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Trujillo, La Libertad, Peru
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viernes, 8 de diciembre de 2023

AREQUIPA, ESOS 50 AÑOS (CRÓNICA DE VIAJE)

 



Un viaje a mi historia personal, una historia compartida con casi un centenar de los entonces jóvenes que se graduaron un diciembre de 1973. Desde hace un buen tiempo, en el grupo de WhatsApp de amigos graduados en el Colegio La Salle y emigrados por diversas partes del país y del mundo, se venía organizando el reencuentro para celebrar nuestras Bodas de Oro en un programa de cuatro días en Arequipa. Gracias al tesón de Augusto Vargas y otros compañeros se armó un programa que empezaba el 01 de noviembre y culminaba el sábado 04. En octubre, por razones de salud tuve que hacerme una operación a las cuerdas vocales y comencé una lenta recuperación que consistía principalmente en una rigurosa cura de silencio. Dos semanas de descanso me ayudaron a avanzar, pero no fue suficiente. Sin embargo, esa condición no iba a impedir este ansiado encuentro al cual, incluso, había pedido a Miguel que fuera en mi reciente visita a Bs As. Como la jornada empezaba con un viaje a La Joya muy temprano el 01, decidí partir un día antes, el 31 de octubre desde Trujillo.

31 de octubre. El día empezaba con una visita a la clínica para comenzar mis muestras de sangre (a mi retorno hice las necesarias tomografías para el tratamiento que debo seguir) las hice a las 7 de la mañana. Luego fui a tomar mi buen desayuno y con María nos dirigimos al aeropuerto. Me dejó para empezar mi periplo. En Arequipa me esperaba Ana María Cuadros en cuyo departamento me iba a quedar. Retornar a Arequipa siempre es un viaje a ese pasado en el que mi núcleo familiar de 6 miembros compartimos en esa ciudad. Mi vida escolar está toda entre dos colegios: el Niño Jesús de Praga y La Salle. El colegio marca tu vida, tu memoria y muchos puntos de referencia en el tiempo. En el caso del primero, cuando estuve en Praga en 1990 durante una caminata entre a una iglesia un poco en penumbras acompañado de un amigo ocasional; a este le contaba sobre la imagen que recordaba del Niño y, de pronto, en una zona iluminada vi a la pequeña estatuilla. Le conté a mi compañero sobre mis años escolares iniciales, me acerqué a ver la placa y, para sorpresa mía, estaba escrita tanto en checo como en español, pues la imagen era un regalo del embajador del Perú en la entonces Checoslovaquia (https://deviajeapraga.com/la-iglesia-del-nino-jesus-de-praga/) (https://www.prague.eu/es/objeto/lugares/109/iglesia-de-nuestra-senora-triunfante-nino-jesus-de-praga-kostel-panny-marie-vitezne). Pasé a La Salle en segundo de primaria. Ahí iba a crear mi círculo de amigos, muchos de los cuales íbamos a vernos en estos días.

