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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 30 de abril de 2023

LA CULTURA DE LA NEGACIÓN (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 30 DE ABRIL)


 

Durante la guerra de Vietnam, tanto el gobierno de Johnson como el de Nixon aplicaron una política informativa de la negación. A pesar de las evidencias hechas públicas en varios de los medios periodísticos independientes norteamericanos, ambos presidentes usaron esta estrategia para negar las evidencias tanto en la debacle norteamericana en el conflicto asiático como en el famoso caso Watergate, escándalo que obligó a Richard Nixon a renunciar al cargo político más poderoso del mundo: la presidencia de los Estados Unidos. Los medios de comunicación desnudaron toda esta trama que Nixon negaba construyendo argumentos insostenibles hasta que las evidencias fueron más allá de sus capacidades.

El informe de la organización mundial Human Rights Watch sobre los incidentes de diciembre del año pasado en diversas zonas de nuestro territorio ha sido contundente. Sin embargo, no han hecho más que corroborar los informes preliminares, aunque en este caso se ha ampliado a la Fiscalía de la Nación, presidida por ese personaje tan cuestionado como lo es Patricia Benavides. La información, profusamente detallada para poder emitir tan contundentes resultados, nos muestra el mal manejo de una crisis social y política que, de haber sucedido en otras latitudes, hubieran puesto en la calle a muchos integrantes del actual gabinete, sujetos en paralelo con los demás poderes del Estado que tratan de sobrevivir hasta el 2026. Una vez que Boluarte y su primer ministro estén “desocupados”, deberían ir a prisión preventiva acusados de ser las cabezas visibles de las numerosas muertes de compatriotas en Juliaca y Ayacucho, sobre todo. Boluarte necesita del cinismo y la angurria de los congresistas para poder obtener más días para su libertad. De no proceder la justicia frente a tamaña información, nos haría dudar cada vez más de la capacidad de acción de esta. Mientras sucede esto y ya sin la virulencia de la violencia social del Sur ni la del clima en el Norte, hay que ir creando nuevos monstruos para tener “ocupada” a la población; por eso, tenemos ahora todo el problema social migratorio, el cual ha tenido mal manejo por parte de las autoridades peruanas en muchos aspectos y que ha encontrado una suerte de chivo expiatorio para sus problemas. En la anatematización del fenómeno migratorio relacionando todo tipo de violencia y delincuencia en nuestra sociedad, pronto se hallará de manera sorpresiva que Joaquín Ramírez sea, en realidad, venezolano. En el paroxismo de lo que vivimos, nos vamos pareciendo a esa histeria que el nazismo creó para determinar la “pureza racial”. Basta con ver las redes sociales y ver los titulares de diversos diarios para sugerir otras formas de linchamiento social como las que ya hemos vivido en nuestro país. Sería bueno revisar la historia para ver cómo creamos fantasmas para encubrir nuestros errores y deficiencias entre balazos y expulsiones. ¿Estamos ante nueva versión de “terruqueo”?


jueves, 4 de octubre de 2018

LA PUNTA DEL ICEBERG (ARTÍCULO PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN LA INDUSTRIA DOMINGO 30 SETIEMBRE)


