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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

miércoles, 25 de diciembre de 2019

EL NORTE DEL NORTE: PÓMAC, FERREÑAFE, TÚCUME




Viernes 02 de agosto. Norte de Chiclayo. Íbamos a hacer un buen periplo. Tomamos un buen desayuno para salir temprano e irnos hacia Ferreñafe. El muchacho que trabajaba en el restaurante nos indicó salir por la calle Tacna hasta la altura de Makro hasta acceder a la ruta que va hacia Picsi y de ahí a nuestro objetivo. Al llegar a Ferreñafe, tomamos una ruta que nos evita ingresar a la ciudad en sí; nos fuimos directamente al Museo Sicán, una visita siempre agradable. Recuerdo mi última visita con varios amigos que habíamos alquilado un auto en vez de una camioneta y fue terrible, pues a todos los alcaldes de la Región, se dedicaron a abrir calles y avenidas para cambiar tubos de agua y desagüe. Terrible. Al llegar dejamos la camioneta y ya había cierto calorcito. Entramos en el museo e hicimos la visita de manera pausada para ver los detalles que siempre se nos escapan en todo museo. Este no es grande, pero la riqueza que tiene sí lo hace notable. La tumba de entierro invertido sigue siendo todo un misterio, pese a que ya muchos arqueólogos dudan que este entierro haya sido como tal; quizá con el tiempo las bases colapsaron y el cuerpo quedó en esa posición como se lo halló ya en siglo XX. Misterios que se esperan un día se resuelva. La ciencia en sus avances sí ha podido identificar el nexo familiar entre las chicas y mujeres que fueron sacrificadas para ser enterradas con un soberano, terrible suerte para las mujeres que eran forzadas a seguir la eternidad del gran señor. La sala que tiene ajuar funerario y la bella máscara enrojecida con cinabrio es una de las mejores del museo, pues enseña la capacidad y creatividad metalúrgica de este pueblo. Es un espacio cultural que mucha gente antes pasaba por alto; ahora ya hay más visitas. Positivo. En este lugar compré un libro: Conociendo Sapamé de Edgardo Sánchez Canario, docente de Historia y Geografía, un libro que contiene 142 páginas sobre la historia y geografía física, social y política de la zona; además tiene en las últimas páginas un pequeño glosario de palabras moche sacadas del libro de Brüning y cómo se pronuncian en nuestro sistema fonético. Es un libro didáctico, acompañado de fotos que describe la fauna, flora y los principales accidentes geográficos del lugar; además recopilación literaria de la tradición del lugar. Adela quedó prendada de la frondosa vegetación del museo, pues había buganvillas de todos los colores. Uno no se da cuenta de las cosas bellas que te rodean hasta que alguien te lo hace notar. Aquí alcanzo un breve documental al respecto: https://www.tvperu.gob.pe/novedades/museos-puertas-abiertas/visitamos-el-museo-nacional-de-sican.




