El paso del tiempo causa (en nosotros) mutaciones
que ningún cosmético puede disimular. Somos, pues,
de la misma estirpe de los monstruos.
DOS NOMBRES DEL CINE FANTÁSTICO, RICARDO BEDOYA
Quizá uno de los sentimientos más complejos y primitivo en el ser humano es el del miedo. La génesis de este puede ser de lo más diversa en el mundo natural o creado por el hombre, pero la reacción es visceral y remite a un acto reflejo de supervivencia que se remonta a los orígenes mismos del hombre. Muchos factores que provocan éste siguen una línea muy antigua de arquetipos iniciales en la naturaleza que han ido cambiando en forma gracias a la sofisticación de la cultura humana. Los temores a la muerte, al ser devorado por un depredador, al dolor físico, al autoritarismo avasallador que comprometa mi integridad, están latentes en el imaginario humano y en muchos aspectos subyace en toda actividad que el hombre realiza cotidianamente y está presente en los temores que uno tiene hacia el futuro. El estar abandonado, el extravío como un cachorro sin manada, son sensaciones que suelen inmovilizar incluso al más pintado de los seres humanos que esté errando por la vida. Muchas veces el miedo se acerca a la presencia positiva del dolor, sensación intensa que se acerca al placer, como una forma primitiva de reconocimiento de mi ser como entidad física. Se dice que el dolor (Thanatos) y el placer (Eros) confluyen y los límites de uno frente al otro se diluyen. Quizá sea esta perspectiva la que hace que lo que genera el miedo, pese a todo, siga siendo muy atractivo para el ser humano.
Así pues, es una suerte de placer el que sea generado por un factor imaginario, casi bordeando ribetes de masoquismo, y que moviliza a muchos de nosotros a buscarlo a través de las diversas manifestaciones del arte; es así que la literatura, sobre todo, y el cine han creado obras cuyo leit motiv es el terror; o han empleado a éste (como un instrumento) para llegar a explicar algo subyacente. Así pues se ha convertido en todo un género.
Escritores mayores como Guy de Maupassant, Poe, Stevenson, King, Stoker; cineastas prominentes como Polansky, Murnau, Whale, Kubrick, Ford Coppola; todos ellos han incursionado en este género, aunque no es exclusividad de las artes nombradas (sino recordemos la escultura tétrica del gótico con el fin de atemorizar a los fieles; o la música de Mussorgsky).
El cine ha logrado enriquecer paulatinamente este género, gracias al poder de la imagen y los diversos recursos que muchas veces han dejado poco a la sugestión e imaginación del público.
La literatura ha sido muy generosa creando personajes en el mundo del terror que el cine ha inmortalizado, pero esto generó que el cine haya tenido poca autonomía en la generación de sus personajes. Drácula, Frankenstein son personajes prestados de la literatura, inmortalizados por Bela Lugosi o Boris Karloff; personajes que han sido frecuentemente retomados por cineastas y actores por esa gran fascinación que ejercen sobre el espectador.
Pero el cine de terror también obedece a coyunturas que tratan de explicar de manera figurada el momento vivido; siendo manifestación de una supraestructura, el cine es también un intérprete de esta realidad y nos muestra relecturas subyacentes a través de las imágenes y de los monstruos creados; así pues muchas de estas películas se pueden entender por el momento político, social o económico que se vivía, al ideología del momento; otras por los temores del desarrollo inexorable de la ciencia que, en vez de ser un quehacer a favor del hombre, se vuelve contra éste hasta ser aplastado por su creación. Temores inconscientes de convertirse en Dios.
Algunos clásicos de todos los tiempos:
que ningún cosmético puede disimular. Somos, pues,
de la misma estirpe de los monstruos.
