Terminamos la visita al Museo de Armas de la Nación Tte. Gral. Pablo Riccheri y seguimos nuestra caminata. Estábamos en el barrio Retiro. Antes de dejar la belleza del edificio Paz, preguntamos sobre las visitas que se hacen a la casa y nos comentó el guardián que la reserva se hacía vía internet y que las visitas eran por las tardes. Los siguientes días iban de ser, tanto en Montevideo como en Bs As, de caminata pura. Sólo un par de veces iría a tomar taxi (por las distancias) y no tomé Metro o Buses (buen servicio y en muy buen estado). Bs As es una ciudad extensa. Sólo la zona autónoma (el corazón de la ciudad) es de un poco más de 200 km2 de área y un perímetro de 60 km. Es bastante expandida y está levantada al margen occidental del Río de la Plata; Bs As tiene un gran puerto pluvial, Puerto Madero, que iría a conocer al día siguiente.
Con Miguel nos enrumbamos a un rincón vital para la historia argentina, de la emancipación y de las últimas décadas: la Plaza San Martín. Este espacio tiene varios edificios interesantes. Comenzando por la Casa Anchorena, actual Cancillería Argentina. Bello edificio del arquitecto Alejandro Christophersen. Arquitecto muy en boga a fines del siglo XIX e inicios del XX (hizo también la fachada del Café Tortoni). El palacio Anchorena es deslumbrante (https://www.cancilleria.gob.ar/es/institucional/patrimonio/palacio-san-martin) y muestra todo el poder concreto y sutil de las familias ricas de fines del siglo XIX. Frente al Palacio Paz, el Palacio Anchorena. Semiótica del poder (https://www.lanacion.com.ar/sociedad/palacio-san-martin-anchorena-sus-tres-casas-nid2170708/). Aquí una visión arquitectónica (http://arqi.com.ar/edificio/palacio-anchorena/). Pero, como todo en la vida, hay siempre algo de picante, mucho diría yo, en la historia de cada ciudad. Y los que me contó Miguel es parte de la historia/leyenda urbana de la disputa entre familias poderosas, el choque entre los antiguos y los nuevos ricos. Esta disputa fue evidente y dio como resultado un tremendo edificio: el Kavanagh.
Este fue construido por un despecho y venganza. La historia para entender el porqué de esta edificación en cuanto a su lugar y dimensión sólo puede darse en explicaciones de venganza que se come lentamente y en plato frío: https://historiaybiografias.com/amor_vengativo/. Aquí más detalles de este gran edificio que en sus primeros años era el más alto de Sudamérica (https://www.infobae.com/sociedad/2022/04/14/las-increibles-historias-del-kavanagh-el-lujoso-edificio-donde-no-podra-filmar-de-niro/). Y luego nos fuimos al corazón de la plaza: el monumento de San Martín. Esta plaza tiene una larga historia que está muy ligada a la de la ciudad y de la nación: https://www.lanacion.com.ar/revista-lugares/mas-de-dos-siglos-de-historia-en-la-plaza-san-martin-nid28072021/. Debido a unos actos vandálicos de robos en los últimos años han tenido que enrejar y encerrar a la estatua ecuestre de San Martín, hecha por un escultor francés. Esta estatua también tiene su historia: https://sanmartiniano.cultura.gob.ar/noticia/la-estatua-a-san-martin-en-la-plaza-de-marte-1862/. Mientras tomaba fotos del interesante monumento comentábamos cómo la historia, o mejor dicho los historiadores, iban cambiando de posiciones a medida que se ahondan las investigaciones y se abren otros filones. Miguel me habló de un autor, Agustín Pérez Pardella, quien hace un trabajo biográfico interesante. Miguel tuvo a bien en conseguirme este libro, El Libertador cabalga, y me lo regaló días después. Pérez Pardella fue un prolífero escritor entre cuyas obras está el clásico Camila, obra que fue llevada al cine por la directora argentina María Luisa Bemberg, directora de otro gran filme Mujer de nadie. Pérez Pardella falleció en 2004 (https://www.lanacion.com.ar/cultura/agustin-perez-pardella-nid624077/). Obra que ahora queda en mi colección. Lectura pendiente. Tras ver el monumento del libertador, nos fuimos a otro espacio interesante en esta plaza: el Monumento o Cenotafio a los caídos en Las Malvinas.