En realidad, en los últimos años la arqueología ha tenido notables descubrimientos en todo nuestro país. Estamos parados sobre un gran patrimonio histórico del cual pocos peruanos son consciente de ello, fuera de que no los conocen; por esa razón, no los respetan e, incluso, los destruyen en la más honda ignorancia que se ha expandido groseramente en las últimas décadas. Y esa experiencia nos la iban a contar en nuestra siguiente visita del día: Bosque seco de Pómac. Nos enrumbamos hacia esta reserva natural e histórica, pues todo lo que vimos en Museo Sicán fue hallado en este bosque lleno de huacas y bonitos parajes para visitar. Aquí detalles de este parque: https://www.sernanp.gob.pe/bosque-de-pomac. Primero, hay que  ingresar al Centro de Interpretación explicado por una chica que fue nuestra guía durante la visita. Pómac es un bosque seco que tiene un lecho de río con poca agua, aunque el día de nuestra visita tenía un buen nivel. Nuestra guía nos mostró el viejo algarrobo en el que se siente una mística especial. Fuimos al mirador Las Salinas para ver el extraordinario paisaje que asemeja al mundo maya de Guatemala o el sur de México. En esta visita al mirador, Adela decidió descansar un poco, mientras Carmen y yo subíamos a obtener esa vasta vista del lugar. Como íbamos con camioneta pudimos vadear el río La Leche para ir a otro lugar fascinante, el lugar donde se hallaron los entierros cuyos ajuares los habíamos visto en Ferreñafe. Ya había estado en la huaca de El Oro (muchos creen que se llama Huaca del Loro), pero con nuestra guía nos fuimos a otra que no conocía: Las Ventanas. La peculiar forma como fue construido (unas hornacinas no cubiertas) le da este nombre. Desde ese impresionante lugar tuvimos una vista hermosa del conjunto de huacas que hay en este bosque. Desde esta altura, nuestra guía se despidió de nosotros y nos dio las indicaciones para salir por el camino de trocha hacia Pacora, de ahí a Íllimo y luego nuestra siguiente meta: Túcume. Nuestra guía nos mostró un fruto de una planta enredadera que creció por todas partes en nuestro famoso Niño costero del 2017. Las lluvias se van acentuando cada año más, producto de los cambios climáticos que afectan a todo el mundo. La construcción de un extenso proyecto de irrigación como el de Olmos va a cambiar más el clima y humedad de esta zona. Este proyecto ha sido liderado por la empresa envuelta en grave escándalo de corrupción como lo es Odebrecht. Aquí un video promocional de esta empresa que muestra el proyecto en sí que cambiará Lambayeque: https://www.youtube.com/watch?v=BcOPcz2t6V4. En nuestro camino para salir a Pacora se nos cruzó intempestivamente una gran iguana a la que llaman pacazo aquí en la región; esta saltó dándonos un gran susto, pues el animal no es una lagartija pequeña y ligera. El día anterior habíamos visto uno en las paredes derruidas de la iglesia matriz de Zaña. Salimos de la reserva a través de una puerta metálica, no había personas que lo cuidase; espero que no haya muchas malas artes de personas que ingresan a talar o robar, mas no lo creo pues todos se conocen entre sí. La ruta es tranquila con poco tráfico hasta llegar a Íllimo, ahí el tráfico se intensifica pues es camino a Olmos y a la selva Norperuana. Casi bordeando las 2 de la tarde llegamos a Túcume. En el lugar solo visitamos el museo de sitio, siempre atractivo y muy didáctico, también nos fuimos a ver el vivero que tienen en el lugar. Es interesante las muestras del algodón nativo que hay en la zona y la casi extinción de este. Aquí algunos datos: http://www.arqueotur.org/yacimientos/complejo-arqueologico-de-tucume-y-museo-de-sitio.html. Aquí hay más datos: https://www.tvperu.gob.pe/novedades/museos-puertas-abiertas/eco-museo-de-tucume-el-valle-de-las-piramides.
Hay tanto por ver en esta región. Aquí un vínculo que da a conocer todos los avances arqueológicos: http://www.ledizioni.it/stag/wp-content/uploads/2016/12/Libro-Arqueologia-Lambayeque.pdf.






Salimos casi a las 4 pm de Túcume en dirección a Lambayeque para almorzar en la Casona Descalzi. Llegamos a las justas, pues ya no había casi comensales. Felizmente nos atendieron y logramos comer con calma. De ahí, hablando con el taxista y otras personas me indicaron que había una ruta que se encontraban tan solo saliendo de Lambayeque camino a Chiclayo. Y era cierto, es una vía larga semi asfaltada que conduce cerca de la caleta San José. Salvo un pequeño percance, la ruta fue muy efectiva y llegamos cerca de la caleta, tomamos la carretera que lleva hasta Pimentel. Dejamos la camioneta cerca del malecón y salimos a caminar. Adela estaba muy contenta pues gusta del mar. Caminamos por el bonito malecón que se ha hecho hasta llegar al gran muelle, al cual lo han incluido como paquete turístico. El muelle tiene en su entrada una serie de paneles que explican la historia de este y su ingreso es simpático. El muelle es largo y, ya anocheciendo, corría un frío viento que calaba en los huesos. Culminada la visita y la buena caminata, nos dirigimos hacia Chiclayo para dejar la camioneta. La pensábamos devolver ese día, por eso nos fuimos a la gasolinera de llenar de combustible. Llamé por teléfono, pero el encargado me comentó que no podía recoger el vehículo, pues estaba con muchos servicios en proceso; así decidimos ir al aeropuerto al día siguiente. Como habíamos almorzado tarde y nos fuimos al café que el día anterior habíamos descubierto: Expresso 414. Habíamos hecho un buen periplo. Recuerdo que Adela me felicitó pues habíamos sobrevivido a la locura vial que es Chiclayo.




