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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 13 de agosto de 2023

DESTRUYENDO CIUDADES (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 13 DE AGOSTO)

 



Salir de la rutina para conocer nuevos lugares hace ver con criterios más amplios el lugar en el que se vive: la infraestructura, el tejido social y sus manifestaciones, la historia de sus habitantes y sus proyecciones hacia el futuro. Estas vacaciones me permitieron visitar varios lugares de la Región Cajamarca.

Esta visita fue una buena oportunidad de ver lo bueno y también los males que acogen a todas las ciudades peruanas, en unas más que en otras, incluida Trujillo. Viajar con amigos que saben de arquitectura y la historia de la región me dio más luces. El centro histórico de la ciudad de Cajamarca lo ha salvado la acción tanto de historiadores y arquitectos, como de operadores turísticos; sin embargo, se ve un acelerado deterioro de varias bellas casonas (como en Trujillo) que son carcomidas por el interior para convertirse en cocheras o tugurios comerciales. Los alrededores de la ciudad sí son clara evidencia del desorden y peligro de cientos de edificaciones que surgen sin ningún criterio técnico producto de invasiones, tráfico de terrenos y corrupción rampante que corroen nuestra sociedad. Ya no sólo es criterio estético, es la seguridad de cada uno de las personas que las habitan y el de la ciudadanía en general. Además, el boom de la construcción en zonas en las que hay poca regulación municipal y profesional hace permisible la construcción en zonas de alto riesgo (faldas de colinas y cerros), tala indiscriminada y ocupación de áreas verdes que son el sustento y, a la larga, la sostenibilidad de cualquier ciudad. Estuve, también, en Bambamarca, Chota (con un inmenso coso de toros), Hualgayoc, Cajabamba, Namora, San Marcos, entre otros lugares. Salvo excepciones como Cajabamba y Namora que tratan de cuidar su centro histórico a duras penas, las demás ciudades ven su antiguo centro sometido a un estrés de construcciones de cemento y ladrillo desafortunadas y riesgosas, cuyas medidas de seguridad deben ser dudosas. Algunas edificaciones con numerosos pisos y vidrios multicolores rompen la armonía de lo que solían ser las plazas cajamarquinas de antaño; y para acentuar la crisis estética, estos monstruos tienen sólo la fachada enlucida. Un mal hábito arraigado en todos los estamentos de la construcción. Comentábamos que, por suerte, no se generaban tantos incendios provocados como suele suceder en otros países; pero la explicación fue triste: como hay tanta permisividad en la invasión de tierras (veamos el ejemplo de Trujillo sin ir muy lejos) no es necesario recurrir a “medidas extremas”. La corrupción lo permite. La proliferación de nuevos barrios residenciales en zonas de cultivo es, como ya he resaltado, una cuestionable decisión que afecta la seguridad alimentaria de la zona, concepto que parece no ser muy relevante para muchas personas, fuera del hecho de que muchas áreas verdes son afectadas por la minería formal (lo vimos en el camino a San Pablo) y, peor aún, la informal.


domingo, 14 de agosto de 2022

AREQUIPA EN SU DÍA

 


Mañana, lunes 15 de agosto, Arequipa celebra un nuevo aniversario de su fundación, celebración en la que la ciudad recuerda su creación hispana, aunque sus orígenes se remontan en el mundo prehispánico sureño. Viví más de una década en esta bella ciudad al desplazarse mi familia norteña por cuestiones laborales de mi padre. Años maravillosos. En 1970, la ciudad experimentó un vuelco en cuanto al tratamiento de la ciudad y el abrir nuevas propuestas para hacer de esta un potencial turístico que trató de involucrar a la mayoría de sus ciudadanos del Centro Histórico. La apertura del claustro de Santa Catalina y la restauración de varios barrios emblemáticos como el de Yanahuara, por ejemplo, significó no sólo el aporte de la empresa privada, sino el apoyo de sus ciudadanos y el poder municipal que hizo suya esta propuesta para crear un nuevo rostro de Arequipa. Fueron años movidos, pero la población hizo suya esta idea y es ese sueño hecho realidad el que ahora muchos visitantes ven de esta ciudad. Desde la señora que salía a barrer un buen tramo de la acera de su casa hasta las autoridades que entendieron que el bien común era el bienestar de todos. Hubo y hay problemas, como en toda sociedad; pero hay que reconocer que la visión de una idea, su planificación y organización, más la presión colectiva (importante) para lograr el objetivo hizo una transformación relevante que han hecho que la ciudad sea considerada una de las más bellas del Perú. No es acción divina, ni regalo de los dioses; es el trabajo colectivo que hace que esta ciudad sea lo que es. Lastimosamente la profunda corrupción de las últimas décadas ha afectado a esa región; pero, pese a todo, es el carácter de su gente, de su visión cívica y ciudadana, de su identidad regional, de su orgullo de pertenencia (esa que tanto usan como caballito de batalla en diversos lugares); todo esto combinado les ha permitido colocarse en un buen puesto en lo económico como cultura y social en el país.

Aunque no soy muy simpatizante del fútbol, escribo esta nota también por la alegría por un equipo de fútbol, el Melgar Fútbol Club, quizás desconocido para la mayoría de personas pendientes de las notas centralistas en los medios. Ese equipo ha arrancado gritos y llantos de alegría a miles de peruanos necesitados de algo positivo mientras los políticos deshacen nuestro país. Que ese puñado de jugadores represente el espíritu de los demás ciudadanos, aquellos que no queremos ser aplastados por la miseria que representa el mundo político. Que los jóvenes tengan un momento de orgullo y satisfacción frente a los fracasos y podredumbre de los personajes de moda en los medios (¿Ya se olvidaron de Kimberly García?). Lima no es la vara que mide el éxito de nuestra realidad. Así como Colombia, Ecuador, Bolivia, Brasil, incluso Chile y Argentina, tienen ciudades contrapesos a sus capitales; sueño el día en que Trujillo pueda convertirse en una. Ojalá llegue a vivir esa experiencia.