



Sábado 09 de octubre. Una
visita que iba a reeditar, pero en otro contexto. Cuando en 2019 estuve en el
lugar, en esta cuarta visita se hacía luego de que Chanquillo se la haya declarado
Patrimonio de la Humanidad. En octubre del 2019 había ido con Galai Ahmed para
una breve visita al lugar. Una cuarta visita no cae mal. E iba con varias
personas que visitaban el lugar por primera vez. Nos levantamos temprano para
dejar el hotel y recoger la camioneta de la cochera. El día anterior nos habían
recomendado ir a desayunar al Hotel El Farol y no nos íbamos a arrepentir.
Estuve en este hotel en mi primera visita en 1985. Habíamos llamado para buscar
hospedaje ahí, pero quedaba una sola habitación. El Farol tiene también una
sucursal en la playa Tortugas que visité en 1997. Había leído opiniones no muy
positivas del lugar, pero el desayuno sí valió la pena. El lugar no estaba
lleno por la hora, pero cuando habíamos acabado nuestro suculento festín iban
llegando parejas y familias, algunos con niños muy pequeños. Hora de poner pies
en polvorosa. Nuestro plan era ingresar al lugar por la parte superior (la
fortaleza) y luego descender al Calendario lunar/ solar. Tomamos la autopista
y, sí, lo recomendable es ir en una 4X4. No hay una señalización clara de
ingreso al lugar y no está asfaltado; sin embargo, está asentada y han logrado
ingresar, como nos comentó el vigía del lugar, que ya habían entrado vehículos
pequeños. Mejor no arriesgar. La persona que viene de Lima o Huarmey tiene el
ingreso a la mano derecha; nosotros tuvimos que ver un tramo en el que podíamos
cruzar a la otra ruta de la autopista para ingresar al lugar. Ahí comienza la
odisea. Aunque no está lejos de la carretera, había ciertos tramos cargados de
arena; al llegar a nuestra meta, el guía nos indicó que luego podíamos
descender al Calendario por un sendero que sí era más riesgoso (no para una
4X4) y nos evitábamos tener que salir a la autopista y tomar otro sendero más
largo en distancia. Cuando visité el lugar en el 2011 con Orietta y Carmen aún
la autopista no estaba concluida en esta zona por lo que fue más sencillo.
Esperemos que esto a futuro mejore. Aquí están los detalles de mi viaje en ese
entonces:
https://www.blogger.com/blog/post/edit/4795243307169787731/1595814788900386402. Una
vez estacionada la camioneta, nos fuimos a visitar el lugar. Había un grupo de
trabajadores con sus familias que iban a recorrer el lugar. Ya está señalizado
un sendero por el cual caminar y no afectar los pocos muros que no están
colapsados. El sitio tiene anillos de piedra que rodean los restos de un
santuario.
Y a lo lejos se distingue el calendario, ese que ha hecho que el
lugar arqueológico haya sido nombrado Patrimonio de la Humanidad. Aquí alcanzo
la crónica de mi viaje en octubre del 2019: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/12/chankillo-sechin-chimbote-otras-grandes.html. Buscamos
al arqueólogo Alcides Álvarez, quien en octubre nos dio varias indicaciones del
lugar y los recientes descubrimientos de ese entonces. Me hubiera gustado
felicitarlo, pues sé que el trabajo en conjunto de todo ese equipo que
involucra a académicos y pobladores, liderados por Iván Ghezzi, han logrado
este reconocimiento. En cierta manera, Chanquillo o Chankilllo va a terminar de
cambiar el rostro de Casma y de la región. Su nombramiento va a atraer a un
tipo de turistas especializados y amantes de estos espacios con las
características que encierra no solo los restos arqueológicos, sino el espacio
físico geográfico y el social que ahora tiene que asimilar esta nueva realidad:
eso va a implicar cuidar este patrimonio, conocerlo, mejorar servicios
(hoteles, restaurantes, lugares de descanso), articularlo con ese espacio que
es Tortugas y el mismo Chimbote, el sistema vial y la conectividad. Todo esto
se va a venir a la zona si es que la población sabe manejar este tesoro que les
ha llegado de pronto. Aquí hay más datos: http://www.fondecyt.gob.pe/interactiva/fondecyt-informa/chankillo-el-observatorio-mas-antiguo-de-america-esta-en-peru. Aquí
hay una información más detallada del lugar: https://www.academia.edu/801593/El_observatorio_solar_mas_antiguo_de_America.





