“..La risa libera al aldeano del miedo al diablo y este libro podría enseñar que liberarse del miedo al diablo es un acto de sabiduría (...) ¿Y qué seríamos nosotros, criaturas pecadoras, sin el miedo (...)?".
UMBERTO ECO, EL NOMBRE DE LA ROSA
El reír es una de las manifestaciones humanas más agradables y saludables disponible para cada uno de nosotros. Es gratuito y está al alcance de pobres y ricos; gordos y flacos; viejos y jóvenes; hombres y mujeres. Pero lo que puede provocar la hilaridad ya es harina de otro costal. El sentido del humor es también de naturaleza humana, pero ya no es una cuestión fisiológica, ya es una entelequia mental en la cual convergen factores sociales, culturales, lingüísticos y geográficos. El chiste, el doble sentido ya es un proceso mucho más refinado que integra o disgrega grupos humanos, e incluso pueden llegar a convertirse en medios de crítica o una forma de conocimiento de la coyuntura vivida por una sociedad. La posibilidad de transformar el entorno de cada uno de nosotros hacia la hilaridad es una acción creativa que demanda ingenio y reconocimiento individual y colectivo. Así pues, la buena comedia no es una actividad ligera como muchos han querido ver este género. La confusión de relacionar la vulgaridad con el buen humor ha hecho que el gusto por este género se haya deteriorado y haya formado un público con exigencias ramplonas y de total mal gusto El facilismo acostumbró a muchos oyentes y espectadores a una lectura auditiva y visual fácil y poco complicada, y se pensó que el lado amable de la vida no podía ser fuente de un entretenimiento inteligente y lúdico.
Como manifestación cultural, el humor tiene diferentes manifestaciones que requieren lecturas especiales por parte del receptor; y le demanda agudeza, rapidez, capacidad de crítica y autocrítica. Una aguda visión de lo social puede derivar en la crítica, cuya mayor manifestación es la sátira, la cual no está solamente reservada al mundo político. Es interesante ver cómo cada sociedad construye una visión graciosa de sí misma, mordaz y muchas veces cínica; es una catarsis amable, de distensión. Y también lo es de solidaridad con el o los personajes a quienes les toca experimentar situaciones embarazosas o tragicómicas. Así como la antigua tragedia griega se convertía en el liberador de demonios del inconsciente colectivo, la comedia moderna se ha vuelto en el catalizador de nuestras histerias, neurosis, complejos, deseos reprimidos y frustraciones.
La buena comedia norteamericana del cine es un buen estudio de la sociedad y sus momentos en este planeta. Directores y actores han observado todos los traumas que arrastran sus conciudadanos y los han llevado al ecran; algunos con mediocres resultados, pero felizmente también hay un buen número de filmes que nos han arrancado risas de complicidad y se han convertido en parte del patrimonio cultural de la humanidad: MODERN TIMES, LIGHTS OF THE CITY o SOME LIKE IT HOT no pueden estar fuera de una lista de las mejores películas de todos los tiempos
Así pues, el cine, como manifestación cultural, ha dado obras que han hecho reír por décadas: grandes cómicos se han burlado de la miseria humana en todas sus manifestaciones y variantes. Como Mozart y Rossini lo hicieron en sus grandes óperas (Così fan tutte o El Barbero de Sevilla son obras maestras del género), el cine ha dado también maestros que nos han hecho desternillar de risa en nuestros asientos: Charles Chaplin, Bourvil, Louis de Funès, Fernandel, Cantinflas, Nini Marshall, Lucy Ball, Ugo Tognazzi, Umberto Lattuada, Woody Allen, Mel Brooks, son parte de esa gran lista de hombres y mujeres que han dignificado a la comedia y nos han hecho ver a través de su genialidad la inmensa capacidad que tiene el ser humano de poder reírse de sí mismo inteligente y agudamente.
Algunas joyitas para deleite.
UMBERTO ECO, EL NOMBRE DE LA ROSA
El reír es una de las manifestaciones humanas más agradables y saludables disponible para cada uno de nosotros. Es gratuito y está al alcance de pobres y ricos; gordos y flacos; viejos y jóvenes; hombres y mujeres. Pero lo que puede provocar la hilaridad ya es harina de otro costal. El sentido del humor es también de naturaleza humana, pero ya no es una cuestión fisiológica, ya es una entelequia mental en la cual convergen factores sociales, culturales, lingüísticos y geográficos. El chiste, el doble sentido ya es un proceso mucho más refinado que integra o disgrega grupos humanos, e incluso pueden llegar a convertirse en medios de crítica o una forma de conocimiento de la coyuntura vivida por una sociedad. La posibilidad de transformar el entorno de cada uno de nosotros hacia la hilaridad es una acción creativa que demanda ingenio y reconocimiento individual y colectivo. Así pues, la buena comedia no es una actividad ligera como muchos han querido ver este género. La confusión de relacionar la vulgaridad con el buen humor ha hecho que el gusto por este género se haya deteriorado y haya formado un público con exigencias ramplonas y de total mal gusto El facilismo acostumbró a muchos oyentes y espectadores a una lectura auditiva y visual fácil y poco complicada, y se pensó que el lado amable de la vida no podía ser fuente de un entretenimiento inteligente y lúdico.
