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lunes, 5 de enero de 2009

HITCHCOCK´ SUSPENSE, THE MASTER




Sobre el cine de Alfred Hitchcock se ha escrito bastante e, incluso, se le ha imputado ser el maestro de la angustia narrativa, de la zozobra. Su obra ha sido muchas veces vulgarizada con el fin de hacerla más “digerible” para el público en general. Sin embargo, la obra del Maestro está más allá de todos los encasillamientos a los que se le ha querido someter para poder hacerla más comercial. En realidad, la técnica visual y la narrativa escenográfica que Hitchcock empleó a lo largo de su cinematografía tenían la intención que el espectador entendiese el plot, la trama, desde un inicio; pero donde radicaba la tensión era en el desarrollo de la misma, los detalles que iban apareciendo, de tal manera que el público iba armando un rompecabezas interesante, envolvente, impostergable. Los detalles ayudan a cerrar un círculo de sospechas, intrigas, casi como una obra literaria de Conan Doyle, no hay lazos sueltos.

La vulgarización de su prolífera obra y el hecho de que hubo algunos filmes deficientes y necesariamente evitables, han ayudado a maltratar la creatividad del genio. Quizá sea sintomático que nuestro maestro jamás haya recibido un Oscar principal al mejor director, pese a que hay varias películas de su filmografía que son parte del patrimonio de obras cumbres del Séptimo Arte. Algunas de sus obras se han vuelto obras capitales de la cinematografía e, incluso, generan secuelas con cierto éxito, más por el mérito de la prima obra que por la calidad de los filmes siguientes; así tenemos PSICOSIS, que generó algo de 5 ó 6 filmes de dudosa calidad, algunos incluso dirigidos por el actor principal, ANTHONY PERKINS. A lo largo de su obra experimentó con técnicas audaces para lograr sus propósitos, tal es el caso de LA SOGA, en la que en su solo plano discurre este film para toda una reflexión filosófica sobre el poder y el crimen. El espectador vive el suspense cuando el profesor de los díscolos alumnos se sienta sobre el baúl donde yace el cadáver de uno de los alumnos; de pronto somos testigos de lo que está sucediendo y eso incrementa nuestra tensión. Es un recurso genial. Cierto es que tiene alguna que otra piecilla hecha con el fin de entretener, pero no deja de tener su huella y ese extraordinario sentido del humor negro, tan british que nunca perdió en su estadía en los Estados Unidos. El rigor de su trabajo se entendió poco en su época, algunos filmes maestros fueron considerados grotescos en un inicio, pero su genio rebelde fue acompañado de un esquema de trabajo riguroso, quizá heredado de la educación jesuita que recibió en su patria cuando joven.

Felizmente su obra puede rebatir cualquier infausta imputación, como la que sufren todos los grandes maestros de cualquier arte. El ensayo que nos presenta Ascanio Cavallo sobre el maestro en la revista La Gran Ilusión (No 9, 1999), habla sobre el colapso de la identidad, que va a ser el leit-motiv de todas sus películas en su etapa norteamericana (aunque también se ve en algunas de las obras en su trabajo realizado en Gran Bretaña, su patria). Pero si hacemos un recuento de las obras más conocidas de nuestro director, veremos que dicho dilema se ve encarnado en cualesquiera de los personajes principales en su carrera filmográfica desde REBECA hasta PSICOSIS. Este grupo de películas nos permitirá tener una visión bastante sólida del trabajo del maestro en los Estados Unidos.

SHADOW OF A DOUBT (LA SOMBRA DE UNA DUDA) 1943 Una película oscura, intrigante, agobiante. Un personaje díscolo y temible encarnado por Joseph Cotten, uno de los grandes actores de Hitchcock, lleva una personalidad bizarra y peligrosa. Cual hombre encantador y atractivo, llega a casa de su familiares y entra rápidamente en el círculo de esta y sus amistades, no sabiendo que están frente a un despiadado asesino; su sobrina ata cabos, pero necesita comprobarlo; al sentirse acorralado, Cotten no duda en deshacerse de su sobrina (Theresa Wright). Tensión pura.

REBECCA (REBECA) 1940 basada en la obra de Daphne de Maurier, le interesó desde un principio, mas el precio de los derechos de autor se volvió imposible; pero el productor David Selznick compró los mismos y se la pasó a nuestro Director. El actor pensado para el papel de Máxime de Winter fue Laurence Olivier, versátil actor de teatro, quien realiza un carácter bastante bizarro (como muchos de los creados por Hitchcock) y una Joan Fontaine (Sra. De Winter) que es acosada permanentemente por la memoria o fantasma de la primera esposa, cuyo nombre lleva el título de este filme. Es la primera batalla en la que productor y director se iban a encontrar para marcar sus territorios; aquél quería una película lo más fiel al best-seller; éste veía en la obra un camino hacia un versión más independiente. Se comenta que el Maestro fue muy intrigante entre todos los miembros de la filmación, para generar un suspense que marcó a la historia de la película y las relaciones que establecen entre todos los personajes.

