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Trujillo, La Libertad, Peru
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domingo, 14 de septiembre de 2025

ATANDO CABOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 14 DE SEPTIEMBRE)

 

El derecho y la justicia, en sus esencias, han sido vapuleados en esta última semana en varios sucesos, tanto a nivel nacional como internacional. Envuelto en medio de un escándalo mayúsculo, la visita del cuestionado Ministro del Interior a Suiza para intentar justificar el posible retiro del Perú de la CIDH ha puesto a nuestro país en una situación delicada ante muchos organismos internacionales y diversos gobiernos; el prurito de seguir adelante con una cuestionable ley de amnistía a militares y policías que cometieron crímenes de lesa humanidad ha envuelto a una serie de partidos políticos que siguen el juego congresal de pagar favores y negociar futuras patrañas. El hecho de generalizar justos reclamos de personal militar con aquellos que cometieron asesinatos a mansalva y con todo el poder en sus manos ha desvirtuado el real sentido de la amnistía para ser aprovechada por aquellos que no la merecen. En nuestro país, en el que se trata de buscar una justicia colectiva e individual, acciones como estas van en detrimento de esta y la sociedad en su desesperación puede tomar acciones extremas (al estilo Fuenteovejuna) como el caso Huayanay en 1973, cuando la justicia es esquiva para aquellos que la necesitan a gritos. Para extender esta carencia, cínicamente el Congreso ha archivado la denuncia constitucional contra Boluarte de sus cargos por la muerte de más de medio centenar de peruanos. Continuando con el debilitamiento de la justicia peruana y la negación de derechos a los ciudadanos, el nada menos presidente de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) (bastante irónico), Gino Ríos, fue blindado por sus colegas para que continúe en su puesto. El cuestionado personaje, denunciado por su ex esposa por violencia familiar, debe ser un hombre “probo” para poder elegir, nombrar y destituir a jueces y fiscales encargados de impartir justicia a lo largo y ancho de nuestro territorio. Para muchos de sus colegas que lo blindaron, la probada agresión contra su cónyuge no es razón necesaria para sacarlo del puesto. Bajo la óptica de estos, esos tipos de agresiones son irrelevantes. Peligrosa situación en una sociedad en la que la violencia familiar es bastante frecuente en todos los estratos sociales. En nuestro país en el que el pan con chicharrón es más relevante que la realidad, la JNJ nos da un terrible ejemplo de impunidad. Y el caso de Charlie Kirk, un líder conservador juvenil estadounidense, asesinado de un balazo en el cuello, es un caso complejo en los que el derecho y justicia han llegado a límites extremos. Vemos estas polarizaciones alrededor del mundo y sus consecuencias pueden revertir en uno. Predicar violencia y discriminación incita un individualismo a ultranza en desmedro de los actores sociales. La ligereza de Trump de culpar a personas de cierta ideología incrementa una exacerbación desmedida que puede traer consecuencias nefastas contra los derechos de las personas injustamente culpadas.


domingo, 8 de noviembre de 2020

DESBARAJUSTE GRINGO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 08 NOVIEMBRE)

 ¡Vaya elecciones norteamericanas! Imbuidas en la pandemia, la fuerte crisis económica, los miedos a cualquier cosa o acción que evoque a un hipotético socialismo y la marcada influencia tendenciosa de una cultura que vive de las encuestas; la semana que pasó ha sacado varios y diversos demonios norteamericanos que están mostrando profundas y preocupantes brechas no solo en lo económico, sino en lo social y cultural, brechas que repercuten en la vida política de ese país. Al terminar de redactar este artículo la balanza se inclinó a favor de Joe Biden, quien será el inquilino de la Casa Blanca, en su calidad del cuadragésimo sexto presidente de esa nación. Sin embargo, hay nubarrones en el panorama.