Luego
de haber visitado parcialmente el observatorio, un lugar para la imaginación, nos
fuimos a Sechín y su museo de sitio (Museo Regional de Casma Max Uhle). El día
anterior no había abierto. Ahora tuvimos la oportunidad de ver con calma el
lugar y visitar las ruinas de este extraño lugar que tiene unas figuras
impresionantes talladas en piedra. Salimos de Chankillo hacia la carretera
Panamericana y luego nos fuimos hacia la carretera por la que uno puede ir a
Huaraz. Un par de kilómetros y llegamos al lugar. La visita al museo es siempre
una forma condensada de conocer la historia de un lugar, sobre todo este tan
viejo en nuestra línea de tiempo. El museo resume la numerosa presencia de
espacios arqueológicos no solo de Casma, sino de una buena periferia de la
costa de Áncash. La reciente renovación (2018) ya ha incluido a Chanquillo con
más detalles. Hay una buena cartografía (https://www.peruenvideos.com/museo-regional-casma-max-uhle-viaje-tiempo/).




Luego de visitar el museo, nos dirigimos a Sechín. Personalmente he visto pocas
cosas descubiertas en este sitio; han cubierto los restos y han puesto parantes
con cordones para evitar que la gente se acerque y toquen las inmensas piedras
que muestran feroces guerreros, así como pedazos de cuerpos, quizás, de víctimas
de pueblos sometidos. Desde buen tiempo, se ha implementado un recorrido que
permite el ascenso al cerro Sechín con el fin de tener una vista del interior
del sitio y el valle: buena vista. Lastimosamente nos encontramos con un panal
cuyas abejas que nos amenazaron. Aquí más datos de esta interesante visita:
https://www.arqueologiadelperu.com.ar/cerrosechin.htm.
La
idea era almorzar en Casma, pero preferimos hacerlo en Tortugas nuevamente,
pues las opciones eran más numerosas. Así que nos dirigimos a este lugar, no
sin antes pasar por el hotel donde habíamos pernoctado para recoger un frasco
olvidado. Así, nos fuimos al dichoso balneario. Luego de visitar algunas calles
sinuosas del lugar, nos dirigimos al restaurante La Barca. Un buen almuerzo
para alegrar nuestros estómagos y corazones. Nuestros siguientes objetivos:
Punkurrí y Pañamarca. Al llegar al óvalo de Samanco, nos dirigimos hacia la
derecha en dirección de San José de Moro. Fuimos directamente a Punkurrí, pero
el sitio estaba cerrado hasta el año que viene. Una pena. Esperemos que se haga
una buena restauración y mejore el museo de sitio. Así nos dirigimos a
Pañamarca, sitio de ocupación moche. De la piedra pasamos al adobe. El lugar
estaba abandonado. Quisimos pagar nuestros boletos de entrada, pero no había
nadie. Pero las puertas estaban abiertas y un señor nos indicó que sus hijos
estaban bañándose en una laguna cerca del lugar y que podíamos ingresar. Hay
mucho por hacer. Aquí información sencilla del lugar: https://turismoi.pe/arqueologia/ciudadela/ciudadela-de-panamarca.htm.






Como
el día anterior, decidimos irnos hacia la mar: Samanco. Es un gran terminal
pesquero. Da el nombre de toda la bahía. El acceso al puerto estaba abierto por
lo que decidimos ingresar al muelle en el que vimos muchas aves (sobre todo,
pelícanos) y un barco totalmente deteriorado. A lo lejos veíamos Vesique.
Con el
objetivo de partir a Chimbote, preguntábamos por diversos hoteles y todos
estaban ocupados. Así que decidimos regresar a Trujillo. En la entrada de
Chimbote, ubicamos un lugar para lavar la camioneta. Una vez concluido el lavado,
nos enrumbamos a Trujillo, donde llegamos a las 9 pm. Fin de este corto viaje.