DOS NOMBRES DEL CINE FANTÁSTICO, RICARDO BEDOYA
Quizá uno de los sentimientos más complejos y primitivo en el ser humano es el del miedo. La génesis de este puede ser de lo más diversa en el mundo natural o creado por el hombre, pero la reacción es visceral y remite a un acto reflejo de supervivencia que se remonta a los orígenes mismos del hombre. Muchos factores que provocan éste siguen una línea muy antigua de arquetipos iniciales en la naturaleza que han ido cambiando en forma gracias a la sofisticación de la cultura humana. Los temores a la muerte, al ser devorado por un depredador, al dolor físico, al autoritarismo avasallador que comprometa mi integridad, están latentes en el imaginario humano y en muchos aspectos subyace en toda actividad que el hombre realiza cotidianamente y está presente en los temores que uno tiene hacia el futuro. El estar abandonado, el extravío como un cachorro sin manada, son sensaciones que suelen inmovilizar incluso al más pintado de los seres humanos que esté errando por la vida. Muchas veces el miedo se acerca a la presencia positiva del dolor, sensación intensa que se acerca al placer, como una forma primitiva de reconocimiento de mi ser como entidad física. Se dice que el dolor (Thanatos) y el placer (Eros) confluyen y los límites de uno frente al otro se diluyen. Quizá sea esta perspectiva la que hace que lo que genera el miedo, pese a todo, siga siendo muy atractivo para el ser humano.
Así pues, es una suerte de placer el que sea generado por un factor imaginario, casi bordeando ribetes de masoquismo, y que moviliza a muchos de nosotros a buscarlo a través de las diversas manifestaciones del arte; es así que la literatura, sobre todo, y el cine han creado obras cuyo leit motiv es el terror; o han empleado a éste (como un instrumento) para llegar a explicar algo subyacente. Así pues se ha convertido en todo un género.
Escritores mayores como Guy de Maupassant, Poe, Stevenson, King, Stoker; cineastas prominentes como Polansky, Murnau, Whale, Kubrick, Ford Coppola; todos ellos han incursionado en este género, aunque no es exclusividad de las artes nombradas (sino recordemos la escultura tétrica del gótico con el fin de atemorizar a los fieles; o la música de Mussorgsky).
El cine ha logrado enriquecer paulatinamente este género, gracias al poder de la imagen y los diversos recursos que muchas veces han dejado poco a la sugestión e imaginación del público.
La literatura ha sido muy generosa creando personajes en el mundo del terror que el cine ha inmortalizado, pero esto generó que el cine haya tenido poca autonomía en la generación de sus personajes. Drácula, Frankenstein son personajes prestados de la literatura, inmortalizados por Bela Lugosi o Boris Karloff; personajes que han sido frecuentemente retomados por cineastas y actores por esa gran fascinación que ejercen sobre el espectador.
Pero el cine de terror también obedece a coyunturas que tratan de explicar de manera figurada el momento vivido; siendo manifestación de una supraestructura, el cine es también un intérprete de esta realidad y nos muestra relecturas subyacentes a través de las imágenes y de los monstruos creados; así pues muchas de estas películas se pueden entender por el momento político, social o económico que se vivía, al ideología del momento; otras por los temores del desarrollo inexorable de la ciencia que, en vez de ser un quehacer a favor del hombre, se vuelve contra éste hasta ser aplastado por su creación. Temores inconscientes de convertirse en Dios.
Algunos clásicos de todos los tiempos:
DER GOLEM (EL GOLEM) (1920) PAUL WEGENER gran obra muda que se basa en una leyenda de origen judío, una suerte de súper hombre, protector de los ghettos contra los pogrom a los que esta comunidad se veía frecuentemente amenazada. Al resucitarlo en un momento crucial, gracias a la conjunción de una serie de planetas, se desencadenan varios eventos fatales que causan la ruina de la comunidad. Tiene una serie de elementos esotéricos y cabalísticos propios del mundo judaico, el cual no le era extraño al director, ya que era de ese origen (además él hace el rol del monstruo). Está inscrita en el ciclo de obras expresionistas, como lo son NOSFERATU, EL GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI y EL MUSEO DE LAS FIGURAS DE CERA. Todo un clásico.
