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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 5 de mayo de 2019

SINTRA, EL VIAJE HACIA LOS SUEÑOS REALES






Lunes 14 de enero. Últimos días en Lisboa, últimos días en Portugal.
El lunes, luego de una semana recorriendo el Norte y Sur portugueses, decidimos dedicarnos a hacer cosas caseras y hacer compras para preparar el retorno de Maria a Perú. Nos fuimos a un gran supermercado a comprar todo lo que iba a traer en sus dos maletas: bacalao, vino, ingredientes con los cuales nos tiene a todos sorprendidos con sus recetas bajo la manga. Compramos, además, cosas para Soraia, quien se tenía que apertrechar para todo el año prácticamente. También fuimos a la FNAC a comprar muchas películas, un total de 18, que aún no acabo de verlas todas. Había comprado algunos CD de música popular y culta. Iba bien premunido. Ese lunes fue todo un día casero.
Martes 15. Este día nos íbamos hacia el oeste de Portugal, nos íbamos hacia Sintra y Cascais. Salimos temprano para que no nos gane el tráfico y poder aprovechar una visita a estos dos fascinantes lugares. Comenzamos con Sintra, una ciudad que tiene tantas cosas para ofrecer y de las cuales solo pudimos visitar tres: Castelo dos Mouros, Palacio de la Pena y el Palacio Nacional de Sintra. Queda pendiente el Palacio de Regaleira, el cual tiene unos jardines alucinantes que parecen haber inspirado el film El laberinto del fauno. Fuimos al Castillo de Sintra o Castillo de los Moros, restos de un recinto amurallado hecho por los árabes durante los siglos VIII y IX. Es interesante destacar que muchos identificamos la invasión musulmana del siglo VIII a través de la historia de España. Pero Portugal fue también un país sometido en su totalidad y muchos espacios que estuve visitando en la zona norte y sur del país lusitano quedan evidencias de esta ocupación. En una revista que Maria me trajo desde Portugal, Visão História, en un número especial sobre las cruzadas (No. 26, diciembre 2014), las cruzadas tuvieron dos frentes: la conquista de Medio Oriente y el otro era la península ibérica. La historia no trata a la reconquista como una suerte de prolongación de las cruzadas cristianas para recuperar Jerusalén. Según los datos históricos, las cruzadas empezaron en el 718; hacia el 750 se recuperó Porto. En 1064 se recupera Coimbra y en 1147 se conquista Lisboa por manos de Afonso Henriques, a la postre el primer rey de Portugal, y que fue el único logro de la Segunda Cruzada. La reconquista de la península ibérica es vista también como una de las principales cruzadas del mundo cristiano, una de las cuales se hará, como veremos en mi visita en Francia, contra los mismos cristianos que se habían desviado a la religión oficial, los cátaros, y que protagonizará una de las masacres más terribles en el sur de Francia en ciudades como Bézier, Carcasona o Montsegur: la cruzada albigense. Esta masacre fue ilustrada como un triunfo en la catedral de Albi en un inmenso mural al costado del altar mayor.





