Sábado 23: Un día bastante
casero. Hoy día llegaba Carmen a Lisboa desde Madrid. Maria y Soraia estaban
abocadas en arreglar las cosas para su viaje y la cena navideña. Soraia ya pudo
recoger su auto en el cual iban a viajar y tenían que equiparlo con ropa y otras
cosas. Por la mañana salimos a comprar un par de zapatos de vestir que
necesitaba. Nos fuimos caminando a la tienda Calçado Guimarães, una zapatería
que no estaba lejos de la casa de Maria ( https://www.calcadoguimaraes.pt/).
Una vez hecha la compra hicimos la visita a dos lugares muy simpáticos: la
iglesia de Nuestra Señora del Amparo de Benfica (Igrejia de Nossa Senhora do
Amparo de Benfica) y el Palacio Baldaya. La iglesia estaba abierta al público
para que se puedan visitar los nacimientos. Es espaciosa y bien iluminada, y es
parte del corazón del barrio (https://tropter.com/es/portugal/lisboa/church-of-our-lady-of-the-amparo-benfica).
Antes de dirigirnos al Palacio Baldaya, hicimos un alto en un quiosco que
vendía libros, discos y polos con figuras literarias. Había unos polos bonitos
de los dos grandes héroes literarios de Portugal Luis de Camões y Fernando
Pessoa. Pedí información al respecto, pero no había de mi talla; me dijo que
tras la navidad le llegarían más. Nunca pode volver. Pero sí compré música:
había en CD que rendía homenaje a Luísa Todi: As árias de Luísa Todi, cantadas
por la soprano Joana Sera y acompañada de la orquesta Os músicos do Tejo. Incluye
incluso música culta portuguesa. Además, encontré la ópera Rinaldo de Händel.
Genial. Culminada esta rápida visita, nos fuimos al Palacio Baldaya que ahora
es un centro cultural que tiene una biblioteca, una sección infantil, galerías
de arte y sala de exposiciones. En esta había una sobre la estación de tren de
Benfica, el medio que había en la antigüedad para poder comunicarse con Lisboa
(https://bairrobenfica.pt/palacio-baldaya/)
(https://bairrobenfica.pt/2022/11/17/2543/).
Antes de ser un centro cultural manejado por la municipalidad local, era un
laboratorio. Por la noche, llegó Carmen. Ya estábamos todos reunidos para recibir
la navidad. Nos fuimos los tres, Maria, Carmen y yo, a cenar al restaurante
Edmundo (https://www.cervejaria-edmundo.pt/).
La comida a base de pescado es su fuerte. Lastimosamente presenciamos un
escándalo de pareja que perturbó a todos los presentes. Cosas de la vida. Al día
siguiente, Carmen y yo nos iríamos a caminar.
Domingo 24: vísperas de navidad. Tomamos desayuno temprano para una jornada interesante. Maria y Soraia iban a estar muy ocupadas con sus arreglos viajeros, así que decidimos salir Carmen y yo hacia el casco antiguo (Baixa) de Lisboa. El sistema portugués de transporte público (que es público y no privado) está muy organizado. Habíamos comprado los boletos para el metro anteriormente y este se usa para todo el sistema de transporte. Así, con nuestra tarjeta, tomamos en el paradero cerca de casa el bus 729 que nos dejaba en nuestro destino final: el monasterio de los Jerónimos. El transporte público, con buses modernos y acondicionados para el transporte amable y humano de pasajeros dista años luz de la pesadilla que tenemos en nuestras ciudades con todo tipo de transporte imposible como combis, mototaxis, custer y otras pesadillas destartaladas y contaminantes que compiten entre ellos para captar pasajeros llevándolos como ganado. Y es un mal enquistado que ha generado formas de corrupción a todos los niveles socioeconómicos de nuestra sociedad. Tan diferentes a otros sistemas, incluso el ecuatoriano. El de Portugal permite a los turistas poder visitar cualquier lugar atractivo de manera cómoda, simpática y barata. Eso fue lo que hicimos ese día y lo haríamos en los siguientes (https://essencial-portugal.com/es/visite-lisboa/transporte-publico-lisboa/), (https://www.youtube.com/watch?v=Hc67dsR0hgE&t=17s). Les comparto también información del transporte público de Machala, Ecuador, ciudad en la que estuvimos en 2019 y vimos una ciudad ordenada sin ninguna movilidad de pesadilla que pululan por nuestras calles (https://www.movilidadmachala.gob.ec/web/rutas-de-buses-urbanos-de-machala/). Tomamos, pues, nuestro bus a nuestro destino; el bus nos dejó tras 30 minutos en el paradero de Jerónimos. Al llegar vimos a muchos turistas en la puerta impedidos de ingresar. Domingo 24, muchos lugares no iban a estar abiertos. Decidimos cruzar el gran Jardín de la Plaza del Imperio (Jardim da Praça do Imperio) con su bella fuente, varios azulejos con árboles y flora de muchas partes del mundo, hacia la Torre de Belén. Lastimosamente también estaba cerrada, pero en nuestra caminata, Carmen vio el ferry que venía desde Terreiro do Paço. Nos detuvimos en el restaurante /embarque Confitería Nacional Belén (Confeitaria Nacional Belem) donde también funciona FRS Portugal (https://www.frs-portugal.pt/es/) para hacer la travesía. Íbamos a ir por el río Tajo. El trayecto dura unos 30 minutos hasta llegar al terminal de ferry en Terreiro do Paço desde donde nos iríamos caminando por la ciudad vieja. En la plaza hay dos lugares atractivos por conocer: el Museo del Bacalao, toda una institución portuguesa (Centro Interpretativo da História du Bacalhau) y Museu da História do Lisboa. Optamos por este último. Es un museo relativamente nuevo, Carmen no lo conocía aún. Y hay cosas nuevas implementadas de la visita que hice en enero de 2019 (https://www.voyalisboa.com/lisboa-story-centre/).
