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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 31 de agosto de 2025

LA CIUDAD QUE NO QUIERE SER (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 31 DE AGOSTO)

 

Durante mi niñez en Arequipa a mediados de los 60, las autoridades municipales de varios distritos, más grupos sociales diversos, vecinos y empresarios, se unieron para convertir a la ciudad en un espacio atractivo para sus habitantes y futuros visitantes. Fue un cambio radical de la ciudad en muchos aspectos, cambio en el que muchos ciudadanos acataron una serie de medidas que incluso, implicaban una serie de recortes a sus derechos individuales en pro del bien común. Aquel fue un punto de quiebre que le ha permitido a esa ciudad ser reconocida como una de las ciudades más atractivas de nuestro país en muchos aspectos. Lo importante a resaltar es que estos cambios fueron consensuados y liderados por diversos líderes políticos municipales convirtiéndose en una suerte de política municipal. ¿Y nosotros? Trujillo pareciera que no tuviera una voluntad de convertirse en una ciudad modelo en nuestro país que signifiquen cambios notables para la sociedad trujillana para bien. Hay ejemplos interesantes como las ciudades que decidieron dar el salto: Medellín en Colombia y Cuenca en Ecuador. El caso más notable para la situación trujillana es Medellín, ciudad que sufría por la violencia del narcotráfico que la convirtió en una de las urbes más peligrosas del planeta. En una decisión política trascendental, los ciudadanos decidieron reunirse para trabajar en conjunto con el fin de cambiar la dramática situación en la que vivían: se reunían para decidir qué hacer, qué trabajar en conjunto, qué ceder y qué respetar del otro para el bien común; gracias a esta actitud colectiva, Medellín se convirtió en una de las mejores ciudades del continente, mejorando su calidad de vida, con grandes centros culturales, museos, centros de inversión y creatividad. Los inversionistas prefieren esa ciudad que la capital, por ejemplo, lo que ha permitido que tenga un mejor desarrollo industrial que Bogotá. Muchos podrían argumentar que el tamaño de Trujillo hace imposible aplicar estrategias colectivas de desarrollo sostenible, pero Medellín triplica nuestra población. Es voluntad política. ¿Cómo lo lograron? Diálogo, inclusividad, liderazgo positivo, persuasión y decisión, nada de populismo; se tiene que trabajar con el antagónico político, el “rival” para lograr este trabajo. Varios técnicos colombianos realizaron talleres y charlas de difusión en Los Tallanes de la desaparecida Marcela García; además, hubo conversatorios con participación activa y permanente de universidades y colegios profesionales trujillanos. Los partidos políticos participantes escuchaban observaciones de profesionales para tratar de construir consenso. Lástima que los espacios de debates de candidatos a la alcaldía y la región hayan caído en desuso. En las últimas versiones, los “ganadores” no se presentaban a estos por autosuficiencia o desdeño a estos espacios. Pésimo concepto del poder. Ahora tenemos la anomia que nos agobia como ciudad.


domingo, 24 de agosto de 2025

CENTRALISMO: CÁNCER PERUANO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 24 DE AGOSTO)

 


El centralismo es una pesadilla peruana que nos lleva al atraso frente a otros países de la región y se compara con otros países que tienen ciudades macrocéfalas en desmedro de las demás ciudades y regiones que lo conforman. Esta situación salta de vez en cuando, pues el mundo de las noticias está más centrado en eventos capitalinos que lo que sucede en tu misma ciudad o, peor aún, en regiones remotas. El reciente incidente de la isla Santa Rosa en la frontera colombo-peruana es un caso que muestra la realidad perniciosa del centralismo. Este incidente, el cual a estas alturas ya muchos se han olvidado, mostró cómo se vive en las fronteras vivas; cientos de compatriotas sobreviven a una cruda realidad, puesto que deben recurrir a servicios básicos como salud en instalaciones mejores implementadas de los países vecinos que las nacionales. En un país, como el nuestro, que ha debilitado la presencia del Estado en muchos planos, nuestros compatriotas optan por lo más práctico y recurrente. Muchos preferían pertenecer a Brasil, pero nuestra hipocresía los exige ser “patriotas”. Recuerdo que, en pueblos fronterizos con Ecuador, los alumnos de colegios nacionales estudiaban con cuadernos y libros de ese país en los que el mapa de ellos incluía Tumbes, Jaén y Maynas; ese era la realidad política geográfica que muchos niños aprendieron por años. Nuestras ciudades y regiones son noticias en el mundo de la comunicación “importante” sólo cuando hay una desgracia u delito notable: la masacre de Pataz y la reciente bomba en una casa de la Av. Perú nos puso en el mapa de la comunicación a nivel nacional e, incluso, internacional. El concepto de los medios sobre el desarrollo del Perú se centra en obras grandes de Lima: son “logros nacionales” el aeropuerto Jorge Chávez (aún cuestionado), el puerto de Chancay (a casi 78 kilómetros de Lima) y la línea 2 del interminable Metro capitalino. Además, se anuncian un tren entre Lima e Ica y una carretera central que parte de Lima, como otros proyectos notables que le van un nuevo “rostro al Perú”. Ese es el imaginario que todos los días se inyecta en la población y la que hace que nuestros jóvenes decidan irse a estudiar a la gran ciudad, las empresas e instituciones migren de sus centros (los casos de la UPN y UCV, centralizadas en la capital) con el fin de “consolidar la marca”; que profesionales vean un mejor futuro (así les paguen mal) en la capital desangrando cuadros académicos y técnicos de regiones como la nuestra en la que profesionales idóneos escasean para puestos públicos. Ni qué decir de empresas privadas que no contratan profesionales locales de diversas ramas (algo así como el huevo y la gallina). Pronto los futuros candidatos prometerán una serie de ofrecimientos lejanos de la realidad sólo con el fin de poder abrir una oficina en la capital y comprarse un departamento. ¿Un ejemplo: cuántos de los anteriores políticos trujillanos viven aquí? ¿Qué plantearán los partidos políticos?