¿Se puede decir que gestos como el de Manuel Liendo Rázuri nos indica que estamos tocando fondo? No; ¿Como los comentarios xenofóbicos de algunas personas, incluidas algunos candidatos al sillón edil limeño? Tampoco; ¿Como los enunciados encubridores a favor de algunos congresistas en cuanto a las claras evidencias de corrupción con el fin de blindar a personas vinculadas con el tráfico de influencias y el narcotráfico? Todavía. Pero vamos a en camino a ello.
Las semanas últimas la sociedad peruana se ha visto sacudida por una serie de acciones y gestos por lo demás censurables. Desde una publicidad discriminatoria hasta la agresión verbal y actitud matonesca de un ciudadano contra otro, estas situaciones han removido el concho de la conciencia nacional; y la complicidad o distancia de las personas que habitamos este espacio geográfico al cual denominamos nuestra nación. Hechos como los que hemos sido testigos nos han cuestionado en cuanto a las propuestas y trabajos recientes que tratan de involucrar al mayor número de peruanos en una sociedad que pasó crudos momentos en los que las situaciones racial, cultural, lingüística, geográfica, religiosa y de género han sido motivo de conflictos y de propuestas para tender puentes con el fin de atenuar la honda y triste brecha que se ha ido construyendo desde la época de Sendero en adelante. Se pensaba que la bonanza económica iba a influir en la construcción de un nuevo peruano. Nada más lejos de la verdad.
El boom económico solo ha generado una acentuación peligrosa de la brecha en una sociedad todavía sensible por lo sucedido en los 80. La brecha se evidencia como en los casos que pudimos contemplar en las redes sociales estos últimos días. El personaje se hizo famoso por toda la labor de censura (cierta o posera) generada en el mundo virtual. Sin embargo, este incidente en solo una punta de uno de los hielos pendientes del iceberg social. Brechas hondas aún existen, aunque haya cifras oficiales que hablan de mejorías en ciertos estratos y zonas del vasto Perú.
Las labores de inclusión del mayor número de peruanos marginados y maltratados son frecuentemente boicoteadas por diversas razones. Posturas religiosas, tradiciones familiares o pueblerinas, influencias económicas, recelos raciales, animadversión xenofóbica, desprecio por los miembros de las comunidades LGTB, son muchas las actitudes y acciones que movilizan a muchos peruanos contra el prójimo, sean diversas las razones.
La educación es un factor preponderante; pero también lo es un aparato judicial y de cuidado ciudadano que sea vigente, transparente, correcto; algo aún no vigente en nuestra sociedad, habida cuenta que uno de los principales representantes negocia casos de violaciones con absurdos criterios semánticos. Una soledad para una sociedad cada vez más escéptica, sin valores ni controles.

domingo, 26 de agosto de 2018

LA SOLEDAD DEL AUTOEXILIO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 26 DE AGOSTO)


Por varias décadas la vida ha sido dura para miles de compatriotas que tuvieron que partir presionados por la situación económica que atravesábamos desde los años finales del segundo gobierno de Fernando Belaunde, la presencia creciente de Sendero Luminoso, el nefasto primer gobierno de Alan García, el recrudecimiento terrorista en nuestro país y el terrible paquetazo de Fujimori en su primer gobierno. Muchas eran las condiciones políticas, sociales y económicas que asolaban a la sociedad peruana. Eran años que, a diferencia de sociedades estables, las más frecuentes reuniones de amigos eran para despedir a uno u otro que se iba a estudiar, trabajar o, en el peor de los casos, a tentar suerte fuera de nuestro país por lo insostenible de nuestra realidad. Miles de peruanos prefirieron coger sus bultos y partir dejando atrás una patria desolada, violenta, egoísta. Esa situación hizo que muchos países cambiaran sus regímenes migratorios para controlar ese desbande humano. El fuerte flujo migratorio hacia varios países como España e Italia, permitían un sueño europeo para muchos latinos y, con una migración tan fuerte que hizo reaccionar violentamente a la sociedad española al hallarse, de pronto, rebalsada por un flujo migratorio, no solo de latinoamericanos, sino de magrebíes, africanos saharianos, europeos del este. Sus calles, servicios, e incluso carreteras, se llenaron de emigrantes desesperados por hallar una vida mejor o, por lo menos, algo de condiciones de vida básicas satisfechas. En esa oleada migratoria, fueron personajes marginales que hallaron una sociedad incauta, cándida, fácil de engañar; así surgieron varias bandas delincuenciales que hicieron su “América” en una España desesperada por hallar un control. Pero no eran todos los migrantes.
La visa española de 1994 fue una respuesta ante los acontecimientos, la que nos encontró un poco desprevenidos. Ese año tuve la suerte de ganar una corta beca en Dinamarca. Un mes antes de mi partida, España implementó, de manera unilateral, dicha visa para colombianos, ecuatorianos y peruanos. Mi llegada, aquella vez, a España no fue grata. El trato general de mucha gente era un poco hostil contra los “sudacas” que llegaban por cientos. Ese término se generalizó. A mi retorno, nuevamente pasé por Madrid. En el vuelo iban unos tres o cuatro pasajeros deportados. Hablé con uno de ellos; estaba desolado, sin dinero, extraviado en su angustioso regreso a Lima, lugar adonde iba con incertidumbre.
Quienes hayan experimentado la sensación de ser un extraño “peligroso” comprenderán la realidad que pasan muchos venezolanos que tratan de buscar un futuro mejor. Identificados como peligrosos, son humillados por personas de escasa empatía y, por qué no decirlo, llenos de resentimiento. Los venezolanos están “quitando” el trabajo a peruanos; de ser así, eso es lo que están haciendo ahora los más de dos millones de peruanos que viven en el extranjero.

