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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 16 de abril de 2023

¿ESPERANZA PARA LOS CIUDADANOS DE SEGUNDA? (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO ABRIL 2023)

 


Una enfermera fallece tras una violenta violación y un bastante raro descuido médico en Puno. El líder indígena Ulises Rumiche Quintimari, protector del medio ambiente amazónico, es asesinado por posibles traficantes ilegales o narcotraficantes. Los vegetales bandera que exportamos al mercado internacional y que ofrecen al mercado interno presentan altos índices de pesticidas, intolerables para el consumo humano, y son vendidos en grandes cadenas de supermercados en Lima (¡cómo será en el resto del país!). Mujeres. Indígenas. Consumidores locales. En un país que desprotege a sus mujeres, sus comunidades nativas; que deja en el desamparo sus grupos étnicos a merced de traficantes ilegales;  que desprotege a las mujeres, jóvenes y niñas violadas por criterios ajenos a los derechos básicos de su integridad física; que permite que grandes empresas lucren de sus usuarios; que estas mismas ofrezcan material que no sería permitido en otras latitudes o que aún no se prohíba el uso de elementos contaminantes de toda índole e, incluso, haya partidos políticos que traten de eliminar leyes que protejan la salud del usuario y el medio ambiente; podemos, pues, indicar que hay una clasificación discriminatoria muy marcada de los ciudadanos que vivimos en esta extensión geográfica que excede el millón de kilómetros cuadrados.

El respeto por el individuo como tal, del cual muchas personas e instituciones se jactan de defenderlo, es bastante débil en nuestra sociedad. Hubo y hay avances que tratan de cerrar brechas profundas que lastran a los peruanos. Hay organismos y personas que buscan el bien común y la protección de las personas como individuos; pero otros, por diversos intereses (sobre todo, económicos), se vuelven enemigos acérrimos de diversos grupos sociales de diversa índole. Así, diversos inescrupulosos buscan favores políticos y económicos para seguir actuando impunemente contra los ciudadanos, contra nosotros. La sociedad se ha vuelto incrédula, escéptica de cualquier institución pública encargada de velar los derechos básicos de cualquier ciudadano. Un total descrédito, bien ganado a pulso por el sentido de impunidad y privilegios.

Pero, hay algunas buenas noticias jurídicas que esperamos prosperen. La justicia está cayendo sobre dos peces gordos: Alejandro Toledo y Joaquín Ramírez, y la posibilidad de que, con ellos, caigan una numerosa recua de corruptos de su entorno. Las redes han estallado con optimismo, pero también con una buena dosis de escepticismo cuando hablamos de justicia peruana. Muchos comentan que caerán otros peces gordos y medianos de todo bando, promotores de diversas formas de corrupción en todos los campos de la sociedad peruana. Se está tocando a poderosos que detentan el poder de una manera u otra, y mueven sus hilos para atenuar el control de daños. Es un momento decisivo para volver a creer en nuestra institucionalidad, tan venida a menos por décadas.


domingo, 30 de octubre de 2016

EL CORRUPTO NUESTRO DE CADA DÍA (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO A PROPÓSITO DE CASTAÑEDA, RAMÍREZ, CHLIMPER Y OTRAS JOYITAS DE LA POLÍTICA PERUANA)