Recuerdo que en la capital de Upsala en Suecia en la catedral hay un rincón casi entrando a esta en el que hay una inmensa placa en la que figuran todas las personas que se ahogaron en el ferry Estonia en 1994. (https://www.youtube.com/watch?v=4LUsdCnGxdo) (https://www.youtube.com/watch?v=e437G57qig0). Una placa con todos esos nombres conmueve, pues encierra errores, injusticias y frustraciones de vidas que pudieron salvarse. Y el Cenotafio en la Plaza San Martín recuerda a la larga eso; es un conjunto de placas que recuerdan a 649 muertos, algunos cuyos cuerpos se fueron en el Crucero Belgrano (https://www.youtube.com/watch?v=M_oL0eLkJhA). Tal como comentábamos en la anterior crónica, hay mucho por investigar y seguir abriendo archivos y heridas para una sociedad que vio su orgullo golpeado y mató a muchos jóvenes inexpertos de diversas regiones de este vasto país, verdadera carne de cañón; también está la reacción británica, el ataque al Belgrano, el apoyo de varios países y el fin del TIAR, una suerte de OTAN americana utilizada, como siempre, a conveniencia de los EE.UU. Las Malvinas están en la mente de la sociedad argentina (https://www.educ.ar/recursos/103495/la-construccion-de-la-memoria). Luego de tomar las fotos de rigor y ver a la distancia la Basílica del Santísimo Sacramento, móvil de la venganza de los Kavanagh, nos dirigimos a la Estación Retiro Bartolomé Mitre, un bello edificio construido a inicios del siglo XX e inaugurado en 1915 (https://arteyaires.wordpress.com/2013/09/20/la-estacion-de-retiro/). En el momento de cruzar la Av. Del Libertador, Miguel me contaba de por qué la ciudad tiene por nombre de Buenos Aires: todo surge desde las fundaciones de la ciudad (tuvo dos). Aquí un texto que explica su nombre: https://www.revistawacho.com/por-que-buenos-aires-se-llama-buenos-aires/. Aquí otro interesante, que no dista de lo dicho en el anterior: https://blogs.elpais.com/juan_cruz/2011/10/por-qu%C3%A9-se-llama-buenos-aires.html.
Llegamos a la estación, vimos diversos detalles, según me contaba Miguel, se había inspirado en las estaciones inglesas de la India. El espacio de los rieles y andenería son inmensos. En sus momentos, fue una de las estaciones más grandes y bellas del mundo. La opulencia de inicios del siglo XX. En cuanto al sistema ferroviario, ojalá algún día veamos el sueño de tener trenes surcando nuestro territorio de Norte a Sur y de Oeste a Este. El sistema ferroviario peruano es deplorable en comparación con la de nuestros vecinos del Sur. Y no hay una política de fomento en AL de este transporte limpio, masivo y seguro (https://www.il-latam.com/blog/southamerica-logistics/infraestructura-ferroviaria-en-america-latina/). Luego pasamos al frente en el que se halla la Torre de los Ingleses, ahora llamada Torre Monumental.
