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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 5 de mayo de 2019

DESBARAJUSTE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DE TRUJILLO DOMINGO 05 DE MAYO 2019)


Los políticos peruanos que pueblan nuestro alicaído Congreso han entrado en la fase de caída libre. Congresistas desaforados o implicados en posibles escándalos delincuenciales (casos Becerril o Velásquez Quesquén en Chiclayo) son noticia cotidiana, generando un desmedro permanente en su credibilidad. Salvo contadas excepciones, la mayoría de congresistas engrosará la lista de personajes sospechosamente corruptos o cínicos que han ido encubriendo gruesos escándalos para el asombro e indignación de la opinión pública y del Poder Ejecutivo.  O simplemente de anónimos perfectos.
Hagamos un poco de historia. El actual Congreso fue electo en las elecciones de 2016. En ese entonces, la composición de este era la siguiente: Fuerza Popular (FP) tenía 73 escaños; Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad (FA), 20; Peruanos Por el Kambio (PPK), 18; Alianza para el Progreso (APP), 9; Partido Aprista Peruano (APRA), 5; y Acción Popular (AP), 5. Recordemos el accionar de este primer congreso con una mayoría fujimorista más el abierto apoyo del APRA, los cuales tomaron una actitud  hostil permanente desde el momento en el que su líder, Keiko Fujimori, actualmente presa, no reconoció la investidura del nuevo presidente de entonces, Pedro Pablo Kuczynski, en la actualidad bajo arresto domiciliario. Tras tres años, tenemos: 55, FP; 9, PPK; 10, Nuevo Perú; 7, Cambio 21; 7, Concentración Parlamentaria; 9, FA; 8, APP; 6, AP; 5, APRA; 5, Bancada Liberal; 5, Unidos por la República; y 3 como no agrupados. Una atomización iniciada no bien ellos empezaron a legislar (si cabe el término) y que quiso ser contenida por el partido que más pérdidas ha sufrido desde el indulto a su jefe “ideológico”: Alberto Fujimori. Lo demás ya es historia conocida. El otro caso es el de congresistas desaforados. La historia del Congreso peruano tiene muchos casos, así que el de Edwin Donayre no es el único; pero sí es descarado el blindaje absurdo por parte de varios colegas suyos. Y más escandaloso aún, el hecho a todas luces que le ha permitido fugarse de la justicia peruana. Recordemos que tres integrantes de FP, entre ellos Kenji Fujimori, casi son desaforados por el pedido insistente de sus mismos compañeros de banca. Interesante es recordar que la excongresista Tula Benites fue desaforada en 2008 por haber contratado un empleado fantasma. Imaginar que dos de sus compañeros, Del Castillo y Mulder, arrastran evidencias de lo mismo e, incluso, se archivó la investigación del primero. De los suspendidos por acciones dolosas, basta nombrar que a estas alturas se debe de estar reintegrando Moisés Mamani. Huelga comentario alguno.
Odebrecht ha abierto un gran forado. El informe Lava Jato de Rosa Bartra queda como un escándalo mayúsculo. Pero también están los aportes económicos durante campañas electorales a diversos congresistas. Quizás eso explique la cerrada oposición a la colaboración eficaz que está preocupando a más de uno. Quizás.

