Quizá uno de los periodos más ricos e intensos vividos en las últimas décadas corresponde al periodo entre los años 60 y 70. Durante ese lapso se suscitaron en el mundo fuertes cambios sociales, políticos, y obviamente culturales. El mundo de los 50 venía influido por la sombra de la Segunda Guerra Mundial y el nuevo equilibrio de fuerzas que se va a llamar LA GUERRA FRÍA, periodo en que las grandes potencias dispersaban un conflicto frontal a través de conflictos regionales que se había iniciado con la casi guerra civil en Grecia y trasladado luego a Corea. El mundo estaba dicotomizado, polarizado; aunque ya se hablaba de un Tercer Mundo emergente con nuevos líderes que ofrecían alternativas a los dos mundos más desarrollados. Europa era el continente que más cambios drásticos había sufrido durante la II Guerra Mundial, azotada por bombardeos y la posterior reconstrucción de los países; además las grandes potencias ven cómo una a una de sus colonias van independizándose por las buenas o por las malas. Casi toda África tiene un solo puño levantado y la violencia de las colonias también se trasladó a varias ciudades europeas. Francia es uno de los países que recibió de pronto esos dramáticos cambios que han de transformar el panorama del mundo entero.
Así como Gran Bretaña va perdiendo mucho territorio de ultramar, lo mismo acontece con Francia sobre todo con la pérdida de colonias como Indochina y Argelia; la violencia independentista en esta última va a golpear algunas ciudades grandes francesas con las consiguientes repercusiones revanchistas.
El arte en general recibe los fuertes cambios de una sociedad que va hacia revoluciones cortas y drásticas (como el Mayo del 68) y comienza a verse a sí mismo; el arte se vuelve una suerte de ventana para poder comprender mejor lo que va sucediendo en mi entorno. Ya no es necesario grandes escenarios sino ver cosas más cotidianas y sencillas (quizá por el impacto del neorrealismo italiano, pero en otro contexto) que expresen los convulsos cambios que se van operando en esas sociedades como ya lo iba describiendo Marcuse en su libro “El Hombre Unidimensional”. La tendencia a la homogenización de la sociedad encuentra una respuesta insospechada en el cine experimental francés y que va a teñir las otras cinematografías del continente. Es así que surge la Nouvelle Vague y esta va a ser seguida por sus propuestas e ideas por los cineastas de ambos lados del continente, la Europa del Este y del Oeste con extraordinarios resultados.
LA INFANCIA DE IVÁN (IVANOVO DETSVO) (1962) Esta película lanza a la fama a Andrei Tarkovksi, una dura historia de un niño soviético, Iván, durante la II Guerra Mundial. El actor Kolia Bourliev encarna un papel de un niño marcado por la muerte de su madre y hermana, y lo lanza a un suicidio heroico. Pese a lo vivido, Iván no cae en el nihilismo y se cubre de un romanticismo que gana simpatías del espectador, luchando por un ideal. Impacta la escena final, cuando al asalto de Berlín (con documentales de la época) en la búsqueda de los archivos de guerra, nos enteramos de la triste suerte de nuestro pequeño.
ALPHAVILLE (1965) es un filme poético de anticipación, dirigida por Jean Luc Godard, con un actor fetiche como lo fue Eddie Constantine en el rol del detective Lemmy Caution, quien viaja a Alphaville a destruir este país sometido por una computadora. Logra su plan y salva a una chica que le sirve a su causa gracias a que ella pronuncia las palabras prohibidas: TE AMO. Todo un juego semántico, de imágenes, que se remonta a los expresionistas alemanes que rescata lo humano frente a la lógica fría y calculadora (lo que llamaba a la atención, Marcuse)
LOS 400 GOLPES (LES QUATRE CENTS COUPS) (1959) Incluimos este notable filme de François Truffaut por ser el hito de la Nouvelle Vague y desde ya todo un clásico. También descubre a un actor con el cual va a continuar su extensa filmografía, Jean-Pierre Léaud, quien encarna al niño Antoine Doinel, maltratado y cómplice de un hogar conflictivo. Una sanción lo hace huir hacia lo desconocido. Es uno de los más entrañables filmes de nuestro director, quien siempre gustó de trabajar con los niños y su mundo; en esta película, ese mundo no es nada grato y nuestro pequeño héroe es un ser desterrado, rechazado y obligado a buscarse un sitio en este mundo totalmente solo.