domingo, 7 de mayo de 2017

FRANCIA, PUNTO DE INFLEXIÓN (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 07 DE MAYO 2017)

Este domingo Francia está viviendo su segunda vuelta electoral. En un proceso signado por la sombra de actos terroristas en su territorio y en el espacio europeo en estos últimos años, el sentido de tres palabras (libertad, igualdad, fraternidad) que movilizaron a la sociedad francesa y espíritus libres en las últimas décadas se ha visto amenazado por diversas reacciones de una ciudadanía atemorizada y movilizada por temores xenófobos y racistas. La segunda vuelta tiene como contendores a dos candidatos de igual línea ideológica; sin embargo, la candidata de extrema derecha Marine Le Pen canalizó los miedos de muchos ciudadanos que han visto a numerosos migrantes, sobre todo de sus antiguas colonias de África, Medio Oriente y Asia, como una real amenaza a la integridad francesa, su cultura latina y el espíritu cristiano que se admiten como los fundamentos de su identidad.
Hay, sin embargo, un olvido histórico que permitiría entender la actual situación francesa (o europea, en general) ligada a su pasado colonialista. Estas naciones fueron y son grandes gracias a un fuerte coste de todas las excolonias que les generaron un fuerte rédito económico, social y político. La historia enseña a la humanidad que cualquier acción tiene una secuela. Muchos países europeos han crecido gracias al “apoyo” de las tierras y sus ciudadanos de allende los mares que rodean a ese continente. Han sido parte de su historia y desarrollo. El simpático llamado hecho por el animador, periodista y analista británico John Oliver invita a la sociedad francesa a un voto consciente tras la posibilidad de que Francia siga el camino del aislacionismo y actitud de confrontación de la sociedad británica y norteamericana. El mundo parece encontrar como única respuesta a este proceso creado por el mismo sistema llamado globalización a la oscuridad, a la actitud conservadora y aislacionista. Extraña respuesta a un mecanismo creado por él mismo. Pareciera que lo que se pensaba como solo una propuesta económica no iba a rebasar las fronteras sociales, culturales y políticas.
Europa tiembla ante la posibilidad de una nueva deserción de un socio poderoso de subir esta líder extremista que quiere resolver problemas económicos y sociales con soluciones drásticas con graves repercusiones posibles. Las consecuencias no solo serían económicas (Euro, bancos, comercio) sino, y más peligroso, sociales y políticas. El triunfo de Trump en E.E.U.U. empoderó a grupos racistas, propuestas conservadoras y actitudes bravuconas en el mundo internacional. El aislamiento británico fue promovido por un líder que después terminó retractándose de los resultados. El lenguaje promovido por candidatos de extrema derecha hace recordar esa Europa que vio en su ciudadanía terribles demostraciones de racismo y xenofobia de dolorosa recordación. La historia ayuda a refrescar el presente.

Hoy Francia debe de continuar siendo l’espoir de la humanité