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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal

domingo, 28 de octubre de 2018

CIUDAD GÓTICA (ARTÍCULO APARECIDO PARCIALMENTE EN DIARIO LA INDUSTRIA POR EL DÍA DE LAS CIUDADES) DOMINGO 27 DE OCTUBRE


El 31 de octubre es el día de la ciudad como tal, el espacio geográfico ocupado por ciudadanos que se encargan de hacerla su espacio, y esta ofrece a los que la habitan las condiciones de vida dignas para su subsistencia, desarrollo y descanso. Esos son los conceptos e ideales que uno tiene al habitar una ciudad. En ella nacemos, nos educamos, crecemos, laboramos, nos reproducimos, nos realizamos, nos curamos y nos extinguimos. Para cada una de estas macro actividades existen espacios concretos para su realización: hospitales, centros educativos, centros laborales, centros de diversión y cementerios. Las ciudades, desde que estas aparecieron hace miles de años, han ido evolucionando y creciendo hasta desplazar un concepto de vida que primó en la especie humana por siglos: el mundo rural.
Desde Ur o Caral, ciudades que eran centros religiosos y militares, fueron evolucionando hacia centros económicos, comerciales y culturales en los últimos tres siglos. Así van surgiendo los monstruos urbanos millonarios que han cambiado la fisonomía del planeta desde el siglo XIX a la fecha: São Paulo, México D.F., Shanghái, entre otros, son urbes que acogen millones de individuos y que no cesan de crecer. Construcciones de materiales, muchas veces no naturales, van creciendo en estos lugares para desarrollar diversas actividades o satisfacer egos de poder. Espacios que procesan los elementos para que sus habitantes puedan consumirlos sin sufrir consecuencias fortuitas. Son monstruos devoradores de recursos y, a su vez, generadora de hábitos que adecuan a sus habitantes a su perspectiva. Un ciudadano de estas urbes tiene una percepción del mundo muy particular y que presiona con sus hábitos de consumo todas las actividades humanas modernas, fomentadas cada vez más con la producción en serie. Un terrible “mundo feliz” al estilo Aldous Huxley. Cierta vez, en un programa danés se presentaba a un segmento de población urbana, sobre todo adolescentes, que nunca había visto una vaca real a lo largo de su vida. El mundo exterior a su “realidad” llega a través de pantallas LED, Ipod, Tablets u otro medio electrónico. La ciudad es el espacio, además, en el que más etiquetas sociales surgen. Aparecen de acuerdo a estilos de vida y que permiten a los demás establecer formas de interrelaciones personales, así como, lastimosamente, discriminaciones.  
¿Es Trujillo, una ciudad? Lo es. Con casi un millón de habitantes, es una ciudad que demanda diariamente muchos recursos; por tal motivo se ha hecho totalmente dependiente de los proveedores de los mismos que habitan en su periferia o importa dichos recursos. Sus debilidades como tal se vieron descarnadamente durante el Niño del año pasado y que la amenaza el año entrante. Como ciudad, Trujillo tiene cientos de carencias, incrementadas por el desorden de muchos de sus habitantes y una falta de autoridad real que regule y sancione a los que trasgreden las normas ciudadanas. Trujillo puede ser una buena urbe dependiendo de sus habitantes: es una realidad forjada por su millón de habitantes y solo ellos son los indicados para enmendar errores y solucionar los problemas que la aquejan diariamente y al largo plazo. Para ello es indispensable que la población trabaje con autoridades idóneas que piensen en la ciudad y no en beneficio personal o sectario como viene sucediendo en las últimas décadas en nuestro país.

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