Volvamos al viaje. No hubo retrasos; en el vuelo de Trujillo a Lima me encontré con varias personas con las que tuve que conversar poco; en el aeropuerto de Lima fui a almorzar al Tanta para ver si tenía suerte con mi extraviada boina. No podía hablar mucho. El vuelo a Arequipa estaba a la hora; cuando estaba por pasar la revisión de mi boleto de abordaje me comenta el ayudante que estaba en la primera fila; empezaba bien el viaje. Llegamos puntuales a Arequipa, recogí mi equipaje y Ana María estaba esperándome. En el trayecto a su casa (cruzamos media ciudad más o menos), me iba contando todas las cosas que habían pasado. Era ponerse al día. En el trayecto pude constatar la tragedia arequipeña: su tráfico. Pese a los viaductos y el puente Chilina, el tráfico es una pesadilla. Ana María me comentó del riesgo de la exposición solar y los cambios de clima. La radiación ha ido incrementando en los últimos años (https://elbuho.pe/2022/11/arequipa-se-registran-indices-extremos-de-radiacion-en-la-ciudad-y-seguiran-en-aumento/) (https://www.radioyaravi.org.pe/noticia/Regional/arequipa-soporta-altos-%C3%ADndices-de-radiaci%C3%B3n-solar-5098). Había llevado piyamas gruesos y me sugirió comprar unos más ligeros. Así que me propuso ir de compras al Parque Lambramani, un gran complejo de tiendas. Pero iba a ser testigo de las locuras de la ciudad: la celebración de Halloween. Primero compramos pan y me instalé en su departamento y vi lo que iba a necesitar: una casaca ligera para la visita a La Joya, lentes de sol y los piyamas. Ana María es una buena compradora, husmea dónde hay cosas que tienen las tres B: buenas, bonitas y baratas. Lambramani es un mall con todo, bien surtida y con muchas tiendas de cosas que se producen en la zona como ropa de lana, chocolates, licores entre otras cosas (https://arequipa.outletarauco.pe/servicios/ascensor). Pero con la tendencia del comercio digital, ¿sobrevivirán estas grandes tiendas en el tiempo? Ya USA ve muchos de estos complejos cerrados y migrando al comercio digital, entre otras situaciones post pandemia; esto ya es un indicador a tomar en cuenta (https://www.merca20.com/problemas-marketing-walmart/) (https://www.youtube.com/watch?v=8A6Eqz370M0). Salimos temprano para ir a su colegio (es directora del colegio Innova) y ver las compras de lentes en el Mall Porongoche, lugar donde antaño estaba el hipódromo de esta ciudad. También es un inmenso complejo de tiendas (https://mallaventura.pe/arequipa) y nos topamos con una ruidosa celebración de Noche de Brujas. Veías no sólo a niños disfrazados, sino a familias completas. Pero el colmo lo íbamos a experimentar en la cena. Ana María había hecho la reserva para nosotros en el Zigzag, lugar al que ido cada vez que he venido a esta ciudad. Nos cambiamos rápidamente para ir al centro histórico. El trayecto fue una locura; no sólo el tráfico sino la cantidad de gente que iba por las calles disfrazadas con indumentarias extravagantes. Me sorprendió ver gente mayor que iba disfrazada, una suerte de carnaval en el que todos se visten como les dé la gana. Por esta razón hubo muchos policías para evitar que cualquier facineroso no aproveche la ocasión para hacer de las suyas. Entre las personas disfrazadas y los policías, las calles, bares, clubes, restaurantes estaban a reventar. Una locura. Tan loco que Ana María me tuvo que dejar cerca del Zigzag para no perder la reserva. Tuve que esperarla más de 35 minutos para que llegue al restaurante. El Zigzag es un restaurante que no ha perdido su calidad (https://zigzagrestaurant.com/). Por esta operación y mi tratamiento por mis cuerdas vocales no puedo comer chocolate, ají, ni ingerir ácidos, ni alcohol. No puedo comer cebiche, ni tomar vino ni un delicioso chocolate de La Ibérica. Pero puedo darme otros gustos como carne y pescado. El menú te ofrece buenas alternativas. Recomendable (y lo que pedimos): Antipasto alpandino, el trío clásico de carnes para ella y para mí, un generoso filete de trucha. Me limité a mis infusiones…Oh, frustración. Terminamos de cenar y salimos para tomar un taxi con el fin de recoger el auto. Estaba estacionado bastante lejos del centro. Nos fuimos a casa a descansar. Aunque al día siguiente, era feriado por los planes teníamos que ir temprano a la casa de los padres de uno de la promoción, pues era el punto de reunión que llevaría a los 18 muchachos a La Joya.




