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Trujillo, La Libertad, Peru
Un espacio para mostrar ideas y puntos de vista ligados al arte, a la cultura y la vida de una sociedad tanto peruana como universal
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domingo, 26 de junio de 2022

PREJUICIOS PERNICIOSOS (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 26 DE JUNIO)

 



EL 22 de noviembre de 1968 la cadena NBC en los Estados Unidos emitió un capítulo especial de la serie Viaje a las estrellas (Star Trek); en este, el capitán Kirk (William Shatner) da un beso en la boca a la teniente Uhura (Nichelle Nichols): él, blanco; ella, negra. Eran años duros de la lucha contra la discriminación racial en USA. Y ese año, 1968, el mundo experimentaba una serie de eventos culturales, sociales y políticos como nunca más se vivieron posteriormente: desde el famoso Mayo del 68 hasta el Black Power en las Olimpiadas de México, el mundo quería, exigía cambios urgentes. Ese año, parafraseando a Manuel Montero, “que no cambió nada y que al mismo tiempo lo cambió todo”. Cuenta la anécdota que las posibilidades de que este capítulo fuese censurado en muchos estados norteamericanos racistas eran muy probables y se propusieron escenas alternativas; pero el actor principal se opuso rotundamente y se mantuvo la escena. Anteriormente, la actriz había sido alentada a continuar en esta serie nada menos que por Martin Luther King, quien le confesó que veía la serie por ella como académica, como mujer viajando por las estrellas. Desde entonces, la franquicia Star Trek ha sido una de las más osadas en mostrar realidades sociales, políticas y culturales que le han valido, en algunos casos, fuertes rechazos por grupos conservadores de toda índole al plantear diversos problemas, incluso geopolíticos, con propuestas osadas difundidas por televisión: migración, inteligencia artificial sensible, intervencionismo, igualdad de género, igualdad racial, capitalismo salvaje, derechos de la comunidad LGTB, fanatismo religioso, eutanasia; muchos temas bastante sensibles en la sociedad norteamericana y, de paso, mundial. Estos y otros temas polémicos fluían a través de diversos personajes que asumían diversos roles o situaciones que los ponían en encrucijadas; causaron malestar entre los más puritanos y conversadores de ese país. En los últimos filmes de esta franquicia, el personaje de origen asiático Sulu asume un rol abiertamente gay. En la última serie Star Trek: Discovery van más allá con un personaje, teniente Staments (Anthony Rapp), quien mantiene incluso un rol de pareja. ¿Hay vuelta atrás al respecto? Lo dudo. Sin embargo, tenemos el caso Lightyear y una censura velada.

Además, somos testigos de reacciones y propuestas que plantean verdaderos retrocesos contra nuestra sociedad en cuanto a materia de derechos personales, así como inferencias en campos educativos por personas no expertas en esta área. La penalización del aborto terapéutico es un atropello contra la mujer a la que se la está reduciendo a una mera bolsa reproductiva sin derecho a voz y voto por su vida. Y la otra, la intromisión de grupos conservadores en el currículo escolar. Pronto, a este paso, tendremos que cambiar los libros de ciencias, historia y geografía, pues ya está demostrado que la tierra es plana, ¿no?



domingo, 19 de junio de 2016

LAS RAÍCES DEL ODIO (PARCIALMENTE REPRODUCIDO EN EL DIARIO LA INDUSTRIA TRUJILLO DOMINGO 19 DE JUNIO)

El reciente y lamentable suceso acaecido en la ciudad de Orlando, EEUU, o lo sucedido con el asesinato de un joven travesti  de 15 años en La Esperanza, Trujillo, son muestras de las diversas manifestaciones de los sentimientos más oscuros que movilizan el comportamiento humano. En el caso norteamericano, todo apunta a que el móvil no ha sido una acción terrorista de carácter político, sino que sus raíces se funden en el odio al otro. Este sentimiento, definido por la RAE como la antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea, genera una profunda repulsión hacia una persona, cosa, idea, fenómeno; e incluso provoca en la persona que odia un deseo vesánico e irracional de destruir a su objetivo. El odio se origina, generalmente, en el miedo a lo que rechaza. Para entender más el hecho que segó la vida de 50 personas tomo prestado el siguiente párrafo del ensayo Odio y racismo en la institución imaginaria de la sociedad globalizada del Dr. en Filosofía Harold Valencia López de Colombia: “El odio al otro […] se instala a través de dos canales. Un canal se dirige al otro (objeto) real, como revés de la imagen positiva de sí mismo. El otro canal refracta en odio a sí mismo, porque el YO como fabricación social es uno de los primeros extranjeros en uno mismo. Es el extranjero que habita en mí y que el proceso de socialización me ha forzado a alojar, […]. Este odio de sí mismo tiene como característica su universalidad, y el sujeto necesita desplazarlo hacia objetos exteriores para poder sobrevivir. Desde esta óptica, hay una tendencia profunda de la psique humana de encerrarse, de rechazar, odiar, de sentir con hostilidad todo lo que no es ella misma, lo otro, lo distinto lo que representa una amenaza, un peligro. Esta tendencia […] es generalmente reforzada […] al conjugarse con la otra tendencia profunda de las sociedades […] a su clausura. […], la tendencia al cierre de toda sociedad, a hacer imposibles ciertas preguntas, su rechazo y hostilidad frente a lo extraño, al extranjero. […] la podremos denominar la raíz social del odio.” (pág. 4, subrayado es mío http://www.ub.edu/demoment/jornadasfp2009/comunicaciones/3_miercoles/valencia-harold-odioracismo.pdf)
Así podemos entender que las denominadas minorías alojan el odio de los demás en los miedos colectivos, manipulados por diversos intereses como los económicos, políticos, religiosos que toman esas características de la universalidad de las minorías; estas pueden ser de toda índole: racial, lingüísticas, generacional, geográficas, de clase, de género. Simplificamos en las minorías nuestros miedos-odios fortalecidos por las construcciones sociales. Y así crecen los miedos sociales como la homofobia o la xenofobia. Da pseudo fundamentos al racismo y la intolerancia religiosa, a la discriminación laboral y a la generalización ramplona de un grupo humano. La sociedad peruana, en cierta manera, resultó siendo violenta por su pasividad ante la terrible masacre con los peruanos que reunían ciertas características: pobre, quechua hablante, indígena. NN para la mayoría de la sociedad urbana costeña.
Estos miedos y odios son aprehendidos por diversos medios: el hogar, el grupo social, los medios de comunicación e, incluso, políticas de Estado, como lo fue el Nazismo como modelo más sofisticado de exterminio. Incluso todos los niveles estructurales de esa sociedad funcionaron para justificar exterminios: desde la filosofía hasta la forma de producción (llámese campos de concentración). Los odios están latentes y esperan una coyuntura para “exorcizar sus demonios” y están presentes en nuestra sociedad: así entendemos las barras bravas o la muerte de dos policías en la sierra liberteña.

Pero es la Educación la verdadera herramienta que puede contrarrestar esos desbordes. Por eso debe de ser prioridad en una nación que quiere cerrar heridas y tender puentes a las minorías con las mayorías. Proceso lento, pero urgente.