Conversaba con una amiga sobre las características
de estas elecciones y los perfiles de los candidatos que supuestamente están
entre las primeras opciones que tenemos como electores para este nuevo proceso
por el cual tendremos nuevos alcaldes distritales y provincial, y un nuevo
gobernador regional. Y el panorama es totalmente desolador y con esta realidad
vamos todos los electores a las urnas hoy domingo.
Esta campaña ha sido una verdadera muestra de derroche económico y acciones ridículas (basta ver los numerosos candidatos haciendo campaña por Tiktok) con el fin de mostrar un rostro más “amable”, marketero, ante un gran número de indecisos, esos que han inflado los porcentajes de cuadros estadísticos electorales de los últimos días. Y este se incrementó a medida que diversos medios alternativos de comunicación destapaban hechos escandalosos de corrupción de numerosos candidatos con juicios pendientes, lavados de activos de diversos partidos políticos y amañes frecuentes entre los integrantes de las listas para los puestos en disputa como está pasando con las principales cabezas de listas de los partidos en contienda. Es difícil hallar un partido político que no arrastre personajes con pasado dudoso. El partido que se halla en la mayoría de gobiernos municipales y el regional, APP, es el segundo que tiene mayor número de postulantes con problemas legales. Esta situación se permite por el hastío y la desidia de muchos electores que piensan votar en blanco, viciado o no asistir a la votación. Rechazo velado. Así de debilitada está la democracia formal en nuestro país. Cuando oigo y leo a muchas personas en redes uno se pone a pensar qué pasaría si las votaciones no fuesen obligatorias, la deserción sería alta. Este es el gran temor de la realidad política de nuestro país y esta situación permite el ascenso de personajes díscolos y embaucadores que siguen destruyendo la democracia en sí. En esto los partidos políticos son los culpables: son estos los que colocan a los candidatos entre los cuales la sociedad debe elegir a un puñado para que nos gobiernen, aunque la percepción de muchos es de que lucren y saquen muchas ganancias personales y su argolla. Escepticismo peligroso. La ley de partidos es de necesidad pública para salvar con el tiempo la enclenque democracia peruana. Un ejemplo: en mi artículo del domingo 11 hablaba de la destrucción de mitos sobre tipos de postulantes en nuestro país. La creencia de estar frente a candidatos probos gracias a su posición económica ha sido desmentida por todo lo que hemos vivido en las últimas décadas. Ante esta realidad, queda que la sociedad civil se organice en faros ciudadanos: colegios profesionales, universidades y toda institución deben conformar un fuerte frente de control para monitorear a los electos; es la sociedad civil en su conjunto la que se verá más afectada de permitirse que la corrupción avance en todos los estamentos sociales.
2 comentarios:
Desolador panorama. Hay que hacer algo para que todo esto cambie. No podemos resignarnos a que estos partidos, y los sujetos que los conforman nos tengan en sus manos de modo inmisericorde. Qué desagradables designios nos tocará vivir, adicional al cataclismo Castillo - Torres.
Lo que existe desde décadas atrás es una mafia enquistada en el poder. Una pseudo democracia que solo podrá ser exterminada por un movimiento joven, decidido y bien vertebrados, con el apoyo de un poder judicial honesto. Es esto mucho pedir? Si así no fuera, entonces no hay remedio señores.
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