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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 3 de marzo de 2019

PRIMER DÍA DE CLASES (ARTÍCULO PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA DOMINGO 03 DE MARZO)


Se da inicio del año escolar 2019.  
Como cada inicio del nuevo periodo escolar, este coincide con cambios climáticos drásticos que Trujillo, la Región y el país, están experimentando. Estos están afectando toda actividad humana (económica, cultural, social y la educativa) y, como desafío, tenemos que aprender a convivir con ellos. Estos son una constante que debe de incluirse ya en el calendario anual de Educación (como, imagino, ya se está haciendo en otros rubros como Salud, Producción, entre otros) que obligan a replantearnos algunas propuestas de cambios o adaptaciones con el fin de no paralizar una actividad tan importante para una nación como la educativa.
La infraestructura educativa es un primer escollo a lo largo del país. En Trujillo, muchos planteles de más de tres décadas, aunque sólidos, no fueron pensados para la tropicalización que estamos viviendo. Proyectos como Chavimochic y los cambios dramáticos vividos en las últimas décadas han motivado la presencia de mayor humedad, la que nos exige hacer una revisión sesuda de la infraestructura escolar. Ya no es necesario tener un Fenómeno del Niño en la Región para tener lluvias. Las tenemos casi todos los veranos. Hay que hacer severas modificaciones en edificios, en sus aulas y partes administrativas. Debemos de contar más con áreas verdes, una buena arborización para tener sistemas frescos naturales de ventilación que reemplacen un posible equipamiento costoso, imposible de acometer para el Estado. Es tiempo de que buenos arquitectos e ingenieros hagan suyo el reto de mejorar la infraestructura educativa innovando e implementando materiales no costosos. Lastimosamente, todo apunta a que no habrá marcha atrás en estos drásticos cambios (habrá veranos más calurosos y torrenciales, como inviernos un poco más crudos)
En medio de este duro panorama, esta realidad debe de ser incorporada, casi obligatoriamente, como parte de los contenidos educativos; la descripción de esta debe de ser incluso diversos temas escolares transversales para que los estudiantes logren un aprendizaje muy significativo y permita, entre ellos, propuestas de soluciones ante la realidad que se pueda presentar como adversa, pero que, de ser comprendida, puedes hallarse soluciones simples que atenúen estas circunstancias y que respondan a una mayor conciencia ciudadana responsable y solidaria. Por ejemplo, proyectos de arborización tanto en su propio centro educativo, como en el de sus comunidades movilizarían a estudiantes para ejercer presión a desidia y desinterés de autoridades que deberían asumir estos proyectos como suyos. Una circunstancia adversa como esta requiere respuestas colectivas coercitivas.
La educación puede aportar así, a través de sus alumnos y docentes, respuestas constructivas a la adversidad.

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