Una de las salas más interesantes es la que replica el famoso terremoto del 1 de noviembre de 1755 que destruyó casi toda Lisboa. También se ve una sala en la que se reproducen los olores de los principales móviles de los descubrimientos europeos: las especias; olores de pimientas, clavo de olor, cúrcuma, cardamomo, canela, comino, etc... Y, siendo Lisboa la capital de un gran imperio marítimo, los descubrimientos técnicos estaban a la orden del día y muchos han pasado al olvido o han sido “apropiados” por otros debido a que este imperio perdió su poderío y, por lo tanto, su reconocimiento mundial, siendo usurpados por otras potencias como los ingleses, franceses u holandeses; como España, Portugal también es víctima, pero en menor grado, de la famosa Leyenda Negra. El museo muestra la grandeza de Lisboa de los siglos XVI al XVIII, y la historia moderna convulsa con la caída de la realeza lusitana y la dictadura de Salazar que culmina con la Revolución de los Claveles que estalla el 25 de abril de 1974. Por eso, el famoso Puente 25 de abril tiene esa actual denominación que anteriormente era Puente Salazar. Esta fue una buena visita que nos tomó casi una hora recorrerlo. Y luego los libros, marcadores, revistas o postales. Al salir fuimos a buscar un restaurante, pues ya era hora de almuerzo. Pasamos por el Arco de Augusto con el que abre (o cierra) la Rua Augusta; la boletería estaba cerrada. Lástima. Encontramos un restaurante, São Nicolau, el cual después me enteré tiene muchas críticas negativas; sin embargo, para Carmen y para mí, estuvo bien y comimos bastante, siempre con vino verde. Salimos del restaurante a buscar las viejas iglesias, pues estas sí estaban abiertas. Caminamos por la Rua Augusta hasta la Plaza Rossio o de Don Pedro IV. Quería que Carmen vea la feria en la que había muchas cosas interesantes, pero esta ya había acabado. Seguimos buscando con el Google Map algunas iglesias cercanas y dimos con la de Santo Domingo (São Domingos de Lisboa). Preguntamos a unas personas que estaban paradas cerca de un bar tomando algunas cervezas y nos indicaron la ruta hacia la iglesia. Íbamos a tener tremenda sorpresa. Llegamos a la pequeña plaza de la Convivencia en cuyo monumento hay una placa en homenaje a la comunidad judía.
Y luego ingresamos a la iglesia y ¡oh! Sorpresa: la iglesia sufrió un gran incendio en 1959 y la han mantenido tal como quedó hasta nuestros días. Alucinante (https://www.youtube.com/watch?v=J856UbJ2u3o&t=230s) (https://www.lisboa.es/que-ver/iglesia-de-santo-domingo/). Es una visita impresionante. Este descubrimiento para ambos nos alentó a buscar otras iglesias y nos fuimos a São Roque, iglesia que no conocía Carmen todavía. En el camino, vimos a la distancia la Estación de Rossio. Aunque el museo estaba cerrado, la visita a la iglesia en sí fue interesante: el esplendor del barroco portugués. Aquí les comparto lo que había escrito en mi primera visita en enero de 2019. En esa oportunidad estuvimos en su interesante museo: https://elrincondeschultz.blogspot.com/2019/03/la-lisboa-de-pessoa-y-de-sus-tranvias.html. Aquí información del barroco portugués (no hay que olvidar que la palabra “barroco” es una palabra portuguesa): https://monolito.es/blog/el-arte-barroco-en-portugal-una-mezcla-de-culturas-y-estilos, https://visitportugal.com/es/node/73844.
Desde San Roque nos fuimos en dirección a la Plaza de Luis de Camões en la que hay dos iglesias, una frente a la otra: Nuestra Señora de Loreto y Nuestra Señora de la Encarnación. Como había culto en ese momento, no ingresamos; pero seguimos bajando por la Rua Garrett hasta llegar a la basílica Nuestra Señora de los Mártires (https://cloud.3dvista.com/hosting/7342916/0/index.htm). Ya era un poco tarde y queríamos tomar algo antes de partir a casa para la cena de Nochebuena. Quisimos entrar al simpático café A Brasileira, el que tiene delante de su fachada la estatua sentada de Fernando de Pessoa. Pero ya no estaban atendiendo. Intentamos en la Pastelería Bernand, tampoco. Todos ya querían ir a sus casas para los últimos preparativos. Por fin, nos atendieron en Castro, que es un taller de Natas. Así que pedimos las consabidas natas y una buena infusión para el camino de regreso. Bajamos hasta Terreiro de Paço nuevamente para tomar el metro hasta Benfica. Llegamos cuando ya estaban todos reunidos. Tuve un incidente con el maniubro de mi puerta y, gracias a Rogerio, el problema fue solucionado. La mesa estaba llena de dulces que habían traído Carmen y Maria, bolos do rei e da ranha, roscas de rey, confites, mazapanes. Espacio para la gula. El 25 de diciembre fue un día de reposo. Pero el 26 y 27, Lisboa nos mostrará sus otros tesoros.