Martes 08 de enero. Nuestra
primera salida. Hacia el Norte. Lisboa está cargada de historia, pero todo el
país también tiene grandes y bellos espacios históricos como Coimbra, lugar al
cual nos íbamos a dirigir. Pero antes nos íbamos a dos bellos lugares: Óbidos y
Alcobaça. Nos íbamos a codear con Doña Inés y la locura de Don Pedro, nos
íbamos a viajar al viejo mundo lusitano.
Luego de dejar unos papeles
urgentes de Maria, salimos hacia el Norte por la autopista nacional A8.
Portugal cuenta con una red de autopistas, viaductos, que te comunican
rápidamente con todas las ciudades del país. Sin embargo, mantiene una red de
carreteras nacionales bien tenidas que son de libre uso, fuera de peaje. Con el
fin de ganar tiempo, tomamos esta autopista y pude observar tantas cosas. Hay
muchos postes de energía eólica que han cambiado el paisaje de molinos de
viento que solían poblar estas zonas. Muchos han dado una nueva forma al mundo
rural de ahora y parece ser un proceso irreversible. En algunas zonas del sur
de Francia, muchos paisajistas, campesinos y ecologistas se opusieron a esta
modalidad por el impacto que iba a ocasionar. Y es cierto. En Perú estamos aún
en pañales. Hay una cerca de Poémape, pero el más grande está cerca de Talara y
no sé si lo están usando, pues en las dos visitas que hicimos en 2014, estaba
en abandono. Una inmensa inversión por nada. He tenido muchas posiciones al
respecto. Una vez conversando con un ingeniero me comentó que, pese a ser
limpio, es un sistema que se deteriora rápido y se convierte en una inversión
costosa. Aparte que se vuelve un riesgo para la fauna animal (las aves). He
aquí unos puntos de vista a tomar en cuenta (https://twenergy.com/a/desventajas-de-la-energia-eolica-477)
(http://adurcal.com/enlaces/mancomunidad/viabilidad/59.htm).
Una vez oí decir que las soluciones de hoy se convierten en los grandes
problemas del mañana.
Las grandes carreteras
troncales no ingresan, no atraviesan las ciudades; las bordean y solo ingresas
por carreteras alternativas. Ese es el gran problema de la famosa Autopista del
Sol: cruza Chimbote, Casma, la terrible Barranca. Hacia el Norte cruza
Chiclayo, Lambayeque. Mal planificada, pues ralentiza el tráfico ligero y
pesado. Y fomenta la mala costumbre de poblar las laterales de las carreteras.
Igual Trujillo es cruzada por esta autopista. Hicimos un alto en el camino. Me
tocó conducir. En las autopistas sí puedes ir a gran velocidad (más de 130
km.p.h). En las otras carreteras, lo máximo es 90 km. Cruzamos Torres Vedras.
Esta parte del país está relativamente más poblada que la del Sur. En el caso
nuestro, sí somos un país vacío. Llegamos a la entrada de Óbidos, siempre
manejando yo. Es difícil perderse en estas magníficas rutas con toda esa buena
señalética. Además, con el GPS y otras bondades, los magníficos mapas ruteros
que tienen (es algo que no tenemos en nuestros autos: aquí es normal que tengas
dos o tres mapas en tu guantera).
A la entrada de Óbidos hay un
estacionamiento en el que dejamos el auto y nuestras cosas (unas pequeñas
maletas o mochilas por ese par de días). Hay que tener en cuenta lo siguiente:
la península ibérica estuvo sometida bajo dominio musulmán por 8 siglos. Ambos
países, Portugal y España tienen una fuerte influencia del mundo árabe, en sus
idiomas, en sus artes, en su música, en su comida, construcciones, adaptaciones
a los espacios físicos. A su percepción de la vida. Las huellas de esta
magnífica cultura se van a ver en todas partes y muchas veces fueron los
espacios ganados a ellos, los árabes, los que se van a convertir en fortalezas,
iglesias, palacios, castillos, ciudades. Óbidos es una ciudad fortificada, su
nombre viene del latín y significa “ciudadela”. Y lo es. Esta zona estaba
ocupada antes de la llegada de los romanos. Es un lugar estratégico, pues está
relativamente cerca del Océano Atlántico y de una laguna que lleva el mismo
nombre. Ha sido, por eso, una zona muy disputada a lo largo de la historia y
alguna vez fue un próspero puerto. Ahora la ciudad presenta un bello muro del
castillo que encierra a la ciudad (hay que dejar el auto fuera de ella, como
Cordes-sur-Ciel en Francia). Para ingresar al casco viejo, lo haces por la
Porta da Vila. Desde ahí puedes pasear por los muros de la gran muralla que
alejaba a los moros u otros enemigos de este espacio. Luego desciendes para
caminar por sus empedradas calles y por cuales solo circulan los autos de los
vecinos. Tiene poca población fija, hay varios locales para servicios al
turista, como bares, restaurantes, tiendas de suvenires. Nos fuimos hacia la
iglesia de la Misericordia (Igreja da Misericórdia), de una fachada simple; el interior
es sencillo, ves paredes con azulejos, techo de madera pintada e imágenes
religiosas cubiertas de vestimenta morada. Había un Nazareno portando la cruz
cubierto de un gran traje púrpura. A la
salida nos dirigimos a otra joyita: la Iglesia de Santa María (Igreja de Santa
Maria), su fachada también es discreta y estaba en restauración. Pero el
interior sí muy bonito. Para recibirnos, nos topamos con un misterio con un San
José muy a la usanza de campesino portugués al igual que el traje que usaba la
virgen María. La iglesia está profusamente decorada, pintada por todos los
rincones. Fue una muy grata estación en nuestro recorrido. Frente a esta iglesia hay un chafariz ubicado
en la plaza delante de la iglesia. De ahí nos dirigimos hacia el castillo, pero
estaba cerrado. Pena. Hubiera sido redonda la visita. Seguimos una caminata por
el resto de la muralla y casi a mediodía decidimos y a comer algo y tomar mi
pastilla para la presión. Nos fuimos a una pequeña tienda a comprar algunos
regalos, como un porta-aceitunas, tan popular en Portugal. Luego de satisfacer nuestro gusano consumista,
nos fuimos a una panadería en la que hacían unos esplendorosos sánguches
rellenos de sardina o de carne de cerdo. Ya abastecidos, nos fuimos al auto
para dirigirnos a Alcobaça, a encontrarnos con más historia. Aquí dejo algunos
datos sobre este bello lugar. (https://miviaje.com/obidos-historia-portugal/)
(https://www.hola.com/viajes/rutas/lugarescuriosos/2004/04/22/10467_ciudad_y_castil.html).
