierta forma, agradecen esta realidad, porque obedece a una costumbre fácil de captar votos. La pobreza es una extraordinaria oportunidad de negocios y genera una forma peculiar de seguridad colectiva o de “cubrirse las espaldas”, como bien lo saben la mafia y el narcotráfico. Son los nuevos héroes sociales. Esta práctica no la ha hecho solo Acuña y sus seguidores. Debemos recordar los famosos panetones de la Casa del Pueblo de antaño o los de Keiko durante la campaña navideña del 2015. Pero en los últimos días, la tentación de ser dadivoso coincide con la angustia de una posible segunda vuelta electoral y todo lo invertido en la presente campaña se vaya al agua.  Eso parece que ha pasado por la cabeza de Vladimir Huaroc en Satipo. Si humanitaria fue la justificación que esgrimió Acuña, la que costó su salida electoral, ergo, ¿qué se está esperando con el candidato a la segunda vicepresidencia de Fuerza Popular para sancionarlo como al ex alcalde trujillano? ¿O son medidos todos con diferentes varas? La salud política nacional espera que el JNE y JEE actúen prontamente con esta acción o la gente seguirá viendo en este proceso algo tan turbio que ya muchos hablan, irresponsablemente, de fraude.

Gerardo Cailloma

DAÑOS COLATERALES (PUBLICADO EN EL DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 06 MARZO)

La exclusión de la candidatura de César Acuña a la Presidencia causará una serie de repercusiones que  ya se han venido sintiendo y cuyas consecuencias no son del todo previsibles, aunque sí estimadas. Los impactos de su nueva situación se pueden identificar en tres niveles: académico, ciudadano y político.
Lo académico afectará más a un sinnúmero de instituciones, docentes y estudiantes de las mismas. Acuña creó un emporio educativo a nivel nacional que ha sido remecido por los últimos acontecimientos, pues este fue empleado sin descaro por el candidato para su proselitismo. Además, en plena campaña, las evidencias del plagio impactaron sobre otras universidades tanto en el país como en el exterior. Estos impactos causaron una fuerte merma en la imagen académica de las mismas y una gran duda en el imaginario de una población que apuesta ciegamente en la educación superior, la cual  ha sido el espacio para acciones inescrupulosas que generan un fuerte engranaje no muy transparente en el mundo de la profesionalización. El libre mercado en este campo ha generado distorsiones y aberraciones que ahora estamos pagando. ¿Cómo quedará su Universidad luego de su penosa campaña? Las aulas tienen su retrato y su nombre aparece en la segunda estrofa del himno de la Universidad. ¿Cuánto está afectando a sus estudiantes, docentes y graduados este escándalo?  Y de paso, ¿cuál es la factura que se le puede pasar a universidades como la Complutense con este ruido? El mundo académico es muy estricto y, en diversos casos de plagios, no es nada indulgente. Casos abundan y las respuestas son severas. Imagino que los jurados académicos españoles habrán “puesto sus barbas en remojo”.
Lo ciudadano es un bumerán para Trujillo, ciudad que le otorgó el derecho de gobernarnos por dos periodos ediles. Utilizó nuestros votos al Gobierno Regional como trampolín para lanzarse a la Presidencia. Durante su permanencia en el sillón edil fue sordo a diversas observaciones de su gestión y hubo un manejo nada transparente de los recursos municipales. El famoso video de “plata como cancha” durante su campaña para la reelección no fue impedimento para que la masa electoral apostara por él. Hizo a toda una población cómplice.

Y en lo político ha logrado el entierro de varios personajes de nuestra política. Lo de Humberto Lay y Anel Townsend han sido los primeros náufragos de este descalabro. Aunque, las cataduras morales no son prioridad en este ambiente. Las llamadas “ñustas” de Acuña quizá vayan a sobrevivir como las famosas geishas de Fujimori, quienes defendieron y defienden a ojos cerrados a este personaje fuertemente cuestionado por la corrupción. En un país de escasa memoria, todo puede pasar.