01 de noviembre: nos levantamos temprano. Según la comisión organizadora del reencuentro, nos deberíamos reunir a las 7:15 am en casa de los padres de Ramiro Guillén en Umacollo.  Ana María pidió un taxi para poder ir al lugar referido. Como era día feriado, cruzar la ciudad no era tan penoso que si hubiera sido un día regular. La casa de nuestro amigo queda cerca del Parque del Maestro. Llegué a una hora prudencial y, al bajar, veo a Augusto “Negro” Vargas y otros más ya preparando las cosas para la partida: íbamos prácticamente por dos días a escapar lejos del mundanal ruido. Algunos tuvieron que desistir a última hora por problemas de salud, sea de ellos o de sus familiares, o por otras razones. Hacía pocos días, dos amigos nuestros fueron intervenidos y su estado de salud estaba en el umbral de la estabilidad. Así que el encuentro fue bastante emotivo, pues muchos hicieron un alto en sus trabajos y responsabilidades para dar espacio a la memoria, a la nostalgia, a la alegría de estar vivos y poder reírnos de las anécdotas y todo lo que compartimos en las aulas lasallanas hacía más de 50 años. Ya todos sabían de mi operación, así que me decían a cada rato que no hablase, pero la emoción era más. Tenía que comprar un cortaúñas, mientras muchos iban a comprar el famoso pan de tres puntas, toda una especialidad que mi familia lleva en la memoria. Ese pan le gustaba a mi padre y madre. Me dirigí hacia la Av. Víctor Andrés Belaunde donde había una farmacia abierta. También quería enjuague bucal. Una vez hecha mi diligencia me fui nuevamente hacia el grupo. Ya cargando todos los maletines y un parlante para la noche de fogata, nos fuimos a nuestro destino. Personalmente, era la primera vez que iba a La Joya, era todo un descubrimiento personal. Comenzamos con algunos cánticos recordando nuestra vida escolar. ¡Nos acordábamos de todos! En el camino pasamos al lado de un restaurante al cual iríamos al día siguiente. Arequipa es una ciudad grande y toma tiempo salir de la misma: nos íbamos hacia la Variante de Uchumayo, ruta por la cual no pasaba desde 1970. Años. La Variante ha mitigado un poco el tráfico de entrada/salida de la ciudad, pero ya está insuficiente, habida cuenta de que no la han concluido. Esta debe extenderse como una verdadera autopista hasta el peaje y mucho más allá ¿Será suficiente para la ciudad y el nudo vial que es también entrada hacia Cusco y Puno? Aquí notas de diversos diarios en diversos años dando cuenta de este problema: https://diariocorreo.pe/edicion/arequipa/la-variante-de-uchumayo-un-monumento-a-la-desidia-noticia/, https://encuentro.pe/actualidad/destacadas/los-excesos-que-deja-la-variante-de-uchumayo/. Aquí un video que muestra diversas partes, aunque data de hace 4 años (https://www.youtube.com/watch?v=iZAYiWuDpYg&t=5s). Una de las cosas que uno ve con frecuencia en las rutas peruanas y en otros países latinoamericanos es la cantidad de cruces que marcan el lugar donde una o más personas murieron en un accidente de tránsito; había muchísimas cruces. Este texto es mexicano y explica el vínculo de los deudos con el fallecido (https://www.digitalmex.mx/municipios/story/10162/cruces-de-carretera-el-recuerdo-de-la-muerte). Aquí un texto sobre la realidad brasileña: https://pairevistaetnografia.wordpress.com/numeros-anteriores/122021-2-lo-invisible-es-cotidiano/las-cruces-en-las-carreteras-un-ejemplo-de-relacion-con-la-muerte/. Estos textos abordan el tema desde otra perspectiva sociológica en la que no salimos tan bien parados (https://elcomercio.pe/somos/historias/dia-mundial-en-recuerdo-de-las-victimas-de-accidentes-de-transito-por-que-los-peruanos-son-considerados-tan-malos-conductores-noticia/?ref=ecr#google_vignette) (https://www.infobae.com/peru/2023/08/14/menos-cruces-en-las-carreteras/).  Seguimos nuestro camino hasta llegar una zona que se llama Repartición, una vía que es el acceso a la mina Cerro Verde y que también sirve para llegar a Arequipa, pero para vehículos menores. Cerro Verde es una mina que produce cobre y molibdeno (casi el 34 % de la producción nacional). Aquí su página virtual: https://www.cerroverde.pe/mineria-cobre-molibdeno-arequipa-minera-nosotros. Navegando en internet encontré esta página que habla sobre el cobre:  https://larutadelcobre.com/tabla-periodica-de-los-elementos/. Perú y Chile son los grandes productores de este mineral en el mundo. En cuanto al molibdeno, pues sí, había oído de este metal, pero no sabía nada más que de su existencia. He aquí información al respecto (https://www.lifeder.com/molibdeno/). Perú es el cuarto productor mundial de este metal: https://es.metallirari.com/10-paises-mas-importantes-productores-molibdeno/. Sigamos nuestro periplo. Nos íbamos a la panadería El Hornito, que se encuentra en el km. 48 de la Panamericana Sur, zona llamada La Repartición. Aquí sí hubo un problema logístico, por lo que decidimos partir sin comprar los famosos panes; lo que sí compramos fue chicharrones de las vivanderas. En el trayecto varios iban contando ese último año en el que varios de los chicos habían estado participando en el ejército u otra arma como parte de las actividades del servicio militar; eran años tensos y Arequipa era un centro desde el cual se armaba una posible campaña bélica contra Chile; los años de Velasco y un sentimiento revanchista. Este es un breve documental con la versión chilena (https://www.youtube.com/watch?v=QX0ySWlj0BI); y esta es la entrevista de un excapitán peruano, Eloy Villacrez Riquelme; parte de este material fue usado en el video anterior (https://www.youtube.com/watch?v=vG-I6XcitPQ). Ese año estuvimos al borde de la guerra. 