Volvamos a Portugal. Nuestro plan era visitar el Castelo dos Mouros. Ubicado estratégicamente sobre un macizo rocoso del cual se divisa la pequeña ciudad de Sintra y su Palacio Nacional, como también el Palacio de la Pena, al cual iríamos después. Dejamos el auto en la ruta serpenteante que asciende hasta el Palacio de la Pena y sus jardines. En la ruta ves casas palaciegas de mucha gente que ha escogido este lugar para vivir lejos del mundanal ruido. Abrió exactamente a las 9 am. Hay un sendero casi natural de árboles frondosos y densa vegetación que lleva hasta la entrada del castillo fortaleza. Se divisan las murallas con almenaras y torreones que ya son de arquitectura cristiana. Un poco antes de llegar al lugar hay una pequeña iglesia que es un museo en la actualidad. Una vez que llegas al objetivo, ingresas para comenzar a recorrer sus murallas que son la atracción, pues desde estas ves el valle de Sintra, el palacio de la Pena y, sobre todo, el océano Atlántico. Aunque el espacio fue ocupado desde la época de las andanzas griegas por esta península, esta fortaleza es de origen musulmán y fue construida entre los siglos VIII y IX. Interesante es saber que el nombre de Sintra, según una hipótesis, viene de los celtas que llamaban a la luna “Cynthia” y que esta palabra haya dado el nombre de Sintra cuando la llegada de los árabes. La etimología es también un buen buceo en la historia, la arqueología, la guerra y la poesía. Hasta la posibilidad que esta zona haya recibido el nombre de Paraíso en su forma árabe. Esta página tiene datos muy interesantes: https://ncultura.pt/historia-do-castelo-dos-mouros/. En los espacios de interpretación y las ruinas que se hallan bajo el centro de acopio se ven los graneros antiguos como las termas y sistema de agua. La belleza está en recorrer las murallas, ver los paisajes y descubrir ese encuentro genial entre la arquitectura y la naturaleza: si no puedas contra la naturaleza, te adaptas a ella; eso se ve en cómo las paredes han respetado el sistema rocoso sobre el cual se hallan. Hay zonas que te evocan a Kuélap por la vegetación y las construcciones de piedra. El punto culminante es acceder a la Torre Real, la que corona todo el paisaje y desde el cual ves otros senderos internos por los cuales puedes descender (o ascender, depende lo que uno esté haciendo en esos momentos). Aquí tienen más datos (https://www.eldiscretoencantodeviajar.com/castelo-dos-mouros-sintra-portugal/).
Llenos de buenas vistas e historia, salimos en dirección al Palacio de la Pena a través de la Estrada da Pena. Preferimos dejar el auto para evitar problemas de estacionamiento. No es un ascenso tan pronunciado por lo que la marcha no fue tan penosa, pues cargar las cámaras más la ropa para la estación te puede complicar un poco las cosas. Sin embargo, llegamos a la boletería rápidamente; en el trayecto vimos a más gente que hacía lo mismo que nosotros. La historia de este lugar es alucinante, así como el palacio en sí. En el lugar hubo una serie de espacios religiosos: primero una capilla dedicado a Nuestra Señora de la Pena, de ahí el nombre; luego hubo un monasterio dirigidos por los Jerónimos desde siglo XVI, abandonado por un terremoto (imagino el del 1755 que destruyó Lisboa). Fue la visión de Fernando II quien quiso cambiar el lugar, la visión de esos monarcas, como Luis II de Bavaria (Ludwig II von Bayern) quien mandó a construir ese palacio soñado de Neuschwanstein (http://www.neuschwanstein.de/spanisch/luis/biograf.htm) y que apoyó para que Wagner lleve adelante sus impresionantes óperas. Algo así, de locuras y arrebatos, surgen estos castillos por el mundo. Este lugar abandonado lo ocupó Fernando II desde que lo visitó en 1838 y usó la estructura antigua para comenzar desde esta. La estructura se identifica con el color rojo y las ampliaciones posteriores en amarillo. Por eso mantiene esos dos colores. El rey tenía buen gusto e incluso practicaba cerámica y pintura, y algunas de sus obras se ven en diversos espacios del museo. Amaba los vitrales, por eso hay varios en diversos lugares. Con todos los espacios, sin contar los jardines y viendo los detalles del lugar, te puede tomar un par de horas la visita. Y los merece. Aquí más datos para ahondar (http://www.viajeuniversal.com/portugal/sintra/pena/historiapalaciopena.htm).  Más detalles de este bello lugar (http://www.historiadeportugal.info/parque-e-palacio-da-pena/).