Como manifestación cultural, el humor tiene diferentes manifestaciones que requieren lecturas especiales por parte del receptor; y le demanda agudeza, rapidez, capacidad de crítica y autocrítica. Una aguda visión de lo social puede derivar en la crítica, cuya mayor manifestación es la sátira, la cual no está solamente reservada al mundo político. Es interesante ver cómo cada sociedad construye una visión graciosa de sí misma, mordaz y muchas veces cínica; es una catarsis amable, de distensión. Y también lo es de solidaridad con el o los personajes a quienes les toca experimentar situaciones embarazosas o tragicómicas. Así como la antigua tragedia griega se convertía en el liberador de demonios del inconsciente colectivo, la comedia moderna se ha vuelto en el catalizador de nuestras histerias, neurosis, complejos, deseos reprimidos y frustraciones.
La buena comedia norteamericana del cine es un buen estudio de la sociedad y sus momentos en este planeta. Directores y actores han observado todos los traumas que arrastran sus conciudadanos y los han llevado al ecran; algunos con mediocres resultados, pero felizmente también hay un buen número de filmes que nos han arrancado risas de complicidad y se han convertido en parte del patrimonio cultural de la humanidad: MODERN TIMES, LIGHTS OF THE CITY o SOME LIKE IT HOT no pueden estar fuera de una lista de las mejores películas de todos los tiempos
Así pues, el cine, como manifestación cultural, ha dado obras que han hecho reír por décadas: grandes cómicos se han burlado de la miseria humana en todas sus manifestaciones y variantes. Como Mozart y Rossini lo hicieron en sus grandes óperas (Così fan tutte o El Barbero de Sevilla son obras maestras del género), el cine ha dado también maestros que nos han hecho desternillar de risa en nuestros asientos: Charles Chaplin, Bourvil, Louis de Funès, Fernandel, Cantinflas, Nini Marshall, Lucy Ball, Ugo Tognazzi, Umberto Lattuada, Woody Allen, Mel Brooks, son parte de esa gran lista de hombres y mujeres que han dignificado a la comedia y nos han hecho ver a través de su genialidad la inmensa capacidad que tiene el ser humano de poder reírse de sí mismo inteligente y agudamente.
Algunas joyitas para deleite.
TOOTSIE (1982) Divertida comedia de Sydney Pollack, con un sorprendente Dustin Hoffman en un trabajo de travestismo insuperable, y con un reparto genial. Un actor desempleado lleva a cabo un desafío, lograr una plaza en una telenovela famosa en el mundo americano; pero el papel que logra es inesperado y, bueno, sigue adelante con su trabajo. Sucede una serie de eventos al cual más gracioso que el otro. Decide terminar con su farsa en una escena antológica frente a las cámaras de televisión. Excelente trabajo actoral, un buen reparto de actores, sorprendente maquillaje, una joyita de comedia.
DESAYUNO EN EL TIFFANY (BREAKFAST AT TIFFANY´S) (1961) simpática película del director Blake Edwards con Audrey Hepburn y George Peppard; una propuesta suave de la escabrosa novela de Truman Capote que lleva el mismo nombre, aunque en castellano es conocida como DIAMANTES PARA EL DESAYUNO. Aunque la visión del filme es mucho más bondadosa, no deja de ser una ácida crítica a todo ese mundillo intelectual bohemio urbano neoyorquino, que viven el día a día, sin una moral que los limite, ni una culpa que los detenga. Nuestros dos actores principales son un par de vividores en la gran ciudad, que sobreviven y tratan de solucionar sus soledades. La canción compuesta por Henry Mancini, Moon River, popularizó más este filme
LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (MY BEST FRIEND´S WEDDING) (1997) Filme de P. J. Hogan, el director australiano de LAS BODAS DE MURIEL, incursiona en el mundo hollywoodense y nos da esta simpática comedia que tiene el respaldo de dos actrices muy conocidas: JULIA ROBERTS y CAMERON DIAZ. Pero el actor que se lleva las palmas es RUPER EVERETT, quien con su divertido papel les roba el show a las actrices ya mencionadas. La libertad de mostrar los cambios sociales de la sociedad norteamericana frente a los tabúes como es el caso de la homosexualidad, permite tomarlos con más naturalidad y pueden ser toda una fuente de comicidad como lo es el papel de Everett, en un rol gay de lo más divertido por su franqueza (en la vida real lo es), desparpajo y la capacidad de convertir cualquier situación tensa o triste en un momento simpático y risible.
ENTRE COPAS (SIDEWAYS) (2004) esta es una muy buena comedia dirigida por Alexander Payne y tiene a un excelente actor (Paul Giamatti) en uno de los cuatro principales personajes del filme. Un buen sentido del humor, personajes sólidos, sin ningún maquillaje sensiblero o extremadamente acartonado. Es un viaje de despedida de soltero por un valle vitivinícola en California, esta gira hacia el vino permite el encuentro de 4 almas en busca de emociones y destinos; hay una excelente descripción del vino que asume valores analógicos a la relación de pareja y al amor, cargas de sinestesia a la acción de catar un buen vino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario