Datos personales

Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
Mostrando entradas con la etiqueta sociedad norteamericana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta sociedad norteamericana. Mostrar todas las entradas

domingo, 8 de noviembre de 2020

DESBARAJUSTE GRINGO (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 08 NOVIEMBRE)

 ¡Vaya elecciones norteamericanas! Imbuidas en la pandemia, la fuerte crisis económica, los miedos a cualquier cosa o acción que evoque a un hipotético socialismo y la marcada influencia tendenciosa de una cultura que vive de las encuestas; la semana que pasó ha sacado varios y diversos demonios norteamericanos que están mostrando profundas y preocupantes brechas no solo en lo económico, sino en lo social y cultural, brechas que repercuten en la vida política de ese país. Al terminar de redactar este artículo la balanza se inclinó a favor de Joe Biden, quien será el inquilino de la Casa Blanca, en su calidad del cuadragésimo sexto presidente de esa nación. Sin embargo, hay nubarrones en el panorama.

La figura polémica de Donald Trump desata fuertes pasiones. Hemos visto por diversos medios las reacciones de muchos adeptos y correligionarios con actitudes desafiantes y autoritarias que han generado profundas grietas en el tejido social norteamericano; también hemos visto las reacciones de diversas comunidades, personalidades y movimientos contrarios a este presidente por las numerosas declaraciones, actitudes y desplantes que lo han caracterizado desde su campaña electoral hasta su periodo presidencial que culminará el próximo enero. Previas a las elecciones que lo enfrentaron a Hillary Clinton, sus declaraciones racistas, sexistas, xenófobas y bravuconas eran aplaudidas por aquellos que miraban en él las posibilidades de volver a hacer a “América grande otra vez”. En su política exterior tendió a aislar a los Estados Unidos ante una posición que no dejaba de tener cierta razón desde el punto de vista de un inversionista; sin embargo, en las relaciones internacionales, aunque tengan mucho de ese trasfondo, las cosas no se mueven necesariamente así. Además, la errática visión pragmática frente al caso de coronavirus ha tenido consecuencias nada positivas, como le pasó a la suerte de adlátere que es Jair Bolsonaro. Sus políticas económicas por encima de las de salud llevaron a sus países a una expansión de la epidemia a niveles insospechados y, con el agravante de una segunda ola devastadora que está generando mucha zozobra. La pandemia hizo que millones de estadounidenses hayan emitido su voto por correo, acción que ha sido cuestionada por Trump al decir que hay claras evidencias de fraude y que, a la larga, esos votos han decidido la suerte del ahora virtual presidente norteamericano. Trump y sus seguidores han actuado erráticamente y dejan mucho por desear: desde la autoproclamación de su reelección, desconocimiento del voto electoral y el no reconocimiento de estas elecciones. Esta actitud nos hace recordar las últimas elecciones en las que Keiko Fujimori nunca reconoció el triunfo de su contrincante y dio la consigna de boicotear al Poder Ejecutivo desde cualquier frente con el avieso Congreso que terminó por ser clausurado. ¿Biden y América Latina? Muchos apuntan que nada cambiará. Veremos.

domingo, 13 de noviembre de 2016

RADIOGRAFÍA DE UNA REALIDAD: DONALD TRUMP (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE)

Lo que nadie se esperaba ha sucedido: las elecciones estadounidenses de este último martes tiró por los suelos una visión cándida que suele ser construida en los medios de comunicación sobre la sociedad norteamericana, tratando de apelar al respeto de los DDHH y a una serie de valores que han tratado de caracterizar a los Estados Unidos en las últimas décadas desde la derrota de Vietnam.
Muchas ventanas inciertas se están abriendo y se abrirán una vez que Trump tome el mando en enero del 2017. Cierto es que muchas de sus propuestas tendrán que pasar por aprobación senatorial de por medio, pero son aquellas por las cuales el electorado norteamericano le ha dado su respaldo, habida cuenta que las cámaras tienen también mayoría republicana y tienen que “atender” a su electorado. Y está en la obligación, en cierta manera, de cumplir con ello. Lo que la política norteamericana estuvo tratando de reconstruir en estos últimos años en relación con el mundo en general y con el latinoamericano en especial, ha entrado en un balance bastante peligroso cuyas consecuencias no se han previsto del todo. Países como México y Cuba están en vilo por lo que este nuevo Presidente decida una vez instalado en la Casa Blanca. Florida, una zona bastante sensible con el tema cubano, ha dado las espaldas a los demócratas por los avances hechos con Obama en cuanto al asunto de la isla; y México quizá sea el país  más afectado en muchos aspectos: desde su psique nacional al haberlos tratado casi como una fuente de zánganos, ladrones y narcotraficantes para justificar la construcción de un vergonzoso muro; hasta la posible revisión del NAFTA, un tratado comercial que trajo muchos dolores de cabeza a la población mexicana al transformar su economía para adecuarla a las exigencias de su gran vecino y que fue una de las principales causantes del famoso Efecto Tequila de 1994. El espíritu proteccionista de Trump, apoyado por los pequeños agricultores de su país, generará grandes problemas a los numerosos TLC, incluido el nuestro. Esta suerte de Alianza para el Progreso económica empresarial de los 90 (los inició Chile en 1994) y la primera década de este siglo fue una estratagema empleada por los gobiernos de entonces con el fin de romper los posibles bloques económicos que podrían surgir para negociar con los países ricos como EE.UU. Toledo hizo la gestión y la concluyó AGP en el 2007 con bombos y platillos. Ahora bien, muchos analistas aseguran que Trump, hombre pragmático, los respetará. Pero la ira de un electorado que ve con malos ojos estos tratados tendrá que ser sopesada. Y la política de migración tendrá un vuelco impredecible, pero que se piensa en resultados bastante lamentables.
En realidad lo que hemos visto en los últimos tiempos ha sido más una careta o un buen maquillaje que ha terminado de desdibujarse con estos resultados de una sociedad que tiene fuertes demonios y halló en Trump su válvula de escape.