AL FINAL DE LA ESCAPADA (À BOUT DE SOUFFLE) (1960) con este filme Jean Luc Godard da un vuelco a la concepción del cine. Una sencilla historia de marginales se vuelve toda una propuesta cinematográfica, como haber cortado trozos de realidad y haberlos ensamblado en la dinámica de la imagen. Fue hecho en casi un mes y es la síntesis de la búsqueda hecha por diversos cineastas de los 50, como Melville, Franju y Bresson, marcada con un fuerte dinamismo y perturbadora que ha de afectar a sus principales actores: Jean Paul Belmondo y Jean Seberg. Todo es fortuito, como muchas cosas de la vida.
EL EVANGELIO SEGÚN MATEO (IL VANGELO SECONDO MATTEO) (1964) Es una visión hermosa de la vida de Jesús vista por un comunista como lo fue Pier Paolo Pasolini. Su visión es la de un hombre que acerca a este Jesús al hombre, tal como también lo hizo muchos años después José Saramago en su libro “El Evangelio según Jesucristo”. Sus imágenes son sencillas, pero poderosas, sinceras, sin maquillajes; y respetan el contexto histórico desmitificando los casi dos mil años que nos separa con este hecho histórico- religioso. Es un Jesús más humano, pero duro, drástico, con palabras que serían el terror de mucha gente en la actualidad. Todo esto acompañado con la música de J. S. Bach (La Pasión según San Mateo) y otras obras corales étnicas. La obra la dedicó a la memoria de Juan XXIII, el Papa bueno.
LOS AMORES DE UNA RUBIA (LASKY JEDNÉ PLAVOLÁSKY) (1965) Un interesante filme de la cinematografía de Miloš Forman en su patria, es una comedia muy simple que trata de la vida de una chica obrera bastante ingenua que vive en Zruc, un pequeño pueblo de la Checoslovaquia socialista. Como todos los seres humanos, se enreda en pasiones y sueños, los cuales suelen a veces costar caro. Muchas de las escenas parecen sacadas del libro LA BROMA de su compatriota Milan Kundera. Luego de este suceso, nuestro director se enrumbó a los Estados Unidos.
Así como Gran Bretaña va perdiendo mucho territorio de ultramar, lo mismo acontece con Francia sobre todo con la pérdida de colonias como Indochina y Argelia; la violencia independentista en esta última va a golpear algunas ciudades grandes francesas con las consiguientes repercusiones revanchistas.
El arte en general recibe los fuertes cambios de una sociedad que va hacia revoluciones cortas y drásticas (como el Mayo del 68) y comienza a verse a sí mismo; el arte se vuelve una suerte de ventana para poder comprender mejor lo que va sucediendo en mi entorno. Ya no es necesario grandes escenarios sino ver cosas más cotidianas y sencillas (quizá por el impacto del neorrealismo italiano, pero en otro contexto) que expresen los convulsos cambios que se van operando en esas sociedades como ya lo iba describiendo Marcuse en su libro “El Hombre Unidimensional”. La tendencia a la homogenización de la sociedad encuentra una respuesta insospechada en el cine experimental francés y que va a teñir las otras cinematografías del continente. Es así que surge la Nouvelle Vague y esta va a ser seguida por sus propuestas e ideas por los cineastas de ambos lados del continente, la Europa del Este y del Oeste con extraordinarios resultados.