Este fue el regalo de la colonia británica residente en Argentina por su centenario de independencia; una torre con un gran reloj (https://buenosaires.gob.ar/torre-monumental). Cuando se hizo el Cenotafio para los caídos en Las Malvinas molestó a la sociedad argentina que se haga este memorial frente a esta torre. Seguimos en nuestro camino, tomamos la Av. Leandro Alem hasta llegar a una farmacia para comprar un par de cremas que había olvidado en Trujillo. El hambre apretaba un poco. Miguel me propone ir a la Av. Corrientes para ir a almorzar a El Palacio de la Papa Frita. Tomamos un taxi para ganar tiempo. El estómago reclamaba y con este no se juega. Además, habíamos caminado bastante. En Corrientes hay numerosos restaurantes y ¡teatros! Y grandes colas para ingresar. Llegamos, después de merodear un poco por algunas opciones nos decidimos por el Palacio; había sitio para nosotros dos (de haber sido más, hubiéramos tenido que esperar un buen rato). Un bife chorizo generoso con una inmensa guarnición de papas y vegetales iba a saciar mi apetito (https://es.wikihow.com/cocinar-un-bife-de-chorizo). Una de las razones por las cuales me gusta una nación es su comida y Argentina es famosa por sus carnes. Y mi colesterol y triglicéridos se lo han agradecido. Pero ¡a disfrutar! (https://www.gastroactitud.com/pista/parrilla-argentina-cortes-de-carne/). Una vez concluido el almuerzo, nos fuimos a mi hotel a dejar los libros que había comprado y recoger las cosas que había traído de regalo a Miguel. Luego nos fuimos a recoger su auto que estaba en un estacionamiento cerca del Gran Teatro Colón. Nos acercamos y conversamos con las personas que ofrecen las entradas para ver las opciones de visita, cosa que haría días después. Recogimos el auto de Miguel y nos fuimos en dirección del cementerio La Recoleta. En el trayecto, Miguel me iba explicando sobre las nuevas construcciones y el interés por incrementar áreas verdes, árboles, jardines, parques abiertos al público. Mientras en Trujillo la gente se preocupa en llenar áreas habitables en losetas deportivas con cemento a reventar y talar árboles para que no tapen su fachada o no permitan que lleguen aves, los bonaerenses han encontrado en esta nueva modalidad una mejor calidad de vida; la gente sale a trotar, a bicicletear, a caminar con los amigos. Otra visión de tu ciudad. Recuerdo las fallidas ciclovías de la gestión edil anterior, ciclovías erradas cuyas varas de madera eran desmanteladas por delincuentes taxistas que se las llevaban a vista y paciencia de la gente. Hay una gran distancia entre el trujillano y el bonaerense en cuanto al dominio del espacio público de su ciudad. Kilómetros de distancia. No es cuestión de dinero, es cuestión de educación cívica. Por el tiempo que había tomado para visitar Buenos Aires y Montevideo, no iba a poder visitar a pie zonas tan interesantes y bellas como el Jardín Japonés (https://jardinjapones.org.ar/) o el Planetario Galileo Galilei (https://planetario.buenosaires.gob.ar/), situación que me obliga a retornar nuevamente. A lo lejos pude contemplar esas bellezas tentadoras y también el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, el famoso MALBA, que contiene una de las colecciones de arte contemporáneo de esta parte del mundo (https://www.malba.org.ar/). Todo está relativamente cerca, un vecindario para visitar un día completo. Miguel buscaba un lugar para estacionar su auto. Bs As es una ciudad con millones de autos; con un buen sistema público de transporte puedes ahorrar mucho, pero también va a ser mejor caminar; y eso es lo que haría los días posteriores. Pero haberme desplazado en vehículo con Miguel te permite ver cuán lejos estamos en nuestro país en cuanto a reglas de tránsito y evocas, además, la terrible calidad del pavimento de ciudades como Trujillo. Uno no puede escapar de las odiosas comparaciones. Miguel encontró un espacio para aparcar. Luego nos fuimos caminando en dirección del cementerio Recoleta. Por la hora, casi las 5 pm, ya estaban por cerrar. Sí vimos la iglesia que colinda, la basílica Nuestra Señora del Pilar (https://historiaybiografias.com/historia_basilica_pilar/).