Una vez terminado el recorrido, fuimos a recoger el auto y desde ahí descendimos a Sintra para encontrarnos con un amigo de Maria que había sido su jefe en la empresa alemana en la que trabajaron por años hasta que la empresa se mudó a China. Tuvimos un buen almuerzo, su amigo nos sugería los buenos platos para almorzar. Una vez concluido este nos dirigimos hacia el Palacio Nacional de Sintra. Hay tantas cosas por ver. Y nos faltaba Cascais. Apretamos el paso para ir a la villa de Sintra. Antes de visitar el palacio, fuimos a ver una tienda que venden postres tradicionales, esta estaba llena. Pero salimos comprando varios para comer ahí y llevar a Soraia. La tienda se llama Piriquita. Luego nos fuimos directo al palacio. Lo que descuella por sobre todo es el par de chimeneas cónicas. Este es uno que aún mantiene su espíritu medieval. Fue originalmente un palacio musulmán, luego pasó bajo dominio cristiano y recibió los cambios estéticos manuelinos (estilo portugués). Llamado también Palacio da Vila, fue la residencia de verano de la familia real portuguesa hasta la instauración de la república. Hay varias zonas interesantes. No es tan impresionante como Pena, pero está más cargado de historia, pues una ocupación real desde el medioevo musulmán hasta la culminación de la realeza en el Portugal moderno. No hay sitio en todo Portugal que tenga esta continuidad ( https://www.ecured.cu/Palacio_Nacional_de_Sintra). Los lugares más destacados en la Sala de los Escudos al igual que el de los cisnes y de los cuervos. Todos esos detalles se ven en los techos de las respectivas salas (http://www.enelmundoperdido.com/2014/09/visitar-el-palacio-nacional-de-sintra/). La visita te puede tomar una hora por lo menos y hay muchas habitaciones en las cuales debes de tomarte tu tiempo para ver el decorado como los muebles que preserva este patrimonio de la humanidad.





Nuestro último objetivo era Cascais. Ya era un poco tarde por lo que salimos rápidamente. Cascais es un gran balneario marítimo que está sobre el Atlántico. Tuvimos oportunidad de caminar por su marina, pero la luz se estaba yendo rápidamente. Regresamos a Lisboa por la N6. Así terminamos este intenso día con Cascais pendiente.







DESBARAJUSTE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 05 DE MAYO 2019)


Los políticos peruanos que pueblan nuestro alicaído Congreso han entrado en la fase de caída libre. Congresistas desaforados o implicados en posibles escándalos delincuenciales (casos Becerril o Velásquez Quesquén en Chiclayo) son noticia cotidiana, generando un desmedro permanente en su credibilidad. Salvo contadas excepciones, la mayoría de congresistas engrosará la lista de personajes sospechosamente corruptos o cínicos que han ido encubriendo gruesos escándalos para el asombro e indignación de la opinión pública y del Poder Ejecutivo.  O simplemente de anónimos perfectos.
Hagamos un poco de historia. El actual Congreso fue electo en las elecciones de 2016. En ese entonces, la composición de este era la siguiente: Fuerza Popular (FP) tenía 73 escaños; Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad (FA), 20; Peruanos Por el Kambio (PPK), 18; Alianza para el Progreso (APP), 9; Partido Aprista Peruano (APRA), 5; y Acción Popular (AP), 5. Recordemos el accionar de este primer congreso con una mayoría fujimorista más el abierto apoyo del APRA, los cuales tomaron una actitud  hostil permanente desde el momento en el que su líder, Keiko Fujimori, actualmente presa, no reconoció la investidura del nuevo presidente de entonces, Pedro Pablo Kuczynski, en la actualidad bajo arresto domiciliario. Tras tres años, tenemos: 55, FP; 9, PPK; 10, Nuevo Perú; 7, Cambio 21; 7, Concentración Parlamentaria; 9, FA; 8, APP; 6, AP; 5, APRA; 5, Bancada Liberal; 5, Unidos por la República; y 3 como no agrupados. Una atomización iniciada no bien ellos empezaron a legislar (si cabe el término) y que quiso ser contenida por el partido que más pérdidas ha sufrido desde el indulto a su jefe “ideológico”: Alberto Fujimori. Lo demás ya es historia conocida. El otro caso es el de congresistas desaforados. La historia del Congreso peruano tiene muchos casos, así que el de Edwin Donayre no es el único; pero sí es descarado el blindaje absurdo por parte de varios colegas suyos. Y más escandaloso aún, el hecho a todas luces que le ha permitido fugarse de la justicia peruana. Recordemos que tres integrantes de FP, entre ellos Kenji Fujimori, casi son desaforados por el pedido insistente de sus mismos compañeros de banca. Interesante es recordar que la excongresista Tula Benites fue desaforada en 2008 por haber contratado un empleado fantasma. Imaginar que dos de sus compañeros, Del Castillo y Mulder, arrastran evidencias de lo mismo e, incluso, se archivó la investigación del primero. De los suspendidos por acciones dolosas, basta nombrar que a estas alturas se debe de estar reintegrando Moisés Mamani. Huelga comentario alguno.
Odebrecht ha abierto un gran forado. El informe Lava Jato de Rosa Bartra queda como un escándalo mayúsculo. Pero también están los aportes económicos durante campañas electorales a diversos congresistas. Quizás eso explique la cerrada oposición a la colaboración eficaz que está preocupando a más de uno. Quizás.