LA INFANCIA DE IVÁN (IVANOVO DETSVO) (1962) Esta película lanza a la fama a Andrei Tarkovksi, una dura historia de un niño soviético, Iván, durante la II Guerra Mundial. El actor Kolia Bourliev encarna un papel de un niño marcado por la muerte de su madre y hermana, y lo lanza a un suicidio heroico. Pese a lo vivido, Iván no cae en el nihilismo y se cubre de un romanticismo que gana simpatías del espectador, luchando por un ideal. Impacta la escena final, cuando al asalto de Berlín (con documentales de la época) en la búsqueda de los archivos de guerra, nos enteramos de la triste suerte de nuestro pequeño.
ALPHAVILLE (1965) es un filme poético de anticipación, dirigida por Jean Luc Godard, con un actor fetiche como lo fue Eddie Constantine en el rol del detective Lemmy Caution, quien viaja a Alphaville a destruir este país sometido por una computadora. Logra su plan y salva a una chica que le sirve a su causa gracias a que ella pronuncia las palabras prohibidas: TE AMO. Todo un juego semántico, de imágenes, que se remonta a los expresionistas alemanes que rescata lo humano frente a la lógica fría y calculadora (lo que llamaba a la atención, Marcuse)
LOS 400 GOLPES (LES QUATRE CENTS COUPS) (1959) Incluimos este notable filme de François Truffaut por ser el hito de la Nouvelle Vague y desde ya todo un clásico. También descubre a un actor con el cual va a continuar su extensa filmografía, Jean-Pierre Léaud, quien encarna al niño Antoine Doinel, maltratado y cómplice de un hogar conflictivo. Una sanción lo hace huir hacia lo desconocido. Es uno de los más entrañables filmes de nuestro director, quien siempre gustó de trabajar con los niños y su mundo; en esta película, ese mundo no es nada grato y nuestro pequeño héroe es un ser desterrado, rechazado y obligado a buscarse un sitio en este mundo totalmente solo.
AL FINAL DE LA ESCAPADA (À BOUT DE SOUFFLE) (1960) con este filme Jean Luc Godard da un vuelco a la concepción del cine. Una sencilla historia de marginales se vuelve toda una propuesta cinematográfica, como haber cortado trozos de realidad y haberlos ensamblado en la dinámica de la imagen. Fue hecho en casi un mes y es la síntesis de la búsqueda hecha por diversos cineastas de los 50, como Melville, Franju y Bresson, marcada con un fuerte dinamismo y perturbadora que ha de afectar a sus principales actores: Jean Paul Belmondo y Jean Seberg. Todo es fortuito, como muchas cosas de la vida.
EL EVANGELIO SEGÚN MATEO (IL VANGELO SECONDO MATTEO) (1964) Es una visión hermosa de la vida de Jesús vista por un comunista como lo fue Pier Paolo Pasolini. Su visión es la de un hombre que acerca a este Jesús al hombre, tal como también lo hizo muchos años después José Saramago en su libro “El Evangelio según Jesucristo”. Sus imágenes son sencillas, pero poderosas, sinceras, sin maquillajes; y respetan el contexto histórico desmitificando los casi dos mil años que nos separa con este hecho histórico- religioso. Es un Jesús más humano, pero duro, drástico, con palabras que serían el terror de mucha gente en la actualidad. Todo esto acompañado con la música de J. S. Bach (La Pasión según San Mateo) y otras obras corales étnicas. La obra la dedicó a la memoria de Juan XXIII, el Papa bueno.
LOS AMORES DE UNA RUBIA (LASKY JEDNÉ PLAVOLÁSKY) (1965) Un interesante filme de la cinematografía de Miloš Forman en su patria, es una comedia muy simple que trata de la vida de una chica obrera bastante ingenua que vive en Zruc, un pequeño pueblo de la Checoslovaquia socialista. Como todos los seres humanos, se enreda en pasiones y sueños, los cuales suelen a veces costar caro. Muchas de las escenas parecen sacadas del libro LA BROMA de su compatriota Milan Kundera. Luego de este suceso, nuestro director se enrumbó a los Estados Unidos.
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