domingo, 14 de abril de 2019

CINISMO LEGAL /ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 14 DE ABRIL) EL DEPLORABLE CONGRESO PERUANO

La RAE dice de la palabra “blindar”: Proteger exteriormente con diversos materiales, especialmente con planchas metálicas, una cosa o un lugar contra los efectos de las balas, el fuego, etc. La RAE también sugiere su sentido figurado, el cual se entiende como una protección de una persona o idea; se sugieren diversos sinónimos, entre ellos, fortificar y atrincherar. En el mundo político peruano, como en el del hampa, ha ido adquiriendo una nueva acepción: encubrir.
Las gestiones de encubrir actos delictivos de algunos congresistas de diversas tiendas políticas, bajo el manto de la legalidad, han hecho debilitar cada vez la credibilidad en el Congreso de la República, uno de los principales poderes del Estado, así como su real capacidad para actuar frente a los problemas que aquejan a nuestra nación. El grueso de congresistas maneja diversas estrategias que les permite cierta eficiencia con el fin de “avalar” a colegas que reciben denuncias de toda índole y que generan un rechazo en la opinión pública, no solo nacional, sino internacional. Tanto denuncias de acoso como acciones abiertamente delictivas (tráfico de influencias, indicio de lavado de dinero o robo sistemático) no han hecho sino hacer actuar a muchos integrantes del Congreso con un extraño espíritu de cuerpo, accionar que muestra a una comunidad tan carente de valores positivos, la posibilidad de delinquir descaradamente y recibir muestras de solidaridad partidaria, como las que hemos visto en casos sonados de Yesenia Ponce, Moisés Mamani, Héctor Becerril, Edwin Donayre, Mauricio Mulder, Jorge Del Castillo, Javier Velásquez Quesquén, entre otros más. La pléyade es amplia y vergonzosa.
La presión de la opinión pública hizo “reaccionar” a los dilectos y no les quedó otra que dejar a su suerte a Moisés Mamani y Edwin Donayre; el primero está permitiendo descubrir cada vez más evidencias de ser un personaje forjado en los bajos fondos. Donayre actuó tan “hidalgamente” que no le quedó nada más que llorar al estar solo con su suerte. Becerril ha reaccionado indignado por el, dizque, cargamontón en su contra. Lastimado en su espíritu político ha decidido abandonar estas arenas para el dolor de sus colegas partidarios, no sin antes haber sumido a Chiclayo, junto a sus compinches, en el caos y el abandono de fondos internacionales para mejorar la calidad de vida de una ciudad necesitada de planes costosos de inversión en servicios públicos. El escándalo chiclayano ha embarrado a otros cuestionados personajes como Velásquez Quesquén y Jorge Bruce por las fuertes evidencias de tráfico de influencias. Pero el Congreso sigue siendo el manto protector de evidencias cuestionadas: el archivamiento de la denuncia contra Jorge Del Castillo por parte de la Comisión de Ética (¿?), pese a todas las evidencias, es una muestra más del sentido de impunidad que caracteriza a este Congreso.
Un Congreso para el olvido. Un Congreso para la vergüenza

domingo, 10 de marzo de 2019

ACUSETES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 10 DE MARZO)


La suerte de Yohny Lescano está echada. Las evidencias de acoso sexual, sembradas o no, han sido las suficientes para que este otrora paladín de las causas nobles y justas en nombre del pueblo queden borradas de un plumazo. Ha pasado a engrosar la lista de cadáveres políticos que van quedando de este inefable y lamentable grupo de congresistas y la miasma en que se ha convertido la política en nuestro país en los últimos meses. Lescano, como muchos políticos, hizo su carrera en provincia, entre Puno y Arequipa, y últimamente representó a Lima, como muchos provincianos que se catapultan para conquistar la capital. Así pues, su paso por el Congreso quedará en el recuerdo de haber sido un mañoso más que anduvo por este hemiciclo. Que Lescano haya caído en una trampa es bastante factible. De haber sido ese el hecho, le ha faltado muñeca para manejarlo, habida cuenta de que es un personaje que estaba en la mira de sus rivales. Pero su absurda reacción de echar la culpa a otros sobre un acto que debió haber sido reconocido como suyo lo desdibuja completamente y cualquier explicación ofrecida suya ya es de por sí deslegitimada. Ofrecer las disculpas para resarcir un poco su alicaída posición hubiese sido lo recomendable. Pero iba hundiéndose en un pantano de justificaciones que nacían muertas de credibilidad. Sea desaforado o no, no logrará resucitar después.
La sorpresa grande no ha sido, sin embargo, el hecho censurable de Lescano, sino la reacción de toda la jauría de congresistas (incluso de su bancada) y políticos, quienes han aprovechado de lapidarlo lo más posible y gritar a los cuatro vientos su acto doloso para así desviar nuestra atención o tapar las fechorías que no dejamos de descubrir cada día a través de diversos medios. Las manifestaciones de solidaridad con la periodista acosada han sido tan fingidas, puesto que muchos de estos “solidarios” no tuvieron ningún reparo de proteger a Moisés Mamani e, incluso, humillaron a Lana Campos, la azafata que sufrió la agresión por parte del congresista puneño. Los medios han dado cabida a muchos de estos personajes, notables sinvergüenzas, a exponer su posición sobre el acosador e incluso censurarlo. Por ejemplo, Mauricio Mulder tiene el suficiente descaro de opinar sobre su colega, mientras arrastra evidentes casos de tráfico de influencias por tres trabajadores recomendados. O ver a muchas congresistas de FP salir del hemiciclo, habiendo blindado a Mamani y López Vilela. Este último tuvo la desfachatez de acosar a una colega de su misma bancada: Pilar Noceda. La deplorable actitud de Milagros Salazar de haber dudado de la víctima del acosador puneño, pero poner las manos en el fuego por Héctor Becerril tiene una sola explicación: cinismo.
En el mundo infantil, el acusete es la persona que delata a otro para lograr un reconocimiento por parte de sus mayores o, muchas veces, para ocultar una malacrianza. ¿Cuál es la figura que aplica con estos personajes?