lunes, 8 de febrero de 2016

BUENOS EJEMPLOS EN TRUJILLO

Frecuente es ver u oír noticias que muestran el lado oscuro de nuestra sociedad. Los medios de comunicación masiva, en cualquier soporte que este emplee, llena sus titulares con malas nuevas que causan zozobra en la población, la insensibilizan por el excesivo manoseo de las circunstancias en las que ocurrieron y, a la larga, han desarrollado morbos y prejuicios en la sociedad urbana que le permiten crear estereotipos determinantes con los cuales identifican y se autoidentifican ciertos grupos humanos, sea por condición social, ubicación geográfica, género, edad, estudios, un largo etcétera. Estas observaciones fueron obtenidas gracias al estudio descriptivo y analítico sobre la criminalidad juvenil realizado en El Porvenir (http://juventud.gob.pe/publicaciones/102-criminalidad-y-violencia-juvenil-en-trujillo/).
A raíz de este estudio, la ONU se interesó en llevar a cabo un programa de fortalecimiento de la seguridad humana con el fin de apoyar, difundir y sistematizar aquellos proyectos que apunten, de manera desinteresada pero autosostenible, a fortalecer la prevención y la educación en áreas críticas en nuestra ciudad con el fin de atender a los grupos sociales más vulnerables y bastante desatendidos por los sectores público y privado. En Trujillo hay varias instituciones que trabajan más allá del carácter asistencialista a los que nos hemos acostumbrado para paliar momentáneamente un problema que necesita ser atacado más de fondo. Estuve visitando algunas de estas instituciones que han generado cambios en jóvenes y sus familias y, a través de ellos, el entorno social en el que se hallan. Algunas pequeñas aún como la asociación francesa Pour Les bébés que trabaja en Río Seco; la británico-norteamericana SKIP (https://www.facebook.com/SKIPPeru/) en el mismo Río Seco (https://www.youtube.com/watch?v=O84PqHm_dvk); o la asociación alemana El Puente, localizada en El Milagro; son algunas que tienen proyectos que fomentan la política de ayudar a esos estratos sociales generalmente en el área educativa (http://www.puente-trujillo-peru.com/). Por el lado peruano también hay algunos interesantes, uno de los cuales espera pronto implementarse en nuestra ciudad, como D1, el cual fomenta la danza entre la juventud y ha tenido buenos resultados en Lima. El camino para lograr sus metas no está exento de diversos problemas: desconfianza de la población, provecho político (algunos bastante descarados), engaños y criolladas, desinterés e inconstancia por parte de los invitados a participar en estas interesantes propuestas que buscan mejorar sus vidas, no bajo el concepto de dádivas, sino en base a un compromiso sólido que exige disciplina y aprecio al trabajo. También está la desinformación y desconocimiento del grueso de la población de la labor hecha por estos ciudadanos que han abandonado su zona de confort para aportar en hacer de esta ciudad un lugar más agradable y lleno de oportunidades a sus habitantes.

martes, 19 de enero de 2016

DECADENCIA SOCIAL

Vivir en Trujillo se viene haciendo cada vez más una experiencia más frustrante. Las fiestas, lejos de haber permitido manifestaciones de solidaridad y fraternidad (que es el mensaje que encierran estas festividades) entre todos los habitantes de esta ciudad, han sido el contexto y pretexto en los cuales hemos visto flagrantes evidencias de deterioro social que pasan desapercibidas a la mayoría. Es más alarmante cuando visitantes comienzan a describir a la ciudad con rasgos más negativos que positivos. En una reunión hablaba con una persona que regresaba luego de 6 años; a pocas horas de su llegada le pedí sus impresiones citadinas, estas se redujeron a tres adjetivos: ruidosa, caótica, sucia. Estas características no se manifiestan solo en estas conmemoraciones. Es parte de nuestro panorama urbano.
Extrapolando la teoría de la “ventana rota” sobre violencia y criminalidad, elaborada por J. Wilson y G. Kelling de la Universidad de Stanford, esta explica que un contexto de desorden, suciedad y bullicio transmite a cualquier ciudadano o un simple vecino,  “una idea de deterioro, desinterés, despreocupación, que va rompiendo códigos de convivencia”. (http://www.cel.edu.mx/servicios/La%20teoria%20de%20las%20ventanas%20rotas.pdf). En otras palabras, las situaciones permisivas generadas en las últimas décadas han sido el caldo de cultivo en el cual los trujillanos hemos ido generando una serie de inconductas que las toleramos gracias al incremento del egoísmo y mal espíritu de competencia en nuestra sociedad: todo vale.