Ahora sí nos íbamos primero al Viñedo Casta de León o también conocida como la bodega El Socabón (así con b larga). Esta está en la famosa ruta del pisco, una de las tantas (cuando estuve en Tacna quise hacer una que iba desde la misma ciudad). Esta se denomina la Ruta Sur de un proyecto que se denomina La ruta del pisco de Arequipa (https://skyperu.com/ruta-del-pisco-arequipa/) (https://destino-arequipa.com/ruta-del-pisco/).  Se escogió la bodega El Socabón, la que se encuentra en el Valle de la Concepción de Vítor, aunque hay muchas más. En un principio, el conductor se había extraviado, pero luego nos encaminamos. La ruta es muy interesante, pues vamos entre valles rodeados por dunas. La bodega es considera un patrimonio histórico, pues tiene tinajas desde la época de la colonia. En estas se almacenaba el vino que era consumido en varias ciudades de entonces y en la actualidad produce un pisco de buena calidad (https://encuentro.pe/deportes/bodega-el-socavon-y-sus-tinajas-las-mas-antiguas-de-america/) (https://www.youtube.com/watch?v=HQ_q8o_t2Dw), así como vino. Comenzamos con una visita guiada a las bodegas y las preguntas, sobre todo de Fernando Ballón, iban y venían. Luego del guiado por tinajas (tienen 32, siendo la más antigua del año 1681), lagares y alambiques, fuimos a catar el pisco y el vino (https://www.youtube.com/watch?v=wiBm4oO5hBU) y también el maridaje necesario con quesos, uva, frutos secos y pan. Personalmente sólo podía oler y apreciar visualmente el pisco y los vinos que ofrece bajo la marca Casta de León. Ahí almorzamos todos con deliciosas chuletas de chancho con ensaladas, papas. Comer ese delicioso ají molido era una tentación, pero todo eso estaba prohibido para mí, sólo tomar agua y comer frugalmente. Ni modo. 