domingo, 28 de abril de 2019

ALENTEJO, ALGARVE, EL SUR DE PORTUGAL, VIAJE A LA AMISTAD Y A LOS RECUERDOS






Sábado 12 de enero. Sur de Portugal. Días atrás me había comunicado con mi ahijada Vanessa Weber, quien ya vivía hace varios años en Portugal. Con el tiempo, mis compadres, Sophie y René, también levantaron su casa en Lima y se mudaron hacia el sur portugués, en Tavira. Estando en Portugal, era una buena oportunidad de reencontrarnos. En Porto vive otro amigo de los tiempos de la PUC, Diego Martínez Lora, quien por lo visto tiene un restaurante. Luego me iría a enterar que una exalumna mía del colegio Fleming, Gisela La Cruz, vivía en Cascais. En un segundo viaje, me “nivelo”. Maria coordinó todo para que salgamos temprano ese día hacia el sur. Esta vez nos íbamos cruzando el puente 25 de abril y tomar algunas de las buenas autopistas que tiene Portugal que comunican casi todas las ciudades y pueblos de norte a sur, de este a oeste. Tomamos la A2 y conectamos con la A6 con destino a Évora. Los peajes son caros, pero necesarios para mantener este sistema activo y, de paso, poder sostener el sistema nacional de carreteras que se usa en paralelo. Lo que sí se ve cada vez más es la supresión de puestos de trabajo, puesto que los peajes son cada vez más automáticos. Hay zonas en donde ya no hay persona alguna, salvo el sistema de vigilancia o ni eso. Aquí dejo algunos datos (https://www.guiadeviaje.net/portugal/carreteras-peajes.html). Otro más detallados que indican dónde hay peajes manuales y dónde los electrónicos (https://mochilerosdospuntocero.com/tips-viaje/transporte/guia-autopistas-peaje-electronico/).
Ahora nos íbamos al Alentejo (Más allá del Tajo) y a Algarve. El camino a Évora y hacia el Sur en general, es bastante diferente al del Norte. En la ruta norteña hay más población, más pequeños pueblos que surgen en el camino. Hay más tráfico, por ende. Hicimos un alto en el camino para tomar café y cambiar la conducción. Al llegar a Évora, nos dirigimos al casco urbano antiguo para hacer las respectivas visitas. Como Évora es una ciudad que se halla en una zona alta, serrana, el frío es más fuerte que en Lisboa. Una vez parqueado el auto nos dirigimos a nuestro primer objetivo: las ruinas del templo de Diana (también conocido como el Templo romano de Évora), cerca del corazón de la ciudad. En el trayecto cruzamos algunas iglesias, calles y plazas muy bien conservadas por lo que esta ciudad, la “ciudad museo”, es considerada Patrimonio de la Humanidad, y con justa razón. Las ruinas romanas demuestran que esta ciudad tiene una historia vasta de ocupación. Este monumento, posiblemente construido en homenaje de César Augusto, fue ocupado de manera prosaica para las bases de un castillo medieval y posteriormente para una carnicería. Vaya uso de la historia. Felizmente ahora está rescatada esta interesante obra en la que se ven columnas corintias y que tiene por capiteles otros instalados posteriormente. Las ruinas son pequeñas y de fácil exhibición, pues están para la visión pública. Más datos aquí (http://www.visitevora.net/es/templo-romano-evora-diana/).



