Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
Mostrando entradas con la etiqueta bicentenario. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta bicentenario. Mostrar todas las entradas

domingo, 19 de enero de 2025

DISTANCIAS INSALVABLES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 19 DE ENERO 2025)


Un reciente viaje a Chile me ha permitido ver las distancias insalvables que existen entre la sociedad chilena y la nuestra. Hondas. Somos países que tenemos muchos lazos en común y una larga historia compartida, pero que hemos tomado caminos diferentes como sociedades. Chile quiso ahondar en su cultura cívica, herencia que no han perdido pese a los duros altibajos que han vivido como país; nosotros hemos decidido caminar rumbos oscuros como los que estamos viviendo en las últimas décadas y que explican la anomia actual en la que vivimos. El año pasado cerramos las conmemoraciones del Bicentenario de nuestra independencia política de España, momento en el cual nuestro país debería haber mostrado al mundo sus logros como sociedad, lo que como seres cívicos hemos alcanzado tras doscientos años de libertad. Muchos países de la región aprovecharon para saldar viejas cuentas con sus pueblos originarios, como lo hizo Chile o Guatemala; otras querían mostrar sus avances en su desarrollo social mostrando una comunidad más integradora y mejorando los índices que calidad de vida de sus habitantes; otros, mejorando sus sistemas de gobierno. ¿Qué hemos mostrado nosotros, el país en el que literalmente se logró la independencia definitiva de casi todo el continente frente a la corona y por la que muchos independistas, tanto nacionales como foráneos, lucharon? La exhibición de nuestros logros ha sido triste, pobre, deslucida y hasta vergonzosa. Las oportunidades de asumir un liderazgo relevante como nación durante estas celebraciones continentales se perdieron por la inefable casta política que nos ha estado gobernando, de tumbo en tumbo, y que se agravaron desde el 2016 en adelante: media docena de presidentes, cientos de ministros de paso sin políticas claras para el país, y deplorables congresos, cuya última versión ha mostrado su peor faceta: esa es la realidad de nuestro Bicentenario. La destrucción de la cultura cívica y política se gestó desde la acción destructora contra los partidos políticos en los 90 y ahora, dos décadas después, cosechamos esta pesadilla, la que está permitiendo que el crimen pueda institucionalizarse y defenderse frente a la debilidad de nuestro sistema judicial. Los hechos lo demuestran día a día. Ese es nuestro Bicentenario. Y eso es lo que los peruanos estamos enarbolando como nuestros principales “éxitos”. En Chile veía a la gente preocupada por la violencia que se ve en muchas ciudades grandes a las que han llegado bandas criminales. Por ahora, la sociedad se encierra hasta que se organicen y salgan a las calles para botarlos. Eso espero que hagan. Que no se acostumbren y convivan con ellos. Aquí, el panorama es otro: aquí ya aprendimos a coexistir con ello, pues es la casta política que los avala y protege. ¿O a alguien le cabe alguna duda al respecto con todas las evidencias vistas, leídas y oídas? Este es, pues sin duda, nuestro Bicentenario: ¿lo aceptamos?