Terminado nuestro almuerzo, nos fuimos al Fundo Valle Hermoso. Lugar simpático para reposo, descanso y olvidándonos de todo. Tuvimos un percance para ingresar al fundo. La ruta no permitía el acceso del bus; ubicamos nuestras cosas y luego bajamos para ayudar a sacar el bus que se había estancado en la entrada. Una vez terminado esto, nos fuimos a cambiar. No había llevado traje de baño, pero gracias a Ramiro Guillén, prevenido él, había llevado dos truzas y así pude entrar a la piscina. Muchos estuvimos divirtiéndonos en el agua, aunque fría, lo suficientemente agradable para disfrutar una tarde simpática. Luego vendría la parrillada y, por último, la música. Algunos de mis amigos comentaban en broma que los iba a acompañar en el canto, pero me era imposible. Ya la euforia los estaba ganando, pero mi condición me impedía participar activamente en la música y la celebración. Me retiré a dormir temprano, el grupo se quedó hasta las 3 de la mañana. Habíamos venido para volver a esos bellos años cuando éramos imberbes y despreocupados. Fin de nuestro primer día de celebraciones.







domingo, 12 de noviembre de 2023

CIUDAD DECADENTE (ARTÍCULO DE OPINIÓN DIARIO CORREO TRUJILLO 12 DE NOVIEMBRE)

 


Noticias van, noticias vienen. Acontecimientos que identifican a nuestra vecindad, a nuestra ciudad, a nuestra sociedad. Tiburones, ferias placeras, vallas descuajadas de murallas antiguas, calles y avenidas plagadas de huecos y sus antípodas, los rompemuelles, Tren de Aragua intimidante, incendios que huelen a cupos; y, para rematar, un Niño amenazante con lluvias que podrían lavar las nuevas estatuas de roqueros nacionales que estarán, imagino, en nuestra Plaza principal. Dicen que las comparaciones son odiosas; pero son necesarias, algunas veces, para poder tomar algunos puntos de referencias. Estuve en Arequipa que sufre en su estructura urbana una verdadera pesadilla: el tráfico. Esa ciudad tiene viaductos, varios puentes a desnivel, menos calles con huecos y rompemuelles, pero el caos vial es patente por la presencia de una gran cantidad de transporte público de pequeñas y medianas unidades; custer, por ejemplo. No tienen las pesadillas que son los mototaxis o los ticos. Aún así, el tráfico es imposible. Hay planes para hacer, como Bogotá, un servicio de grandes buses que erradique todo ese parque automotor antiguo y contaminante; pero eso va a generar un gran problema social por la débil regulación que existe en la otorgación de licencias y permisos de uso de rutas. Fuerte corrupción como lo vemos en todas las ciudades de nuestro país. Y las autoridades no ayudan mucho por esa viciosa simbiosis que se ha generado entre los dirigentes de líneas de servicio público, propietarios de estas unidades y las autoridades políticas que les deben “favores”, entiéndase votos. Esta pesadilla tiene muchas décadas y terminó de hacerse un cáncer cuando el Fujimorato permitió la libre importación de ticos, autos de segunda y otras unidades que son, en realidad, chatarra. Metástasis total. Pero Arequipa, pese a todo, no se ha degradado como está pasando con nuestra ciudad. También hay enemigos de patrimonios, invasores de tierras en zonas intangibles. Pero la ciudad es Patrimonio de la Humanidad y debe mantener ese estatus que le trae réditos a la sociedad arequipeña en su conjunto. Intervenir su Centro Histórico no puede estar sujeto a caprichos de una autoridad que le permita demostrar sus devaneos mentales o sus crisis de megalomanía. Aún recuerdo el mural externo que se encuentra en el cementerio de Pacasmayo en el que un alcalde de los inicios de este siglo decidió ponerse como la cúspide de la evolución del planeta Tierra. Nuestra ciudad está a merced de autoridades y sus exhibiciones, y sus rivales y los contraataques relativos que la van deteriorando cada vez más. Creo que, a estas alturas, ya es necesario expresar con severidad nuestra disconformidad contra estas decisiones despojándonos del prejuicio inculcado en las últimas décadas sobre nuestro derecho a manifestar nuestro malestar; peor aún sabiendo que nuestras autoridades no han sido efectivas en las prevenciones necesarias para el Niño que se nos viene.