Lo que hay frente a ellas es también muy interesante. Hay un hotel que se llama Pousada (posada) dos Loios, el cual era un convento con una pequeña iglesia, cargada de historia, azulejos y pan de oro: Igreja de San João Evangelista. Ingresamos a esta pequeña iglesia de estilo manuelino para admirar tan bello espacio. El complejo conventual ahora es un hotel de lujo desde 1965. Évora fue una residencia de los reyes portugueses y fue muy importante en el siglo XVI, de ahí el boato de palacios, casas, iglesias y conventos. En el camino nos íbamos a encontrar con otra gran belleza por el gran patrimonio que encierra: Museo de Évora. Este contiene más de 20 mil piezas de corte arqueológico, artístico, religioso, tradicional y político. Un museo que vale la pena visitar, tiene guías de audición y uno puede escoger el camino que desee. Había una exposición temporal, la del escultor João Cutileiro, de quien vimos muchos de sus trabajos en piedra y que se hallan no solo en Portugal, sino en otros países europeos. Aquí más información de este artista (https://observador.pt/2018/12/17/escultor-joao-cutileiro-recebe-distincao-e-formaliza-doacao-de-espolio/) (https://www.msn.com/pt-pt/video/sicnoticias/%C3%A9vora-homenageia-escultor-da-terra-jo%C3%A3o-cutileiro/vi-BBMgtub).






Una vez concluida la visita, dejamos nuestras audioguías y nos fuimos a la catedral vieja de Évora: la Sé (http://www.visitevora.net/es/catedral-evora/). Esta es una construcción que empezó como estilo románico y en el andar del tiempo concluyó como gótica. Un sólido monumento en el corazón de la vieja ciudad, mantiene un riquísimo patrimonio. Es la historia misma de esta ciudad. Contiene un claustro y un museo en el que exponen su patrimonio que no es nada pobre. Hay que ir al piso superior, se asciende por la torre de la mano derecha desde la entrada. No es apto para cardiacos o fumadores. No es tan alto como la torre de la iglesia de Colonia o la Giralda de Sevilla, pero esta es estrecha y un claustrofóbico puede tener sensación de pánico. Aquí más datos de este interesante lugar (https://myportugalholiday.com/es-evora/catedral-se-evora-es.html). 










El tiempo corría rápido por lo que nos dirigimos a ver la Iglesia de San Francisco (São Francisco) y su interesante osario (como el Convento de San Francisco de Lima); no solo la iglesia y el convento son interesantes, sino que la máxima atracción aquí es la Capilla de los Huesos (Capela dos Ossos) (https://myportugalholiday.com/es-evora/capela-dos-ossos-evora-capilla-de-huesos-es.html). Es interesante anotar que casi todos los monumentos religiosos fueron secularizados en 1834, algunos de los cuales nunca volvieron a sus congregaciones de origen. En el caso de esta iglesia, sí retornó a la orden franciscana. La construcción de este convento data del siglo XIII. Cuenta con un bello claustro y la iglesia es de apariencia sencilla, pero sus altares laterales están llenos de pan de oro e importantes estatuas religiosas. Esta fue la última visita, pues aún nos quedaba un buen tramo a nuestro objetivo final de ese día: Tavira. Aquí tienen más información de Évora en general (https://www.publico.es/actualidad/evora-historia-del-alentejo.html) (http://www.visitevora.net/es/evora-unesco-patrimonio-mundial/) (https://www.youtube.com/watch?v=aEzJ1Fm0fXU)