Sábado 03 de agosto. Último día. Luego de nuestro último desayuno, nos fuimos a dejar la camioneta en el aeropuerto. Una vez terminado todo el papeleo, nos fuimos a Lambayeque para visitar el museo de Tumbas Reales. Tomamos un taxi que nos llevó por un precio módico y nos dejó en el mismo museo. La visita siempre es simpática y nos dimos el tiempo de ir a paso lento para disfrutarlo. Una vez concluida la visita, al salir del museo nos encontramos con varios jóvenes que estaban ensayando para un espectáculo. Era un ambiente de fiesta. Felizmente no bien salimos de las instalaciones del museo, hallamos un señor que nos cobró módicamente para llevarnos de retorno a Chiclayo. Nuestro bus salía a las 3 pm. Como teníamos un poco de tiempo, nos fuimos a una cafetería para comer algo ligero. El lugar se llama Latte Café. Con comodidad fuimos al hotel, pagamos nuestras habitaciones y recogimos nuestro equipaje para irnos caminando a la estación de bus Emtrafesa. Fin de nuestra visita.






domingo, 22 de diciembre de 2019

DERECHO A MATAR (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 22 DE DICIEMBRE)


Dos jóvenes muertos en uno de los locales limeños de la empresa McDonald. Esta triste realidad ha desatado una polémica en la cual el grueso de nuestra sociedad está midiendo fuerzas. Fuerzas para que no seamos las siguientes víctimas.
Digo esto por las siguientes razones: casi en simultáneo con esta lamentable tragedia, escuchamos las desafortunadas declaraciones de la candidata por Lima al Congreso por el partido Avanza País, Beatriz Mejía. En sus explicaciones minimiza el caso de las mujeres violadas en nuestro país, pese a un incremento de las cifras de mujeres violentadas de toda edad con una mayoría del segmento de niñas y las adolescentes de 12 a 17 años. El año pasado, del número total de mujeres violadas, el 47 % corresponde a esta franja generacional. Cuando escuché su exposición en un programa de debate, me trajo a la memoria las declaraciones de Jorge Trelles en una entrevista televisiva en 2011 donde soltó la frase al aire: “nosotros matamos menos”. Recordé el tenebroso contenido del libro Muerte en el Pentagonito de Ricardo Uceda. La candidata Mejía, de ser electa, promoverá una visión que debilita la integridad humana; así nos lo ha hecho saber. Esto en el mundo político.
También leo con consternación que Leonor Velásquez Gonzales, profesora que atropelló a 6 niños, irá a prisión preventiva por siete meses. Esto es correcto. Sin embargo, Melissa González Gagliuffi, quien atropelló a 3 jóvenes (muriendo 2 de ellos), pese a muchas evidencias y análisis de peritos, está libre. En el mundo legal, la justicia tiene sus recovecos que generan indignación y acentuada desconfianza de que esta proteja nuestra integridad. Así se puede entender, en la oscuridad de la praxis jurídica, que haya microbuses circulando por nuestras ciudades, pese a que cargan miles de soles en multas u otras infracciones. Casos hay varios. Por ejemplo, en Trujillo: un microbusero, Víctor Hugo Hilario, atropelló a tres personas en estado de ebriedad intentando darse a la fuga. Esperemos que la justicia ya haya dado cuenta de este personaje. O el caso tan sonado en Lima de los micros piratas llamados “bestia”, los que acumulan millonarias deudas y multas ascendentes a los 200 mil soles como mínimo. Muchos de los argumentos que se esgrimen para dar libertad a estos asesinos del volante son el del “derecho al trabajo”, el "ser generador de ingresos familiares" u otras argucias aceptadas por la mayoría de la población que termina por solidarizarse con su asesino. La imagen del pobrecito es la que cala en aquellos que a la larga se convertirán en sus víctimas. Al final de cuentas son microempresarios, los que activan el transporte público, el cual es manejado por manos privadas. Quiero ser cándido en esta reflexión final e imaginar que no son la corrupción ni el tráfico de influencias los que influyen las decisiones de jueces o magistrados en estos casos. Imposible.
A la larga, no es difícil matar en nuestra sociedad si se halla la cuerda correcta.