domingo, 14 de agosto de 2022

AREQUIPA EN SU DÍA

 


Mañana, lunes 15 de agosto, Arequipa celebra un nuevo aniversario de su fundación, celebración en la que la ciudad recuerda su creación hispana, aunque sus orígenes se remontan en el mundo prehispánico sureño. Viví más de una década en esta bella ciudad al desplazarse mi familia norteña por cuestiones laborales de mi padre. Años maravillosos. En 1970, la ciudad experimentó un vuelco en cuanto al tratamiento de la ciudad y el abrir nuevas propuestas para hacer de esta un potencial turístico que trató de involucrar a la mayoría de sus ciudadanos del Centro Histórico. La apertura del claustro de Santa Catalina y la restauración de varios barrios emblemáticos como el de Yanahuara, por ejemplo, significó no sólo el aporte de la empresa privada, sino el apoyo de sus ciudadanos y el poder municipal que hizo suya esta propuesta para crear un nuevo rostro de Arequipa. Fueron años movidos, pero la población hizo suya esta idea y es ese sueño hecho realidad el que ahora muchos visitantes ven de esta ciudad. Desde la señora que salía a barrer un buen tramo de la acera de su casa hasta las autoridades que entendieron que el bien común era el bienestar de todos. Hubo y hay problemas, como en toda sociedad; pero hay que reconocer que la visión de una idea, su planificación y organización, más la presión colectiva (importante) para lograr el objetivo hizo una transformación relevante que han hecho que la ciudad sea considerada una de las más bellas del Perú. No es acción divina, ni regalo de los dioses; es el trabajo colectivo que hace que esta ciudad sea lo que es. Lastimosamente la profunda corrupción de las últimas décadas ha afectado a esa región; pero, pese a todo, es el carácter de su gente, de su visión cívica y ciudadana, de su identidad regional, de su orgullo de pertenencia (esa que tanto usan como caballito de batalla en diversos lugares); todo esto combinado les ha permitido colocarse en un buen puesto en lo económico como cultura y social en el país.

Aunque no soy muy simpatizante del fútbol, escribo esta nota también por la alegría por un equipo de fútbol, el Melgar Fútbol Club, quizás desconocido para la mayoría de personas pendientes de las notas centralistas en los medios. Ese equipo ha arrancado gritos y llantos de alegría a miles de peruanos necesitados de algo positivo mientras los políticos deshacen nuestro país. Que ese puñado de jugadores represente el espíritu de los demás ciudadanos, aquellos que no queremos ser aplastados por la miseria que representa el mundo político. Que los jóvenes tengan un momento de orgullo y satisfacción frente a los fracasos y podredumbre de los personajes de moda en los medios (¿Ya se olvidaron de Kimberly García?). Lima no es la vara que mide el éxito de nuestra realidad. Así como Colombia, Ecuador, Bolivia, Brasil, incluso Chile y Argentina, tienen ciudades contrapesos a sus capitales; sueño el día en que Trujillo pueda convertirse en una. Ojalá llegue a vivir esa experiencia.




