Martes 30 de julio. Prácticamente nuestro último día en Guatemala. Habíamos planificado estar un día más con el fin de visitar los tesoros que encierra esta ciudad en sus museos y palacios. Nos fuimos a tomar un sustancial desayuno otra vez al San Martín para ir bien apertrechados, pues queríamos hacer un buen periplo. Quedamos con nuestro taxista, quien nos había prometido comer chicarrones el día anterior (y se lo tomó en serio como veremos luego). Nuestro primer plan era ir al Palacio Nacional de la Cultura en plena zona 1. Tal como había comentado anteriormente, ese palacio está considerado entre los palacios más bellos de Latinoamérica (https://www.youtube.com/watch?v=F_X56cBajKU). Aunque este sitio de Youtube es medio truculento, lo de este palacio no deja de ser cierto. Llegamos al lugar y, nuevamente, no había visita programada por la mañana. Esto nos fastidió mucho. Cuando nos dirigíamos al palacio, había visto un edificio neoclásico en el que está ubicado la Oficina de Correos de Guatemala. Caminamos en dirección de este lugar haciendo tiempo, pues habíamos decidido ir al Museo Nacional de Arqueología y Etnología. Vimos un primer edificio (son gemelos) en la que hay oficinas y pregunté si vendían estampillas (como lo hice en Montevideo). Me indicaron que sí las había en el otro edificio. Entramos a la oficina de Filatelia y me dieron en la yema del gusto. Compré muchos sobres de primer día, colecciones completas y hojas informativas, sobre todo de las celebraciones de su Bicentenario (https://agn.gt/cuales-son-los-sellos-postales-lanzados-por-el-bicentenario-de-independencia-de-guatemala/). Hice un gasto fuerte, lo reconozco. Como oficina pública, no se podía pagar con tarjeta y se debía hacer el pago en moneda guatemalteca. Tuve que ir a un lugar, Centro Capitol, para poder sacar dinero de algún cajero: una pesadilla. Saque más dinero en previsión y fue una buena decisión como veremos luego. César me acompañó a buscar este cajero (había varios, pero no tenían efectivo). Pagué por mis estampillas y tomé algunas fotos en este interesante lugar. Quiero agradecer a mis acompañantes por la paciencia de espera para comprar los timbres postales. Tal como pasó en Montevideo, también me dieron un vínculo para poder hacer pedidos en el futuro (https://sites.google.com/view/menudesellospostales/inicio).
Nuestro amigo taxista vino a recogernos y nos fuimos a uno de los sitios cumbres de nuestra visita: el Museo Nacional de Arte Maya. Arqueología y Etnología. En el camino, nuestro amigo Juan se detuvo un rato a comprar chicharrón del cual nos había hablado el día anterior. Los chicharrones estaban muy crujientes, muy rico (https://www.youtube.com/watch?v=2hpwZLBempo). Simpático gesto. Seguimos a nuestro objetivo museo. Este museo no tiene el tamaño y esplendor del Museo Nacional de Antropología de México, el cual visité en el 2000 (https://mna.inah.gob.mx/). El Museo en Guatemala es más pequeño, pero también tiene valiosos y bellos tesoros de la cultura maya (https://artemaya.culturaguate.com/). En esta página web uno puede ver las maravillas que se encuentran alojadas en este gran museo. Hay una interesante y extensa colección de la cultura maya: estelas que nos narran historias de la cosmogonía maya; cerámica que se aprecia a través de sus máscaras o incensarios; trabajos en jade en filigrana; su alucinante escritura jeroglífica. En este video veremos el arte musical y ceramista unidos: https://www.youtube.com/watch?v=iMz0-ZRPTPk. El espacio es para recorrerlo, mínimo, en un par de horas para apreciar los detalles de esta cultura que fue muy locuaz y vemos su locuacidad en cada objeto primorosamente labrado. No hay que olvidar que este museo es también de Etnología, por lo que un par de salas que se dedican a mostrar la belleza de los trajes guatemaltecos, herencia quiché que queda hasta nuestros días. Increíblemente no había libro ni catálogo disponibles. Esto es algo que nos llamó mucho la atención, que, a diferencia de Panamá, no podíamos encontrar libros a precios razonables sobre Guatemala, su apasionante geografía (basta con la belleza de Atitlán para recordarlo) y su rica historia, tanto precolombina como colonial.
