Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
Mostrando entradas con la etiqueta participación ciudadana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta participación ciudadana. Mostrar todas las entradas

domingo, 28 de septiembre de 2025

LA GENERACIÓN DIBUJITOS Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 28 DE SEPTIEMBRE)

 


Unas marchas han causado revuelo entre los partidos políticos o que los aparentan serlo. La reacción de miles de jóvenes contra la ley a favor de las AFP ha refrescado, aterradoramente, la memoria de las marchas del 2020 contra Manuel Merino que lo obligaron a dimitir, pese a que estábamos viviendo la crisis de la pandemia. Las reacciones de la llamada Generación Z a nivel mundial han escarapelado la piel política de nuestros congresistas, quienes han visto lo sucedido en Nepal, Bangladesh y los han puesto en alerta; habida cuenta, además, que el próximo año son elecciones generales y muchos quieren asegurarse su puesto en algún cargo público, sean las cámaras legislativas, alcaldías, gobiernos regionales, un largo etcétera. Cuando escribo este artículo, todo apunta que Filipinas será el siguiente país “inoculado” por este “virus”. Mientras la gran prensa ha minimizado estos movimientos por las calles de Lima y otras ciudades del país, la prensa internacional no ha dudado de identificar a los mismos como parte de este fenómeno global en países en los que la corrupción es patente, una suerte de caldo de cultivo que espera un detonante cualquiera para que se “active”. Otra característica notable que se está viendo de manera preocupante es que en las sociedades que están pasando esta situación crítica, los partidos políticos no ofrecen alternativas para esos jóvenes, pues muchos de estas agrupaciones políticas son también parte del problema por ser francos “emporios” de corrupción como vemos los escándalos a los que tienen habituados estas agrupaciones en su actuar en el congreso, por ejemplo. Hay que tomar en cuenta de que los partidos propulsores de la Ley AFP han tratado de lavarse el rostro dando justificaciones para jóvenes que no les creen mucho o nada. Últimas investigaciones muestran el rechazo de esta generación al mundo político. Muchos se han burlado de ellos por su accionar y su falta de madurez. Sin embargo, leí un texto del periodista y docente Hugo Coya de quien tomo prestados partes de su texto publicado en Facebook este 21de septiembre; “[..] cada semana los escucho en clase. No vienen con caricaturas: llegan preocupados por su país, por su futuro. Alguno que otro me contó que se quedó sin voz por la cantidad de gas lacrimógeno que inhaló durante la protesta la semana pasada.” Lo que luego destaca Coya es que los jóvenes, cada vez más reacios a nuestro mundo político, sufrieron el bloqueo de sus líneas, ¡mientras que los delincuentes siguen extorsionando desde la prisión! Como dice el autor, “[..] un país que encuentra la manera de cortar la voz de sus jóvenes, y no la de sus criminales, demuestra que es más fácil callar a alguien que reclama sus derechos que a un delincuente.” Una situación que debería avergonzar a los adultos que hemos permitido que los delincuentes hagan de las suyas y no hayamos hecho nada al respecto. ¿Qué pasará en las próximas elecciones?


domingo, 13 de noviembre de 2022

DESENCANTO Y ESCEPTICISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DE NOVIEMBRE)

 


Hemos sido testigos de dos marchas relativamente pacíficas en la semana. La primera, a favor de la vacancia de Pedro Castillo; la segunda, en apoyo de este. Ambas marchas, anunciadas como masivas y exitosas en diversos medios que eligieron difundirlas, no convocaron la cantidad de gente que pudiera haberse esperado. La primera marcha, sábado 05, tuvo una fuerte difusión de medios y las redes reventaron con una profusa difusión de afiches virtuales y mensajes directos a la población sobre su participación, la cual tenía un fuerte contenido conminatorio contra el lector, casi llamándolo de cómplice o traidor. La segunda marcha, jueves 10 y a todas luces maquinada por el círculo cercano al gobierno, tuvo otras vías y formas de comunicación, pues los grandes diarios o cadenas de difusión sólo hablaron de ella cuando surgieron los incidentes que involucraron a varios periodistas.