lunes, 14 de diciembre de 2015

CRÓNICAS AREQUIPEÑAS Y CAJACHAS

Miércoles 21 de octubre. El problema del agua en el hotel que nos quedamos a pernoctar cambió la cara de ese bonito viaje. Hice las coordinaciones para que nos devolvieran al hotel anterior para que nos podamos bañar. Arequipa, pese a estar soleada, tiene agua bastante fría. Felizmente, una vez ya todos duchados, emprendimos una última visita con la que cerraríamos el viaje a Arequipa: el mercado San Camilo. En Arequipa, durante mi niñez e inicios de mi juventud, vivía cerca de este mercado (calle Santo Domingo, cuarta cuadra). Recuerdo mis visitas con mi padre o solo para ir a comprar figuritas de mis álbumes. En realidad, poco recordaba de sus instalaciones interiores. La motivación era de ir a comprar todas las cosas que sueles llevar a casa de Arequipa: pan tres puntas, queso para hacer rocoto relleno, chichasara, guaguas de pan. Tomamos un taxi para ganar tiempo y poder aprovechar más el tiempo. Lo del incidente del agua nos había quitado tiempo y bajado un poco “las baterías”. Grande fue mi sorpresa de hallar un mercado ordenado, relativamente limpio y no tan bullicioso como suelen ser los mercados. Quizá la hora y el día hayan ayudado a evitar tumultos. El primer objetivo era los higos que María quería llevar. Merodeamos por hallarlos a buen precio y, luego de una marcha breve, quedamos en el puesto de una señora que los vendió baratos. Nos invitó más fruta y salimos a ver más cosas: el mercado era un paraíso para la curiosidad. Vimos diversos tipos de papa, de maíz, granos cocidos, quesos, más frutas. Cuando llegamos a la sección de granos, una señora prácticamente “posó” para la cámara de Soraia quien tomaba fotos a todo este mundo de cosas nuevas para ella. La dueña del puesto arreglaba primorosamente sus cosas para exhibirlas bonitas, bien puestas, para que sean llevadas a otro lado del mundo en la memoria de los viajeros que pasaron por ahí. Luego pasamos por la sección de sombreros y, posteriormente, a una sección de productos para magia y shamanería: fetos de vicuña o llama para pagos a la tierra que se usan para las construcciones, pócimas de amor y amarre, equecos para la buena suerte, plantas para ahuyentar los malos espíritus y curar el mal de ojo, vigorizantes en perfume (uno se llamaba Siete Machos y con fotos sugerentes). Luego fuimos por la sección de los panes para comprar los famosos tres puntas que no salieron tan buenos (nos dimos cuenta ya en Trujillo). Pero la sección que iba a ser la más simpática fue la de los jugos, sección en la que hicimos un alto para tomarnos un delicioso con papaya arequipeña y otras frutas de la región. La señora, también amable, nos mostraba cómo preparar jugos con estas frutas y nos dimos un atracón; estaba tan festivo nuestro ambiente que pronto llegaron más personas a curiosear la casi fiesta que estábamos disfrutando. Después de esta celebración a la conversación, a los buenos momentos, al pasarla bien, teníamos que regresar al hotel para empacar nuestras cosas e irnos al aeropuerto. Como no estábamos lejos de la iglesia de Santo Domingo, hicimos un alto antes de tomar un taxi. Patricia, una amiga de la infancia y cuyo hijo nos había organizado el viaje, se encargó de recogernos del hotel para llevarnos al aeropuerto. En nuestro camino de retorno, Patty me iba contando sobre los viejos amigos; además, Patty y María se habían conocido en mes de abril para la celebración de los 80 años de mi madre en Trujillo. Y así llegamos a nuestro punto de retorno. Ya antes en el hotel habíamos hecho nuestros chequeos de conexión Lima-Trujillo. Una vez ya chequeados subimos a las instalaciones de ingreso. El aeropuerto está bien implementado. Antes de ingresar a la sala de embarque, compré varias cosas de La Ibérica, inevitable si has visitado Arequipa. El vuelo salió casi en hora y llegamos puntualmente a Lima y en su aeropuerto estaríamos unas cuantas horas, en tránsito a Trujillo (¿algún día Trujillo tendrá interconexiones provinciales sin tocar Lima?).