Tomamos la ruta hacia Beja donde hicimos un alto, no sin antes habernos perdido un tramo, pues se quiso ir por una ruta alterna para dirigirnos al sur. Llegamos a Tavira bastante tarde. Fuimos a casa de mis compadres con quienes no nos veíamos por años. Simpático ambiente familiar, cenamos recordando los buenos momentos en Lima y los planes de cada uno. Maria estaba encantada con ellos. Luego de la larga sobremesa, nos fuimos a dormir para que al día siguiente podamos disfrutar la ciudad y regresar cómodamente a Lisboa.
Domingo 13, desayuno contundente luego de una buena ducha. El plan era ir a Cacela Velha, camino hacia Huelva, España. La frontera está muy cerca y es una natural: el río Guadiana. El lugar tiene todo un pasado musulmán, algunas calles mantienen tanto nombres en portugués como en árabe, tiene una fortaleza (estaba cerrada) una pequeña iglesia medieval reconstruida tras el fuerte terremoto de 1755 que desoló Lisboa. Desde ahí veíamos las albuferas, las cuales surgieron por los desplazamientos y hundimientos a causa de ese famoso terremoto del 1 de noviembre. Fuimos a su simpático cementerio. El día estaba brillante, esplendoroso; el mar se veía tras la albufera. Aquí más datos del lugar (https://www.naturalezayviajes.com/2016/06/cacela-velha-algarve.html).





Luego nos fuimos a caminar a Tavira, pues no la conocía. Es un pueblo lleno de extranjeros, varios retirados ingleses, que han encontrado un refugio tranquilo para descansar. Es interesante, en la iglesia más grande, la Santa Maria do Castelo, ofrecen servicios religiosos en inglés, imagino para los feligreses católicos de esa nacionalidad. En todo el tiempo que estuve en Portugal, las noticias se centraban mucho en el famoso Brexit, el cual ya está por cumplirse y que está trayendo todo un gran quebradero de cabeza para los europeos. El gobierno portugués, que se vería muy afectado, ha propuesto varias condiciones especiales a los ciudadanos ingleses, pues estarían en una suerte de limbo; y esas retribuciones también esperan los portugueses y demás europeos que están estudiando o trabajando en territorio británico. En España se hacen la pregunta con los habitantes de Gibraltar, por ejemplo. Portugal es un refugio para muchos europeos retirados que buscan un país cálido (no es zona muy fría, pese a ser invierno) y que tengan una buena calidad de vida. Alguna vez se pensó en territorios en Perú, pero la violencia, falta de infraestructura y el deterioro de calidad de vida por el excesivo centralismo limeño no ofrecen buenas garantías que podrían darse en zonas como Tarapoto, Tumbes o la costa de Piura; incluso zonas como Arequipa o Trujillo serían ideales por no tener climas extremos. La caminata por Tavira fue amena, es una pequeña ciudad cargada de cultura, ideal para la familia Weber que ha decidido quedarse ahí. La ciudad tiene el corte antiguo medieval y musulmán. Calles estrechas, tortuosas, que ascienden y bajan. Una vez terminada la visita a algunas iglesias, nos fuimos a ver el Castillo de Tavira. Paseamos en sus muros defendidos por paredes gruesas y almenaras para los arcabuces. Aquí más detalles (https://miscastillos.blog/2017/09/14/castelo-de-tavira/). Las casas de la ciudad son simpáticas, hechas para el fuerte calor veraniego y el tenue frío amainado por el Atlántico. La ciudad está atravesada por un río pequeño, pero con caudal permanente: el Gilão. Este río tiene un puente de origen romano y otro más moderno, ubicados en el casco histórico. Hay un puente ferroviario muy antiguo que permite el acceso de un tren antiguo simpático que viene desde Fuseta. Hay una gran torre de agua que ya está en desuso y, lejos de haber sido demolida, se ha convertido en un centro cultural. Algo ingenioso. Sería ideal que muchos promotores turísticos y culturales se den algunas vueltas para poder ver algunos proyectos concretos interesantes y que puedan ser adaptados a nuestro país.  
De ahí nos fuimos a almorzar, este iba a ser la sorpresa de mis compadres: nos fuimos a Santa Luzia, una suerte de balneario lleno de restaurantes cuya especialidad es el pulpo (polvo, en portugués). Y sí que fue toda una orgía de sabores. Mesa colorida, bien rociada. Buena conversación. Pero ya el tiempo se nos estaba haciendo corto, nos quedaba poco tiempo. Llegamos a su casa para recoger nuestras cosas y el auto para regresar a Lisboa: un fuerte abrazo, gestos para preservar la amistad de años y que las distancias no cortan. Tengo que volver.
Así retornamos a Lisboa, en el camino nos turnábamos la ruta. Una sola cosa nos molestó: tanto a la ida como al retorno, el brillante sol nos daba de lleno cuando nos dirigíamos por la A22 hasta llegar a la 62, que indicaba el “ascenso” hacia Lisboa. Llegamos a Lisboa cerca de las 9 de la noche. Un buen y sentido viaje.
Desde el lunes 14 hasta el jueves 17 íbamos a visitar lo pendiente en Lisboa. El 18 me iba para Francia.