Ante tal situación, cabe preguntarse qué está pasando con nuestra sociedad en general que ya no sale a las calles a protestar en las diversas marchas promovidas, a expresar su disconformidad de lo que está ocurriendo en nuestro país con toda la clase política. La respuesta cae por su peso: es la misma clase política, desprestigiada y degradada por décadas, la que trata de organizar reuniones proselitistas para objetivos que pueden tener un buen propósito, pero cae en el descrédito a causa de sus organizadores, muchos de los cuales han estado vinculados con escándalos de corrupción y son directa e indirectamente causantes de la debacle política de la última década. Con un gobierno insostenible, el éxito de una oposición masiva y contundente estaría más que asegurado. Pero las numerosas y costosas convocatorias de ambos “frentes” en los últimos meses no han sido las esperadas. Nacen fallidas desde ya. Ninguno de los organizadores y promotores tienen la talla moral para liderar un reclamo que es el sentir de la ciudadanía: extirpar la corrupción gubernamental. La percepción de muchos es ver cómo mueven sus “fichas” para ver cuánto puede afectar positiva o negativamente a sus intereses, ya ni siquiera partidarios. Lo vemos en la cantidad de tránsfugas que pueblan este Congreso, por ejemplo. También es el crudo reflejo del deterioro de esas organizaciones que dicen llamarse partidos políticos, instituciones que colocan a estos personajes en los poderes de Estado, desde la Presidencia hasta el último congresista que ocupa una curul. Todo juego político entre ellos no obedece al sentir social. La sociedad les otorga un bajo puntaje de aceptación a ambos poderes (peor, el Congreso). En caso de que Castillo sea vacado, viene una incertidumbre como nunca se ha vivido en la sociedad peruana: ningún líder emerge en nuestra actual historia bicentenaria. Vemos con mucho escepticismo un gobierno y un congreso lleno de aprendices de ladrones, un violador, misóginos, corruptos, fanáticos. ¿Poner las manos al fuego por esos personajes?


domingo, 6 de noviembre de 2022

INSEGURIDAD, PESADILLA SOCIAL (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 06 DE NOVIEMBRE 2022)

 


La reciente conversación con un amigo quien ahora radica en Lima y trabaja en un organismo de la ONU motiva este texto. En este diálogo, él me comentaba alarmado la forma cómo cierto tipo de delincuencia se ha ido incrementando en diversos barrios y urbanizaciones de clase media y media alta. Esta delincuencia está bastante ligada a la migración irregular generada por las últimas oleadas de migrantes, sobre todo venezolanos, que llegaron a nuestro país antes de ponerse ciertos “candados” a dicha migración. Pero hay que ir por partes para entender este problema en el cual participan directamente muchos connacionales convirtiéndose en cómplices del avance de esta modalidad delictiva.

Toda migración siempre es dolorosa para quien la realiza. Se deja un estilo de vida, familia, recuerdos por una situación incierta las más de las veces. Muchos son obligados a tomar esta dura decisión, sobre todo cuando una sociedad sufre fuertes crisis, como una guerra o depresión económica. Muchos compatriotas se vieron forzados a emigrar durante el primer gobierno de AGP o la década fujimorista; precisamente fue durante este periodo que muchos gobiernos cerraron el libre tránsito a los peruanos como pasó con España que recibió un gran flujo de peruanos que trabajaron en todo, incluida la delincuencia. Diarios argentinos, chilenos, japoneses y españoles publicaban noticias de prensa amarilla en las que muchos compatriotas se veían involucrados. Como deducción simplista del vulgo, cada latinoamericano (peruano o colombiano especialmente) era un delincuente en potencia. Para nosotros encajaba perfectamente el despectivo “sudaca”. La actual crisis económica general ha hecho que muchos que vieron una posibilidad aquí se haya desvanecido. Hay ciudadanos honrados que han hecho su vida entre nosotros, pero también hay malos elementos que se unieron para delinquir. La excesiva informalidad de nuestra sociedad permite, precisamente, que estos elementos avancen impunemente gracias a, consciente o inconscientemente, la colusión y permisibilidad dada por la corrupción entre nosotros. Este avance está dado gracias a ciertas modalidades como el otorgamiento de licencias de funcionamiento a ciertas actividades que arrastran en conjunto todo un enjambre delincuencial: licencias para bares o clubes nocturnos, y hoteles donde hay prostitución atraen a ladrones, comercializadores de drogas y otros personajes de mal vivir, y hacen suyo el lugar. Las laxas reglas de migración permitieron que bandas organizadas ingresasen al país; también está el hecho de que muchos jóvenes sin trabajo se dediquen a comerciar droga o meretricio. En este sentido, la restricción municipal para ciertos negocios y la presión de autoridades hacia ciertas formas irregulares de asociación (como los hacinamientos en parques) deben ser coactados y trabajar con los vecinos para ejercer una mayor coerción social y económica sobre negocios irregulares.