31 de octubre. Una breve escapada con un pequeño grupo para
visitar nuestra sierra, la sierra liberteña. La pararrayos, nuestra entrañable Isabel
Lemoal, y su amiga Dominique, venidas de Francia, María y yo nos fuimos en bus
de la empresa TUNESA en el servicio de 11 de la noche a Huamachuco. Se nos dijo
que íbamos a llegar temprano, bastante temprano; por esa razón había coordinado
con el hotel sobre nuestra llegada a esa ciudad. Llegamos a las 4 de la mañana,
con Isabel bastante descompuesta por las innumerables curvas que había en la
ruta. Los servicios dejan mucho qué desear, pues las instalaciones del terminal
de la empresa son muy básicas, sobre todo los servicios higiénicos.
Ya acomodados en nuestro hotel, nos echamos a dormir hasta
las 8 am con el fin de poder descansar algo. María también había pasado mucho
frío. Ya despierto y luego de una ducha espartana (los baños eran estrechos,
pero había agua caliente), bajamos a tomar desayuno. El desayuno sí era
simpático con quinua, quesos, huevos y mucho pan para soportar la caminata. En
un principio quería dejar la visita de lugares altos para el viernes 02, pero
decidimos ir a nuestros objetivos iniciales: Marcahuamachuco y Wiracochapampa. Hablamos
con la gente del hotel y le comentamos nuestro plan de contratar una movilidad
diaria para que nos lleve a esos lugares y, al día siguiente, Sausacocha y
Yanasara. La señora hizo una llamada proverbial y nos dijo que ya teníamos una
camioneta a 100 soles por día. Nos llevaba a donde quisiésemos. Coordinamos
para salir a las 9:30 con rumbo a Marcahuamachuco. El tramo no es distante,
pero sí es escarpado el ascenso. Había estado en este lugar en 2005 y en 2008.
Fue una visita interesante, aunque la zona recién era trabajada de manera sistemática
y ordenada. Y el encuentro con este lugar fue bastante notable. El ingreso es
libre, lo que no pareció correcto, pues un pago sería necesario para mantener
este sitio arqueológico en buenas condiciones y ayudar en algo en la
continuidad de las investigaciones. El lugar es de por sí mágico y muchos
trujillanos, pese a la cercanía, no lo conocen. Ni María ni mis dos amigas
francesas conocían la zona, y quedaron maravilladas. Ya en la camioneta,
hicimos algunas compras como pastillas para el mareo y otras avituallas, por si
acaso. El camino es asfaltado hasta cierto punto, hasta el desvío al complejo
arqueológico; el asfalto continúa, supongo, hasta Sanagorán. Desde el desvío
comienza la ruta escarpada. El precipicio se va marcando cada vez más y podemos
ver a los lejos a la ciudad de Huamachuco y el pelado cerro El toro, en el que
se halla oro y hay mucha extracción ilegal. Es terreno vedado. El 2016 que
estuve como invitado a una ponencia y me comentaron muchos datos e historias
turbias al respecto. Volvemos a nuestro lugar de interés. Marcahuamachuco está
a un poco más de 3600 msnm. Y Huamachuco está a 3169. Ergo, tuvimos que subir
otros 500 metros más. El camino lo hicimos lentamente, pero el paisaje es
impresionante: la combinación entre la arquitectura lítica y su paisaje
natural, casi una mímesis, aparte del camino obligado de las nubes por este
espacio le daban un aspecto irreal, mágico. Es un espacio de 2 kilómetros y
medio para ver, caminar y pensar la grandeza que alguna vez tuvo este lugar,
esta cultura lítica, la cual, lastimosamente, no ha tenido herederos en el
trabajo de la piedra, aunque me comentaron que sí hay persona que hacen
cantería y trabajan las piedras. El pequeño museo municipal (que no logramos
visitar) tiene un interesante trabajo de piedras labradas. Aquí un texto
interesante para comprender más la grandeza de este sitio ( file:///C:/Users/Gerardo/Downloads/PRIMER_INFORME%20MARCAHUAMACH-Lumbreras02.pdf).
Además datos del proyecto que está trabajando el rescate de este lugar (http://marcahuamachuco.gob.pe/index.php/marcahuamachuco-2/ubicacion/)
. En realidad, venir a Trujillo y no darse un salto a esta zona es un descuido
lamentable (https://www.arqueologiadelperu.com/tag/marcahuamachuco/?print=print-search).
Terminada nuestra caminata, nos fuimos a Wiracochapampa, el
esplendor Wari en el Norte peruano. La primera vez que estuve aquí fue en 2008.
En esa oportunidad, la zona no distaba de ofrecer un puñado de ruinas bastante
deterioradas y un tramo del Camino Inca. Ahora es otra cosa. Igualmente, esta
zona es trabajada por la Unidad Ejecutora 007 que trabaja Marcahuamachuco
también. E igualmente no se paga la entrada (no creo que la gente se niegue a
pagar un boleto de visita). Tiene una extensión de un poco más de 42 hectáreas
y es una buena muestra de zona ocupada por personas que aprovecharon inteligentemente
el espacio para poder acoger a un buen número de personas. Sabían aprovechar el
agua y es zona rica en agricultura. Y las construcciones son impresionantes.
Aquí dejo más información al respecto. (http://www.cultura.gob.pe/comunicacion/noticia/los-muros-escondidos-de-wiracochapampa)
(https://www.arqueologiadelperu.com/tag/wiracochapampa/?print=print-search).
También un artículo de la ocupación de esta zona desde épocas prehispánicas
hasta inicios de la república (http://www.unife.edu.pe/publicaciones/revistas/consensus/volumen20/Consensus%2020_2/Cap%201.pdf).
Terminada nuestra visita, nos dirigimos a almorzar y nos fuimos a un
restaurante muy simpático cuya especialidad es: trucha frita. Un opíparo
atracón luego de haber estado en lugares cargados de historia precolombina.
Como era Día de Todos los Santos, día de muertos, fuimos a
ver el cementerio de la ciudad para recordar a todos los idos (que ya son
muchos este año). El cementerio es pequeño, y cargado de historias de esta
vieja ciudad. Una zona antigua y una zona nueva, llena de gente que limpiaba
lápidas o nichos de los que ya se fueron. Vi algunas tumbas de gente joven. Y
presenciamos un sepelio. Terminada nuestra visita, nos fuimos a descansar a
nuestro hotel para acomodar nuestro organismo por el largo día de caminatas a
más de tres mil metros.
Por la noche salimos a ver el centro de la ciudad, su
extensa plaza de armas y fuimos a tomar una buena sopa para dormir cuando se
desató una fuerte lluvia. Felizmente duró poco, además las casas tienen aleros
que te protegen de un aguacero. Habíamos quedado para ir al día siguiente a
Yanasara y la laguna de Sausacocha. Fin de nuestra primera jornada.