domingo, 17 de agosto de 2025

PERÚ ES CLAVE ¿EN QUÉ? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 17 DE AGOSTO)

 


Circula por las redes un eslogan que trata de destacar diversos logros de la economía peruana y rasgos para fomentar el orgullo de pertenencia; además, se muestran una diversidad de proyectos que catapultarán nuestra sociedad en pleno. Sin embargo, a pesar que suene a aguafiestas, hay una serie de factores que merman y dinamitan, como la reciente explosión criminal en Trujillo, esa buena intención y la frágil sensación de estabilidad macroeconómica difundida diariamente en las redes. La inestabilidad política condensada en la nula popularidad de la presidente Boluarte es el primero de ellos, situación empeorada por su torpe accionar, frivolidad, irresponsabilidad y actitud desdeñosa hacia las consecuencias de sus actos; a todo esto, se añade el hecho de que casi todos los expresidentes peruanos están en la cárcel. El siguiente es el comportamiento vergonzoso de la clase política en general por una serie de leyes cuestionables, como la reciente amnistía militar; por cambios de reglas de juego de la Constitución, la que dicen defender a rajatabla; y por la evidente angurria del poder y corrupción que los moviliza. Esto nos permite entender la treintena de partidos postulantes y la cantidad insensata de candidatos que tendremos en estas elecciones generales del 2026. Es exorbitante, absurdo, un verdadero atentado contra la débil democracia subsistente en nuestro país. La tercera proviene de la segunda: escasa credibilidad de esa clase política, cada vez más mentirosa, egoísta, caótica, inmadura, sin ninguna ideología ni plan coherente de gobierno y con fuertes visos de corrupción. Esto se ve en los recientes escándalos locales que arrastran a APP en su gobernatura regional y municipal, que provocan fuertes deterioros en el bolsón electoral. Imagino que están haciendo un profundo control de daños para evitar cualquier nuevo resquicio que pueda repercutir en los resultados electorales del año entrante. Algunos candidatos lanzan propuestas como del cuestionado tren de cercanías de Lima, envuelto en dudas sin planificación ni estudios. Este hecho es una muestra más del problema de las grandes obras centralistas que se han inaugurado en nuestro país: el aeropuerto Jorge Chávez y el puerto de Chancay. Ambos tienen problemas de conectividad con su entorno, como es el caso del metro en Lima o una buena autopista de interconexión con Ecuador o Chile para transporte terrestre fluido. Propuesta como Corío en Arequipa o Paita en Piura, mejor planificadas en esos detalles, surgen como una solución de este problema, acallado en los medios. Para cerrar con “broche de oro”, la violencia. Las leyes que permiten que todo tipo de corrupción quede impune son una puerta abierta al incremento de toda forma de violencia y las medidas para controlarla no han sido efectivas e, incluso, han terminado por incrementarla como lo evidencian los recientes escándalos en la PNP. Entonces, ¿somos un país clave notable?


domingo, 10 de agosto de 2025

LA CIUDAD DEL CAOS Y LA RARA “TOLERANCIA” (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 10 DE AGOSTO

 


