Jueves 24 de enero. Último día
en Rodez. También un día bastante frío. Hoy día, gracias a una amiga de
Isabelle, visitamos dos lugares interesantes: el museo Soulages y la Catedral
que ahora recorrimos con tranquilidad. El primer lugar para visitar es este
magnífico museo construido por la iniciativa de la ciudad para rendir homenaje
a su hijo predilecto, Pierre Soulages. El museo es idea del mismo artista para
poder explotar los conceptos del material con el que trabaja. Él se define como
artesano, más que artista, y trata de sacar todas las bondades de las características
del material con el que trabaja, centrándose en el metal, madera y vidrio. El
edificio es una belleza arquitectónica que sabe aprovechar la luz para que esta
resalte cada una de las piezas que se hallan en el museo, por eso él mismo fue
el curador de sus trabajos, estudió el acceso de la luz natural a las salas
internas y dispuso la colocación de luz artificial de acuerdo a sus criterios.
Pareciera que uno ingresa en las penumbras; pero, a medida que uno va
avanzando, nos encontramos con un equilibrio perfecto entre la obra, el material
de la misma y la luz que la ilumina. No recurre a poner nombres en sus piezas,
son libres interpretación del visitante, pues no quiere limitarlas y
convertirlas en obras cerradas. En la inauguración de este museo, el alcalde le
regaló en homenaje un viejo buril de ebanista y el hombre se quebró, pues le
hizo recordar sus inicios modestos. Es un hombre que experimenta con el color,
sobre todo con el negro, color predominante en muchas de sus obras de esta
exquisita exposición. Rescata todas las tonalidades de un color y eso lo hace
gracias a la luz. He aquí el vínculo de este museo y el detalle arquitectónico del
mismo (https://musee-soulages.rodezagglo.fr/es/colecciones/pinturas/)
(http://www.arquitecturaviva.com/es/Info/News/Details/5704).
El museo cuenta además con una sala de exposiciones itinerantes en las cuales
ya han recalado obras de Picasso, Calder, entre otros. Allí también pude ver
que este artista había hecho los vitrales de la bella iglesia de Conques. En esta
estuve por última vez el 2013. Ha podido respetar el ambiente creado en una
iglesia medieval gracias a estos bellos vitrales que respetan el color de la piedra
con la se construyó la iglesia en su casi totalidad. No pude observarla en todo
su esplendor la primera (2010) y segunda (2013) vez que fui. Queda pendiente
una visita para verlas al detalle. Al salir vi los detalles que se tomaron en
cuenta, pues este museo ha respetado equidistancias de aquellos lugares que le
eran entrañables al autor que este año cumple 100 años de edad; también equidista
de los principales monumentos de la ciudad como su catedral a la cual iríamos
por la tarde. Visita extraordinaria.
Terminada la visita, nos fuimos
a almorzar a casa de Dominique, vino, quesos, buena conversación. Ya por la
tarde nos fuimos a ver la Catedral de Notre Dame, en el corazón de la ciudad.
Es un monumento muy antiguo y sus inicios se remontan al siglo VI. La catedral
se encontraba pegada a las murallas de la ciudad, razón por la cual la entrada “principal”
nunca fue hecha por estar la muralla bloqueando su acceso. Tiene bellos
vitrales hechas por el artista Stéphane Belzère. La piedra usada en arenisca
roja, de ahí su peculiar color. Esta catedral duró cientos de años en su
culminación. Un dato interesante: dos científicos franceses usaron esta
catedral como referencia para medir la circunferencia de la tierra, cuya medida
iba a ser empleada para la creación del metro universal. He aquí algunos vínculos
de interés: (http://www.anibaltrejo.com/rodez-y-su-notre-dame/).
Ese día sí hacía un frío intenso.
En la iglesia sentimos mucho frío, pero en la calle el viento helado iba a ser
más agresivo. Hubiéramos preferido que nieve, pues así hace menos frío. Al ver
hacia arriba vi una gárgola con una estalactita que colgaba desde su nariz. Más
frío. Por eso, Isabelle, Dominique y yo nos metimos en un café a tomar chocolate
caliente y unos dulces. Nos fuimos a casa pues por la noche íbamos a cenar en
casa de otros amigos de Isabelle. Una deliciosa cena con mucho vino, calvados,
quesos. Era mi último día en Rodez, pues el viernes 25 nos íbamos a Toulouse y
al sábado 26 partía por Madrid.