Lunes 21 de enero. Partida
para Rodez. La mañana se fue rápido. Mi bus salía a Rodez a las 10 a.m. El
pasaje era de solo 5 euros. Tomé un buen desayuno y ya solo me quedaba preparar
mis cosas para poder viajar a Rodez para encontrarme con Isabelle con la que ya
habíamos acordado desde Trujillo. Con mucha pena, antes de subir al bus, nos
dimos un largo abrazo con Melissa esperando vernos pronto nuevamente. Mi corta
estancia fue para ponernos al día un poco, pero hay tanto por decir y soñar.
Subí al bus al cual solo subieron tres pasajeros más. El servicio es impecable.
El viaje lo hicimos en un poco más de una hora, pues entraba en pequeños
pueblos de la ruta a recoger pasajeros. La distancia entre Millau y Rodez es un
poco más de 66 kilómetros. Cruzamos la zona en la cual había varios Causses,
esas formas interesantes llena de cuevas y llanuras.
Llegué a casi mediodía,
Isabelle iba a ir a buscarme. Es la misma estación de tren que usa el bus.
Descendí para esperarla. Era un día frío. Francia tiene un clima más frío que
Portugal. Llegó Isabelle con su nueva camioneta en la que lleva un sinfín de
cosas con las que hace ferias y remates en mercadillos para su proyecto de
bebés en Trujillo. Su trabajo es intenso y tiene una buena respuesta por parte
de sus amigos y de la gente de la región. Isabelle me pidió subir mi maleta y
busqué un espacio para ella. Ya acomodados nos fuimos a su casa en La Primaube;
antes pasamos a comprar el delicioso pan para el almuerzo. Isabelle ya me había
hecho una agenda simpática que incluía clases de español con sus alumnos y un
almuerzo en un hotel restaurante que fue todo un ensueño. Una vez que
almorzamos, salimos para Estaing, un pequeño pueblo en el cual hay un castillo
interesante. Dejamos el auto cerca del puente que está sobre el río Lot. El
castillo se distingue a la distancia. Este pertenecía a una antigua familia y
uno de los principales miembros de la misma, Charles Henri, Conde de este
lugar, fue decapitado durante la Revolución Francesa. El castillo se destaca y es
visible desde cualquier parte de la pequeña ciudad, la cual fue considerada en
uno de los pueblos más bellos de Francia. El nombre me parecía bastante familiar hasta recordar el apellido del expresidente francés Valéry Giscard
D´Estaing. Siendo invierno, no temporada de vacaciones, las visitas estaban
restringidas. Pero la pequeña iglesia estaba abierta. Ingresamos a ella para
ver los restos y reliquias de Saint Fleuret. El puente que cruza esta ciudad es
muy antiguo, pues data de la Edad Media. Un detalle simpático fue ver un
pequeño monumento que muestra las famosas conchas que certifican que este lugar
está incluido como lugar de peregrinaje dentro de las rutas de Santiago, uno de
los movimientos de identidad europea que ha atravesado los siglos. Aquí hay más
detalles de este simpático pueblo (https://www.france-voyage.com/francia-ciudades/estaing-1161/castillo-estaing-12098.htm).
De ahí nos fuimos a un pequeño pueblo que cruzamos en la
ida: Bozouls. Isabelle me pidió manejar el tramo de retorno por esta descansada
vía. Así lo hice: manejando ahora en Francia. Llegamos a este interesante
pueblo que está construido alrededor de un cañón. Es alucinante. Felizmente
Francia no es una zona sísmica, pues todo lo edificado en torno al lugar
hubiera ya colapsado. El pueblo es bastante pequeño y está distribuido a lo
largo de su cañón que no es muy profundo, pero causa respeto. Si uno sufre de
vértigo, mejor no intentar. No nos quedamos mucho tiempo ahí, pues teníamos que
regresar a Rodez para reunirnos con los alumnos de español (un grupo). La noche
fue tranquila, luego de la clase; nos fuimos a dormir, pues al día siguiente
nos íbamos a almorzar en un restaurante un poco lejos de Rodez. Aquí dejo más
datos de Bozouls, extraño pueblo (https://marcianosmx.com/bozouls-pueblo-frances-borde-de-un-acantilado/)
El martes 22 nos fuimos a
almorzar. El lugar era lejano. Se llama Saint Geniez d´Olt a orillas del río
Lot. El restaurante: El León de Oro. Isabelle había recibido un vale para un opíparo almuerzo, regado de buen
vino. Fue una visita a este lugar de pocos habitantes (dos mil aproximadamente)
y que tiene varios hoteles; es un lugar de reposo, por eso la presencia de
tantos hoteles. Regresamos temprano, pues la institución de Isabelle y todos
sus amigos iban a recibir una donación gracias a un proyecto que habían hecho
los chicos del Liceo de Rodez. Antes pasamos por la casa de su contador para
ver algunos detalles de la institución. Por esa razón, nos fuimos directamente
al lugar mientras iba cayendo nieve ya sobre la región. Dejamos el auto
parqueado en las afueras del Liceo. En Europa estacionar en la calle es menos
costoso que en una cochera, pero cuesta. Creo que de imponer este método en
Perú habría menos gente que saca su auto para ir a comprar el pan, por ejemplo.
Volviendo a lo del colegio, fueron dos instituciones invitadas. El dinero
obtenido por la venta de productos ideados por los jóvenes era donado a
diversas causas, como la de la ayuda para los bebés de El Porvenir en Trujillo.
Es parte del modelo CAS que pide el IB y lo estaba viendo en acción con estos
jóvenes. Isabelle y Dominique fueron las encargadas de recibir el dinero. Los
chicos explicaron su proyecto, las ventas hechas y la cantidad nada
despreciable que habían obtenido.
Al salir tuvimos un pequeño
inconveniente. El auto de Isabelle estaba bloqueado por otro, cuyo dueño estaba
en una entrevista de radio, una que se halla vecina al colegio. Isabelle estaba
apurada, pues tenía que recoger sus medicinas hasta antes de las 7 p.m. Y ya el
tiempo nos ganaba. Luego de un buen rato, salió el dueño e Isabelle le llamó la
atención; pero quien reaccionó mal no fue el dueño quien aceptó su error y se
disculpó, sino el comentarista de radio. Manejé ese tramo, pues Isabelle estaba
muy fastidiada. Felizmente llegamos a recoger las medicinas. Nos fuimos a casa
a descansar. Al día siguiente nos íbamos a Albi a reencontrarme con el museo de
Toulouse Lautrec, el cual vi parcialmente en 2010.