sábado, 21 de diciembre de 2019

ZAÑA Y HUACA RAJADA. PRONTO PAMPAGRANDE



Jueves 01 de agosto. Ya había hablado el día anterior con la agencia de autos de alquiler San José, servicio que hemos utilizado cuando hemos ido a Piura y también en Trujillo. Su central está en el aeropuerto internacional José Abelardo Quiñónez. Ya el hotel nos iba a asignar un lugar para dejar la camioneta (sí, mejor una camioneta) para las noches del jueves y viernes. Este es el vínculo para contactar y no es muy caro: https://rentacar3b.com.pe/?gclid=Cj0KCQiAuefvBRDXARIsAFEOQ9H-RS_QZy4y1odd5xwqCCRA-DFWQO8nNgDCNEr4rHI_l07Qyu8r7bMaAogjEALw_wcB. Fuimos al aeropuerto luego de nuestro desayuno para sacar el vehículo: el único problema era que no tenía apertura o clausura automática, así que teníamos que cerrar o abrir las puertas de manera manual. Pero la camioneta nos iba a ser de gran utilidad. Como visitas previas, decidimos de separar geográficamente las giras: hacia el sur y hacia el norte. Comenzamos por el Sur.
Antes de ir a Zaña, nuestro primer objetivo, fuimos a comprar algunos pertrechos como lo habíamos hecho en oportunidades anteriores cuando vinimos con Orietta y Maria, por ejemplo; o con Isabelle y Maria también. Compramos mucha fruta y agua, lo más importante. Aunque las condiciones de higiene han mejorado considerablemente y la calidad de los productos sí han progresado, incluso en la presentación de sus platos; pese a todo, siempre es bueno tomar medidas de prevención.






Una vez culminadas nuestras compras nos enrumbamos hacia el sur. La autopista se corta en ciertos tramos y es desesperante, pues el tráfico entre Trujillo y Chiclayo de transporte pesado (camiones y buses) es intenso. La salida de Chiclayo hasta Reque y un poco más allá puede ser una pesadilla a ciertas horas. La entrada o salida de Chiclayo (depende cómo la veamos) es muy estrecha y tiene un tráfico intenso agravado por la cantidad de mototaxis que pululan por la zona. Entre Reque hasta nuestro objetivo se atraviesa el desierto, el cual pronto será zona agrícola. No sé cómo harán con el relleno sanitario que se halla (o hallaba) en el medio de este tramo. Se ve una gran cantidad de bolsas de plástico que las lleva el viento. Chiclayo, así como todas las ciudades peruanas, tienen que luchar con su limpieza y ornatos públicos, los cuales no son tomados con mucha importancia por autoridades y la población. Pese a todo, llegamos a Nuevo Mocupe. Esta población la recuerdo fue totalmente inundada en el Niño de 1982-83. Fue devastador. Una amiga, Sissy Acha, tuvo que trabajar con los pobladores para que aceptasen unas viviendas hechas para apoyar a los pobladores damnificados por las inundaciones. Los pobladores no querían ocupar estas, ya que no reunían las expectativas de sus futuros pobladores. Los ingenieros tuvieron buenas intenciones, pero se olvidaron un punto importante: conocer el destinatario final. Los ingenieros pidieron a mi amiga, socióloga, que pudiese convencer a los pobladores de usarlas. Ella les comentó que su estrategia estaba totalmente equivocada y que habían empezado al revés. Las casas quedaron al abandono por años, hasta que nuevos pobladores llegaron. Recuerdo en muchos viajes pasados el carácter de desolación que el lugar daba; ahora es un pueblo pujante de agricultores. Más detalles de lo que fue ese terrible fenómeno: http://idesep.senamhi.gob.pe/portalidesep/idesep_tema_evento_el_nino_la_nina_nino_82_83.jsp. Este lugar es el cruce para Zaña y Cayaltí. Llegamos a Zaña un poco más de las 10 am. Nos fuimos director a ver las ruinas de la iglesia de La Merced, donde hay centro educativo que recibe apoyo del Gobierno español. Los restos de la iglesia necesitan urgente mantenimiento, no restauración. Es cierto que las ruinas están en propiedad privada; pero viendo en conjunto este complejo, la Región perdería una joya que puede generar muchos más ingresos que los que obtiene en ese estado e involucrar a más población del lugar. Una vez culminada la visita a estas ruinas, nos fuimos a las que quedan de la iglesia de San Francisco y la Catedral (o iglesia matriz). Primero fuimos a San Francisco o lo poco que va quedando de estos restos. Hay un arco de medio punto que queda cerca del altar mayor y lo interesante es ver las inscripciones que se encuentran en los restos de la portada lateral de esta iglesia. Una buena limpieza y hacer un empedrado para poder caminar por la zona sería una buena propuesta. Además, más información de estas iglesias que muestran que la zona era muy importante. Desde ahí nos fuimos a la iglesia Matriz, la cual ha sido protegida con unos aleros que afean mucho los restos. El día se pueda sacar toda esa tierra acumulada y hacer una buena investigación de todas las tumbas que se ubican en esta iglesia. La única es en la que se hallaba el cuerpo de San Antonio de Mogrovejo movilizada la investigación, quizá, más por criterio religioso que por criterios históricos o de otra índole. Este ensayo de Teodoro Hampe nos pueda dar una idea de lo grande que fue Zaña (http://www.revistaandinacbc.com/wp-content/uploads/2016/ra34/ra-34-2002-03.pdf).  Para ver la brutalidad de lo que este gran mega Niño, este texto nos da una mejor idea: https://www.academia.edu/11510290/EL_MEGANI%C3%91O_DE_1720_LA_INUNDACI%C3%93N_DE_ZA%C3%91A_Y_LAS_FALLAS_EN_LA_PLANIFICACI%C3%93N_DEL_USO_DE_LA_TIERRA?auto=download. Y terminamos nuestro periplo en Zaña visitando los restos del convento de San Agustín, el mejor preservado. Este ha sido intervenido y restaurado, pero necesita una limpieza en los muros, pues la humedad está afectando sus muros. Antes se solía subir al coro, en la actualidad esta zona permanece cerrada por seguridad. La iglesia tiene detalles interesantes que muestran, en general, cómo las demás iglesias que ahora yacen en ruinas estaban decoradas. La primera vez que estuve aquí en 1985 vi una tumba que mostraba unos restos con algunos trajes y solían enterrarlos con joyas. Espero que todos estos hallazgos estén a buen recaudo y puedan hacer un buen museo de la ciudad, recogiendo lápidas con las que cubrían estas tumbas y abrir las criptas. Hay tanto por hacer en Zaña.