A fines de abril de este año, escribí un artículo sobre la corrupción y las repercusiones de esta sobre una sociedad. Fue durante los días en los que estalló el escándalo de los Panamá Papers, que involucraron a casi todas las personalidades políticas, incluido PPK, y que fueron pasadas por agua tibia mediáticamente hablando. Días previos a la segunda vuelta electoral, en las filas del partido naranja iban a estallar dos gruesos escándalos de corrupción (narcotráfico y tráfico de influencias) cuyos protagonistas se borraron del mapa (Joaquín Ramírez y José Chlimper, ahora en el BCR). La frágil memoria de los peruanos ha permitido que estos dos sucesos hayan pasado al olvido mediático. Y desde el ascenso del actual Gobierno, han estallado varios escándalos vinculados a tráfico de influencias y uno bastante grave que involucra a la actual gestión edil limeña con el escándalo Lava Jato.
 Para entender más este fenómeno vamos a tomar prestadas las ideas sobre este tema, presentadas en un artículo en la revista Filosofía Hoy No 21; describe el perfil de un corrupto: 1) Cree que lo suyo es más valioso (“sobrevaloración psicótica de lo propio”) frente a una subvaloración de lo ajeno, y lo hace sin remordimiento. 2) Genera un clima de credibilidad de tal manera que las personas que son víctimas de sus actos colaboran con ellos con toda pasividad; por eso detestan la violencia para no generar inestabilidad en su juego. 3) Es hábil y crea mecanismos que aseguran una cierta estabilidad para mantener la actividad corruptiva. 4) Se convierte paulatimente en una persona admirada por dotes intelectuales y capacidad de “emprendimiento”. 5) Desprecia a las demás personas que, pudiendo hacer lo mismo, no son arrojados a realizar dichos actos. 6) Y por último, ya cayendo en los límites de la insania social, tiene una escasa percepción del riesgo y desarrolla una confianza amparada en la impunidad.
El hombre ha demostrado  un instinto permanente a obtener cosas de manera ilícita y desenfrenada; se puso límites a esta ambición individual, pero las sanciones y descrédito no son bastante fuertes; por eso, los corruptos siguen actuando como si no fueran a ser descubiertos. El corrupto daña a la sociedad, le genera atrasos en todos los niveles del quehacer humano: tergiversa las relaciones humanas y pasamos a ser meras fichas de personas e instituciones que no tienen escrúpulo alguno.
Bertrand De Speville, abogado inglés y especialista en lucha contra la corrupción, plantea tres elementos muy importantes para contrarrestarla en una sociedad: la represión (penas duras sin capacidad de negociación), la prevención y la educación, eje importante y de los más descuidados en países pobres como los nuestros. Todo esto enmarcado en voluntad política.
Una sociedad como la peruana, plagada de personajes corruptos a todo nivel, se debería autoformularse la pregunta de si existe la voluntad para enfrentar a estos que corroen nuestros tejidos sociales.

domingo, 5 de junio de 2016

ELECCIONES: POSIBLE FUTURO CONDENATORIO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 05 DE JUNIO)

Los peruanos estaremos decidiendo hoy domingo quién nos estará gobernando por los siguientes cinco años. Es una de las elecciones más reñidas de las últimas décadas, teñidas de muchas irregularidades que surgieron durante la primera y la segunda vuelta. Durante la primera,  se excluyeron candidatos por irregularidades como la de la compra de votos que motivaron la cancelación de un fuerte contendor como lo era César Acuña; sin embargo, no se actuó con el mismo rigor con otra candidata quien había hecho lo mismo a todas luces y con claras evidencias en sus actividades proselitistas en zonas populares. Se sacrificó a su vicepresidente Vladimiro Huaroc, a modo de “premio consuelo”.
Así ingresamos a una segunda vuelta, con dinosaurios heridos de muerte como el caso de AGP. Pero la sombra de un flagelo que ha estado corroyendo las sociedades latinoamericanas, el narcotráfico, hacía su presencia en estas elecciones. Este fantasma acompaña todo tipo de lides electorales en nuestro país desde hace tres décadas. En estas presidenciales, esta amenaza ha saltado delante de nosotros. Y ha movido a la sociedad civil desde sus cimientos, pese a que este mal ya está enraizado en diversos sectores productivos como lo es el de la construcción o de servicios.  Inicialmente, varios personajes que solventaban los millonarios gastos de los diversos partidos en la contienda fueron cuestionados en una primera instancia con el escándalo de los Panamá Papers: muchos financistas aportadores de casi todos los partidos de la primera vuelta estaban involucrados en sociedades creadas en paraísos fiscales. Pero la bomba vendría con las denuncias del diario Univisión: lo de Joaquín Ramírez tenía que volverse internacional (aunque hubo medios locales que ya difundían este caso desde hace dos años) y con sello de la DEA para que la sociedad peruana se despercudiera de su letargo. Y más grueso escándalo fue el de los audios editados con tan toscos resultados que motivaron la renuncia de una periodista, el cierre del tendencioso programa que los propaló y la desaparición automática del hombre que era la imagen de una de los contendores. Hablar de ello en el último debate hubiera sido suficiente para desequilibrar a un partido que tiene entre sus principales cabezas a tales personajes. Es más, si hubiera mayor conciencia política y un fuerte sentido ético en nuestra sociedad, hubiera habido un desbande de muchos de sus seguidores y otros dirigentes ante semejantes hechos. Pero pareciera que no es así. Nos estamos volviendo cínicos. Un cinismo peligroso, no solo para la actualidad, sino para el futuro de la sociedad que se quiere tener.

En la educación, todos sabemos que se enseña con el ejemplo. Los niños y jóvenes ven en sus padres y adultos el modelo de los valores que han de regir su mundo. Creo que el cinismo es lo que estamos enseñando en las calles y en nuestros actos a ellos. 
Después no nos quejemos.