“Pucha, esto está peor que Ucrania o Gaza”. “#&%&, otra calle cerrada y no avisan, estos tarados”. Estas frases y muchas más, cargadas de groserías, cólera e impotencia, son las que se emiten todos los días, salvo los fines de semana, por parte de miles de pasajeros, conductores, peatones, padres de familia, choferes de taxi o de cualquier transporte público. Es la pesadilla cotidiana de trujillanos que se desplazan a cualquier hora a o de colegios, centros de trabajo, bancos o cualquier institución pública o privada en la que uno tenga que hacer alguna gestión. Todo esto se agrava por dos razones: la primera, una escasa o nula información de los planes de intervención, fuera de una clara estrategia de contingencia, lo que obliga a los sufridos choferes a buscar sus propias rutas alternativas y que hacen volar “en pedazos” al más pintado GPS que nos acompañe; la segunda, la nula educación cívica que tenemos como sociedad para situaciones como estas. Uno puede identificar la idiosincrasia de una sociedad y sus gobernantes a través de su tránsito. Bueno, tenemos una radiografía lamentable que nos pinta de cuerpo entero: nada solidarios, bastante egoístas, abusivos. Hablaba con un taxista que me comentaba que, en un principio, él quería actuar correctamente respetando las reglas de tránsito; pero la actitud violenta y salvaje de muchos choferes lo terminaron por doblegar. Al final hizo un par de maniobras temerarias que nos sacó de un atolladero en la Av. Túpac Amaru, en el cual ningún chofer de taxi, camión, camioneta, combi, micro e, incluso, mototaxi quería ceder el paso a otro: todo un nudo gordiano vehicular. Y, por supuesto, ningún policía de tránsito en la periferia. La ciudad se ha plagado de variados cuellos de botellas en los que los ciudadanos tratan de salir del paso a como dé lugar. No quiero imaginar una situación de emergencia y veamos ambulancias o un carro de bomberos sumidos en el caos. Anteriormente vivía en Urb. Primavera, la que he visto que sus avenidas han sido nuevamente intervenidas: ¿desagüe, agua potable, alcantarillado? Un albur. El año pasado fui testigo de la suspensión del trabajo que se hacía en dicha urbanización por falta de pago. Ahora leyendo los graves sucesos que encierran elementos de corrupción en los contratistas “fachada”, un vox populi silencioso, se puede temer que esta oleada de subsanaciones de pavimento pueda ver truncada súbitamente por las irregularidades que hemos visto en los casos de Huerta Grande, El Recreo y otras urbanizaciones, irregularidades que se vuelven normales. Es la regla de estas empresas fantasmas. Esto sucede con la insólita pasividad del ciudadano trujillano como me lo recalcan dos amigos extranjeros que están de visita: hemos aceptado que se nos maltrate como usuario, como habitante de la ciudad; que las calles estén mal, que las veredas estén rotas. Es lo que nos merecemos. ¿En verdad nos lo hemos ganado? 

domingo, 3 de agosto de 2025

RESPONSABILIDAD Y ESTUPIDEZ (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 03 DE AGOSTO)

 


La última semana estuvo cargada de necedades políticas encabezadas con el insulso discurso de la frívola presidente, las torpezas diplomáticas deslizadas durante su inefable parloteo y gruesos escándalos de corrupción en nuestra región y el congreso. Pero hubo tres eventos que merecen toda nuestra reflexión, pues estos sirven para retratar nuestro comportamiento como sociedad y constatar los estragos que pueden causar la corrupción. Dos de los sucesos han sido naturales: un violento sismo en la Rusia asiática y vientos huracanados denominados Paraca en el Sur peruano; y el otro es el lamentable accidente de un vehículo informal contra un autobús del servicio Metropolitano, producto de la negligencia humana. El fuerte sismo ruso causó un estado de alerta en todos los países del Océano Pacífico; felizmente no hubo el temido tsunami, mas sí retiradas del mar y algunos oleajes anómalos; sin embargo, la reacción de muchas personas ha sido por lo demás indolente e irresponsable. Países con una cultura preventiva más desarrollada como Chile o Japón, mandaron señales de prevención a todos sus ciudadanos, quienes respondieron de manera ordenada ante la situación. La población colabora. Pero ver la actitud de compatriotas que deberían actuar con más responsabilidad es una muestra de la escasa cultura preventiva que arrastramos. Es la misma actitud que vemos en muchos cuando estamos participando en un simulacro de sismo o evacuación de incendio: la chacota, la indiferencia, el irrespeto y, peor aún, el boicot. Los peruanos debemos aprender a convivir con fenómenos naturales como El Niño, terremotos, inundaciones o sequías, y ahora los fuegos forestales, algunos de los cuales son provocados irresponsablemente por el hombre. Los que pasaron el sismo del 70 saben lo que es un fuerte movimiento telúrico; hablar con algún sobreviviente de Yungay debería ser una forma de sensibilización para muchos niños y jóvenes. El silencio sísmico norteño nos debería concientizar para ser cuidadosos con nuestros espacios. La narración de Juan Villoro, Santiago 2010, en el libro de Felipe Moreno, Relatos de terremotos en Chile, tiene una frase contundente: “los terremotos son inspectores de la honestidad arquitectónica”. En un país de alta informalidad y corrupción en la construcción, aún no hemos pasado la prueba. En cuanto a los vientos Paraca, tuve la oportunidad de pasar una experiencia dura durante mi época escolar en Arequipa: una gran plancha de Eternit cayó a un par de metros de mí. La plancha había sido arrancada de un techo; pude haber sido una cifra más de los muertos y heridos, pues no tuve consciencia de guarecerme como debería haberlo hecho. Sí, es peligroso. Pone a prueba lo endeble de instalaciones que pueden ser mortales. Lo último, ya es llorar sobre mojado. La informalidad, la viveza y la estupidez son aliadas mortales que asuelan hogares con las tragedias humanas que vivimos casi todos los días.