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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 24 de noviembre de 2024

EL VALOR DE LA VIDA EN PERÚ (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 24 DE NOVIEMBRE)

 


Dos tristes acontecimientos revelan el valor de la vida en nuestro país. Un cruel feminicidio y un envenenamiento sistemático de niños y adolescentes por parte de empresarios y funcionarios inescrupulosos del programa Qali Warma que merecen todo el repudio y sanción posible. Ambas son muestras de lo vil que puede ser una persona y cómo el poder en manos de personas de tal calaña es un atentado permanente contra la integridad social y sus integrantes. El asesinato de Sheyla Cóndor es una más de las 121 mujeres asesinadas en lo que va del año, pero todo el contexto de este crimen ha mostrado un turbio accionar que culmina con la extraña muerte del policía asesino, Darwin Condori. El policía en cuestión había participado en una violación masiva y estaba denunciado con otros agentes más; pero, por esas acciones raras ligadas al poder y la indiferencia o complicidad de sus compañeros, el violador seguía en funciones. El rechazo, mofa y amenazas recibidas durante contra la madre por denunciar la desaparición de su hija convierten todo este acontecimiento en una verdadera situación kafkiana que sólo se entiende en una sociedad vertical, racista, machista, además de clasista. La PNP se portó de la peor manera con la madre y, hasta el momento que redacto esto, dicha entidad no puede ser capaz de reconocer la grave falta que han cometido varios integrantes de la institución. Por eso, la gente no confía en esta para solicitar seguridad, protección u otro tipo de responsabilidades que le competen a su función. Quizá un mal entendido “espíritu de cuerpo” pueda explicar la inoperancia para sancionar a los policías que delinquen, salvo que la violación ya no sea entendida como un delito. El caso de Qali Warma es aterrador, pues este manifiesta todo lo que una sociedad racista, centralista, clasista y con un insano afán de lucro pueda hacer con sus ciudadanos más débiles y desprotegidos: los niños pobres de provincias lejanas. Empresarios angurrientos coludidos con miserables autoridades pueden gestar hechos como este verdadero crimen masivo: no sé qué se pueda entender con los numerosos casos de intoxicación de niños y adolescentes en diferentes partes del país. ¿Puede denunciárselos como intento de homicidio o qué otra cosa puede ser? Actuaron negligentemente a sabiendas de lo que hacían, corrompiendo a funcionarios y comprando silencios. Tal como destacaron algunos periodistas serios de investigación, esta noticia no hubiera sido destacada, pues las víctimas, pobres provincianos, no generaban un “contenido relevante” para la información. Como hay altas esferas gubernamentales involucradas de manera directa o indirecta, incluida Boluarte; es posible que todo esto se patee lenta y sigilosamente hacia el olvido, consabida estrategia que están empleando todos los de esta casta gubernamental, más preocupados en veleidades tan lejanas de la necesidad social. ¡Qué poco cuesta la vida en nuestro país!


domingo, 20 de febrero de 2022

PERIODISMO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 20 DE FEBRERO)


A lo largo de mi vida universitaria y laboral, he tenido contactos con muchas personas que han ejercido y ejercen el periodismo de manera profesional. Muchas de ellas terminaron convirtiéndose en grandes amigos, amistad que sigo cultivando hasta nuestros días. A lo largo de la historia de medios de nuestro país, sobre todo cuando aparecen los periódicos como tales y, luego, otros medios de comunicación (radio, televisión y, ahora, la virtualidad) uno termina de entender por qué esta profesión puede convertirse en un cuarto poder.

En artículos míos anteriores, recordé algunos ejemplos de su mal uso: cuando vivía en Lima un amigo y colega de trabajo, al enterarse de un avasallador cáncer terminal, se suicidó; en medio de esta tragedia familiar, un canal de televisión emitió la noticia como un ajuste de cuentas por narcotráfico. La reacción de muchos amigos, familiares y colegas fue inmediata: una carta de rectificación por parte del canal que difundió la noticia sin pruebas. Nunca hubo dicha rectificación. Otra fue la manipulación tendenciosa de posibles sismos que causó pánico y problemas económicos a nuestro país. El principal diario promotor no enmendó su error. Fue una noticia más. Ejemplos como estos hay muchos que quedan impunes, sobre todo para las personas que no tienen recursos ni poder para exigir rectificaciones. Algunos periodistas cuestionados han expuesto contubernios políticos, económicos o sociales; pero sus trabajos se desdibujan debido a acciones como defenestrar campañas sanitarias urgentes para la comunidad o manipular la memoria de personas a su antojo. Se usa la libertad de expresión como un cajón de sastre en el que hechos bastante cuestionables denigran la profesión. No olvidemos de lo que fue la prensa Geisha presta a ocultar los crímenes de una dictadura, avalar sus atropellos y ser cómplices de toda la red putrefacta que sigue asolando nuestra sociedad. Un periodista, honesto y leal a su profesión, busca la verdad y la comprueba con hechos tratando de mantener la difícil imparcialidad. Hay periodistas que luchan contra todo tipo de corrupción perseverante y transparentemente generando espacios de discusión y buscando las evidencias para construir la noticia muchas veces enfrentando riesgos. No es fácil. Hace una semana vi la proyección de un documental sobre la masacre de 8 periodistas en Uchuraccay y la evolución de este acontecimiento (y también el olvido). Toda forma de corrupción económica o política busca diversas formas de amenazas y amedrentamiento. Recientemente, en Trujillo, un grupo de periodistas de investigación tuvo que cancelar en último momento una entrevista a una candidata a la alcaldía, pues esta le es incómoda al dueño de la radio; o las declaraciones de un jefe policial corrupto que, con gritos, quiere ocultar su crimen menospreciando la sistemática investigación hecha por un periodista local. Han expuesto parte de la gangrena. Mi completa solidaridad con ellos.