THE BRIDE OF FRANKENSTEIN (LA NOVIA DE FRANKENSTEIN) JAMES WHALE (1935) quizá una de las obras más conocidas del ciclo basado en este monstruo creado por Mary Shelley . que le dio un título alternativo y nos da una idea de la intención de la autora: El mito del Prometeo moderno. Esta obra es una prolongación de la obra FRANKENSTEIN, filme dirigido por el mismo autor, James Whale. La intensidad narrativa descansa en una serie de personajes arrastrados por sus locuras e intenciones de inmortalidad, atenuada por personajes no menos pintorescos que fueron después tomados para hacer la extraordinaria parodia que fue The Young Frankenstein de Mel Brooks. Es una verdadera joya de la cinematografía por sus recursos, sus personajes y ese frecuente tema de la dualidad humana.
THE BRIDE OF FRANKENSTEIN (LA NOVIA DE FRANKENSTEIN) JAMES WHALE (1935) quizá una de las obras más conocidas del ciclo basado en este monstruo creado por Mary Shelley . que le dio un título alternativo y nos da una idea de la intención de la autora: El mito del Prometeo moderno. Esta obra es una prolongación de la obra FRANKENSTEIN, filme dirigido por el mismo autor, James Whale. La intensidad narrativa descansa en una serie de personajes arrastrados por sus locuras e intenciones de inmortalidad, atenuada por personajes no menos pintorescos que fueron después tomados para hacer la extraordinaria parodia que fue The Young Frankenstein de Mel Brooks. Es una verdadera joya de la cinematografía por sus recursos, sus personajes y ese frecuente tema de la dualidad humana.
THE EXORCIST (EL EXORCISTA) WILLIAM FRIEDKIN (1973) esta obra es ya todo un clásico que asustó a toda una generación desde su emisión por los 70. Aborda los temas que causan temor al género humano, la posesión y la trasgresión de valores a una humanidad que iba rompiendo toda su candidez de los 50. En el estudio de Noel Caroll, nos habla que muchas escenas han sido tomadas de estudios de demonología que permiten entender con mucha más exactitud las escenas que nos causan escalofríos: por citar una de ellas, cuando la niña gira la cabeza 180º es una acción que el demonio solía hacer a las brujas a las cuales sodomizaba. La música de Mike Olfield también sirvió para hacer más popular esta película.
BRIAN STOCKER´S DRACULA, FRANCIS FORD COPPOLA (1992) es una verdadera joya visual, una de las películas soñadas de Francis Ford Coppola, con una exquisita gama de recursos, con personajes extravagantes como seductores, con un vestuario de ensueño y una música que nos hace recordar a Enesco y sus romanzas para violín. En realidad, es una historia de amor rodeada casi de elementos gore como las decapitaciones o los abundantes baños de sangre. Un estudio de trabajos de sombras que no hace sino rendir homenaje al principio, al Cine; es por eso que Ford Coppola nos deja viajar por el mundo de los primeros años de vida del cinematógrafo y nos dice lo que éste es, un mundo de sombras que tiene su propia vida. Creo que otra película que acompaña a esta como un dúo es The Age of the Inocence de Scorsese, por el mismo uso de recursos y la intención de fisgar.
CARRIE (EXTRAÑO PRESENTIMIENTO) BRIAN DE PALMA 1976 Quizá una de las mejores películas de este irregular director de los 70 y 80, Carrie es el estudio de los miedos conjugados de la sociedad norteamericana: juventud en exceso, estudios paranormales y fanatismo religioso. Marcado por una época con resaca del movimiento hippie y la caída de Vietnam, Norteamérica se ve envuelta en una serie de drásticos cambios que han de tratar de corregir los “errores liberales” de los 60. En la búsqueda de la libertad y el respeto del individuo, así como la búsquedas de raíces, los ciudadanos jóvenes experimentan un mundo interno producto de las drogas psicodélicas, el acercamiento a culturas antiguas en la búsqueda del yo y el fascinante mundo de lo paranormal. Una serie de móviles ligados a la búsqueda de mi Yo juvenil, más una fuerte dosis de religiosidad fanática lleva que una huraña adolescente de clase media de un pueblo cualquiera convertirse por las circunstancias en un monstruo: es la transformación de la personalidad hacia trastornos autodestructivos. De Palma ha sabido jugar con todos esos miedos, como la autoridad intransigente, el miedo a lo no comprendido y el aislamiento comunicacional doloroso del adolescente para hacer esta perfecta historia de terror. Así como en El Exorcista, Linda es paulatinamente poseída por el diablo, Carrie (Sissie Spaceck) va descubriendo poderes insólitos que nunca debió haber despertado, ya que les serán incontrolables y la terminan destruyendo. La actuación de la madre (Laurie Piper) es soberbia y encarna otro monstruo implacable.