Una vez concluida nuestra visita en Zaña nos fuimos en dirección de la ex hacienda Cayaltí. Esta tuvo entre sus turbios personajes a Héctor Becerril como un matón del grupo económico que compró las instalaciones industriales, grupo que tiene un pasado muy dudoso, grupo Oviedo, ligado al mundo del deporte (fútbol) y que se encuentra metido en muchos casos de corrupción. En una exposición fotográfica que se hizo a fines de año pasado en las instalaciones del Centro Cultural del Banco de la Nación, una de las colecciones expuestas se focalizó en el conflicto social desatado contra este consorcio y el nombre de Becerril aparecía en muros y pancartas de protesta. En realidad, no ingresamos a la población, pues hay un desvío en la carretera antes de entrar a la ciudad, es un camino de herradura bien tenido; este tiene tránsito permanente, desde mototaxis hasta camiones llevando caña de azúcar (nos cruzamos con uno). En el trayecto, nos encontramos con una pareja la cual llevamos para que no caminen el largo trecho que tenían por delante; además, nos indicaron el camino, pues no hay nada de señalética que te permita orientarte (según el mapa de Google, es el tramo 118). Llegamos a nuestra meta: el pueblo de Sipán. Este está no muy bien tenido; pese a todo el turismo que llega, las calles no están asfaltadas, pero cuenta con sistema eléctrico y alcantarillado. La relación con Walter Alva, el arqueólogo, y el poblado no es muy buena. Quizá ese sea el motivo por el cual el museo de Tumbas Reales no se construyó aquí. Pero ahora cuenta con un buen museo de sitio, pues la huaca tiene aún muchos entierros más para ofrecer. Luego del viejo y el joven Señor de Sipán que están en Lambayeque, aquí hay muchas tumbas desenterradas y sistemáticamente estudiadas que se exhiben al público y está la huaca misma. Nos dirigimos primero al museo, al cual iba por tercera vez en menos de cuatro años. Dejamos la camioneta en el exterior y pedí ver la carta del restaurante que está frente a la entrada del museo para que, al salir, almorcemos con calma. El museo es muy bueno, ahora ya estaba reparado el sistema de proyecciones que te representa las imágenes del dios iguana, dios que comunica con el inframundo. Tiene poca iluminación, pues la luz puede dañar los objetos y, además, te da la sensación de que estás entrando a las tumbas que se van a exhibir. La colección es buena y, con paciencia, te puede tomar una hora para recorrer todo. La información es vasta. Aquí la génesis del museo: https://www.youtube.com/watch?v=EAjv6SxZy4I.  Aquí más datos: http://journal.upao.edu.pe/Quingnam/article/view/737/683.
Luego de la visita, nos fuimos a almorzar. Tuvimos como compañeros a varios perros y aves que iban merodeando a la espera de un grano o algo que caiga al suelo. Las chicas dieron una vuelta a ver algún recuerdo para llevar a España. De ahí nos fuimos a la huaca en sí a ver las tumbas que se hallan en este lugar con simulaciones que nos muestran cómo eran enterrados estos dignatarios. Nos fuimos a una suerte de colina que es parte del complejo arqueológico. Hay una bonita vista del valle y las estribaciones andinas.
Al salir tomamos un camino que está muy mal tenido (huecos) para ir a Saltur, pero por desconocimiento debíamos de haber ido a la carretera pavimentada que corre paralela al río Chancay (la 116). Esta carretera nos llevó al lugar que será nuestro próximo objetivo: Pampagrande. Llegamos al lugar casi a las 5 pm. Desde lejos se ve el gran complejo arqueológico. Se puede dejar la camioneta y hacer una caminata, pero ya la hora nos ganaba. Sin embargo, teníamos registrado los datos. El retorno desde Pampagrande a Chiclayo fue rápido, bueno hasta la ex hacienda Pomalca. De ahí el tránsito es lento, penoso. Muchos vehículos que trasgreden las reglas de tráfico: buses, micros, mototaxis. Una real jungla. Felizmente íbamos en una gran camioneta que infundía respeto: una pena que las cosas funcionen así. Adela estaba aterrada, pero llegamos al hotel. No estaban acostumbrados aún a manejar clientes con vehículos, pues quería dejarlo ya para poder manejarnos a pie o en taxi. Tuve que esperar casi unos 10 minutos con un tráfico nada simpático. Felizmente el chico responsable llegó y me llevó al estacionamiento para dejar la camioneta.