Salí manejando del lugar,
mientras Maria daba los últimos detalles a los sánguches. Se veían suculentos.
Para ir ganando tiempo, mientras conducía, iba mordiendo el delicioso sánguche
de sardina que sabía a cielo. Tomamos la A8 nuevamente para dirigirnos un breve
tramo para llegar a nuestro objetivo. Cruzamos Caldas Da Rainha, una ciudad
balnearia. Había varios bosques de pinos. Algunos de estos bosques se volvieron
pastos de llamas y con algunas víctimas. Muchas personas especularon que estos
incendios fueron provocados por los traficantes de terrenos. Como en el Perú.
Al retorno de Coimbra, pasamos cerca de Pedrógão Grande, en cuyas cercanías fue
el incendio fatal en junio del 2017 (https://elpais.com/internacional/2017/06/18/actualidad/1497804781_758556.html),
justo ese año habíamos ido a Laquipampa, el cual iba a sufrir un incendio
parecido un mes después de nuestra visita. Coincidencias de la vida.
Llegamos al desvío hacia
Alcobaça. A espaldas de nosotros iba la ruta hacia Nazaré, hacia el Atlántico.
Nazaré es conocida por tener unas de las olas más grandes del mundo y es el
paraíso de los tablistas (https://www.youtube.com/watch?v=3s27tqqDUYo).
Seguimos nuestro camino, pues queríamos llegar a Coimbra a una hora prudencial
para instalarnos. Seguimos la carretera y dejamos estacionado el auto a una
distancia prudente. Caminamos hacia el Monasterio de Santa María de Alcobaça y
no imaginé hallar tal belleza. Alcobaça acoge la iglesia más grande de todo
Portugal y es el espacio regio para la pareja por la cual ha corrido tinta por
el amor que él profesaba a su malograda pareja. Es un monasterio de la edad
media, fundado por la orden de los frailes cistercienses bajo el mando del
primer rey de Portugal, Alfonso Henriques, en 1153. (https://serturista.com/portugal/monasterio-de-alcobaca-y-la-iglesia-mas-grande-de-portugal/)
Los túmulos funerarios de ambos personajes, Inês de Castro y Pedro I, se hallan
en la iglesia y se ubican de acuerdo al pedido de este último, de estar frente
a frente para que en el juicio final se puedan ver cara a cara en la eternidad.
Ambos túmulos son tallados y cargan esta impresionante historia de amor entre
la locura y la venganza. El rey Pedro pasó a la historia como “el cruel” por lo
que hizo con los asesinos de su amada a la cual coronó como reina en su tumba y
la exhibió a la nobleza portuguesa en una macabra ceremonia de besamanos (https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-06-18/historia-amor-ines-de-castro-don-pedro-i-de-portugal_1218870/).
Semejante historia de amor me la contó Orietta Brusa y ella tenía intenciones
de venir a Portugal para ver en directo este precioso lugar. Con Maria la
recordamos y nos tomamos una foto para la memoria de ambos reyes y Orietta (https://www.youtube.com/watch?v=bq-jo0-X100).
El Mosteiro de Alcobaça es patrimonio de la humanidad y bien vale la visita.
Antes de volver al auto, entramos a un café cercano al convento, en el cual
había unos postres deliciosos más un buen café, la Pastelería Alcôa.
Regresamos al auto y de ahí
nos dirigimos a Coimbra. Cruzamos Leiria. Llegamos a nuestra meta a las 5 y
media aproximadamente. Habíamos hecho reserva en el Hotel Ibis, cercano al
centro de la ciudad. Al llegar a la ciudad, nos confiamos en el GPS, pero este
nos dio una ruta no correcta. Estuvimos dando un par de vueltas hasta que Maria
llamó al hotel; estuvimos relativamente cerca del lugar. Instalados en el
hotel, vimos qué podíamos hacer en la ciudad al día siguiente y nos fuimos a
cenar al Forum Center de la ciudad. Antes de comer, fuimos a comprar algo de
ropa interior. Comimos una buena picaña rociada con caipiriñas. Todo este
espacio lo hicimos en una buena caminata. Ya estábamos en Coimbra. El miércoles
iba a ser un día extraordinario.