La simpática librería que vimos en Antigua tenía una buena selección de libros de historia y arqueología, pero los precios eran prohibitivos. Aquí dejo este enlace virtual del gobierno guatemalteco en el que se pueden ver los museos públicos regentados por el Estado: https://mcd.gob.gt/?page_id=1340. Además, comparto este raro video sobre el museo, un poco estridente, hecho por el mismo gobierno guatemalteco (https://www.youtube.com/watch?v=rgRBFq7nVZ0). Este invita a los usuarios a visitarlo. El museo está en una zona en la que hay otros tres: Museo Nacional de Arte Moderno (https://mcd.gob.gt/?page_id=1439), Museo de los Niños y el Museo de Historia Natural Jorge Ibarra (https://mcd.gob.gt/?page_id=1445). El de Arte Moderno Carlos Mérida estaba cerrado por refacción, una lástima, pues nos lo habían recomendado (https://www.youtube.com/watch?v=swKFF2DlZvM). Se denomina Carlos Mérida en homenaje a este pintor mexicano-guatemalteco (https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/3085/Carlos%20Merida, https://www.youtube.com/watch?v=5c5PCavEhCI). En verdad, cuando supe más sobre este personaje y el contenido del museo, es una pena que no lo hayamos podido visitar. Al salir, pudimos ver de manera directa el problema que tienen en sus museos: no puedes pagar con tarjeta o en dólares; una señora norteamericana salió hacia la avenida para poder hallar un cajero con el fin de sacar moneda nacional, le pregunté al cuidante de la puerta y me dijo que tenía que caminar casi dos cuadras de avenidas para hallar un cajero. La mujer se armó de valor para hacer la caminata. Una verdadera pesadilla para el turista. Decidimos intentar nuevamente el Palacio Nacional. Al salir vimos parcialmente el Museo de Historia Natural y decidimos llamar a otro taxi para que nos lleve a la Zona 1. César hizo la gestión y nos fuimos desde la Zona 13 a la 1 yendo por la bonita Plaza España (https://www.youtube.com/watch?v=WBNMYaGSiKI) y nos fuimos por la 7A Avenida, muy ordenada y bonita, en la que vimos raras construcciones (como la Torre del Reformador) y el imponente Banco de Guatemala (https://www.youtube.com/watch?v=Qmbzk3V9AQ8). Ya llegando al la Zona1, se ve la diferencia de las construcciones, la antigüedad; pero, eso sí, no se veían edificios sin enlucir. Interesante. Llegamos a la Plaza y, por fin, había visita programada. Este palacio se hizo esperar, aunque sea para ver una pequeña parte de él (https://mcd.gob.gt/?page_id=1441).
Lastimosamente no dejaban tomar fotos con cámaras profesionales, sino con celular. Frustración. El grupo se dividió en dos; grupo de hispanohablantes y los de inglés. En la página virtual que he compartido se puede ver varias salas, muchas de ellas con bonitos decorados cargados de historia. En verdad, sólo se visita prácticamente un ala del palacio. Hay un impresionante mural que muestra la conquista de Guatemala (https://aprende.guatemala.com/historia/murales-en-el-palacio-nacional-de-la-cultura/, https://www.youtube.com/watch?v=XIbRHi4RIxs). La visita no es muy larga, dura un poco más de una hora, hay obras muy interesantes y salas con un decorado vistoso. Una vez que salimos, nos fuimos a comer algo, no habíamos almorzado. Escuchamos sugerencias y nos indicaron que el mejor lugar para hallar restaurantes era la 6 Avenida A, bastante peatonal. Fuimos buscando opciones hasta llegar a la altura del Teatro Lux, donde ubicamos un restaurante al costado de este teatro en el cual almorzamos y compré algunos chocolates guatemaltecos que los llaman Xocolatl (como lo es en náhuatl) (https://www.xocolatlmexica.com/chocolate/definicion-chocolate/significado-xocolatl/). El chocolate, esa maravilla, tiene su origen en Mesoamérica (https://mxcity.mx/2020/01/xocolatl-el-alimento-que-los-mayas-compartieron-a-los-aztecas/). Tengo entendido que, incluso, el chocolate es la base del mole mexicano, como el famoso mole poblano (de Puebla): https://www.youtube.com/watch?v=enzNE1Ir9m8. En este restaurante, el Saúl Bistró ( https://saulemendez.com/gt/gastronomia/saul-bistros/saul-bistro-teatro-lux/), compré varios chocolates de la marca Futuro Vivo: https://www.xocolatl-futurovivo.com/. Los que compré eran de chocolate solamente, incluso uno era de 70%. Delicioso. Llamamos a Juan para que nos recoja. Hicimos una maniobra que no fue buena: que nos recoja de la Plaza. Juan nos dijo que, de habernos quedado en el Teatro Lux (sala de arte), nos hubiera recogido más rápido. Este lugar parece ser de gran relevancia cultural de esta ciudad y que acoge el Centro Cultural de España (https://chapinenusa.com/noticias-guatemala/nostalgia-la-historia-del-cine-lux--20226614420). Nos recogió en la misma Catedral. En el camino a nuestro departamento, Juan nos comentó que la Zona 1 prácticamente moría de noche por la inseguridad. Una pena. Por eso, al igual que Lima, muchos turistas deciden hospedarse en zonas como en la que estábamos. Llegamos a nuestro objetivo y nos dedicamos a arreglar nuestras cosas. Por el dolor de mi pierna, no quise salir a cenar, pero me trajeron unos ricos sánguches. Al día siguiente nos íbamos a Panamá.
Miércoles 31: Juan nos vino a recoger temprano. El aeropuerto está bastante cerca de nuestro hospedaje. Fuimos con tranquilidad al aeropuerto. Nos despedimos de Juan, quien estaba dedicándose a cultivar palta como nos lo había contado en los numerosos recorridos que hicimos juntos. Como todavía nos habíamos quedado con varios billetes y monedas guatemaltecas, aprovechamos las tiendas de venta libre para comprar regalos y recuerdos. El avión, en esta oportunidad, era mucho más cómodo. Salimos puntualmente. Copa Airlines es una línea aérea que me ha gustado, pese a que anteriormente había escuchado malos cometarios de la misma. Ahora puedo decir que es otra realidad. El vuelo salió puntual, nos íbamos a quedar un día y medio en Panamá.