Tras una buena ducha, nos fuimos al chifa China para comer algo ligero (una buena sopa) y contemplar los bellos jarrones. Luego nos fuimos a caminar hasta la Plaza de Armas y tuvimos la suerte de hallar la catedral abierta. Entramos y Adela entabló una conversación simpática con una señora feligresa. Dimos una vuelta a la plaza y bajamos por algunas calles a conocer más la ciudad. Al día siguiente nos íbamos al Norte.





domingo, 15 de diciembre de 2019

BRÜNING Y EL BUEN COMER, DOS ALMAS DE LAMBAYEQUE



Miércoles 31 de julio.  Ahora sí. Había comprado ya los boletos para irnos a Chiclayo con Carmen y su hermana Adela. Nos fuimos en EMTRAFESA, una línea que tiene todas las posibilidades de ser una buena empresa, pero su servicio deja mucho por desear. Además, el viaje ahora se hace bastante largo. Lo bueno es que habíamos reservado un hotel muy cerca del terminal de bus en plena avenida Balta: el hotel Ottavis. Como fuimos ligeros de equipaje, solo nos bastó caminar a nuestro destino. Una vez acomodados en nuestras habitaciones, nos fuimos a almorzar a Lambayeque y visitar el museo Brüning. La ida fue relativamente tranquila, pero el retorno iba a ser otro cantar. Le pedimos a nuestro taxista que nos lleve al restaurante El Pacífico, donde hay una buena selección de platos y los hacen para el gusto de muchos turistas que llegan a Lambayeque a visitar sus buenos dos museos: no los condimentan mucho, ni los hacen muy picantes. Lo bueno (y veo que ya se ha establecido en muchas cartas de diversos restaurantes típcios) es pedir platos llamados rondas en el que tiene casi una muestra variada de la cocina de la Región (https://es.foursquare.com/v/el-pac%C3%ADfico/4d1f81add7b0b1f76d460d9f). Tiene buenas opiniones en páginas de viajeros y los precios son módicos. (https://www.tripadvisor.com.pe/ShowUserReviews-g1926372-d6966971-r268748565-El_Pacifico_Lambayeque-Lambayeque_Lambayeque_Region.html).