domingo, 1 de abril de 2018

CARNICERÍA FRATERNA (LO QUE SE NOS VIENE ENTRE LOS FUJIMORI ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO 1 DE ABRIL)

La guerra está declarada. Los Mamanivideos van a traer consecuencias insospechadas en el otrora gran (por numeroso) partido naranja. Las técnicas usadas por Moisés Mamani indican que fueron empleadas con el fin de sacar provecho de estas reuniones y recoger el mayor número de evidencias de las negociaciones hechas para la usual compra de votos en cualquier votación en el Congreso. Los famosos lobbies congresales han sido, como los Vladivideos en su momento, expuestos en toda su hechura. Los móviles han cambiado poco.
La pronta defenestración de Kenji y los congresistas registrados en los videos se hará con una repercusión insospechada. De ser cierta la declaración de Kenji, el 06 de abril hará su colaboración para aportar evidencias en una de las investigaciones que ha levantado muchas sospechas en la excandidata presidencial: lavado de activos. Esta situación es una sombra que puede convertirse en una inmensa roca que aplaste la integridad de Keiko Fujimori. Además, cerrará cualquier sospecha que se ha estado barajando en todos los círculos de la posibilidad que estemos frente a un contubernio fraternal con todo el estilo del pasado maestro Montesinos. Si no hay duras repercusiones que permitan a Kenji seguir a flote, tras el ya cantado desaforo, podemos seguir pensando que todo fue una pantomima. Pero demos la conformidad que estamos frente a un fratricidio en ciernes; uno de los dos, sino ambos, va a salir bastante damnificado. La cárcel, en la que otrora estuvo el padre de ambos, acogerá a otro miembro de la dinastía Fujimori. El retorno a la actualidad de Joaquín Ramírez es una gran probabilidad. Otras de las evidencias, para evitar el acercamiento al narcotráfico (tema al cual atañe también Kenji), podrían ser las famosas “compras” de autoridades (ya lo dijo de manera extraoficial) e incluso de los numerosos congresistas trásfugas que coparon las líneas de este partido y que generaron mucho malestar entre sus seguidores que tenían ya sus líderes representativos de base; muchos terminaron postergados y silenciados por un plan estratégico electoral. Este fue el sentir esgrimido por algunos militantes y congresistas que dejaron FP en la primera desbandada previa al grosero negociado del anciano reo. De sentirse profundamente herido Kenji por el artero golpe maquinado por su hermana y seguidores, su participación en la delación contra el partido naranja y su lideresa va a calar hondo. Para muchos será una pesadilla.
Otro punto más se halla en los videos. Lo visto es un accionar frecuente entre los congresistas de este y, quizá, otros partidos; lo hizo FP cuando era un monolítico partido. La pregunta cae por su peso: ¿es una práctica hecha por todos los congresistas y las autoridades departamentales? ¿cuántos hay en esa situación?  ¿cómo se auditan estos procesos? ¿pagos institucionalizados? En la desesperación por destruir al enemigo, el alacrán se ha punzado a sí mismo. Hay que estar atentos.