DEAD RINGERS (PACTO DE AMOR) DAVID CRONENBERG 1988 El mundo bizarro de los gemelos es abordado por uno de los maestros del cine fantástico y del horror. El mundo psíquico de los gemelos siempre ha sido atractivo como atemorizante por esta suerte de mundo clónico que hasta cierto punto trasgrede la esencia única de la individualidad: un alter ego que piense igual que uno y que su campo emocional pueda ser el mismo; además está ese juego de posibilidades oscuras dadas al tener “un doble”, situación que puede diabólicamente empleada y que también puede ser factor paulatino de la usurpación de mi Yo hasta asumir el papel del otro. La génesis de la degeneración de la personalidad en desmedro del otro es terrible, adosado al hecho de tener un alter patológico que muestre tal como soy: Dr. Jeckill y Mr. Hyde. El film los obliga a buscar el origen y casualmente trabajan en una clínica ginecológica. La mente fría del científico y el atractivo de este raro juego nos van desnudando escenas cada vez más terribles y agobiantes. El papel realizado por Jeremy Irons quien encarna a los gemelos es estupendo.
ALIEN (OCTAVO PASAJERO) RIDLEY SCOTT 1979 Una estupenda obra de este director artesano, quien inicia toda una saga, no superando a esta obra maestra que ofrece una visión futura aterradora como ya lo había planteado HAL en 2001, ODISEA DEL ESPACIO: la “sublevación de la máquina”. No es una visión ligera como la de Matrix, pero como está rodeada de un thriller angustiante, la presencia de un alienígena que busca cómo sobrevivir, se pierde esta reflexión y es la segunda opción la que ha sido abordada, no con cierto morbo, por las demás películas de la saga. La novedad de este monstruo, como escribe Melvin Ledgard, es la de transgredir el principio de lo que el ser humano es en su esencia...hasta hoy. Que un varón dé a luz al alienígena, que éste asuma características humanas, que una mujer (Ripley) sea la sobreviviente en esta lucha brutal, abrió pues todo un filón que aún se explota. Pero espero se regrese a esa discusión tenebrosa del encuentro, muchas veces desafortunado, máquina – hombre, situación tan tensa que recién empieza a cobrar más cuerpo ahora que un sistema implacable pide al hombre efectividad y eficiencia, ahorro y producción; si vemos las metas de nuestra sociedad, es ahora cuando el hombre se encuentra ante terribles dilemas. El asunto es evitar que la máquina ocupe el lugar nuestro; por eso, estos filmes son en cierta manera premonitorios.
JAWS (TIBURÓN) STEVEN SPIELBERG 1975 Sacar a relucir uno de los más grandes miedos del hombre, el de ser una presa de un depredador yace en el inconsciente colectivo de la especie humana, quizá ya sembrado en nuestros antepasados cavernarios, quienes eran presas de grandes depredadores con quienes les tocaba luchar por un lugar bajo el sol. Este temor visceral cuando cae en manos de un maestro del espectáculo, logra una feliz consecución para crear este clásico del terror. Este film ha hecho saltar y gritar a miles de espectadores desde que fue proyectada por primera vez y, pese a que la hayamos visto varias veces, las escenas cuando aparece el inmenso escualo generan en cada uno de nosotros ese miedo primitivo de ser una potencial víctima. Es, además, una severa llamada de atención a la vanidad humana en su actitud de querer domar la naturaleza y esta cada cierto tiempo te pasa una factura difícil de pagar o asumir. El temor a lo incontrolable está aquí latente, el temor que algo se nos vaya de las manos y en el momento menos esperado sea una estaca que termine con todo lo que proyectamos o construimos. Será siempre un clásico.