THE WRONG MAN (IDENTIDAD EQUIVOCADA) 1956 una obra kafkaiana, aunque considerada de aliento menor, austero, habida cuenta que luego le sigue su obra maestra VÉRTIGO; el tema de la pérdida de identidad por diversos factores (en este caso) es el leit motiv de esta película, muy parecida a esta gran obra como lo es MONSIEUR KLEIN de Joseph Losey. Como en EL PROCESO de Kafka, un ciudadano, encarnado por Henry Fonda, se ve envuelto en un problema; pero, a diferencia de Kafka, aquí nuestro amigo se ve envuelto en una equivocación por diversas circunstancias; la reconstrucción de su pasado para poder salvarse conlleva a la destrucción sistemática y dolorosa de la personalidad de su esposa.

REAR WINDOW (LA VENTANA INDISCRETA) 1954 para muchos una obra maestra del voyeurismo, el placer de la persona fisgona, con las impecables actuaciones de James Stewart, como el periodista-fotógrafo L.B. Jefferies, y la siempre bella Grace Kelly, como Lisa Fremont. Una interesante reflexión sobre la cámara-ojo, pero con todo el morbo de la observación acuciosa de una persona acostumbrada a ver la noticia donde no la hay. Para muchos críticos, el papel desempeñado por el periodista es el mismo que gusta hacer el Maestro en cada una de sus películas: la ventana es un mero ecran. Además inicia un trabajo intenso con James Stewart y Grace Kelly como veremos en los siguientes filmes. En una entrevista que le hizo François Truffaut a nuestro maestro, este confesó que le gustaba trabajar con James Stewart cuando quería trabajar en su film más emoción; con Gary Grant trabajaba más el humor.

THE MAN WHO KNEW TOO MUCH (EL HOMBRE QUE SABÍA DEMASIADO) 1955 Este film es un remake, de una extraordinaria versión inglesa de 1934 con Peter Lorre; el escenario cambia de Suiza a Marruecos, el actor fetiche James Stewart y la rubia Doris Day (se dice que Hitchcock tenía una fuerte predilección por las rubias como Grace Kelly o Kim Novak) ambos se ven involucrados como testigos en el asesinato de un agente secreto; todo este asunto les va a acarrear una serie de problemas desde el hecho que su hijo es secuestrado y todo este lío va a terminar en un sala de conciertos y, posteriormente, en una embajada de un país ficticio. Los sucesos se van resolviendo por la pareja y hasta la música juega un papel importante; quizá sea este el hecho por el que la canción que interpreta Doris Day (Qué será) haya hecho famosa esta película.

DIAL M FOR MURDER (MARCA M PARA MORIR) 1955 En realidad a esta película le falta poco para ser una de las obras maestras de nuestro director. Es una adaptación al cine de una obra teatral de Frederic Knott, quien él mismo se encarga de hacer la adaptación para la pantalla; en los principales roles están Ray Milland (Tony Wendice) quien trata de asesinar a Margot, su esposa (Grace Kelly, siempre bella), y trata de utilizar a un ex compañero de colegio, Anthony Dawson. Mark (Robert Cummings), el amante de Margot, sospecha de su rival. Este film tiene la suficiente tensión narrativa, el suspense hitchcockniano, para incluirla entre los clásicos, pese a la débil actuación de Cummings. Pese a todo, mantuvo la integridad de concentración que emplea como un recurso obligatorio el teatro para preservarlo a lo largo de esta película, por eso es un film de pocos escenarios.

VERTIGO (DE ENTRE LOS MUERTOS) 1958 Obra maestra de Hitchcock, es una historia con un espíritu necrofílico policial. La novela base es de dos autores (Pierre Boileau y Thomas Narcejac) de otro gran clásico policial: LAS DIABÓLICAS. Sólo su talento iba cambiando los elementos de sorpresa en elementos de suspense. La película tiene dos partes claramente diferenciadas, cada una más excitante que la otra, engarzados por sus personajes principales (James Stewart y Kim Novak) rodeado con la perfección de la obsesión pura, magistralmente acompañada con recursos técnicos alucinantes, distorsiones de imágenes, etc. De visión obligatoria.

PSYCHO (SICOSIS), 1960. Otra joyita del mundo hitchcockniano, con una de las más soberbias actuaciones en el cine moderno, la de Anthony Perkins, carácter del cual le fue difícil desprenderse (algo así como Jack Nicholson y su representación tanto en Alguien voló sobre el nido del cuco y Resplandor). Norman Bates va a quedar como uno de los personajes clásicos del cine y esa atmósfera que ha querido ser emulada por otros (como el remake de Van Gus o el mismo Perkins, sin éxito). Janet Leigh, pese a su corto papel, hizo una contundente actuación.

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