Una vez culminado nuestro opíparo almuerzo, nos fuimos a visitar al museo que se halla a dos cuadras. Lo interesante de este museo son sus exposiciones itinerantes y su galería de objetos de orfebrería. En mi época de coleccionista de estampillas conocí muchas piezas de filigrana moche, vicús y chimú que luego vería en estas urnas. El museo acoge los restos e investigaciones de la dama de Chornancap, cuyo descubrimiento, como el de la dama de Cao, han tenido que cambiar los datos que se manejaban en la historia de nuestro país: las mujeres eran poderosas y ostentaban este como lo hicieron los antiguos líderes del Perú precolombino. Aquí más datos: https://arqueologiadelperu.com/la-primera-sacerdotisa-de-la-cultura-lambayeque/. Imagino que el museo está acogiendo esta exposición y creo que va a pasar lo mismo con todo lo que sucedió con el señor de Sipán, cuyos restos y su ajuar se expuso por un par de años en este museo hasta que se construyó el museo definitivo de Tumbas Reales. El museo de sitio del complejo Chotuna Chornancap tomará todavía un buen tiempo para construirlo, pero promete ser un de gran calidad como lo son Tumbas Reales, Túcume, Huaca Rajada y Sipán. Desde el punto de vista museístico y arqueológico, Lambayeque es un paraíso. El mismo Heinrich Brüning, alemán, ingeniero de profesión, quien trabajaba en zonas de industrialización azucarera, quedó fascinado por los restos arqueológicos a lo largo costa peruana. Vio Chan Chan, cuando trabajaba para la hacienda Laredo y se instaló por décadas en Puerto Eten. Hizo un trabajo sistemático de estas culturas, leyendo crónicas, registrando todo: combinó su estudio sistemático propio de las ciencias, así como la creatividad para poder articular vacíos que hallaba con sus nuevos descubrimientos para darles sentido de un rico pasado que recién se está abriendo, ahora, en todo su esplendor. El museo es una extensión de su paciente labor y, además, nos dejó cientos de fotografías y rollos (que se hallan en Berlín) en los que registró la lengua muchic, actualmente extinta y de la que tenemos topografía y toponimia, como vocabulario hablado con el español actual. Brüning escribió diversos trabajos reunidos con el título de Lambayeque, Estudios Monográficos. La primera es de 1922 y se hizo una muy interesante en 1989, desde el facsímil de la primera; esta reimpresión fue editada por James Vreeland, Jr. Y bajo el auspicio de la Cervecería del Norte y publicado en Monsefú, uno de los pueblos queridos por Brüning. Es necesario contar con cuenta Scribd. (https://es.scribd.com/document/273878794/Lambayeque-Estudios-Monograficos-de-Enrique-Bruning). Tiene muy interesantes fotografías del autor y hay palabras reflexivas de Juan Mejía Baca, chiclayano de nacimiento. Una última edición prologada por el arqueólogo Walter Alva la hizo la Biblioteca Abraham Valdelomar en 2012 y es más fácil hallarlo en grandes librerías como SBS, donde la compré. Aquí el enlace: http://www.librosperuanos.com/libros/detalle/14796/Lambayeque. El estudio de Brüning puede haber sido superado por los avances de la arqueología, la lingüística, la topografía; pero es un testimonio valioso de nuestro pasado y que no deja de asombrarnos. Las personas mayores que lo leen comienzan a identificar esos lugares que ya están cayendo en el olvido; pero que, gracias a la arqueología, amarrada a la educación y al turismo, están trayendo a la memoria.  