MISERY (MISERIA) ROB REINER 1990 De la novela homónima del maestro del terror Light, Stephen King, es una estupenda película de terror psicológico, generado por gente desequilibrada que no haya el límite entre lo real e irreal. Un buen escritor se dedica a escribir mediocres novelas románticas y, cansado, decide eliminar a la principal protagonista, Misery. Esto, sin saberlo, le va a acarrear terribles problemas cuando, tomando vacaciones en Colorado, va a caer en manos, accidentalmente, de una desequilibrada apasionada de él y su obra. Ella le pide volver al personaje a la vida escribiendo una nueva novela, y suceden una serie de aterradores acontecimientos ante la impotencia del escritor y del espectador, quien mira alucinado todas las urdimbres que pueden surgir de una mente enferma de un fanático obsesionado. Actúan James Caan y una extraordinaria Kathy Bates. Notable.
BRIAN STOCKER´S DRACULA, FRANCIS FORD COPPOLA (1992) es una verdadera joya visual, una de las películas soñadas de Francis Ford Coppola, con una exquisita gama de recursos, con personajes extravagantes como seductores, con un vestuario de ensueño y una música que nos hace recordar a Enesco y sus romanzas para violín. En realidad, es una historia de amor rodeada casi de elementos gore como las decapitaciones o los abundantes baños de sangre. Un estudio de trabajos de sombras que no hace sino rendir homenaje al principio, al Cine; es por eso que Ford Coppola nos deja viajar por el mundo de los primeros años de vida del cinematógrafo y nos dice lo que éste es, un mundo de sombras que tiene su propia vida. Creo que otra película que acompaña a esta como un dúo es The Age of the Inocence de Scorsese, por el mismo uso de recursos y la intención de fisgar.
CARRIE (EXTRAÑO PRESENTIMIENTO) BRIAN DE PALMA 1976 Quizá una de las mejores películas de este irregular director de los 70 y 80, Carrie es el estudio de los miedos conjugados de la sociedad norteamericana: juventud en exceso, estudios paranormales y fanatismo religioso. Marcado por una época con resaca del movimiento hippie y la caída de Vietnam, Norteamérica se ve envuelta en una serie de drásticos cambios que han de tratar de corregir los “errores liberales” de los 60. En la búsqueda de la libertad y el respeto del individuo, así como la búsquedas de raíces, los ciudadanos jóvenes experimentan un mundo interno producto de las drogas psicodélicas, el acercamiento a culturas antiguas en la búsqueda del yo y el fascinante mundo de lo paranormal. Una serie de móviles ligados a la búsqueda de mi Yo juvenil, más una fuerte dosis de religiosidad fanática lleva que una huraña adolescente de clase media de un pueblo cualquiera convertirse por las circunstancias en un monstruo: es la transformación de la personalidad hacia trastornos autodestructivos. De Palma ha sabido jugar con todos esos miedos, como la autoridad intransigente, el miedo a lo no comprendido y el aislamiento comunicacional doloroso del adolescente para hacer esta perfecta historia de terror. Así como en El Exorcista, Linda es paulatinamente poseída por el diablo, Carrie (Sissie Spaceck) va descubriendo poderes insólitos que nunca debió haber despertado, ya que les serán incontrolables y la terminan destruyendo. La actuación de la madre (Laurie Piper) es soberbia y encarna otro monstruo implacable.