Ejemplificando los tres adjetivos iniciales, no faltan a la verdad.  Lo ruidoso se da no solo en el tráfico, sino en el uso comercial (léase tiendas de electrodomésticos) o cualquier manifestación cívica o religiosa. El uso de pirotécnicos ruidosos que, además de estar prohibidos (trasgresión de la ley), ha sido una clara demostración que a varios les importa un bledo el llamado a la conciencia del uso de los mismos o la tranquilidad de sus vecinos. Lo caótico se da en el tráfico, en el abuso de particulares y transporte público-privado quienes compiten entre ellos sin importarles peatones, usuarios o los otros conductores; caótica en su construcción; caótico es el uso de espacios públicos para parrandear. Y lo sucio surge en la ineficiencia de autoridades municipales de cualquier distrito y, sobre todo, en nuestra capacidad para generar basura: fiestas populares, comercio ambulatorio, el simple peatón son generadores de basura. Los desechos en el piso no son problema de la autoridad, lo es de sus habitantes: calles, parques, jardines, entidades y lugares públicos, universidades, colegios; espacios en los que no faltan botellas de plástico, descartables u otros restos.


Parafraseando a Fethullah Gülen, para tener una mejor existencia en una sociedad, requiere que cada uno ajuste y limite su libertad de acuerdo de criterios de la vida social. ¿Habrá voluntad social de cambio?

martes, 12 de enero de 2016

TRES SEMBLANZAS DE LA FERIA

Ya han pasado varias semanas de clausurada de Cuarta Feria Internacional del Libro en la Plazuela del Recreo. En diversos conversatorios, conferencias, presentaciones pude conocer a tres mujeres que están haciendo obra transcendental contra la indiferencia, contra la desidia y contra la animadversión masculina, en muchos casos. Ellas han ganado espacios valiosos con sus propuestas y trabajos, algunas veces silenciosos, y, en la mayoría de los casos, desconocidos por el grueso del público.
La primera es la escritora libanesa Joumana Haddad, uno de los invitados extranjeros de relevancia. Más allá de su obra poética y novelística, hallamos una mujer que se ha vuelto el portavoz de los derechos femeninos en nuestras conservadoras sociedades. En las conversaciones sostenidas, reflexionaba sobre la sociedad latinoamericana, en  la cual la mujer carga no velos físicos, sino sociales, culturales y psicológicos. Joumana vive en un país desangrado en una interminable guerra civil y ha visto con escepticismo las posibilidades de cambio en nuestras actuales sociedades por las intolerancias, incomprensiones y el acuciante analfabetismo de sus integrantes. Como triste testimonio queda el hecho de que ha pedido a sus hijos partir lejos de su patria,  como  nuestros jóvenes que se ven compelidos a buscar un mundo mejor. Sin embargo, ella sigue luchando, sigue alzando su voz; otros verán los cambios. Como me dijo: “ni tú, ni yo gozaremos de esos cambios; pero otros lo harán”.
Luego, Vania Masías contó su experiencia y su decisión de dejar su comodidad personal en un país europeo para trabajar en zonas marginales de Lima. Su proyecto D1 ha rescatado a jóvenes en extremo riesgo social y cumple este año una década; se presentó en el marco de conferencias ofrecidas por la oficina de Programa Conjunto de la ONU. D1. Es el inmenso aporte de esta mujer quien fue incomprendida inicialmente por su grupo social, así como los jóvenes quienes dudaban de esta “pituquita” que los visitaba en sus barrios de alto riesgo. El cambio de estos jóvenes a través de la danza ha sido un gran aporte para su autopercepción y ha abierto grandes oportunidades a una juventud a la cual le asignamos etiquetas injustas sin crearles espacios para su realización. Esperemos que D1 se extienda por Trujillo y sus distritos.
Finalmente, Claudia Coca expuso sus propuestas artísticas que viene desarrollando como Directora Académica de la escuela de arte y diseño Corriente Alterna. Se preocupa por la promoción educativa artística a todos los segmentos sociales, sobre todo niños; el arte cual generará una revolución silente en una sociedad cada vez más individualista, intolerante, trasgresoras de normas y leyes. El arte da libertad y educación, pilares de una sociedad moderna; genera el diálogo y la discusión, tan necesarios para la construcción de la civilidad en democracia.


Tres experiencias, tres esperanzas.