La figura polémica de Donald Trump desata fuertes pasiones. Hemos visto por diversos medios las reacciones de muchos adeptos y correligionarios con actitudes desafiantes y autoritarias que han generado profundas grietas en el tejido social norteamericano; también hemos visto las reacciones de diversas comunidades, personalidades y movimientos contrarios a este presidente por las numerosas declaraciones, actitudes y desplantes que lo han caracterizado desde su campaña electoral hasta su periodo presidencial que culminará el próximo enero. Previas a las elecciones que lo enfrentaron a Hillary Clinton, sus declaraciones racistas, sexistas, xenófobas y bravuconas eran aplaudidas por aquellos que miraban en él las posibilidades de volver a hacer a “América grande otra vez”. En su política exterior tendió a aislar a los Estados Unidos ante una posición que no dejaba de tener cierta razón desde el punto de vista de un inversionista; sin embargo, en las relaciones internacionales, aunque tengan mucho de ese trasfondo, las cosas no se mueven necesariamente así. Además, la errática visión pragmática frente al caso de coronavirus ha tenido consecuencias nada positivas, como le pasó a la suerte de adlátere que es Jair Bolsonaro. Sus políticas económicas por encima de las de salud llevaron a sus países a una expansión de la epidemia a niveles insospechados y, con el agravante de una segunda ola devastadora que está generando mucha zozobra. La pandemia hizo que millones de estadounidenses hayan emitido su voto por correo, acción que ha sido cuestionada por Trump al decir que hay claras evidencias de fraude y que, a la larga, esos votos han decidido la suerte del ahora virtual presidente norteamericano. Trump y sus seguidores han actuado erráticamente y dejan mucho por desear: desde la autoproclamación de su reelección, desconocimiento del voto electoral y el no reconocimiento de estas elecciones. Esta actitud nos hace recordar las últimas elecciones en las que Keiko Fujimori nunca reconoció el triunfo de su contrincante y dio la consigna de boicotear al Poder Ejecutivo desde cualquier frente con el avieso Congreso que terminó por ser clausurado. ¿Biden y América Latina? Muchos apuntan que nada cambiará. Veremos.

domingo, 13 de noviembre de 2016

RADIOGRAFÍA DE UNA REALIDAD: DONALD TRUMP (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE)

Lo que nadie se esperaba ha sucedido: las elecciones estadounidenses de este último martes tiró por los suelos una visión cándida que suele ser construida en los medios de comunicación sobre la sociedad norteamericana, tratando de apelar al respeto de los DDHH y a una serie de valores que han tratado de caracterizar a los Estados Unidos en las últimas décadas desde la derrota de Vietnam.
Muchas ventanas inciertas se están abriendo y se abrirán una vez que Trump tome el mando en enero del 2017. Cierto es que muchas de sus propuestas tendrán que pasar por aprobación senatorial de por medio, pero son aquellas por las cuales el electorado norteamericano le ha dado su respaldo, habida cuenta que las cámaras tienen también mayoría republicana y tienen que “atender” a su electorado. Y está en la obligación, en cierta manera, de cumplir con ello. Lo que la política norteamericana estuvo tratando de reconstruir en estos últimos años en relación con el mundo en general y con el latinoamericano en especial, ha entrado en un balance bastante peligroso cuyas consecuencias no se han previsto del todo. Países como México y Cuba están en vilo por lo que este nuevo Presidente decida una vez instalado en la Casa Blanca. Florida, una zona bastante sensible con el tema cubano, ha dado las espaldas a los demócratas por los avances hechos con Obama en cuanto al asunto de la isla; y México quizá sea el país  más afectado en muchos aspectos: desde su psique nacional al haberlos tratado casi como una fuente de zánganos, ladrones y narcotraficantes para justificar la construcción de un vergonzoso muro; hasta la posible revisión del NAFTA, un tratado comercial que trajo muchos dolores de cabeza a la población mexicana al transformar su economía para adecuarla a las exigencias de su gran vecino y que fue una de las principales causantes del famoso Efecto Tequila de 1994. El espíritu proteccionista de Trump, apoyado por los pequeños agricultores de su país, generará grandes problemas a los numerosos TLC, incluido el nuestro. Esta suerte de Alianza para el Progreso económica empresarial de los 90 (los inició Chile en 1994) y la primera década de este siglo fue una estratagema empleada por los gobiernos de entonces con el fin de romper los posibles bloques económicos que podrían surgir para negociar con los países ricos como EE.UU. Toledo hizo la gestión y la concluyó AGP en el 2007 con bombos y platillos. Ahora bien, muchos analistas aseguran que Trump, hombre pragmático, los respetará. Pero la ira de un electorado que ve con malos ojos estos tratados tendrá que ser sopesada. Y la política de migración tendrá un vuelco impredecible, pero que se piensa en resultados bastante lamentables.
En realidad lo que hemos visto en los últimos tiempos ha sido más una careta o un buen maquillaje que ha terminado de desdibujarse con estos resultados de una sociedad que tiene fuertes demonios y halló en Trump su válvula de escape.