DEAD RINGERS (PACTO DE AMOR) DAVID CRONENBERG 1988 El mundo bizarro de los gemelos es abordado por uno de los maestros del cine fantástico y del horror. El mundo psíquico de los gemelos siempre ha sido atractivo como atemorizante por esta suerte de mundo clónico que hasta cierto punto trasgrede la esencia única de la individualidad: un alter ego que piense igual que uno y que su campo emocional pueda ser el mismo; además está ese juego de posibilidades oscuras dadas al tener “un doble”, situación que puede diabólicamente empleada y que también puede ser factor paulatino de la usurpación de mi Yo hasta asumir el papel del otro. La génesis de la degeneración de la personalidad en desmedro del otro es terrible, adosado al hecho de tener un alter patológico que muestre tal como soy: Dr. Jeckill y Mr. Hyde. El film los obliga a buscar el origen y casualmente trabajan en una clínica ginecológica. La mente fría del científico y el atractivo de este raro juego nos van desnudando escenas cada vez más terribles y agobiantes. El papel realizado por Jeremy Irons quien encarna a los gemelos es estupendo.
ALIEN (OCTAVO PASAJERO) RIDLEY SCOTT 1979 Una estupenda obra de este director artesano, quien inicia toda una saga, no superando a esta obra maestra que ofrece una visión futura aterradora como ya lo había planteado HAL en 2001, ODISEA DEL ESPACIO: la “sublevación de la máquina”. No es una visión ligera como la de Matrix, pero como está rodeada de un thriller angustiante, la presencia de un alienígena que busca cómo sobrevivir, se pierde esta reflexión y es la segunda opción la que ha sido abordada, no con cierto morbo, por las demás películas de la saga. La novedad de este monstruo, como escribe Melvin Ledgard, es la de transgredir el principio de lo que el ser humano es en su esencia...hasta hoy. Que un varón dé a luz al alienígena, que éste asuma características humanas, que una mujer (Ripley) sea la sobreviviente en esta lucha brutal, abrió pues todo un filón que aún se explota. Pero espero se regrese a esa discusión tenebrosa del encuentro, muchas veces desafortunado, máquina – hombre, situación tan tensa que recién empieza a cobrar más cuerpo ahora que un sistema implacable pide al hombre efectividad y eficiencia, ahorro y producción; si vemos las metas de nuestra sociedad, es ahora cuando el hombre se encuentra ante terribles dilemas. El asunto es evitar que la máquina ocupe el lugar nuestro; por eso, estos filmes son en cierta manera premonitorios.
JAWS (TIBURÓN) STEVEN SPIELBERG 1975 Sacar a relucir uno de los más grandes miedos del hombre, el de ser una presa de un depredador yace en el inconsciente colectivo de la especie humana, quizá ya sembrado en nuestros antepasados cavernarios, quienes eran presas de grandes depredadores con quienes les tocaba luchar por un lugar bajo el sol. Este temor visceral cuando cae en manos de un maestro del espectáculo, logra una feliz consecución para crear este clásico del terror. Este film ha hecho saltar y gritar a miles de espectadores desde que fue proyectada por primera vez y, pese a que la hayamos visto varias veces, las escenas cuando aparece el inmenso escualo generan en cada uno de nosotros ese miedo primitivo de ser una potencial víctima. Es, además, una severa llamada de atención a la vanidad humana en su actitud de querer domar la naturaleza y esta cada cierto tiempo te pasa una factura difícil de pagar o asumir. El temor a lo incontrolable está aquí latente, el temor que algo se nos vaya de las manos y en el momento menos esperado sea una estaca que termine con todo lo que proyectamos o construimos. Será siempre un clásico.
MISERY (MISERIA) ROB REINER 1990 De la novela homónima del maestro del terror Light, Stephen King, es una estupenda película de terror psicológico, generado por gente desequilibrada que no haya el límite entre lo real e irreal. Un buen escritor se dedica a escribir mediocres novelas románticas y, cansado, decide eliminar a la principal protagonista, Misery. Esto, sin saberlo, le va a acarrear terribles problemas cuando, tomando vacaciones en Colorado, va a caer en manos, accidentalmente, de una desequilibrada apasionada de él y su obra. Ella le pide volver al personaje a la vida escribiendo una nueva novela, y suceden una serie de aterradores acontecimientos ante la impotencia del escritor y del espectador, quien mira alucinado todas las urdimbres que pueden surgir de una mente enferma de un fanático obsesionado. Actúan James Caan y una extraordinaria Kathy Bates. Notable.
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