Las acciones que uno realiza traen consecuencias. Siguiendo el principio sartriano, una persona siempre es responsable de los actos que realice o deje de hacerlos. Son los actos que acometemos los que nos describen ante los demás como entidades sociales que somos. Las palabras son también actos en potencia como lo son, por ejemplo, las promesas electorales, tan venidas a menos. En los últimos días, hemos visto acciones y anuncios que son un verdadero detrimento de las bases de la débil democracia peruana. ¿Qué es la democracia? Es un “sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho de este a elegir y controlar a sus gobernantes”. Es un sistema político imperfecto, pero que destaca sobre las otras formas, por ser de carácter participativo e inclusivo. Esa debe ser su naturaleza y no desligarse de donde emana su fuerza: la voluntad popular. Esta última se ve reflejada por una serie de medios sociales desde encuestas hasta mítines de apoyo o en contra. Lo que hemos estado viendo en estos últimos días es alarmante, pues son acciones que vienen desde el mismo gobierno en todos sus poderes, bastante impopulares y que viven en un mundo paralelo a la sociedad peruana. Ante el descontento social por el descaro evidente del poder central y el congreso, recurren a medidas peligrosas que dinamitan nuestro sistema democrático y acentúan la peligrosa vorágine de confrontamiento que estamos viviendo ya hace casi una década. En momentos como estos, las medidas extremas deben ser controladas para evitar acentuar esa brecha sociopolítica en la que la sociedad peruana se está hundiendo. El haber recibido al grupo denominado La Resistencia (o La Pestilencia), por parte de la gestión de la cuestionable ministra de Cultura es inaceptable; bajo esa perspectiva, movimientos de extrema izquierda entrarían también en esa promoción de “diálogo” con grupos lumpen en cuya naturaleza el concepto diálogo les es desconocido. Las renuncias y detracciones posteriores son una clara evidencia de la gruesa metida de pata que calza con la impopularidad gubernamental. Pero es lamentable que muchos medios de comunicación no hayan hecho comentarios al respecto. Era urgente parar esto. Los medios alemanes hablan, alarmados, de la elección a la alcaldía de Hannes Loth, candidato del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), xenófobo, nacionalista y cuyos objetivos explícitos ocultos son "eliminar el orden básico democrático libre" y "abolir la garantía de la dignidad humana". La democracia como tal debe crear “candados políticos” para evitar estos juegos peligrosos que permitieron en diversos momentos de la historia que personajes cuestionables como Hitler y varios de los que hemos visto en este siglo hayan subido al poder por su populismo, violencia y bravuconería. Eso debió entender la ¿irresponsable? ministra de Cultura al autorizar tan grueso error que empodera a violentistas y legitima sus trasnochadas ideas. El puesto le quedó grande. Pero sus acciones dejan muchas dudas, muchísimas.
2 comentarios:
Definitivamente vivimos una de las etapas más oscuras del sistema democrático peruano. Y no sólo por aspectos políticos sino por aspectos mafiosos y delincuenciales. El gobierno tomado por asalto por una banda con anuencia del sector sectario racista peruano. Nació este gobierno bañado en sangre ...reafirmando el marxismo científico...El poder nace del fácil...pero no hacia una utopía sino una vergonzante distopia ... da miedo, pena y asco el gobierno nacional ...solo detenido en su avance destructivo por la descentralizacion.
Muy bueno tu análisis Gerardo pero como politólogo acotaria que todo responde a la progresiva e imparable pauperizacion del Estado y la Sociedad Civil pq comprobamos que los dirigentes de estas 2 entidades son cada vez peores lo q contribuye a empeorar año a año a empeorar la catastrófica situación que padecemos con injustificada pasividad y resignación, condenó asimismo la ambigüedad del orate ilustrado que me antecede
..muy amables
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