En realidad, es la ubicación de esta la que va a originar con el tiempo que el cementerio se halla creado en su entorno. Es una pequeña iglesia dedicada al culto de la virgen del Pilar de Zaragoza. Recuerdo en esta ciudad cuando visité su santuario me impresionó el tamaño de este y la pequeñez de imagen que tiene, una suerte de desproporción entre el culto y la estatuilla en sí. Mi recuerdo de ese viaje y encuentro con la inmensa iglesia: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2014/04/zaragoza-la-ciudad-de-augusto.html. La basílica tiene algunas reliquias. Personalmente, es una de las cosas más macabras que todavía se veneran en nuestras religiones: partes del cuerpo de un santo o santa, cráneos, brazos, dedos. Cuando en Saint Sernain de Toulouse el espectáculo es impresionante (https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/07/toulouse-una-segunda-vez.html). La costumbre de las reliquias no sólo se da en la cristiandad, como vemos a continuación: https://culturacolectiva.com/historia/reliquias-importantes-de-la-historia-humanidad/. Hay las reliquias de un joven, Carlo Acutis, quien murió de leucemia y ha sido beatificado (https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2021-01/argentina-reliquia-beato-carlos-acutis-conservada-basilica-pilar.html). Pero hay un altar de reliquias, ubicado cerca de la entrada a la mano derecha. La iglesia tiene bellos altares coloniales, de los pocos que tiene Baires. Al salir, preguntamos sobre los servicios del cementerio, al cual regresaría unos días después. Y para cerrar esta primera jornada intensa, nos fuimos caminando a la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, un edificio impresionante y que alberga diversas exposiciones (https://www.bn.gov.ar/). Y nos íbamos a encontrar con una vinculada a ese espíritu que vincula las reliquias con las nuevas creencias, los nuevos santos, y también con el mundo mágico del terror: Devociones Populares Argentinas (https://www.bn.gov.ar/agenda-cultural/devociones-populares-argentinas-1) y Bestiario Nacional (https://www.bn.gov.ar/agenda-cultural/bestiario-nacional-criaturas-del-imaginario-argentino-1).
Dos exposiciones en un lugar adecuado. Ahí pasamos más de una hora, viendo las imágenes idolatradas de Eva Perón y Maradona con otros santos que pueblan el imaginario popular argentino que traspasa las fronteras sociales. Así como los peruanos tenemos a Sarita Colonia o la Beatita de Humay, la Argentina carga también con una buena cantidad de santos populares que esperan su momento de beatificación y canonización. Un largo camino por recorrer que impone la iglesia que han impedido que Sarita Colonia, por ejemplo, accede a los altares oficiales. Hay un interesante documental de Javier Ponce, La tregua moral, que hay que ver: https://www.youtube.com/watch?v=n13CgLc6uDU. Una vez terminada esta visita le pedí a Miguel para que me deje en el hotel, pues al día siguiente me iba muy temprano a Montevideo a cumplir una promesa, después de tantos años. En el camino de retorno, Miguel me mostró un bello palacio que en la actualidad es sede de la delegación francesa: el palacio Ortiz Basualdo. Gracias a que fue comprada por los franceses se evitó su demolición cuando la Av. 9 de Julio se amplió. Es una maravilla que se salvó de milagro. (https://www.infobae.com/fotos/2022/09/17/25-fotos-del-majestuoso-palacio-ortiz-basualdo-sede-de-la-embajada-de-francia-en-argentina/) (https://www.parati.com.ar/deco/historiasdecemento-palacio-ortiz-basualdo-la-actual-embajada-de-francia-que-es-una-joya-del-beaux-arts-en-buenos-aires/).
Me
dejó cerca del hotel en la Av. De Mayo. Fui a dejar mis cosas y salí a buscar
algo ligero para comer, me fui al Carrefour a comprar algo muy ligero.
Así
terminé mi segundo día en Buenos Aires.