Pero nuestras actividades no concluían con este viaje, sino que se prologaban ese fin de semana. En una cena que tuvimos el jueves 22, y a iniciativa de César Alva, nos embarcamos el viernes 23 a Cajamarca. Gracias a César regresamos al hotel donde estuvimos en los carnavales de este año: el Cabildo. Hizo las reservas telefónicas y Lorena nos consiguió los boletos por bus. Así el viernes 23 salíamos por fin de semana a tierras cajamarquinas.
Llegamos bastante temprano el sábado 24, así que descansamos un poco. Cajamarca estaba muy distinta a la que vimos en febrero. Algunos negocios habían cerrado. César estaba con sus familiares por unas fiestas, así que quedamos con él para más tarde. La idea era visitar dos lugares este primer día: la necrópolis de Combayo (http://labrujuladelazar.blogspot.pe/2012/03/combayo.html)  y el santuario de Polloc, lugar que habíamos visitado en febrero. Hicimos arreglo con un taxista para que nos llevara a Combayo; pero el viaje iba a ser un poco decepcionante. Había estado aquí en el 2009 y pensé que algo había mejorado; sin embargo, la realidad iba a ser otra. El mismo taxista estaba medio perdido. Para llegar al lugar tomas la ruta a las ventanillas de Otuzco (parte en pequeño de lo que veríamos luego) y sigues la ruta que conecta con Celendín como ruta final. Hay un buen tramo asfaltado y el paisaje es espectacular; pero la señalética es pobre y, por eso, nos terminamos pasando de nuestro objetivo. Llegamos al poblado de Combayo, donde nos dieron las instrucciones indicadas. 











Combayo es un lugar espectacular, pero en abandono. Hay que trepar y no es aconsejable para acrofóbicos. Las tumbas pertenecen a la cultura Cajamarca que data entre 500 a 1200 d. C.  Están en un lugar alto y está un poco más de tres mil metros s. n. m. Es considerado el cementerio más antiguo del Perú. Aquí hay más datos (http://www.mincetur.gob.pe/TURISMO/OTROS/inventario%20turistico/Ficha.asp?cod_Ficha=2298).  Ojalá Cajamarca deje de lamentarse con el tenso asunto de la minería y apunte al rubro del turismo, el cual puede mover tanto dinero como la minería y dar más empleo y mejorar la oferta de servicios. Habría muchos turistas  de buenos recursos que aman la arqueología que se desvivirían por visitar un impresionante espacio como Combayo. Pero si ni los mismos cajamarquinos conocen esta atracción, será bastante difícil que se lo promocione y se lo ponga en valor como se debe. Después de la caminata con María y Soraia, y con el conato de lluvia, emprendimos el retorno a Cajamarca.

Almorzamos en el Cascanueces. El Querubino, un buen restaurante, había limitado su carta casi a pastas. Son síntomas de una ciudad que está perdiendo el atractivo de visitantes. Luego, tomamos otro taxi para ir a Polloc. Este santuario ya lo habíamos visitado en febrero y quedamos deslumbrados. El viaje fue simpático. Hubo momentos de cielo despejado. Polloc es una joyita ubicada en medio de la campiña en la carretera Cajamarca – Celendín (http://elrincondeschultz.blogspot.pe/2015/02/polloc-y-los-carnavales-cajamarquinos.html). En esta oportunidad tuvimos algunos cambios positivos y negativos (depende cómo los veamos). Ahora ya el lugar cuenta con un punto de venta y la plaza exterior tiene muchas zonas más acabadas. Las paredes están terminadas. Pero ya está prohibido tomar fotos en el interior de la iglesia. Luego de verla, nos fuimos al claustro. Estaban en limpieza, por lo que tuvimos que esperar un momento. Una vez culminada la limpieza, procedimos a visitarlo. Ahora los portales están mejor trabajados. Lastimosamente también puedes ver algunas zonas con algunas piedras caídas. Es una obra delicada y hay que tener mucho cuidado con ella. Sin embargo, el lugar se debe visitar. El punto de ventas de trabajos hechos en piedra tallada o madera es interesante. Vale la visita. El mismo taxista no conocía el lugar y prometió regresar a este lugar con su esposa. Retornamos a Cajamarca para coordinar con César para la cena. 











Por la noche, los topamos con la procesión del señor de los milagros, razón por la cual varios bares y pubs estaban cerrados. Para ser sábado, una noche un poco triste.