Una vez culminada nuestra visita, nos fuimos a buscar un lugar donde tomar un buen café. Buscamos la casa Descalzi, pero ya estaban cerrando. Los dueños de manea amable nos sugirieron otro lugar por ahí, pero no estaba abierto aún. Entonces decidimos retornar a Chiclayo. Nos fuimos por la Plaza de Armas hasta el paradero, pero en nuestro camino se plantó un auto delante de nosotros y ofreció sus servicios de taxi. El precio fue acordado y nos embarcamos. Fue tremenda odisea. Tal como había comentado líneas arriba, la avenida-carretera que une Chiclayo con Lambayeque estaba con un canal en reparación creando embotellamientos terribles, habida cuenta que aquí es el paraíso de los autos suicidas y los insoportables mototaxis. Nuestro chofer no tuvo la más peregrina idea que ir por la berma sin asfaltar de la vía opuesta. El tráfico era una locura y no había policías de tránsito apoyando para contener esta locura en la que había no solo autos pequeños o camionetas, sino autobuses, puesto que es la ruta de ingreso de unidades que vienen de Piura, Máncora y Tumbes. La locura. Esta sería una advertencia que iba a tomar en cuenta para evitar este infierno en dos días cuando con la camioneta alquilada haríamos el trayecto por Ferreñafe y el Norte.
Llegamos a Chiclayo, hasta la Plazuela Elías Aguirre. El tráfico en esta ciudad es terrible. Las calles estrechas y la imprudencia de muchos choferes hacen una pesadilla para cualquier conductor foráneo. Se respetan poco las reglas y muchos vehículos pequeños como ticos o mototaxis se meten por lugares generando un caos inimaginable. Es un punto oscuro para una ciudad con tan buen potencial turístico y que recibe vuelos internacionales. Decidimos bajar del taxi para evitar la penosa espera de un tránsito que iba lentamente, más rápido iba a ser nuestra caminata. Y fue una feliz decisión, pues nos encontramos con un nuevo café en la calle Elías Aguirre: Expresso 414. Buenos café y jugos de estación, tentadores postres. Comer es una delicia en Chiclayo.
Nos fuimos a nuestro hotel para descansar e ir a cenar a un chifa, algo ligero para una noche. Al día siguiente nos íbamos a Zaña, al Sur de Chiclayo.





SUFRE, PERUANO, SUFRE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO DOMINGO 15 DE DICIEMBRE)


Las piezas de un oscuro engranaje van encajando. La articulación se da, en cierta manera, fácilmente en una sociedad carente de buenos referentes y de una creciente desconfianza con nuestros posibles representantes en el futuro Congreso, alimentada por los partidos políticos que se han ido convirtiendo en una caterva de delincuentes que quieren legitimar diversas formas de delincuencia a través del poder. Esa sería la única explicación plausible para entender que las listas de postulantes estén plagadas de personajes que tienen una u otra situación legal contra la sociedad. Y es lamentable las intenciones de voto en la actualidad.
Diversos argumentos han estado circulando en variados medios con el fin de justificar a estos candidatos, bastante cínicos, al colocarlos incluso como cabeza de lista. O los llamados trásfugas, aquellos de los cuales muchos de los actuales candidatos renegaron o anatematizaron hasta casi la excomunión durante las actividades del cerrado Congreso de la República. Pusieron el grito al cielo cuando comenzó la migración de muchos de sus invitados una vez electos o se volvieron más “papistas que el Papa” una vez que se colgaron de uno u otro color de la tienda política que los acogió. Es clara la evidencia que las intenciones partidarias no obedecen para nada el proteger el bien común, habida cuenta que muchos líderes de diversos partidos tienen reñidas situaciones con la justicia. Quieren el poder para evadir la justicia y por eso colocan sus peones. El más estridente es el de postulantes de Fuerza Popular, caso Martha Chávez; o de las anteriores invitadas a este partido que ahora pululan en otros clanes partidarios como lo es Solidaridad Nacional con su candidata Rosa Bartra, la cual fue nominada por el secretario general de esa agrupación como la mejor congresista que nuestro país a lo largo de la historia republicana. Así de triste es nuestra situación. Y reflexionando, dicha candidata fue electa por nuestra Región, la cual la puso ahí para que se instalase cómodamente en Lima buscándose otro futuro y olvidando la Región que le permitió llegar al hemiciclo. Estrategias personales le llaman. Recordemos a la “famosa” Doris Sánchez quien fue electa por nuestra Región en el partido del perseguido Toledo y no contribuyó en nada por nosotros; o el excongresista Carlos Tubino, representante por Ucayali, nada menos (¡).
¿Cómo son las fojas personales de cada uno de los candidatos por nuestra Región para las elecciones convocadas para dentro un mes? ¿Qué intenciones en pro de la defensa de los intereses de la comunidad tienen cada uno de ellos? ¿Qué saldo llevan consigo mismo? ¿Estará este futuro Congreso lleno de personajes por los cuales todos los peruanos estemos lamentándonos una vez electo o estamos coludidos con ellos? ¿Somos una sociedad delincuencial? Temas como la inmunidad parlamentaria, por ejemplo, es algo que no se escucha de ninguno de ellos.
La información es importante y es de nuestra responsabilidad.