POLÍTICA BARROCA A LA PERUANA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 28 DE ABRIL)

En mis clases de Lengua de antaño con Luis Jaime Cisneros en las aulas de la PUC, leíamos un interesante texto de Luis de Góngora y Argote: el panegírico al Duque de Lerma. En este, todo el pensamiento y la técnica del mundo barroco llega a su máximo esplendor. La construcción barroca, abigarrada y confusa de primera impresión, “estiraba” el lenguaje para ver todas sus posibilidades. Pero, el enrevesado texto ensalza a uno de los personajes de más dudosa conducta y en el que la corrupción, promovida por él y sus hombres de confianza, comienza a socavar la corte española.
En los últimos años, nuestra lengua, la de la geografía humana peruana, ha ido adquiriendo raras excepciones y eufemismo, gracias al dilecto grupo de políticos y personajes de otras ramas (periodistas, empresarios, religiosos, gente de otros quehaceres o de la farándula). Desde “no se cayó, se desplomó” a las nuevas acepciones del robo generado por la corrupción o “prisión preventiva”, las palabras se han ido estirando hasta límites insospechados. Estamos, pues, ante una nueva explosión del barroco lingüístico no generado por poetas o literatos, sino, en nuestro caso, por personas que exploran, por así decir, una suerte de “resiliencia” de las palabras. Diversos personajes políticos construyen nuevas versiones para justificar a sus líderes, los cuales se hallan, cada vez, más envueltos en gruesos escándalos comprobados de corrupción; por tal motivo, se dedican a explorar algún vacío semántico al cual aferrarse para “salvar” la dignidad de la cabeza de su vapuleado partido o institución. Ejemplos, como “no lo nombró”, surgen como una extrema explicación para justificar lo indefendible. También está la omisión intencionada o accidental de incluir a todos aquellos personajes sobre los cuales recae la descripción adecuada para ser identificados y posteriormente recibir la sanción justa. Muchos medios y periodistas están obviando al poderoso mundo empresarial (por ejemplo, el famoso Club de la Construcción o la CONFIEP), puesto que muchas personas se juegan sus puestos, su razón de vida, entorpeciendo investigaciones para llegar a la verdad. Es más fácil exponer a un personaje público, como lo es un político, que a otros que mueven hilos más gruesos y silenciosos en el oscuro manejo del país.
Otros elementos más están jugando en esta interesante creatividad lingüística: la condición relativa de los actos. La prisión preventiva de los Humala, vista como un acto de justicia para la comunidad oficial y de oposición de todos entonces, se ha ido decantando en un acto de lesa humanidad y exceso una vez que los implicados y sancionados son otros. Declaraciones de políticos desgarrándose las vestiduras rozan lo ridículo, habida cuenta que se tienen muchas evidencias que contradicen su posición.
El mundo político peruano está hecho pedazos. Y caerá, pese a su búsqueda de sobrevivir. ¿Y qué estamos haciendo como sociedad civil ante esto?

domingo, 21 de abril de 2019

EXTREMOS DESPROPORCIONADOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 21 DE ABRIL)


Dos eventos, uno internacional y otro nacional han permitido dar riendas sueltas a la desproporción que puede generar la pasión y la obsesión. 
El primero ocurrió el lunes: el incendio de Notre Dame. Un voraz incendio causó daños severos a uno de los patrimonios culturales y artístico para los franceses, europeos y la humanidad. La impotencia al verse consumir 800 años de historia se comparó a los daños irreparables del Museo Nacional de Brasil en el que los brasileños perdieron en pocas horas miles de años de su historia. Muchos mirábamos consternados aquel monumento que había resistido tantos embates de la historia para caer casi derrotado por un descuido en la era de las precauciones. Pero hubo algunas reacciones que asumieron una perspectiva totalmente sesgada: ver a Notre Dame como un espacio únicamente religioso. Es como pasa aquí con la reciente destrucción de muchos geoglifos en la quebrada de Santo Domingo, los cuales son vistos como objetos vetustos que “frenan” el progreso económico de un puñado de personas. La simplificación de las cosas genera percepciones erróneas y crasos errores, que incluso pueden provocar hechos lamentables como este último.
El segundo sucedió el miércoles último. El expresidente Alan García se suicida para evitar la prisión preventiva que se dictó en el marco de la investigación de corrupción que lo involucra como a otros miembros de su partido. Este acto ha abierto un sinfín de riesgos peligrosos para la sociedad peruana: desde el extraño ensalzamiento del suicidio en una sociedad que lo censura hasta la posibilidad de continuar con las investigaciones del caso Odebrecht. En el marco de las pesquisas de este caso hasta la fecha, AGP se veía involucrado en casos de corrupción. La puerta se abrió con los dudosos pagos para una conferencia. El escándalo estalló con el caso que involucran a Luis Nava y Miguel Atala, quienes también reciben la prisión preventiva. El suicidio de AGP ha generado una crisis de psique social al colocarnos en un conflicto de intereses de una sociedad religiosa que no promueve la muerte inducida, negando incluso la eutanasia. Por otro lado, el golpe cultural que se recibe, sobre todo en lo educativo. Muchos niños y adolescentes han formulado preguntas a sus mayores y, pronto, a partir del día lunes 22, muchos docentes recibirán una andanada de preguntas sobre lo acaecido este miércoles. Las opiniones vertidas estos días han sembrado muchas dudas entre los jóvenes. Estamos ante un caso de evasión extrema por parte de una persona.
Ahora es el momento del partido aprista de recomponer sus cuadros. Hay que permitir el curso de las investigaciones para comprobar si su líder estuvo o no involucrado en actos de corrupción; y de ser cierto, el ser capaces de enmendar su error histórico por haber crecido en la negación de una imagen corrupta de su líder, salvo una colusión implícita con AGP con sus posibles negociados turbios.